La consorte favorita del príncipe demonio – Capítulo 133: Te amo (1)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


En mitad de la noche, la risa de Murong Qi Qi, era bastante refrescante en la silenciosa Cresta del León. Su sonrisa era tan hermosa, que sería capaz de causar la caída de una ciudad o un estado.

Los subordinados de Feng Cang lo envidiaron, no solo la señora no se había molestado, sino que los cautivaba con su belleza. Él todavía no lograba comprender si estaba o no enfadada.

—Qing Qing… —El atractivo rostro del hombre estaba algo acalorado.

—¡Te preocupas por mí, soy muy feliz! —Se echó a sus brazos. Levantó la cabeza y le miró a los ojos—: ¡De verdad! Te preocupas tanto por mí, ¡estoy muy conmovida!

—¡Oh! —Alguien aplaudió y el resto se unió.

Estaban felices por su maestro, entusiasmados de que hubiese encontrado una amante tan íntima y tan poderosa.

—Qing Qing, ¿no me culpas?

—¡Idiota! —Se puso de puntillas, le rodeó el cuello con las manos y le dio un cálido beso.

—¡La señora es formidable!

El beso lo tranquilizó. Ella era suya. ¡Él lo sintió!

—¡Qing Qing, te quiero! —Bajó la cabeza y besó sus labios.

—Oh…

Era raro ver una imagen tan maravillosa. Todos se quedaron mirando a aquel par de enamorados; uno de rojo, otro de blanco. Se besaban como si en el mundo solo existieran ellos dos…

Sin dejar de besarla, Feng Cang levantó a Murong Qi Qi. Se marchó tan rápido como el viento.

—Señorita… —Su Yue estaba a punto de seguirle, cuando fue detenida por Nalan Xin.

—Wangye[1] y wangfei[2] tienen algo que hacer. ¡No debemos molestarlos! Lo más importante ahora es comprobar cómo la gente de Wu Ji Gong se coludió con la corte. El asunto de Jue Se Fang y Tong Bao Zhai aún debe ser resuelto. Por un tiempo, el maestro no podrá ocuparse de esto…

La cara de la criada se puso roja. La señorita y guye[3] debían de haberse ido a un mundo solo con ellos dos. Su Mei también estaba sonrojada. Fang Tong se rió.

—Parece que debemos prepararnos para la llegada del joven maestro.

Nalan Xin había sido sutil, pero el anciano fue tan directo. La pareja solo se marchó a un lugar más privado y él pensó directo en la próxima generación.

—Anciano Fang, este joven ha faltado hoy a los modales. Pidiendo al anciano que permita a este más joven expiar mi crimen.

—¡Ja, ja! —se rió y agitó la mano.

Había malinterpretado a Feng Cang, no obstante, había constatado lo mucho que se preocupaba

—Siempre habrá malos entendidos. Incluso los amantes no se reconocieron entre sí. Además, tus artes marciales son geniales, ¡ah! ¡No es nada! —Mientras hablaba, la gran mano de Fang Tong palmeó el hombro de Nalan Xin.

Nalan Xin pensó que las personas de Moyu eran muy interesantes. La gente del jianghu[4] no se preocupaba por nimiedades.

—Anciano Fang,esto ha sido culpa nuestra. ¿Por qué no nos deja ocuparnos del asunto de Wu Ji Gong? Podría considerarse como una disculpa a wangfei y para Moyu.

—Ya que el joven maestro Nalan lo dijo así, ¡hazlo según tus deseos! He visto durante mucho tiempo a Wu Ji Gong como una espina en los ojos. ¡Lo mejor es acabar con ellos de una vez! ¡Ya no dejar que vengan a molestar y que la señorita y guye se preocupen!

No sé por qué Wu Ji Gong, junto con los guardias, atacaron a Guanghua gongzi, pero deben ser destruidos, pensó Nalan Xin. 

Wanyan Hong había pasado de molestar a Feng Cang a ofender a Murong Qi Qi, ¡eso era algo que ni la ley del cielo toleraría!

♦ ♦ ♦

Feng Cang agarró la barbilla de Murong Qi Qi.

—Qing Qing, estuve ciego… —Suspiró de alivio y toda su angustia desapareció—. No lo hice a propósito. No sabía que eras tú…

—Cang… —Se sentó a horcajadas sobre él, le acarició la barbilla—. Si tanto te molestaba, si tenías dudas, ¿por qué no me preguntaste? ¿Por qué no fuiste sincero conmigo?

Él se rio, hace un momento, creyó que todo se había olvidado con aquel beso; sin embargo, ella solo había esperado que estuvieran a solas para resolver el problema.

—Cang, ¿quién eres? —Son las yemas de los dedos, dibujaba con delicadeza, círculos en su barbilla—. ¡Resultaste ser Nan Lin wang!

Sus caricias le producían una sensación de entumecimiento. De su barbilla, se transmitió a todo su cuerpo.

¡¿No sabe lo que me está haciendo?! Tragó saliva, su cuerpo comenzó a agitarse.

—Qing Qing —sujetó su mano para detener la dulce tortura—. Soy el líder de Fo Sheng Men… ¡Long Ao Tian!

Hace cinco años, cuando el veneno de Feng Cang actuó, conoció a Mozun que lo prometió con Murong Qi Qi.

—¡Así que nuestra unión estaba predestinada! —Lo abrazó por la cintura—. Nuestros padres y el padrino también lo decidieron así. Ahora, incluso nosotros lo deseamos. Un matrimonio predestinado concluido por tres destinos.

Feng Cang sonrió ¡ella había estado destinada a ser suya!

