Traducido por Naremi
Editado por Sakuya
Corregido por YukiroSaori
—Quiero este horno de píldoras. —Baili Hongzhuang señaló el horno plateado.
La sonrisa de Baili Yuyan instantáneamente se puso rígida, el aire alrededor de ella se alzó.
—Baili Hongzhaung, ¿me estás provocando?
Baili Hongzhuang no era una maestra en píldoras y, naturalmente, no necesitaba comprar un horno de píldoras.
En su opinión, ella escuchó su conversación con Du Hanyue, por lo que deliberadamente optó por comprar un horno de píldoras.
Y, ahora, incluso eligió el horno de píldoras que Du Hanyue deseaba. Si eso no era para provocarla, ¿qué era?
Du Hanyue también se tensó. Ese era el horno de píldoras que siempre había anhelado.
Afortunadamente, como muy pocas personas de la Ciudad Imperial compraban hornos de píldoras, el horno plateado de píldoras había estado en el Pabellón de la Joya Celestial durante meses sin ser tocado. Pero, ahora, ¿esa chica quería comprarlo?
Baili Hongzhuang miró perezosamente a Baili Yuyan, enfatizando cada palabra lentamente…
—Piensas demasiado. Te lo digo, no estoy interesada en ti en absoluto.
No le importaba, ¡ni siquiera estaba interesada en provocarla!
—¡Baili Yuyan! —gritó Du Hanyue apresuradamente, no puede dejar que nadie más comprara ese horno de píldoras.
Baili Yuyan inmediatamente entendió y corrió hacia la dependienta.
—Seleccionamos este horno de píldoras primero, así que no se lo puedes vender.
Baili Hongzhuang sonrió y levantó la barbilla, mirando a Baili Yuyan,
—¡Entonces cómpralo!
Cuando bajó la voz, el rostro de Baili Yuyan se congeló. En ese momento, no tenía suficiente dinero.
—Como no puedes pagarlo, debería poder comprarlo ahora. —Baili Hongzhuang se volvió hacia la dependienta y le preguntó—: ¿Estoy en lo cierto?
La cara de la dependienta se avergonzó al mirar a Baili Yuyan, pero todavía asintió.
—De hecho.
—¿No puedes comprarlo ahora? No digas que no te di una oportunidad. —Baili Hongzhuang arrastró las palabras.
—¿Puedes esperar unos minutos para que regrese y traiga algo más de dinero?
Baili Yuyan apretó los dientes. Doscientas mil monedas de oro era mucho más de lo que esperaba, ¡pero no podía dejar que Baili Hongzhuang comprara el horno de píldoras!
—La señorita puede pagar una hipoteca de cien mil monedas de oro, pero si la señorita no regresa, entonces las monedas de oro no serán devueltas —dijo la tendera.
La cara de Baili Yuyan se puso verde, ni siquiera sabía si su padre le daría las monedas cuando regresara y le preguntara.
Para la casa del general, doscientas mil monedas de oro no eran en absoluto una suma pequeña. Además, aún tenían que pagar a Yun Qingfeng una comisión. El costo era muy alto.
Al ver a Baili Yuyan tan vacilante, la dependienta no pudo evitar sugerir:
—Señorita, estos dos hornos son ligeramente más baratos y también son muy buenos. Pruébelos y considérelo.
Baili Yuyan miró a Du Hanyue, quien todavía era terca con su elección. Ese horno de píldoras era el único que ella quería.
—¡Ayúdame a terminar! —Baili Hongzhuang levantó la mano.
Ella no quería continuar perdiendo el tiempo aquí. A juzgar por la actitud de Baili Yuyan, no podía pagarlo.
La dependienta tomó el horno de píldoras del estante, y Baili Yuyan vió cómo se marchaban del segundo piso. ¡Sus manos sangraban por lo apretadas que estaban!
Baili Hongzhuang fue una vez una existencia que se podía pisar con la planta del pie. ¡Pero ahora, podía desafiar a los altos y poderosos justo en frente de ella!
En el primer piso del Pabellón de las Joyas Celestiales, Baili Hongzhuang pagó antes de guardar el horno en su bolsa de yin y yang.
La dependienta vio cómo la joven sacaba fácilmente doscientas mil monedas de oro. Aunque no dijo nada, sus ojos miraban maravillados.
Ella sabía con claridad quién era Baili Yuyan. Que esa niña pudiera ridiculizar a la señorita mayor de la casa general, demostraba que no era alguien simple.
jsajsjasjasaj se lo merece