Traducido por Ichigo
Editado por YukiroSaori
Tras la entrevista, Ronnie y Cordelia regresaron a casa. Allí, Emina entregó a Cordelia una carta. Al darle la vuelta, vio un sello de cera con la imagen de un ave marina. Era del conde Zakharov.
Una vez en su habitación, Cordelia se cambió de ropa y abrió la carta.
En ella, el conde Zakharov expresaba su deseo de invitarlas a ella y a Shelley a su mansión como disculpa por haberlas involucrado en el incidente del secuestro.
—Una fiesta de té para disculparse, ¿eh? Aunque no creo que sea culpa del conde Zakharov.
Sin embargo, eso es solo si el conde no está involucrado en este incidente. Tendré que responder ya que ha enviado una invitación por escrito.
De pronto llamaron a su puerta.
—Adelante.
—Disculpe. Señorita, el Maestro vendrá a casa temprano hoy.
—De acuerdo.
Cordelia dejó la carta sobre el escritorio tras responder a Emina.
No tengo que escribir una respuesta de inmediato. Primero debo informar a mi padre. Un largo suspiro escapó a Cordelia al pensar en la creciente lista de asuntos que debía comunicar.
En su rutina diaria, cuando Elvis anunciaba su pronto regreso a casa, solía llegar un poco después de la hora de la cena. Por ello, Cordelia supuso que hoy también llegaría alrededor de esa hora, pero él llegó mucho antes e incluso la llamó para cenar juntos.
Elvis aún vestía la ropa que llevaba al regresar del castillo.
—He oído que hoy también has ido al castillo.
—Sí.
—Lo he oído casi todo de Isma, pero quiero que tú también me des una explicación.
Parece que ya ha oído lo esencial.
Cordelia dijo lo mismo que le había dicho a Isma.
—Aunque esa chica tenga mal genio, no pensé que acompañarías al conde Zakharov.
—Lo siento. Pero no he oído que el conde Zakharov fuera una persona muy cuidadosa, así que fui con ellos.
Ella informó de frente a Elvis de la razón por la que les había acompañado, pero él dio un profundo suspiro como respuesta.
—He oído que esa chica tiene el escudo de la casa Clydereine.
—Sí.
—Es inimaginable que alguien le regale un pendiente a una sirvienta. Si no lo robaron, entonces de seguro será un pariente o algo así. Dejó este asunto en manos de Isma, pero ¿llegaste a conocer a una chica como ella?
La expresión de Elvis se volvió un poco amarga.
¿Por qué pone una expresión así?, se preguntó Cordelia, y pensó en algo terrible.
Quiero creer que no es así… pero no estaría pensando que Shelley sería mi rival para el puesto de reina, ¿verdad?
Su hermano Cyrus había declarado que no existían méritos para que ella se casara con la familia real. Sin embargo, su padre no se lo había comunicado directamente. Aun así, no debería ser un problema, ya que no había mencionado ese tema desde que ella había expresado su negativa a casarse con el príncipe.
No, no. ¡Eso no debería ocurrir nunca!
Tan pronto como comenzó a reflexionar sobre este asunto, se vio incapaz de detenerse e intentó con desesperación calmar el miedo que había brotado en su interior. Estuvo a punto de temblar, pero las palabras que escuchó fueron muy distintas de lo que había anticipado.
—Te han involucrado…
Elvis refunfuñó levemente. Su voz sonó como si se quejara del daño que ella ha sufrido, y Cordelia se quedó perpleja.
Ahora que lo pienso, mi padre tampoco me preguntó por la vez que conocí al príncipe.
Si quiere que me case con el Príncipe, preguntaría de qué hablamos. ¿Cree innecesario mi matrimonio real, como Cyrus? Quiero preguntarle, pero primero deberíamos aclarar el asunto de Shelley.
Sin embargo, sus palabras indicaban que la apreciaba mucho, así que la hizo feliz.
