Eckart frunció el ceño y la miró.
—Marianne, nunca dije que no me gustara.
—Bueno, cuando me miraste así, pensé que no te gustaba. Me preguntaba por qué tú… —Agarrando su brazo, bajó las escaleras, pateando la parte delantera de su falda con sus zapatos, como si se quejara. Hizo pucheros con los ojos fuertemente cerrados. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 98”
La señora Chester, que estaba arreglando las flores en la mesa, esbozó una sonrisa voluptuosa.
—El ramo también combinaría bien con su vestido…
Béatrice señaló la mesa con los ojos. El ramo era rústico y elegante, compuesto por nueve peonías mezcladas con ramas de jazmín blanco que simbolizaban a la diosa Astrid. Se utilizaron muchas hojas verdes y flores de colores claros para transmitir una sensación de frescura. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 97”
La curiosidad humana sobre los pensamientos ajenos es insaciable, pero a menudo es mejor permanecer en la ignorancia.
Sentir el ardiente sol de verano sobre mi piel era insoportablemente incómodo. Sin embargo, debía preservar las apariencias y no permitir que otros percibieran mi malestar.
El primer día en la academia marcó el inicio de una nueva etapa. Las miradas curiosas y evaluadoras de los demás se clavaban en mí, tan punzantes como una corona de espinas, mientras cruzaba el umbral hacia la fiesta de bienvenida para los nuevos estudiantes. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 247: Un día cualquiera (2)”
—¿Vas a preguntarle a Ishakan cuál es su signo zodiacal?
—No digas tonterías, Haban.
Haban se cubrió la boca con una mano ante la reprimenda de Morga, ocultando su sonrisa. Morga lo ignoró y se secó el sudor frío con el dorso de la mano. Normalmente lo habría atormentado con varios hechizos, pero en ese momento estaba demasiado tenso y preocupado por otra cosa. Con cuidado, recogió su largo cabello antes de entrar en el dormitorio del rey. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 73: Devoción a Estia”
—¿Te sientes mejor? —Una voz ronca sonó desde atrás.
Zhou Yunsheng sacó su arma, enderezándose en su asiento.
—No temas, no te haré daño —Lei Chuan levantó las manos en señal de rendición y lentamente se sentó a su lado.
Guo Zerui también se sentó, dirigiéndole a Bai Mohan una mirada extraña. Antes de renacer, había preguntado sobre la situación en el laboratorio. La gente describía al joven doctor como un científico loco que realizaba experimentos aterradores que convertían a las personas en monstruos. Algunos incluso especulaban que los zombis podían ser creación suya. Seguí leyendo “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 5 (2)”
¿Por qué diablos está Ian aquí?
Mientras murmuraba sobre el pastel ante su inesperada aparición, Robert volvió a preguntar.
—¿Por qué estás aquí de repente?
—Eso…
Ian vaciló un momento.
Fue entonces cuando intervino una tercera voz: Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 13”
—¿Es en serio? ¿Me va a tratar como un esclavo?
El pequeño demonio, acurrucado en el sofá, masticando papas fritas, tarareaba una melodía mientras jugaba con su teléfono, mirando de vez en cuando la puerta cerrada del dormitorio. Había pasado una hora desde que Tang Feng entró a ducharse.
Para el asesino, al que le gustaba hacer las cosas deprisa, aquello era incomprensible. ¿Cómo podía un hombre disfrutar tanto bañándose que prefería pasar el tiempo en el baño que viendo la televisión? Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 62: Taquilla del estreno de la película”
El 26 de mayo del año 593, según el calendario imperial, dos días después de la fiesta prevista, comenzó la ceremonia de compromiso. El ambiente del gran templo, que había estado pesado debido a un accidente inesperado, volvió a animarse. Después de las oraciones matinales, los sacerdotes estaban ocupados buscando sus asientos. Se percibía una atmósfera extraña pero excitada en todas partes.
