Traducido por Naiarah
Editado por Chizuru
Corregido por Shiro
El resultado fue que, cuando ambos aparecieron, You XiaoMo volvió a convertirse en el centro de atención. Esta vez, además, lo acompañaba Ling Xiao.
Era justo la hora más ajetreada de la cena, y para cuando llegaron, el comedor ya estaba casi lleno. Al verlos aparecer —y en especial al reconocer a Ling Xiao caminando junto a You XiaoMo—, un discípulo escupió la comida que tenía en la boca, rociando al compañero que tenía enfrente y cubriéndole el rostro con comida. Este último, sin embargo, ni se enojó ni se limpió: también había quedado paralizado por la escena.
En ese preciso instante, el mismo pensamiento cruzó por la mente de todos: el rumor quizá no era falso. Que alguien de la división guerrera como Ling Xiao se presentara en el Pico de de la Tierra solo para comer… Nadie lo habría creído antes.
Pero ahora no solo había aparecido, sino que incluso se reunía abiertamente con You XiaoMo, quien llevaba días envuelto en escándalos. Y más aún: su relación parecía tan cercana que comían juntos delante de todos. Si alguien osaba afirmar que no había nada entre ellos, sin duda sería maldecido hasta quedarse sin aliento.
El ambiente, normalmente bullicioso como un mercado en plena actividad, se volvió inusualmente silencioso. You XiaoMo lloró por dentro, sin una sola lágrima que lo respaldara. No era como si no hubiera intentado resistirse. Pero, frente a Ling Xiao, sus protestas no eran más que cosquillas: inútiles y vanas.
—Hermano mayor Ling… ¿qué te parece si comemos en la habitación? —preguntó con cautela.
Ling Xiao le dirigió una mirada de soslayo.
—Ya que hemos llegado hasta aquí, ¿qué sentido tiene hablar de volver a la habitación? Ve a buscar la comida. Yo encontraré una mesa y te esperaré.
You XiaoMo sintió el impulso de apuñalarlo allí mismo. Eso no era, ni por asomo, lo que le había dicho durante el camino. Estaba claro que lo hacía a propósito, que quería verlo sufrir.
Entonces, din esperar a que le preguntara qué deseaba comer, Ling Xiao simplemente se marchó, confirmando sus sospechas.
¿De verdad va a buscar una mesa? Si salta a la vista que la mayoría ocupadas ya están ocupadas…
Por un instante, You XiaoMo albergó una fugaz esperanza: que no encontrara asiento disponible.
Así que, sin saber qué prefería Ling Xiao, se limitó a tomar un poco de todo. Al final, cargó una gran bandeja y se dirigió al salón… solo para descubrir cuán equivocado había estado.
Ling Xiao, por supuesto, había encontrado un lugar.
Pero, definitivamente, no era una mesa vacía. Aquel gran mobiliario tenía capacidad para diez personas, sin embargo… ¿cómo lo había logrado Ling Xiao? La mesa, pensada para diez, estaba ahora abarrotada por más de una docena de personas. Y, para colmo, la mayoría eran mujeres, con apenas unos pocos hombres dispersos entre ellas.
You XiaoMo lo vio de inmediato; ni siquiera podía fingir que no lo había encontrado. No obstante, aunque era evidente que no había lugar para él, en cuanto Ling Xiao lo vio acercarse, se inclinó hacia la discípula sentada a su lado y le murmuró unas palabras. Ella, de inmediato, se cubrió el rostro con timidez, se levantó y cedió el asiento.
You XiaoMo se quedó sin palabras. Ese hombre era, sin duda, lo que se llama una bestia con piel de cordero, la oveja negra de los círculos literarios. Detestable. Siempre buscando divertirse a su costa. Y, aun así, podía sonreír con tanta naturalidad, elegante y sutil, ante los demás discípulos…
Después de sentarse a su lado, You XiaoMo escuchó una voz baja, destinada solo a él.
—Solo era ir a buscar comida. ¿Por qué tardaste tanto?
¿Lento?
You XiaoMo se consideraba bastante rápido, especialmente con tanta gente buscando acercarse a Ling Xiao desde todos los ángulos e interrumpiéndole el paso.
Probablemente debido a lo rápido que se esparcieron los rumores, más y más personas comenzaron a llegar al comedor. Algunos incluso regresaron corriendo, aunque ya habían terminado de comer, solo para presenciar el espectáculo.
Como resultado, You XiaoMo sintió una presión sofocante durante toda la comida.
Si las miradas pudieran cortar, ya estaría muerto. Admiración, celos, resentimiento… todo eso se reflejaba claramente en aquellos ojos que lo observaban sin tregua.
Ling Xiao, por su parte, también parecía estar harto de la situación. Terminó de comer en cuestión de minutos y tiró de You XiaoMo —que aún no había acabado— fuera del comedor. Fue una de las pocas veces en que You XiaoMo no se quejó de sus acciones dictatoriales, porque también quería escapar de ese lugar cuanto antes. Después de todo, estaba allí solo por culpa de Ling Xiao, así que no le importó quedarse sin terminar su comida.
Al llegar a la habitación, Ling Xiao no entró.
Solo le pidió a You XiaoMo el lote de píldoras mágicas del día y unas cuantas hojas para escribir. Por suerte, él ya lo tenía todo preparado. Durante el día, además de refinar las cien píldoras destinadas al Salón de Hierbas Mágicas, había trabajado también en la parte de Ling Xiao. Lo justo: ni una más, ni una menos. En cuanto al día siguiente, a excepción del lote para Ling Xiao, el resto le pertenecía por completo.
Tras la partida de Ling Xiao, You XiaoMo sacó algunos libros de su habitación y se apresuró a dirigirse a la biblioteca. Aunque lo que Ling Xiao había dicho era cierto —el Pergamino del alma celestial estaba escrito en caracteres antiguos—, él aún quería investigar por su cuenta. Tal vez, con algo de suerte, encontraría alguna pista entre los textos antiguos.