—No hay necesidad de desconfiar de mí. Estoy aquí por dos motivos. En primer lugar, como agente de la Interpol, estoy aquí para rescatar a los rehenes retenidos por militantes armados. En segundo lugar, también necesito mostrar sinceridad para reconciliarme con Charles —Iván se sentó despreocupadamente en el suelo seco y encendió una cerilla para prender las ramas y hojas secas.
A la luz del fuego, Tang Feng echó un vistazo a la cueva donde estaban. Era bastante profunda, e incluso con el fuego dentro, era difícil verla desde fuera. Cuando llegaron, Iván y el pequeño demonio habían cubierto la entrada con algunas plantas. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 56: Decisión”
A pesar de su mareo, Tang Feng se vio obligado a salir de la habitación. El pasillo estaba vacío, y abajo pudo ver a varias mujeres tumbadas en los sofás, aparentemente dormidas. Parecía que todos en la casa habían sido drogados.
—¡Alto! ¿A dónde me llevas? ¡Xiao Yu y los demás aún están arriba! —Ya que todos habían sido drogados, era una buena oportunidad para escapar. Tang Feng empujó al pequeño demonio con todas sus fuerzas y empezó a correr escaleras arriba. El asesino lo abordó rápidamente, inmovilizándolo contra el suelo. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 55: Escapar (2)”
—¿Mi actitud? ¿No parece que esté aquí para rescatarte? ¿Qué? ¿Quieres que te suplique que vengas conmigo? Si quieres morir aquí, ¡nadie te lo impedirá! —el pequeño demonio, que había sido rebatido por Tang Feng, se enfureció. Después de ser regañado repetidamente sin ninguna respuesta, pensó que era sólo un blandengue. No había esperado que le llevase la contraria hoy.
—Si yo grito pidiendo ayuda, serás tú el que muera —comentó. Respirando hondo, Tang Feng se recordó en silencio que no debía tomarse en serio una rabieta infantil. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 54: Escapar (1)”
Maldición… ¿Gordo feo?
Inhaló profundamente. Había adelgazado un poco, pero llevar varias capas le hacía parecer hinchado. Aunque deliberadamente se había maquillado feo, no debería ser considerado un gordo feo. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 53: ¿Eres Tang Feng? (2)”
—¿Moriremos aquí? —preguntó Xiao Yu. Les habían desatado las cuerdas, quizá porque los captores no creían que estos blancos mimados pudieran escapar.
—No, cree en mí —dijo Tang Feng, agarrando con fuerza la fría mano de su asistente. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 52: ¿Eres Tang Feng? (1)”
La tripulación encontró al guía turístico en la zona. Comprobaron sus credenciales y confirmaron que, efectivamente, era un guía turístico registrado. Sin embargo, en estos países ya de por sí caóticos, podía pasar cualquier cosa.
De repente, el hombre gritó y salió corriendo sin motivo aparente. Varios fotógrafos lo persiguieron. Tang Feng ordenó rápidamente a todos que se reúnan y no corrieran tras él. Debían caminar despacio y observar primero. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 51: Personal armado”
«El cazador de demonios». Escena 31.
Había muerto otra persona, un agente de policía local que había estado ayudando a Reynolds y a los demás en su investigación. Cuando llegaron a la escena del crimen, encontraron al agente atado a un poste. Ya estaba sin vida, sin lesiones distintivas visibles en su cuerpo; parecía bastante limpio y aseado, excepto por un tubo de bambú insertado en una arteria. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 50: Perdidos en la selva”
A medida que avanzaba el rodaje, varios medios de comunicación empezaron a entrevistar al equipo y a visitar el set de grabación. Sin embargo, como la película era una producción de bajo presupuesto y ni Tang Feng ni los demás actores eran especialmente famosos, los reportajes no crearon mucho revuelo.
