Traducido por Yonile
Editado por Lugiia
—Por aquí —dice Liz, guiándome hasta la puerta del edificio de la escuela.
Pensar que terminaría en deuda con la heroína a causa de mis acciones.
—¿Vino hasta aquí para encontrarte con alguien? —pregunta, mirándome con sus ojos color verde esmeralda.
Es un color muy llamativo. ¿Cómo puede una persona tener unos ojos tan bonitos? Son tan grandes y profundos que siento que estoy cayendo en ellos.
—¿Pequeña Alicia?
—¿Eh? Oh, umm… Estoy muy agradecida por mostrarme el camino. Entonces, con permiso —digo antes de girar sobre mis talones y huir hacia el edificio de la academia.
No puedo decirle a Liz que vine a conocerla. ¿Eso no me haría lucir como una admiradora suya o algo parecido? Para evitarla, camino con determinación en una dirección arbitraria mientras me alejo de ella, como si estuviera buscando a alguien.
Cuando estoy a una buena distancia, me permito observar más mi entorno y una vez más me sorprende lo hermosa que es esta escuela. Y además de eso, está inmaculadamente limpia. No parece haber ni una pizca de polvo.
Me pregunto si usan magia para limpiarla.
También estoy un poco sorprendida porque no he visto ni a una sola persona en todo lo que he caminado. ¿Podría ser que haya clases en este momento…?
Debo haber elegido el peor momento para venir aquí.
Sin embargo, dado que no hay nadie cerca en este momento, supongo que no estaría de más hacer un pequeño recorrido, ¿verdad? Después de todo, me matricularé como estudiante aquí en cinco años… Siendo así, echemos un vistazo.
Al caminar por el espacioso corredor, observo que todas estas habitaciones conducen a salas de conferencias.
¿Eh? Puedo escuchar las voces de los maestros en cada una de ellas con temas interesantes. Tengo muchas ganas de sentarme en una de las conferencias, pero no debería… Necesito contenerme para poder disfrutar plenamente cuando pueda inscribirme. Solo necesito ser paciente.
Al final del corredor, me encuentro con una pequeña puerta de madera que luce como si fuera sacada de un cuento de hadas. ¿Qué podría haber al otro lado?
Ahh, tengo mucha curiosidad… ¡Quiero saber! ¿Debería entrar?
Si esta habitación resulta estar fuera del alcance de los estudiantes… ¡Mucho mejor! ¡Puedo presumir de lo malévola que soy!
Qué deliciosa oportunidad~
Giro el pomo con entusiasmo y abro la puerta.
O al menos lo intento, pero la puerta no se mueve. ¿Podría estar bloqueada?
¡De ninguna manera, quiero ver su interior…!
Con todas mis fuerzas intento empujar y jalar… hasta que, de repente, un fuerte estruendo estalla en el pasillo, sobresaltándome. Al mismo tiempo, me tambaleo hacia atrás y termino tirada en el suelo.
Logré abrirla… Supongo que la puerta estaba destinada a ser jalada, no empujada.
Me pongo de pie mientras sacudo la suciedad de mi vestido y noto el ligero olor a libros flotando hacia mí… ¿Podría esta puerta conducir a una biblioteca?
Camino hacia ella extasiada, y en el momento en que mi pie entra en la habitación, me invade el olor a papel, pergamino y cuero; todos esos aromas únicos de libros.
¡Qué hermoso lugar!
En lugar de una habitación construida para albergar libros, parece más una creada para relajarse. La luz del sol entra a raudales a través de enormes ventanales, iluminando hermosos escritorios y sillones de madera. Los libros yacían desordenadamente esparcidos por la habitación, dándole una atmósfera cómoda y vivida.
Respiro hondo y siento que me relajo instantáneamente. Podría pasar toda una vida en un sitio como este.
Me dirijo tranquilamente hacia el otro extremo de la habitación, absorbiendo lo que puedo del ambiente. En el fondo, noto una pared oscura y vacía, como una pizarra.
Cuando me acerco a ella, me sorprendo por lo grande que es. ¡Es casi el doble de mi altura! ¿Cómo se construyó esto? ¡Es enorme! Esas losas nunca podrían haber pasado por la puerta.
La miro por un momento antes de darme cuenta de que hay algo escrito en la parte superior. Entrecierro los ojos y estiro la cabeza hacia atrás para ver mejor.
Métodos para apoderarse del reino de Ravaal.
Además, debajo de ello también había otras palabras.
Siéntase libre de ofrecer sugerencias sin importar su estatus o posición.
El apoderarse del reino de Ravaal… Con estas palabras, mi cerebro comienza a funcionar a toda marcha.
Arrastro una silla hasta la pizarra y me subo de un salto. Distraídamente, tomo un trozo de tiza y luego dejo volar mis pensamientos, llenando la pizarra negra con letras blancas.