—Fuwa~ estoy cansada.
Luego de bostezar, me agarré los hombros.
Realmente, no siento cansancio en los hombros, así que solo es el humor. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 20: La sacerdotisa al límite”
—Fuwa~ estoy cansada.
Luego de bostezar, me agarré los hombros.
Realmente, no siento cansancio en los hombros, así que solo es el humor. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 20: La sacerdotisa al límite”
—…
Dejé el lápiz y cerré los ojos.
Tengo una pila de documentos en la mesa como si fuera una montaña. Aunque quiera olvidarme de ellos cerrando los ojos un momento, al final, nada va a cambiar.
—¿¡Qué…!?
Abyss Call dejó salir un grito.
La razón es simple. Ya que el Piscis desapareció. Sería sorprendente si el objeto que estabas a punto de hundir desapareciera repentinamente.
Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 18: La vampiro no trabaja”
—Cuanto más cerca, más grande parece.
Mis impresiones se escaparon de mi boca. ¿Cuánto sashimi puedes conseguir?
Estoy aquí en la proa de un barco de tamaño medio de guerra.
—Aquí… estará bien.
Corrí a altas velocidades a la casa más alta a la que pude trepar y me agaché en su tejado.
Entonces, cuando estaba esperando en el tejado y me concentré, sentí un fuerte aroma en la brisa marina. Es el dulce perfume que Samaka-san estaba usando.
—Me niego.
Dio un brinco hacia atrás como si estuviera sorprendido, pero mi respuesta era decidida.
Para ser honestos, no es tan malo que Samaka-san me cuide. Es un caballero y amistoso con las mujeres. Las sirvientas también abundaban, y se supone que me cuidarían con tres comidas al día y siestas. Pero aún así decliné la invitación.
—Wah… es un gran lugar.
El lugar al que me trajeron era una residencia con un aire noble.
La alfombra roja es suave y esponjosa, me hace incluso dudar en caminar sobre ella. Puedo decir que las pinturas y jarrones colocados aquí son caros a primera vista. Yo estaba sentada en una silla y él me miró.
Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 14: El sentimiento del amor”
Él apareció abruptamente.
—¿Eres la santa del milagro?
La gente usualmente venía aquí para curar sus heridas, pero él había cruzado la línea.
[Punto de vista de Notou-san]
—¿Hmmm…?
Me desperté porque fui estimulada por un olor.
Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 12: Compañera extraña”
—Vale, dolor dolor fuera~.
Diez días habían transcurrido desde que comencé a curar gente con mi magia. Como era normal, estaba trabajando frente a la casa de Notou-san. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 11: Los rumores se expanden un poco deprisa entre la gente”
—¡Arge! ¿¡Aún estás dormida!?
—Entendido.
—¿Fueh?
Sin darme tiempo para detenerla Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 9: Lo que realmente necesitaba”
—N, nya?
Para mi sorpresa, mis ojos se abrieron. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 8: No al infierno, si a las tetas”
—Uh-uhh…
Ha pasado algún tiempo desde que me separé de Zeno-kun. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 7: Shoudou”
—Así que esto es Hanapecha.
—Es Alrescha. ¿Te gusta la ciudad?
—Está bien. El viento es algo salado, pero se siente bien. Seguí leyendo “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 6: Ciudad costera de Alrescha”