Marianne se despertó al amanecer y ofreció una breve oración en su habitación. Se arrodilló ante la ventana y juntó las manos según el precepto del templo que había oído antes. El amanecer tenue y el aire sereno de la montaña llenaban el espacio entre las cortinas entreabiertas. En medio de la serenidad del templo, la gente empezó a moverse y el olor a opio suave llegó desde las cercanías. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 96”
—Si la señora Chester hubiera determinado quién fue el culpable de este accidente, tenía la intención de utilizar ese método de investigación, aunque esto implicara involucrar a muchas personas.
—Pero la señora Chester no respondió claramente a tu pregunta, así que no tienes porqué llevar a cabo asesinatos sin sentido, ¿verdad? —preguntó. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 95”
—Señorita Eliza, hemos recibido una solicitud de un asistente de la casa de un conde de menor rango de Dianthus para acoger a un invitado. ¿Cómo desea proceder?
—¿De nuevo? Parece que esto ocurre cada vez que terminamos nuestras lecciones…
—Entonces, ¿qué les digo? Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 246: Concurso de acompañantes (1)”
—Ah…
Sus entrañas ya estaban empapadas de semen. Leah no entendía por qué seguía moviéndose, como si quisiera expulsar algo más. Su visión estaba borrosa, mientras inhalaba y exhalaba con dificultad, aferrándose a su conciencia que amenazaba con desvanecerse. Contó el número de veces que él se había corrido dentro de ella y se desesperó.
Fueron dos veces. Ella no quería desmayarse esta vez, pero cada vez que tenían sexo, Ishakan nunca se detenía sino hasta que estuviera satisfecho. Incluso cuando ella le suplicaba entre lágrimas que ya no podía más, él la persuadía y seguía penetrándola hasta que perdía la conciencia. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 72: Había llegado el momento de averiguarlo”
Después de recuperarse un poco, Zhou Yunsheng se sentó, con las piernas aún extendidas sobre la cama y preguntó:
—¿Quién eres? ¿Nos conocemos?
El hombre también se sentó y colocó dos cojines suaves detrás del doctor para mayor comodidad. Bajó la mirada y respondió:
—No nos conocemos. Seguí leyendo “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 5 (1)”
Y así terminó. Al final, Reynolds y su equipo capturaron a Hei Yi, pero lo único que encontraron fue su cadáver. Cuando tuvieron a Hei Yi rodeado en la azotea, el hombre les dedicó una sonrisa brillante, extendió los brazos como si se dirigiera al paraíso y cayó hacia atrás.
Cayó como un trozo de papel negro, hecho jirones por el viento.
Con el caso cerrado, Bai Yi volvió a su vida. Nadie sospechó nunca del aparentemente tonto e insensato gordo. Aunque Reynolds quería hablar con Bai Yi, estaba demasiado ocupado con el caso y decidió esperar hasta que todo estuviera resuelto. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 61: El final de «El cazador de demonios»”
Lejos de ser de ayuda, acabé distrayéndome jugando con ellas, lo cual no contribuyó en absoluto a mi tarea de componer la canción. Al día siguiente, me sumí en profundas reflexiones.
Parece que Emilia logró capturar la esencia de la composición musical a través de nuestro dueto improvisado y anunció que había desarrollado un prototipo de la canción. La melodía que compartió con nosotros distaba de ser tan melancólica como la del día anterior; tenía un aire nostálgico teñido de una belleza dolorosa. Me pareció reconocer esa melodía, como si la hubiera escuchado en algún lugar antes. La secuencia de acordes que toqué había sido incorporada. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 245: Un Enero lleno de emoción”
7Sus palabras la sorprendieron, incluso mientras sollozaba de placer. Era una propuesta salvaje y dulce. Ninguna otra mujer en el mundo había recibido jamás una propuesta así.
Pero ella no pudo responder, e Ishakan sonrió amargamente ante su silencio. Le dolió el corazón cuando vio que sus ojos se oscurecían. Quería consolarlo de alguna manera. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 71: Eres buena mintiendo”