A veces, Tang Feng veía a Xiao Yu frunciendo el ceño mientras miraba su teléfono, pero cuando le preguntaba al respecto, ella se limitaba a sonreír y a decir que estaba consultando su correo electrónico. Podía adivinar que probablemente habían salido algunos informes nacionales, algunos positivos y ciertamente algunos negativos. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 49: Los dos”
—Cariño, no sólo has engordado, sino que también te has vuelto más violento. No deberías haber elegido esta película. Mírate, volviéndote tan violento incluso antes de que empiece el rodaje. ¿Y si no puedes salir del personaje después del rodaje y te conviertes en un asesino psicópata?
—Cierra la boca —Tang Feng agarró un cubito de hielo y se lo metió en la boca a Charles, luego se sentó en la mesa, usando el hielo para aliviar el moratón del ojo del hombre al que había golpeado. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 48: El cazador de demonios”
En el hotel, Lu Tian Chen y Tang Feng tenían cada uno su propia habitación.
Desde que había engordado, Lu Tian Chen se había vuelto más pegajoso en lugar de distante. Tang Feng no tenía motivos para negarse. Si a Lu Tian Chen no le importaba que estuviera gordito, a él tampoco le importaban los firmes abdominales del hombre.
¿Se estaba volviendo más superficial? Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 47: El repentino ataque del oso”
Tang Feng no entendía por qué Xiao Yu y los demás se opusieron inicialmente a que aceptara esta película «destructora de imagen». Sin embargo, aceptó el papel no por diversión ni por segundas intenciones, sino simplemente porque le gustaba la película.
Podía perder peso más tarde; tenía determinación y decisión. Con la ayuda de un entrenador, podría recuperarse en menos de dos meses. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 46: Nueva imagen”
—Señor Lu, debe persuadir a Tang Feng. ¿Cómo va a aceptar esa película? —Xiao Yu se apresuró a entrar en el despacho de Lu Tian Chen, casi arrodillándose en su urgencia.
—Habla despacio —ordenó Lu Tian Chen con calma. Sentado tras su escritorio, continuó con su trabajo, sin que le afectara la repentina aparición de Xiao Yu.
Respirando hondo y organizando sus pensamientos, ella dijo: —Señor Lu, Tang Feng ha aceptado una película por su cuenta… Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 45: Aumento de peso (2)”
Fueron directamente al aparcamiento subterráneo, donde Lu Tian Chen tomó el coche para llevar a Tang Feng a casa.
—¿De qué te habló? —preguntó Lu Tian Chen mientras abría la puerta del pasajero.
—Además de Charles, Iván no acudiría a mí para nada más —Tang Feng se apoyó en la puerta del coche y subió, y Lu Tian Chen se sentó rápidamente en el asiento del conductor. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 44: Aumento de peso (1)”
—Ahora hagamos que nuestro invitado suba al escenario para que podamos presenciar este emocionante momento…
Durante la retransmisión benéfica en directo, el presentador, Chen Ming Xu, agitó hábilmente el ambiente. Los invitados famosos, incluido Tang Feng, subieron al escenario uno a uno.
El equipo creía que participar en más actos benéficos ayudaría a mejorar la imagen pública de Tang Feng. El actor no veía esto como un mero ejercicio para evitar la humillación o un trabajo rutinario; estaba encantado de asistir a actos benéficos como una celebridad y hacer todo lo posible para ayudar a los necesitados. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 43: Interrogatorio”
De cara a las entrevistas, Tang Feng ya se sentía muy cómodo, pues estaba bastante familiarizado con Chen Ming Xu. Sus interacciones eran a menudo humorísticas y sus ingeniosos intercambios hicieron reír a todos, tanto dentro como fuera del escenario.
Durante la entrevista, Chen Ming Xu empezó con preguntas sobre el Festival de Venecia, la actuación y la vida, pero luego tocó algunos temas personales.
Como presentador profesional, no perdió la oportunidad de preguntar a Tang Feng sobre su vida sentimental, sabiendo que el público y los fanáticos estaban más interesados en ello. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 42: Entrevista”