Legendaria esposa – Capítulo 25: Ridículo destino

Traducido por Naraiah

Editado por Chizuru

Corregido por Shiro


La Calle Sur se encontraba junto a la Calle Norte y era una de las más conocidas por su comercio de hierbas mágicas. Al igual que la Calle Norte, estaba llena de tiendas, pero su especialidad era la venta de hierbas mágicas. Se podía encontrar prácticamente cualquier tipo de hierba mágica de nivel seis o inferior.

Lo más importante era que también había tiendas que vendían semillas de hierbas mágicas. La variedad disponible era comparable a la de las hierbas ya cultivadas —al menos para las de nivel seis hacia abajo—, pero la cantidad de semillas era considerablemente menor, especialmente en el caso de las de alto nivel.

Esto se debía a que, cuanto más alto era el nivel de la hierba, más difícil resultaba cultivarla a partir de semillas. Además, el tiempo que tardaban en madurar era considerablemente más largo. Por estas razones, muy pocos magos se interesaban en adquirir semillas, limitándose, en su mayoría, a las de niveles uno, dos y tres. Aun así, incluso estas tenían una demanda bastante reducida.

You XiaoMo, en cambio, quería comprar una buena cantidad de semillas de hierbas mágicas. Sabía que la tienda con la selección más completa debía ser una de las más grandes del sector. Sin embargo, no se dirigió allí de inmediato. Primero se dedicó a preguntar en varias tiendas para tener una idea general de los precios, antes de decidirse por la mayor tienda de hierbas mágicas de la calle: el Pabellón de la Orquídea.

Esta tienda era incluso más grande que la de muebles de madera. Las hierbas mágicas y las semillas estaban expuestas por separado. Como las semillas ocupaban poco espacio y eran poco solicitadas, solo se les destinaba un escaparate. Dentro, unos pocos clientes dispersos examinaban los productos.

Apenas You XiaoMo entró al local, un empleado se acercó a saludarlo, y al escuchar el motivo de su visita, lo condujo directamente al área donde se encontraban las semillas de niveles uno a tres.

—Distinguido invitado, ha llegado al lugar indicado. Nuestro Pabellón de la Orquídea cuenta con la selección más completa de semillas hierbas mágicas en la ciudad de HePing. ¿Puedo preguntarle cuántas desea comprar? —preguntó el empleado con cortesía, girándose hacia You XiaoMo.

You XiaoMo echó un vistazo a las semillas expuestas.

—Me gustaría comprar todas las semillas de nivel dos. ¿Cuántos tipos tienen y cuál es el precio?

—Disponemos de ochenta tipos distintos de semillas de nivel dos —explicó el empleado—. Cada tipo se vende en pequeños paquetes: de cien, doscientas, quinientas o mil semillas. Cada paquete de quinientas semillas cuesta una pieza de oro.

You XiaoMo hizo un cálculo mental con cuidado. Si compraba un paquete de quinientas semillas por cada uno de los ochenta tipos, necesitaría ochenta piezas de oro. Eso le dejaría con trescientas treinta y cuatro piezas, probablemente suficiente para adquirir algunas semillas de nivel tres.

—¿Y qué hay de las las semillas de nivel tres?

El asistente no mostró la menor señal de impaciencia y continuó con la misma claridad:

—Tenemos sesenta y cuatro tipos de semillas de nivel tres, con las mismas opciones de cantidad por paquete. En este caso, quinientas semillas cuestan cuatro piezas de oro.

You XiaoMo sintió el párpado crispársele sin poderlo evitar. Era demasiado caro. Tres piezas de oro más que las de nivel dos, y solo por un nivel de diferencia. Si decidía comprar los sesenta y cuatro tipos, tendría que gastar doscientas cincuenta y seis piezas de oro de una sola vez.

Al notar el cambio en su expresión, el encargado pareció intuir lo que pasaba por su mente y, con tono persuasivo, dijo:

—Distinguido invitado, si compra semillas de nivel dos y tres, podemos obsequiarle un conjunto de semillas de nivel uno.