No está relacionado con la reputación de la casa Pameradia, pero aun así se enfadó.
Ya sé que me aprecia, pero me hace feliz que lo demuestre de nuevo.
—Parece que aún no saben mucho sobre el secuestro. Pero los que capturaron de seguro no son los principales delincuentes; más bien, son gente que puede ser descartada.
—Padre, tengo algo que hablar contigo sobre eso. A decir verdad, el conde Zakharov me ha enviado una invitación para una fiesta de té como disculpa por lo de hoy. La chica que mencioné antes, Shelley, también está invitada a esta fiesta de té.
—¿Una fiesta de té?
Cordelia asintió mientras escuchaba el tono cortante de Elvis.
—Todavía no le he escrito una respuesta. Pero, antes de eso… He investigado un poco al conde Zakharov y me han parecido extrañas algunas cosas. He oído que los ingresos del conde Zakharov cayeron en picado debido al naufragio de sus barcos, pero parece que es más próspero que antes.
—Si te refieres a su obra social, entonces es simple. Solo está consumiendo su fortuna y convirtiéndola en oro.
Cordelia abrió los ojos porque Elvis había respondido con tanta facilidad.
—También investigué para ver si estaba haciendo algo ilegal. Pero parece que ha nivelado sus ahorros para guardar las apariencias. Cuando perdió su barco, podía haberse comprado otro si no era el último modelo. Pero no lo hizo, y muchos sirvientes vieron que gastaba su dinero, derrochandolo, así que renunciaron porque estaban preocupados por su futuro. Como resultado, he oído que apenas le quedan criados.
Cordelia abrió los ojos ante lo que había dicho Elvis.
—Eso es…
¿El orgullo de un noble? A veces las apariencias importan, pero quizás gastaba con tanto entusiasmo que hasta sus sirvientes se preocupaban.
—En el ojo público, el conde Zakharov no es una persona dañina en este momento. Es solo un tonto que no puede enfrentarse a la realidad, pero no parece que vaya a urdir un plan y engañar a la gente. No es alguien que pueda elaborar un plan. No le interesa mucho la política, así que nunca me meto con él.
¿Por eso no estaba incluido en las casas de las que debo cuidarme?, pensó Cordelia, y Elvis dirigió su aguda mirada hacia ella.
—Recuerda la diferencia entre orgullo y delirio.
—Sí.
Sin embargo, Elvis calmó un poco la voz.
—Pero hay algo que me preocupa. Cuando lo investigué, sus bienes ya deberían haber llegado al límite, pero tú dijiste que no ha cambiado su comportamiento. De seguro no le quede ninguna garantía para pedir dinero prestado. Pero no parece que le entre el pánico.
Declaró y volvió a mirar a Cordelia.
—Si vas a ir a la fiesta del té, presta atención para ver si te sientes incómoda de alguna manera.
Elvis decía que estaba preocupado, pero que no le importaba que ella fuera. Él le dijo las circunstancias del conde, y que ella debería estar atenta.
¿No es esta su primera orden para mí?
En contraste con la sorpresa de Cordelia, Elvis se mostró indiferente.
—Pero no busques demasiado. Más aún si crees que tiene algo que ver con el secuestro de esa chica del pueblo.
—Entendido, padre.
No sé si obtendré algún resultado.
Pero, si mi padre espera que yo pueda hacer esto, entonces tengo que responder a sus expectativas.
Por lo tanto, Cordelia debía responder al Conde Zakharov de inmediato.
Pero tenemos que comer antes, pensó Cordelia mientras se dirigía al comedor con Elvis.
♦ ♦ ♦
Tres días después, a la hora acordada, Cordelia se dirigió a la mansión del conde Zakharov en compañía de Ronnie. Aunque Emina solía acompañarla a las reuniones de té, Ronnie ya conocía al conde, por lo que no habría inconveniente en que la acompañara.
