Al día siguiente, Cordelia fue a la iglesia con Ronnie y se encontró con Clarice.
Clarice había dicho que hoy tenía el día libre y llevaba un atuendo sencillo: una blusa con broche, una falda negra y una espada. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 50: La chica soñadora (4)”
De camino a casa de Fulvia, Ronnie suspiró tras permanecer en silencio durante largo rato.
—Fue extraño. Esa chica y cómo actuó la señorita.
—¿Yo también? Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 50: La chica soñadora (3)”
Cordelia tragó saliva.
Estaba sorprendida, ella solo había querido investigar la situación en secreto primero, pero Shelley terminó discutiendo con Mick frente a ella. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 50: La chica soñadora (2)”
Después de salir del castillo, Cordelia no se dirigió a la confitería como habían planeado, sino que fue a la iglesia donde se alojaba la heroína. La casa de Fulvia estaba muy cerca de la iglesia, lo suficiente como para oír el coro, así que Cordelia y Ronnie recorrieron el mismo camino que habían tomado cuando fueron a su casa. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 50: La chica soñadora (1)”
—¿Qué demonios quieres? Tal vez, ¿has venido aquí para que te atrapen?
—No te preocupes, no tengo sentimientos tan loables.
—¿Alabables? Ni siquiera creo que seas normal.
—Es una pena. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 49: Contratos impuestos por confrontación”
Al día siguiente, Cordelia, que había terminado su almuerzo temprano, subió al carruaje con Ronnie y se dirigió a la Gran Librería.
Después de hojear libros allí, planeaba visitar a su abuela Fulvia, una farmacéutica, pues había llegado la hierba medicinal que buscaba. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 48: Cada uno en guardia”
Era un regalo considerado, aunque Cordelia no deseaba aceptarlo. Sabía que rechazarlo sería de mala educación, pero la idea de quedárselo la incomodaba. Sin embargo, Isma sacudió la cabeza con suavidad ante las palabras de su hermana. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 47: Entrando en la Gran Librería (4)”
De camino a casa desde la Gran Librería, Cordelia compró algunos recuerdos en la confitería.
Compró algunos para dárselos a Emina y a Lara como agradecimiento por haberla ayudado a vestirse hoy, pero se veían tan deliciosos, que también compró algunos para Ronnie y para ella misma. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 47: Entrando en la Gran Librería (3)”
Al igual que el primer piso, el sótano también estaba repleto de libros.
El rincón dedicado a las plantas estaba organizado de forma clara: un estante para plantas ornamentales, otro para hierbas silvestres, y un tercero para árboles y arbustos. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 47: Entrando en la Gran Librería (2)”
A poca distancia de la habitación del príncipe, Cordelia llamó a Clyde, que caminaba delante de ella.
—Joven Clyde, dijiste que me llevarías a la consulta del médico, pero al final está bien. Ya no me duele tanto. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 47: Entrando en la Gran Librería (1)”
La situación podía resumirse con una palabra: horrible.
El joven Vernoux parecía haber predicho el accidente. Al escuchar la voz repentina de Cordelia, la atrapó antes de que cayera al suelo. Sin embargo, esa situación no habría ocurrido si él no la hubiera arrastrado en primer lugar. En lugar de sentirse agradecida, Cordelia no pudo evitar guardarle rencor. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 46: Encuentro con el Príncipe por primera vez en dos años”
Después del almuerzo, Cordelia le pidió a Emina que la acompañara al castillo, y Hans apareció apurado.
—Hans, ¿qué ocurre?
Tras preguntar eso, Cordelia se dio cuenta de que Elvis estaba detrás de él, aunque de seguro no estaría en casa en ese momento, y se acercó con velocidad a él.
—Bienvenido a casa, padre.
—Sí.
Sin embargo, aunque estaba en casa, ella podía adivinar que era solo temporal por la forma en que Hans se apresuraba. Pero no se le ocurría una razón para que estuviera en casa. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 45: Las buenas noticias llegan con la tormenta (3)”
—Hola.
—Oh, joven Vernoux. Buenos días.
Es raro que el joven Vernoux venga a la oficina temprano por la mañana. Lo normal es que venga por la tarde, pensó Cordelia mientras se dirigía a la entrada.
Pero, en contraste con el saludo de Cordelia, Vernoux desvió la mirada y no respondió.
—¿No te sientes bien?
Parecía estar de mal humor, si es que eso no tenía que ver con su salud, pero Cordelia dudó en decirlo. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 45: Las buenas noticias llegan con la tormenta (2)”
Aquella mañana, Cordelia se despertó más temprano que de costumbre. Pero ya era demasiado tarde para volver a dormir, así que decidió leer un libro hasta el desayuno y fue a la biblioteca.
Aunque era temprano para Cordelia, si miraba al jardín desde el pasillo, podía ver que ya había sirvientes trabajando. Aquellos que llevaban flores seguramente iban a decorar los jarrones de la mansión. Ella los observó, ansiosa por ver cómo quedarían. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 45: Las buenas noticias llegan con la tormenta (1)”
Después del almuerzo, Dahlia, que había entrado en la biblioteca, miró a su alrededor y se sorprendió un poco.
—Me interesan los libros sobre caballeros… pero hay una gran cantidad de libros.
—¿Libros sobre caballeros? En ese caso, los libros de aquí podrían ser difíciles de encontrar. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 44: Preludio del futuro caballero (3)”