You XiaoMo no pudo evitar sentirse aturdido. Por un instante, sintió que había vuelto a la era moderna: tácticas promocionales familiares, del tipo «compre uno y llévese otro gratis». Aunque el valor del lote de semillas de nivel uno era de apenas diez piezas de oro, el gesto no dejaba de ser útil.

Al final, You XiaoMo contuvo el dolor ocasionado por el monto que tenía que gastar y realizó la compra, desembolsillando un total de trescientas treinta y seis piezas de oro. El Pabellón de la Orquídea le regaló un conjunto de semillas de nivel uno: cien por paquete. Aunque no eran muchas, era mejor que nada. Además, le venía bien probar el cultivo de hierbas mágicas de nivel uno en su dimensión.

A pesar de que las píldoras mágicas de bajo nivel que él refinaba podían ver reducido su riesgo hasta un 10 %, seguían siendo de bajo nivel, y su efectividad distaba mucho de la de las píldoras de nivel medio o alto.

Al salir del Pabellón de la Orquídea, You XiaoMo alzó la vista al cielo. En un abrir y cerrar de ojos, el día había llegado a su fin. Antes de darse cuenta, el sol estaba a punto de ponerse.

Como el grupo no se reuniría hasta el día siguiente, esa noche tendría que arreglárselas solo. Por suerte, aún conservaba más de setenta piezas de oro en su bolsa dimensional, así que no tendría que dormir en la calle.

Mientras compraba las semillas de hierbas mágicas, también se había tomado el tiempo de preguntar por la ubicación de las casas de descanso. Estas se encontraban en la Calle Oeste. Por lo general, quienes viajaban a la ciudad HePing para hacer compras —como los discípulos de la secta TianXin— solían hospedarse en esa zona si necesitaban pasar la noche. La elección de la casa dependía del gusto y el presupuesto de cada quien.

Quizá tuvo mala suerte, pero tras recorrer varias casas de descanso de nivel medio, le informaron que todas estaban llenas. Al principio, aquello le sorprendió bastante, ya que ese tipo de alojamientos solían tener disponibilidad. Más tarde, descubrió que era el primer día del mes, momento en que las tiendas de píldoras e hierbas mágicas en las calles Norte y Sur reponían su inventario. Por esa razón, ese período era siempre el más concurrido en la ciudad de HePing.

Sin otra opción, You XiaoMo se dirigió a la casa de descanso más grande, una que el encargado del Pabellón de la Orquídea le había recomendado especialmente. Estaba gestionada por el mismo propietario de la tienda de hierbas y semillas mágicas, aunque tenía precios elevados, por lo que no había sido su primera opción.

Era la hora de la cena. El salón estaba ocupado en un 70 u 80 %, y los camareros estaban todos atentos a los comensales. El vapor de los platos calientes impregnaba el aire con fragancias deliciosas. Detrás del mostrador, el gerente —un hombre mayor de rostro arrugado— manejaba el ábaco con expresión seria y concentrada.

Al verlo entrar, su semblante se iluminó con una sonrisa cortés.

—Distinguido invitado, ¿le gustaría una habitación o desea cenar?

—Me gustaría pasar la noche —respondió You XiaoMo.

El gerente consultó sus libros de registro y dijo:

—Distinguido invitado, solo nos quedan dos habitaciones. Una habitación principal cuesta cinco piezas de oro por noche.

You XiaoMo se quedó atónito, y no pudo evitar soltar una pregunta:

—¿No podría hacerme algún descuento?

En cuanto pronunció esas palabras, carcajadas estallaron a su espalda. Era probable que fuera la primera vez que oían a alguien negociar con el gerente de una casa de descanso, y les resultó bastante divertido.

—Lo lamento distinguido invitado. Ese es el precio establecido para nuestras habitaciones. No está permitido ofrecer descuentos —respondió el gerente con una sonrisa incómoda.

You XiaoMo se sintió un poco avergonzado. Había hecho la pregunta sin pensarlo. En el Pabellón de la Orquídea no había regateado porque el empleado le había ofrecido un paquete de semillas de nivel uno como promoción.

¿No podrían al menos incluirme una comida gratis aquí…?

Resignado, apretó los dientes y entregó las cinco piezas de oro.