—Dime, ¡¿cómo me compensarás por lo de hoy?! —Cruzó los brazos sobre su pecho y fingió estar enfadada—. Luchamos frente a todos y dejamos que esos bastardos de Wu Ji Gong destruyeran mis esfuerzos. ¡¿Cómo vas a compensarme?!

Él pensó en Wu Ji Gong, no los perdonaría por haberse metido con su mujer.

—¡Sirvientes! —gritó.

—¡Maestro! —Una persona de negro hizo una reverencia, una rodilla en el suelo.

—Destruye a Wu Ji Gong.

—¡Sí!

—Llévate a mi gente —dijo Murong Qi Qi, antes de que la persona se marchara, esta se detuvo, con la mirada fija en Feng Cang—. Llévate a Su Yie. Dile que Wu Ji Gong destruyó mis cosas. Aunque se despellejen, tienen que compensar mi pérdida.

—¡Hazlo! —asintió Feng Cang—. ¡Transmite a Nalan Xin las palabras de wangfei! ¡Dile que se ocupe de esto para compensar su error anterior!

Cuando Nalan Xin recibió las indicaciones de Feng Cang, tuvo ganas de llorar. Él le había aconsejado preguntar a Murong Qi Qi; su maestro se había equivocado, pero era él quien debía responsabilizarse del error y corregirlo.

—Qing Qing, ya me has golpeado y pateado. Aún me duele el pecho —Agarró su pequeña mano y se la puso en el corazón—. Hoy descubrí que tu habitual gentileza y amabilidad son una farsa. Resultó que eres muy violenta…

—¡Lo siento, lo siento, lo siento! —se disculpó, muy apenada por la situación—. ¡No sabía que eras tú! ¡¿Estás bien?! ¿Te duele? ¡Déjame echar un vistazo!

No lo pensó mucho y abrió la ropa de su pecho. Una huella roja resaltaba en la piel blanca e inmaculada, lo había golpeado con fuerza.

—No pude reconocer tu voz. Además, verte vestido de blanco me molestó y no soporté que osaras tocarme, pensé que eras un pervertido… —Buscó en sus prendas, algún remedio para tratar la herida—. ¡Deberíamos volver! Mis cremas están en wangfu. En cuanto te las apliques, no tardarás ni medio día en eliminar el enrojecimiento y la hinchazón. Después de un día, ¡ya no te dolerá!

Trató de levantarse, pero los brazos de Feng Cang la retuvieron.

—¡No te muevas!

Estaba sonrojado, cuando ella revisó su herida, su cuerpo había reaccionado al suave tacto.

—¿Cang? ¿Qué pasa? —extendió la mano y la agitó delante de sus ojos— ¿Qué pasa? ¿Te duele mucho? Lo siento. De verdad no sabía que eras tú…

—¡Qing Qing eres despiadada! Querías asesinarme y fugarte con otro…

—¡No, no fue así! —Negó con la cabeza—. ¡No lo hice a propósito! ¡No te reconocí! No me gusta que otra persona aparte de ti me toque. Por eso, ¡esa patada fue tan feroz!

La felicidad invadió a Feng Cang, al saber que solo a él le permitía ciertas conductas. No estaba dispuesto a dejar pasar su concesión.

—Hace un momento, aún no lo percibía, pero ahora puedo sentirlo. —Frunció el ceño y gimió—. ¡Me duele mucho! Qing Qing, me duele mucho el pecho. ¿Podría morir?

—¡No! —Se apresuró a comprobar el pulso en su muñeca. No encontró nada extraño y se sintió aliviada.

—Me duele mucho —se quejó con amargura, antes de que ella pudiera replicar—. ¿Qué puedo hacer? ¿Por qué no me soplas? No me dolerá si me soplas…

—¿Soplar…? —Estaba confundida, era un concepto médico que ignoraba.

—¡Qing Qing, duele de verdad! —Fingió una mueca de dolor.

—¡De acuerdo, de acuerdo, soplaré por ti!

Acercó su rostro a él, su pequeña boca se abrió un poco y sopló. El cálido aliento invadió su pecho. Una descarga eléctrica le recorrió el cuerpo. La seriedad con la que ella actuaba lo hizo sentir culpable, pero no podía evitar querer devorarla.

—Q-Qing Qing… —Su magnética voz se volvió un poco ronca.

—¿Sí? —Sus ojos brillaban por la preocupación.

—Qing Qing, si lo besas, quizás ya no duela.

Soy un desvergonzado. ¡¿No es esto un crimen?! ¿Desde cuándo me convertí en un granuja? ¡No tengo escrúpulos!, se reprendió mentalmente, pero no se retractó de su petición.

En cuanto sus labios tocaron su piel, él cerró los ojos. Se había autoimpuesto una fatal tortura.

¿Por qué ella no dudaba de sus segundas intenciones?

Los suaves labios besaron toda la zona herida, él ya no podía ocultar el estremecimiento de su cuerpo.

—Cang, ¡¿qué pasa?! —Le colocó la mano en la frente—. Esto no servirá. ¡Necesitamos volver al wangfu[6]! ¡Estás muy herido!

La preocupación y la culpa evitó que sus amplios conocimientos médicos se opusieran a las peticiones sin sentido de Feng Cang, tampoco notó la mirada llena de deseo sexual que él le dedicaba.

—¡Sirvientes! —gritó Murong Qi Qi.

Se levantó, pero él la apretó hacia su cuerpo.


[1] Wang/wangye: príncipe de primer rango.

[2] Wangfei: consorte principal/esposa del príncipe de primer rango.

[3] Guye: yerno, usado por los sirvientes de la familia femenina.

[4] Jianghu: mundo de las artes marciales.

[5] Gongzi: joven maestro.

[6] Wangfu: residencia del príncipe de primer rango.

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