Traducido por Yonile
Editado por Lugiia
Aunque no tardamos mucho en llegar al pueblo en caballo, es increíble verlo por mí misma. ¿Las pequeñas ciudades como esta siempre estaban tan concurridas y animadas?
¡Las calles se parecen a lo que me imagino que fue la Europa medieval de mi vida pasada!
Hay floristerías, panaderías, tiendas de licores y alimentos, entre muchas cosas más, todo alineado frente a nosotros en una calle ajetreada.
En medio de este sitio tan iluminado por el sol, puedo escuchar música sonando desde algún lugar y también gente bailando y sonriendo…
Aunque es un pueblo pequeño, todos emanan felicidad.
Casi no puedo creer que un pueblo empobrecido se encuentre justo al otro lado.
Según el abuelo Will, ni siquiera el sol brilla en ese lugar. Eso significa que las personas que nacen allí terminan muriendo sin ver el sol…
Aunque ambos sitios pertenecen al mismo país, ¿por qué hay tanta diferencia entre ellos?
Mientras pienso en ello, nos bajamos de nuestros caballos y comenzamos a mirar alrededor.
—¿Hay algo que quieras ver? —me pregunta el joven Eric.
Inspecciono todas las tiendas que nos rodean… y me decido por visitar una panadería y una confitería.
No obstante, siento que, en realidad, hay demasiados sitios a los que quiero ir. Es demasiado difícil elegir.
Mientras sigo observando, con la esperanza de ver algo que pueda ayudarme a decidir, encuentro un letrero que dice…: ¿vivero de plantas?
—Uhm, Eric, ¿qué tipo de tienda es esa allí? —Eric mira en la dirección que estoy señalando.
—Oh, esa es una tienda que trabaja con variedades exóticas de plantas.
¡¿Plantas exóticas?! Entonces, ¿podría ver algunas de las plantas sobre las que leí en ese primer libro que encontré en la biblioteca?
—¡Quiero ir allí~! —exclamo mientras agarro las manos de Eric y de Henry y los arrastro hacia ese lugar.
—¡Oye, Eric! Borra esa sonrisa de tu cara —escucho decir a Henry a mi espalda.
¿Vaya? ¿Eric también quería visitar este vivero de plantas?
Una vez que llegamos frente a la tienda, suelto sus manos y miro por la ventana.
Indecisa sobre si está abierto o no, abro la puerta y entro.
¿Qué es este lugar? Casi parece como si hubiera sido envuelto en magia.
El aire se siente completamente diferente al exterior; es tan fresco y el ambiente en general se siente tan pacífico, como si estuviera purificando mi corazón de cualquier negatividad.
Pensar que sería capaz de encontrar un sitio tan agradable en esta ciudad… Realmente me hace sentir a gusto.
Y hay una gran cantidad de plantas aquí. Están tan llenas de vida que casi parece que estuvieran bailando.
¡Vaya! ¡La planta que vuela en el cielo! Esa es una de las que había leído…. ¡Pensar que en realidad sería capaz de ver una de primera mano…!
Creo que se llamaba “Wing”.
—Bienvenidos —saluda un hombre de mediana edad mientras camina hacia nosotros desde la parte trasera de la tienda. Tiene el cabello castaño y lleva un par de gafas redondas.
El delantal que lleva puesto también le sienta muy bien.
Oh, vaya… En el momento en que se presentó, todas las plantas parecieron reaccionar como si se sintieran felices.
¿Podría ser un usuario de magia de la naturaleza…?
—¡Eric, Henry! ¡Hace mucho que no los veo! —dice mientras le sonríe a ambos y estrecha sus manos como saludo.
¿Será un conocido?
—¡Paul! Ha pasado un tiempo. ¿Cómo has estado? —responde Henry, devolviéndole la sonrisa.
Mientras estoy allí aturdida, el hombre se acerca a mí y se agacha para mirarme a la altura de los ojos.
—Encantado de conocerle. Soy Paul, el gerente de esta tienda. Usted debe ser Alicia, ¿verdad? —dice, saludándome con una sonrisa.
—Encantada de conocerle. Sí, soy Alicia, pero ¿cómo lo supo?
—Oh, eso es porque su hermano habla de usted a menudo.
¿Hmm? Tengo mucha curiosidad por saber qué ha estado diciendo sobre mí. Espero que no haya sido nada malo.
—Uhm, ¿usted es cercano a mis hermanos?
—Estamos en buenos términos. Después de todo lo sucedido, todavía se me considera un noble, incluso si estoy trabajando aquí de esta manera —dice el señor Paul con una sonrisa amarga en su rostro.
¡¿Un noble?! Entonces, realmente usa magia de la naturaleza… ¡Oh! ¡Apareció una vez durante el juego! Paul, el encargado del vivero de plantas…
Había pensado que sonaba familiar por alguna razón. Es cierto, en el juego, la heroína visitó esta tienda porque necesitaba algunos ingredientes para algún tipo de medicina que había estado haciendo.
Espera, ¿eso no significa que… me las arreglé para venir aquí primero?
Como se suponía que ella visitaría esta tienda con Curtis, dudo que ya haya estado aquí. Ella no ha tenido suficiente tiempo para volverse tan cercana a él, ¡estoy segura! Ooh, ser la primera me hace sentir que estoy ganando.
—Sí, ¿qué clase de noble trabaja en una pequeña tienda como esta? —le dice Eric a Paul en broma.
—¿Qué le hizo querer abrir un vivero de plantas? —le pregunto.
—Bueno, las plantas tienen el poder de curar enfermedades y sanar los corazones de las personas… Y como siempre quise trabajar en un campo que pudiera ayudar a las personas, me pareció una buena opción. De todos modos, originalmente solo soy un noble de bajo rango, así que… —responde Paul, sonriendo cálidamente. Mientras habla de sus aspiraciones, casi parece brillar con una luz reconfortante.
—Bueno, está haciendo un trabajo maravilloso —exclamo, dejando que mis verdaderos sentimientos se filtren por accidente.
¡Felicitar a alguien debería ser como sacarle los dientes a una villana!
Sin embargo, al estar rodeada de plantas tan hermosas, terminé bajando la guardia porque me sentía demasiado a gusto.
¡Su primera impresión será que soy una buena persona! ¡Maldita sea! ¿Qué debo hacer al respecto?
No, espera, pensemos positivamente, ¿de acuerdo…? Fue una simple equivocación. Todavía debería tener muchas oportunidades de empeorar su impresión de mí a partir de ahora.
—Gracias —dice Paul, sonriéndome.
Incluso si es una persona de mediana edad, con una sonrisa como esa, cualquiera podría enamorarse de él.
—Cultivamos una variedad de plantas extremadamente exóticas aquí. Por ejemplo esta…
Paul agarra una botella que alberga una planta muy pequeña en su interior.
—Chad —decimos Paul y yo simultáneamente.
Sus ojos se abren como platos. Hasta este momento, ¿cuántas veces la gente me ha mirado de esa manera?
Aunque, en este caso, supongo que no es tan sorprendente considerando lo rara que es Chad.
—¿Ha oído hablar de ella? —me pregunta Paul, todavía sorprendido mientras me observa.