Un empleado lo acompañó hasta su habitación. Antes de que se marchara, You XiaoMo le pidió que le trajeran la cena. El servicio no lo hizo esperar. Antes de que se cumpliera el tiempo que tomaría preparar una taza de té, el empleado regresó con varios platos humeantes que olían, lucían y sabían mucho mejor que cualquier cosa que hubiera comido en el Pico de la Tierra. Más tarde, You XiaoMo descubrió que el costo de la comida estaba incluido en las cinco piezas de oro que había pagado por la habitación.

El precio era elevado, sí, pero el servicio estaba a la altura. Los empleados respondían a cualquier requerimiento casi de inmediato, con eficiencia comparable a la de los hoteles de cinco estrellas de la era moderna. A fin de cuentas, aquel servicio de lujo que no había podido disfrutar en su vida anterior, ahora lo estaba experimentando continente Long Xiang.

Después de comer y beber hasta saciarse, You XiaoMo comenzó a organizar las compras del día. Transfería los muebles de madera y las semillas a la dimensión de la gota de lágrima, pero antes de hacerlo, se aseguró de bloquear la puerta de la habitación. Solo después de hacer todo esto fue que entró él.

Bajo los cielos azules, You XiaoMo había despejado un pedazo de tierra de unos treinta metros cuadrados. Además, ya había hecho todos los preparativos necesarios, acondicionando el suelo para el cultivo. Solo le faltaba esparcir las semillas y rociar un poco de agua. Eso bastaría.

Sin embargo, no se apresuró a sembrarlas. Primero colocó los muebles de madera en un lugar adecuado y luego distribuyó las semillas en los distintos compartimentos. Para facilitarse las cosas más adelante, pegó meticulosamente una etiqueta en cada uno, indicando el tipo de semillas que contenía.

Cuando terminó de organizar todo, ya había comenzado el período hai, un poco después de las nueve. Al salir de la dimensión, You XiaoMo se frotó el estómago. Ya se había digerido la cena, así que se levantó sin más y salió de la habitación con la intención de buscar algo más para comer.

Apenas dio unos pasos por el pasillo, la puerta de la habitación contigua se abrió de golpe. De ella salió una figura vestida con una túnica blanca. A primera vista parecía sencilla, pero al mirarla con atención, se notaba claramente que era una prenda de confección exquisita y lujosa. Estaba en una liga por completo distinta si se la comparaba con su propia túnica verde, austera y sin adornos.

Cuando alzó la vista y vio el rostro del recién llegado, You XiaoMo se quedó pasmado.

¡¿Por qué demonios tengo que encontrarme con Lin Xiao precisamente aquí?!

Y lo que más le fastidiaba era que Lin Xiao caminaba directamente hacia él.

¿Debería saludarlo?

Aunque no se habían presentado formalmente, ya se habían cruzado varias veces, así que era posible que este lo reconociera.

Al ver que estaba casi al frente de él, el cuerpo de You XiaoMo reaccionó por reflejo antes de que su mente caótica pudiera tomar una decisión. Como si se encontrara con el director de una escuela, se irguió y de inmediato exclamó:

—¡Saludos, hermano mayor! —Solo le faltó decir «director», que por suerte no se le escapó.

Apenas terminó de hablar, se sintió avergonzado, porque el otro lo miraba con sorpresa, sin mostrar señal alguna de reconocimiento. De inmediato, You XiaoMo tuvo el impulso de darse una bofetada.

¡Esto me pasa por hablar sin pensar! Ahora sí que Lin Xiao no me va a olvidar….

Una vez superada la sorpresa, el «Lin Xiao» frente a él solo pudo mostrar una sonrisa suave y refinada, y le dijo mientras lo observaba:

—Así que eres mi hermanito. ¿Por qué no estás con el tío Mo Gu?

Al oír estas palabras, la expresión de horror en el rostro de You XiaoMo podría compararse con la de alguien que acababa de ver un fantasma.

Esta persona no es realmente Lin Xiao, ¿verdad?


Shiro
¡Finalmente! Ahora es que empieza la diversión. (≧◡≦) ♡

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