La mansión del conde Zakharov era un lugar sereno. El jardín, con sus árboles de hoja perenne cuidadosamente podados y sus estatuas de piedra, exhibía un equilibrio armonioso y un aire elegante. Sin embargo, a Cordelia le pareció percibir una especie de queja silenciosa de las plantas, como si lamentaran su soledad.
—Es una mansión tranquila. Parece que la gente oculta su presencia.
—Tienes razón.
Cordelia y Ronnie descendieron del carruaje frente a la entrada, intercambiando discretos susurros. Un sirviente los invitó a pasar a la mansión, y, como era costumbre en las fiestas del té, Ronnie fue conducido a una estancia separada. Los acompañantes aguardaban en otra habitación hasta la conclusión del encuentro, pero Ronnie tendría que esperar solo, ya que Shelley no tenía asistentes.
Cordelia, en cambio, fue guiada a una habitación en el segundo piso, lo cual le resultó extraño. Las fiestas de té solían celebrarse en salones luminosos de la planta baja o en el jardín, pero, según el criado, Shelley había solicitado una habitación en un piso superior para disfrutar de mejores vistas.
El conde Zakharov ya esperaba en la habitación.
—Hola, Cordelia. Gracias por venir.
—Gracias por invitarme, conde Zakharov.
La habitación a la que fue conducida estaba inundada de luz. Sin embargo, a pesar de ello, Cordelia percibió la misma sensación de soledad que había sentido en el jardín. Quizás se debía al carácter lúgubre de la estancia.
La disposición de la habitación generaba en Cordelia sentimientos contradictorios, ya que transmitía una sensación de vacío en lugar de sencillez. Sabía que la mera presencia de adornos no convertía un espacio en agradable, pero si el conde Zakharov era un ostentoso, tal como Elvis había insinuado, seguramente habría decorado un poco la habitación al invitar a huéspedes.
¿Acaso carece de los medios para hacerlo?
—Envié a alguien a buscar a Shelley, pero parece que llegará tarde.
—Vaya, entonces debería haber ido a recogerla.
Shelley permaneció en el castillo hasta tarde el día del intento de secuestro, pero luego regresó a la iglesia. Sin embargo, Isma le había informado que ya contaban con un mago de la casa Clydereine como guardia y que habían comenzado a identificarla mediante magia. Isma añadió que el conde Clydereine había tomado esa medida porque estaba casi seguro de que Shelley era su pariente de sangre.
—No puedo permitir que los invitados hagan eso. Estaré encantada de que tome asiento y espere.
—Entonces, discúlpeme.
Cordelia se sentó despacio, y el conde Zakharov volvió a hablar.
—Siento mucho los problemas que he causado al invitarlos de repente a salir. He hecho algo horrible.
—Está bien, no tienes que preocuparse.
—No, sí tengo que hacerlo. Si no hubieras estado allí, Shelley habría desaparecido. Gracias, Cordelia.
—No, yo… Es porque Ronnie estaba allí.
—Ah, Ronnie, ¿sí? Pensé que sería fuerte, ya que es tu guardia… pero de verdad no puedo agradecérselo lo suficiente. Los magos de la casa Pameradia son increíbles.
El conde Zakharov sonrió y habló con firmeza, pero Cordelia se sintió incómoda. Él expresó su profunda gratitud hacia Ronnie, pero no lo invitó. Aunque Ronnie había dicho que eso era mejor para él, Cordelia se preguntó por qué el Conde no lo había incluido en la fiesta de té, considerando su frecuente trato con plebeyos. A pesar de ser el benefactor de Shelley, ella seguía siendo plebeya en ese momento
Me pregunto si el conde Zakharov sabe que Shelley puede estar relacionada con la casa Clydereine.
Le dije a Shelley que guardara silencio al respecto, pero sí vio al mago Clydereine en la iglesia, no sería extraño que lo supiera.
