El cargo del rey se adaptaba perfectamente a Ishakan. Todo estaba construido a su medida y parecía reflejar su naturaleza, estando compuesto de colores oscuros, tranquilos y fríos, con pequeños puntos de adornos de colores. Una persona normal se sentiría algo incómoda sentada allí.
Pero hoy había un pequeño jarrón en su escritorio, incongruente en el imponente espacio. De vez en cuando, Ishakan miraba la peonía en el jarrón y sonreía para sí mismo. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 105: Planes de Gyeongbaek”
Max ayudó no porque quisiera ser reconocida por sus buenas obras, sino porque ayudar en el asilo la mantenía ocupada y prefería eso a holgazanear en el monasterio. El agotamiento físico que le causaba también la ayudaba a dormir por la noche. Recientemente, sufrió de insomnio severo. A lo largo de las oscuras noches, mientras yacía sola en su cama, los rostros horriblemente distorsionados de los caballeros caídos atormentaban su mente. Seguí leyendo “Bajo el roble – Capítulo 108”
La terminación unilateral e inesperada del contrato de representación artística de Su Quan por parte de Total Entertainment cayó como una bomba, sacudiendo los cimientos de la industria del entretenimiento. Y dado que Luo Zhenan —el representante a cargo de Su Quan— había sido incorporado a la compañía precisamente por él, la rescisión arrastró consigo su propia expulsión. Seguí leyendo “El renacimiento de una estrella de cine – Capítulo 39: «Calle caótica» comienza su filmación”
Lo que Liu Wansheng había deducido, Tang Mo ya lo había pensado.
Si los jugadores avanzaban siguiendo el «orden de prioridad», el único que realmente controlaría el desenlace del juego sería Tang Mo. Antes de eso, sin importar en qué casillas estuvieran Bai Ruoyao o Lin Qian —incluso si ocupaban las casillas con libros—, mientras Tang Mo apagara la casilla del Mosaico al final, ellos no podrían completar el nivel. Seguí leyendo “La Tierra está en línea – Capítulo 139: Oh, esta es la justicia del juego~”
Un año pasó en un abrir y cerrar de ojos en el ciclo de primavera y verano.
—Gloria y bendiciones al sol de Obelia.
Claude entrecerró los ojos mientras miraba a Lillian York, que estaba de pie frente a él. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 47”
Poco después, la niña volvió a hablar con valentía y luego, en secreto, retiró su mano de la de Félix y la escondió detrás de su espalda. Luego, rió como si todo estuviera bien. Ni Claude ni Félix dijeron nada por un momento.
Era evidente que un niño normal habría llorado o gimoteado por el dolor de ver sus manos heridas. Sin embargo, la niña permanecía fuerte y actuaba como si nada estuviera mal, a pesar de que las heridas de sus manos sangraban. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 46”
Eckart estaba dispuesto a pagar cualquier precio que tuviera que pagar, y nunca quiso que nadie entendiera sus sentimientos complicados. Para soportar esta terrible vida, tomó muchos bienes y vidas, y al mismo tiempo, mientras recordaba un pasaje de la disciplina real que afirmaba: “No hay vergüenza para el monarca”, empujó aquel abominable sentimiento de culpa a lo más profundo de su corazón, convencido de que era su responsabilidad cargar solo con todo el peso. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 168”
—Si no me siento tan triste por la muerte del duque Hubble, ¿no soy igual que Ober?
Por supuesto, había una respuesta estándar a esta pregunta. Estaba decidida a seguir adelante. Era una guerrera que ya había decidido no soltar su arma, incluso si el arma en su mano le hacía un poco de daño. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 167”
—Verás, Arge. Los vampiros viven mucho más que las criaturas normales y por eso… Oye, ¿me estás escuchando?
—Ah, sí. Estoy escuchando. Muy atentamente —respondí.
La verdad es que estaba dejando que sus palabras me entraran por un oído y me salieran por el otro, pero decidí asentir como si no fuera el caso. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 80: Una compañera borracha y fastidiosa”
Tras la entrevista, Ronnie y Cordelia regresaron a casa. Allí, Emina entregó a Cordelia una carta. Al darle la vuelta, vio un sello de cera con la imagen de un ave marina. Era del conde Zakharov.
Una vez en su habitación, Cordelia se cambió de ropa y abrió la carta. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 51: Falsas buenas acciones y diligencia sincera (2)”
Dos años después, la Base de Suzhou se había transformado en una instalación considerable, comparable a la Base B. Con capacidad para albergar a más de cien mil personas, su reputación entre los supervivientes del país era la de un auténtico paraíso, gracias a su gestión impecable, condiciones de vida excepcionales y un enfoque equitativo hacia todos los habitantes. Seguí leyendo “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 12 (1)”
¿Habría sido mejor morir apenas nací? ¡Pero si acabo de empezar a caminar, a hablar un poco y a comer comida de verdad! ¡¿POR QUÉ! ¡AÚN! ¡ME TRATA COMO A UN PERRO?! ¿Acaso tengo que morderte como uno para que por fin dejes de llamarme así? ¡¿Eh?!
—¿Estás tratando de insultarla? —preguntó Perdel. Seguí leyendo “La hija del Emperador – Capítulo 27”
—Todos sabemos que en las películas «El cazador de demonios» y «El callejón de Satanás», interpretaste personajes con poca interacción con roles femeninos. A pesar de que «El cazador de demonios» tiene dos protagonistas masculinos, muchos espectadores sintieron que el personaje de Reynolds tenía una relación con Bai Yi que trascendía el género. ¿Crees que hay un elemento homosexual en su relación? —preguntó un reportero, sosteniendo un micrófono con una pregunta que desató la imaginación. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 21: Refugio”
—Jesse… —Christine, al verlo alejarse, lo llamó apresurada.
Pero Vincent, que estaba a poca distancia, le dirigió una mirada de advertencia. No había sido fácil obtener una oportunidad para estar junto a Jesse, ¿cómo permitir que esa mujer la arruinara?
Al recibir la gélida mirada de aquel hombre peligroso, Christine se estremeció. Un sudor frío recorrió su espalda. ¿Cómo había podido olvidar que ese tal Centvin no era débil? De hecho, probablemente su fuerza superaba a la de todo su grupo de mercenarios. Si él decidía proteger a Jesse, no habría quien pudiera impedirlo. Seguí leyendo “Ningún mundo parece el adecuado – Capítulo 33: Guarnición de la Niebla Ilusoria, madre”
A la mañana siguiente, cuando desperté, pensé por un instante: ¿Lo que pasó anoche fue un sueño?
El interior de la mansión estaba muy silencioso; solo se percibía débilmente fuera de la puerta el movimiento de los sirvientes, que se desplazaban sigilosamente. Mirando el reloj, vi que eran casi las once de la mañana. Seguí leyendo “¡Cuidado con esos hermanos! – Capítulo 25: No te odio”