Traducido por Selena
Editado por Meli
—Qing Qing…
Feng Cang estaba feliz, la mujer que amaba no estaba obsesionada con el poder, no era una persona que causaría daño por ambición-
—Bueno, tampoco sería bueno ser un plebeyo sin posesiones, ¡¿no crees, príncipe?! —Sonrió con astucia—. Además, Wanyan Lie es nuestro enemigo.
—¿Qué quieres decir?
—Él tuvo que ver con la muerte de Feng Xie y Wanyan Ming, ellos no solo eran mis padres, son quienes te salvaron la vida y te criaron. Hay un dicho que dice que la gracia de criar a alguien es mayor que la gracia de dar a luz. Por eso, no podemos dejar ir a Wanyan Lie.
Él la miró lleno de incredulidad, esa pequeña mujer era un regalo de los dioses para. Incluso adivinar sus pensamientos.
No importaba su identidad, ni lo que les pasó a Long Yu y Xia Wan Ying; en sus recuerdos, eran un papel en blanco. solo podía imaginar las historias a partir de lo que Feng Xie le contaba. Sin embargo, Feng Xie y Wanyan Ming Yue eran verdaderas existencias en su vida. Le proporcionaron el amor de un padre y una madre y le hicieron sentir el calor de una familia.
Por lo tanto, no podía dejar de lado la venganza por esas personas que le dejaron perder el calor de una familia que había conseguido con dificultad y que dejaron que la mujer que ama perdiera a sus padres.
—Qing Qing, ¡¿cómo podría no amarte?!
Él no podía devolver el amor que le dieron Feng Xie y Wanyan Ming Yue, solo podía duplicar el pago en su única hija Murong Qi Qi. ¡Él quería que ella se convirtiera en la persona más feliz de este mundo! ¡Que nunca tuviera que preocuparse por nada!
♦ ♦ ♦
En un día, la capital Yan de Bei Zhou experimentó dos turbulencias: Murong Qi Qi había sobrevivido a la noche de bodas, haciendo que más de la mitad de la capital perdiera dinero en las salas de juego y la otra noticia explosiva y dolorosa fue que ¡Murong Qi Qi era en realidad la hija del gran general Feng Xie y de la princesa Wanyan Ming Yue y la hermana menor de Feng Cang!
Todos estaban atónitos. Su imaginación desbordó fantasías sobre la noche de bodas entre los hermanos, hasta que, desde el palacio, se anunció que Murong Qi Qi y Feng Cang, conocían el plan de Li Qiu Shui y antes del matrimonio, organizaron una obra de teatro falsa para que la verdad fue revelada.
Entonces, los plebeyos llegaron a la conclusión de que al ser hermanos, no había maldición y lloraron una vez más por el dinero perdido.
El único que se benefició de la apuesta fue el joven maestro Guanghua, quien apostó un millón de teals de oro.
Los jefes de las salas de juego estaban ansiosos como hormigas en una sartén. Lo sacrificaron todo para lograr reunir quinientas mil monedas de oro y para compensar lo que restaba, el joven maestro Guanghua se convirtió en copropietario de toda la calle. Todos los locales de juego debían entregar el treinta por ciento de sus beneficios hasta que pagara la deuda con sus respectivos intereses.
Aunque los jefes de las salas de juego pensaban que era injusto, en su corazón seguían sintiéndose agradecidos. Al menos, les permitió mantener sus negocios y no rompió su forma de ingresos.
♦ ♦ ♦
—Señorita, Wu Qing envió una parte de las monedas al primer lugar de negocios del mundo y otra parte fue guardada como fondos —informó Su Mei a Murong Qi Qi.
—¡Muy bien! ¡No está mal! No los fuerces demasiado. Espera hasta el momento adecuado para tragarlos a todos.
Después de que Feng Cang le confesara su origen, se había ido sin decir nada, sin embargo, ella sabía que había ido a apaciguar los rumores y evitar que se convirtieran en chismes temibles.
—Señorita, ¿es usted la hija de Feng Xie y Wanyan Ming Yue? Entonces, el yerno y usted no… —preguntó impaciente, había estado ansiosa desde que el edicto de Wanyan Lie había llegado al wangfu.
—¿Nosotros qué? —Murong Qi Qi dejó las cosas en su mano y la miró tranquilamente.
Sabía que Su Mei estaba preocupada, ella y Su Yue eran personas en las que confiaba, pero no podía hablarles de la identidad de Feng Cang.
Su Mei, después de estar seis años con Murong Qi Qi, sabía que entre más tranquila se mostraba en la superficie, más triste debía sentirse.
—¡Señorita, grite si está triste! Aquí estoy yo y Su Yue. Estaremos a su lado. ¡No lo guardes en tu corazón y no te deprimas sola!
Ella esperaba que su maestra llorara, armara un escándalo o cometiera un asesinato o un incendio, sin embargo, no hizo nada e hizo que la gente se sorprendiera.
—Su Mei, estoy bien…
—¡Señorita, aunque usted sea la maestra, siempre la vi como mi hermana menor! —La abrazó—. ¡Al encontrarse con algo así, debe sentirse muy triste y sentir mucho dolor! No se haga la fuerte. ¡Grite! ¡Finja que soy tu hermana mayor y llora en mis brazos!
Esta chica tonta, ¡ah!
—Su Mei, no es como lo que piensas. En efecto, soy la hija biológica de Feng Xie. Pero ¡también es cierto que me gusta el príncipe y no me rendiría por ello!