Traducido por Shiro
Editado por Ayanami
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El último rastro del sol ardía en el horizonte, bañando de gris el desierto desolado e infinito.
Tang Ling caminaba solo, junto con el envío de plata. Se había encargado, por el camino, de dos personas que habían tratado de robar el envío y ahora estaba atrasado. Ahora, el camino estaba vacío con excepción de su persona.
En ese momento, dirigió su mirada hacia su caja de los mil compartimientos —su arma—. Estaba un poco nervioso.
Un grupo de criminales había comenzado a aparecer recientemente en el desierto Longmen. Estaban organizados y, específicamente, atacaban a personas que llevan envíos e iban solas. Había escuchado ya de muchas víctimas.
No pudo evitar dejar escapar un suspiro, pensando que sería fantástico si Lu Yan estuviese con él.
Había conocido a Lu Yan cuando estaba apreciando el paisaje en el árbol Sansheng. Los dos se llevaron bien y comenzaron a hacer todo juntos. Cuando escoltaban envíos, a Lu Yan le gustaba ocultarse cerca de Tang Ling, de forma que si alguien lo atacaba por sorpresa, el otro aparecería de pronto, truncando la táctica. Entonces, recuperaría el envío de plata y se lo entregaría.
Lu Yan no hablaba bien mandarín, por lo que Tang Ling pensó en enseñarle algunas palabras. Sin embargo, unos días atrás, Lu Yan, de repente, se le acercó con el rostro enrojecido.
—¿Qué dicen las personas de la Llanura Central cuando quieren tomar una esposa? —le preguntó.
Tang Ling lo miró sorprendido.
—¿Quieres casarte?
Lu Yan se rascó la cabeza.
—Sí.
Tang Ling permaneció en silencio un momento.
—¿Ella aceptó?
Lu Yan sonrió apenado.
—No lo sé aún.
—Estúpido —dijo, poniendo los ojos en blanco.
—Ella está dispuesta —le dijo con un rostro serio.
{2}
Tang Ling pensó sobre ello.
—Entonces, dile «Me gustas. Cásate conmigo».[1]
—Me gustas. Cásate con nido —repitió.
—«Conmigo» no «con nido».
—Me gustas. Cásate conmigo —dijo con seriedad.
—Sí —contestó mirándolo.
Los ojos azules de Lu Yan lo miraban fijamente.
—¿Tang Ling?
—Díselo así —le dijo una vez que recobró la calma.
Entonces, Lu Yan sonrió ligeramente, sus ojos brillaban como un estanque de agua.
—Está bien.
A continuación, Tang Ling lo miró, en sus ojos había un poco de amargura. Aunque, apresurado, bajó la mirada para toquetear su caja.
—¿Por qué sigues ahí parado? Ve a practicarlo varias veces, no vaya a ser que digas «con nido, con nido, con nido» porque se reiría de ti.
Lu Yan, obedientemente, se giró hacia la pared y murmuró sus líneas.
A veces decía «conmigo» y otras «con nido».
Mientras más lo escuchaba, Tang Ling, más infeliz se sentía. Un resentimiento desconocido se estaba apoderando de él, por lo que, sólo le quedó ir al patio y practicar con las estacas de madera.
{3}
La noche se hacía cada vez más oscura, y las nubes ocultaban la luna. Estás eran de color morado y se parecían a las costillas de una bestia, cosa que hacía que el cielo luciera más tenebroso. El camino por el desierto se podía ver sólo vagamente. Lo peor era que Tang Ling percibía sonidos inusuales a su alrededor.
Él había recibido entrenamiento como asesino, por lo que, sus oídos eran particularmente agudos. Los sonidos amortiguados que escuchaba parecían pasos. Además, no eran sólo una o dos personas.
Tang Ling avanzaba asustado. Entonces, pensó en Lu Yan, a quien no veía desde hacía días, y sintió amargura en su corazón.
Debió haber ido a encontrar a esa chica.
En ese momento, un fuego desconocido se encendió en su corazón. Agarró su arma y miró hacia atrás.
Ya que no podía esconderse, pelearía.
Pero no había nadie detrás de él.
A continuación, la luna que se encontraba oculta tras las nubes, reveló la mitad de su rostro. La luz de la luna, la cual parecía nieve fina, brilló sobre el suelo e iluminó unas profundas y densas pisadas detrás de su persona. Las marcas indicaban que habían estado en constante movimiento, pero cuando la luna delató su ubicación, se detuvieron por completo.
Su corazón se heló.
{4}
En ese momento, un sonido acabó con la calma. Las huellas rodearon a Tang Ling como si hubiesen recibido una orden. Los contó. Había treinta personas.
Estaba estupefacto. Uno contra treinta. ¿Cómo era eso posible?
Las pisadas se detuvieron, y una a una, las personas fueron reveladas. Eran todos discípulos de una secta recta, los cuales, llevaban consigo sombreros y espadas. Antes de que Tang Ling pudiera reaccionar, todos estos hombres comenzaron a bailar y a cantar.
La hermosa y luminosa luna brilló en el desierto desolado, iluminando todo por un instante. La luz destelló y un sinnúmero de cambios pudieron percibirse. Lu Yan apareció en medio de esta luz, y lo cargó mientras se encontraba aturdido y sorprendido. Tang Ling se encontraba rodeado de personas, y el otro lo elevó por lo alto, sus fuertes brazos se encontraban firmes alrededor de sus glúteos. Entonces, lo sentó sobre sus hombros como a un niño.
Felicidad extrema en un mundo infinito; un baile destinado sólo para un gobernante.
Tang Ling estaba atónito sobre los hombros de Lu Yan.
—¿Tú hiciste esto?
El otro lo miró. La maravillosa y espléndida luz de la luna iluminaba su gentil sonrisa.
—Sí.
Entonces, lo golpeó.
—¡Por poco me matas del susto!
Lu Yan lo miró seriamente a los ojos, y le dijo:
—Me gustas. Cásate con nido.
Los discípulos danzantes también gritaron:
—¡Cásate con nido jefe!
Tang Ling estaba atontado. Quería reír y llorar.
—¡Es «conmigo»! ¡Estúpido!
Lu Yan sonrió y lo abrazó.
—Entonces, ¿estás dispuesto?
Tang Ling envolvió sus brazos alrededor de su cuello.
—Estoy dispuesto —susurró.
{5}
¿No había accedido ya aquel día?
Estúpido.
{Fin}
♦ ♦ ♦
Nota de la Autora: Esta es una historia corta de un gato tirano de la localidad, quien le trajo una troupe para que le cantara y bailara mientras le proponía matrimonio… (*ᵕ*)
Mi pasión~ es como~ un fuego~ ardiendo en el desierto Longmen~ Oh, oh, oh~ Cuando me ve~ debe casarse conmigo~ Ardiendo en el desierto~ (ω`)
[1] La autora hace un juego de palabras entre «yo» y «anidar», las cuales sólo se diferencian por la pronunciación, al parecer. Las adapté de la mejor forma posible.