Príncipe Cautivador – Capítulo 41: Dos hermanos honestos

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Al caer la noche, decidieron acampar en la montaña. Aunque los problemas en la Ciudad Feng Zhou habían sido resueltos, Shang Wu Xin no tenía prisa por llegar a la capital. Además, si un grupo de personas fueran por la ruta establecida, encontrarían innumerables problemas. Fue por eso que decidió ir por el camino más remoto, sin importarle que la velocidad del viaje fuera muy lenta, así, además podrían hacer turismo.

Cuando Shang Wu Xin bajó del carruaje, escucho la voz de todos saludándola, las cuales estaban llenas de respeto y admiración. Asintió y les pidió que se dispersaran, terminando el saludo. Al comienzo, ella salió de la capital usando un carruaje, pero no pensó en usar otro para volver, ya que estaría junto con sus subordinados.

Ahora, luego de estar acompañada por los soldados durante casi un mes, los había conquistado. Así que incluso si estuviera sentada todo el día dentro del carruaje, nadie se quejaría de ello, porque ante los ojos de todos, era algo razonable. Pero si el Príncipe tuviera que montar un caballo ahora, los soldados sentirían que no le estaban sirviendo correctamente. Esto era lo que significaba la conquista de la humanidad. *

[*Traductor del chino: Esta parte significa que, como ella había ganado el corazón de los soldados, ellos la habían reconocido como su maestra. Ya no tratarían de dificultarle las cosas. Incluso, irán tan lejos como para hacer que las cosas sean lo más cómodas posible, ya que se ganó su admiración y respeto.]

Wu Ju dio un paso adelante para colocar la cubierta que llevaba sobre el suelo, Shang Wu Xin podía soportar cualquier sufrimiento en cualquier condición, pero nunca trataría de disfrutarlo. Luego de sentarse sobre la cubierta, la doctrina de Shang Wu Xin continuó expandiéndose.

Mirad, el Príncipe Heredero es muy elegante. 

¡Realmente es el Príncipe Heredero del Palacio Este! Incluso en tiempos difíciles se mantuvo con nosotros, ¿cómo puede ser tan elegante?… 

Si supiera lo que los soldados pensaban sobre ella, no sabría cómo reaccionar.

Shang Wu Xin estaba sentada ahí sin que se pudiera saber en lo que pensaba, mientras tanto, Wu Ju se dirigía al carruaje a traer unos panqueques que había preparado, en ese momento vio a Leng Yu Feng y a Huan Mo Che salir del bosque. Mientras que Huan Mo Che sostenía frutas de color cyan entre sus manos, Leng Yu Feng traía un conejo que había sido cazado.

Leng Yu Feng camino frente al Príncipe mientras tomaba algunos de los panqueques de Wu Ju. Su voz sonaba cálida en esta fría noche: —He atrapado un conejo. Luego de asarlo se lo daré al Príncipe Heredero para que lo pruebe.

Akatsuki
Creo que estaba hablando con Mo Che o Wu Ju, ¿o tal vez era con el Príncipe?

El día anterior, vio al Príncipe comer sólo una pequeña porción de su desayuno y pensó que tal vez no era de su agrado. Si dejaba que continuará comiendo esos panqueques fríos y secos, el Príncipe comería incluso menos que antes. Por lo tanto, pensó que la carne asada aumentaría el apetito del Príncipe. Además, como el Príncipe Heredero había permanecido dentro de la capital durante tantos años, tal vez nunca antes había probado la carne de caza, así que se adentró al bosque para atrapar algunos animales salvajes mientras el resto descansaba.

Shang Wu Xin vio como Leng Yu Feng tomaba algunos panqueques y los entregaba a los soldados. No dijo nada, luego lo vio irse a buscar agua limpia.

Shang Wu Xin estaba sentada observando las estrellas en el cielo, nadie se atrevía a molestarla, incluso los soldados estaban en silencio, porque en ese momento, la pacífica mirada del Príncipe hacía que no pudieran soportar molestarlo.

No muy lejos, se encontraba Huan Mo Che lavando cuidadosamente las frutas en el lago, luego miró a su amigo limpiando la carne del conejo. Leng Yu Feng era muy hábil, pero aún le llevaría tiempo terminar.

Huan Mo Che sacó su pañuelo para secar algunas frutas y antes de irse: — ¿Te gusta el Príncipe Heredero? —Una simple pregunta, pero que también contenía una ira desconocida.

Leng Yu Feng, que estaba limpiando el conejo, de repente lo dejó caer, nunca lo hubiese pensado sino fuera por su mejor amigo. Él siempre pensaba en el Príncipe como su hermano menor, luego admiró su temperamento como un verdadero Príncipe Heredero, pero ¿podría seguir engañándose así mismo con sólo ser su confidente?

Sabía que no podía mentirle a su amigo y tampoco podía hacerlo consigo mismo. Si realmente quisiera ser solo su confidente, ¿porque la sombra del Príncipe apareció en sus sueños? ¿Por qué sus ojos seguían al Príncipe? Incluso ahora, ¿porque fue a buscar comida? Lo que hizo, no fue sólo más allá de lo que se suponía que era una relación Monarca-Ministro, sino que incluso había superado los límites de la amistad. Pero su corazón… se inundó con una tristeza infinita, él era un hombre. ¡ah! El Príncipe Heredero también es un hombre ¡ah!

[*”Ah” es una onomatopeya que los chinos usualmente usaban al final de sus palabras u oraciones para enfatizar algo. (por ejemplo, el “yo” japonés en “desu yo” o simplemente “ah ~”) Realmente no tiene ningún significado.]

Leng Yu Feng estaba quieto sin poder responder, Huan Mo Che no lo dejaría ir sin más y se acercó a él, sus ojos, con la forma de una flor de durazno, estaban frente a los de su amigo.

— ¡Yu Feng, te has enamorado del Príncipe Heredero!

— ¡No! —Leng Yu Feng respondió a su amigo que sólo mostraba seriedad, frente a la mirada de Huan Mo Che que estaba llena de sospechas, amargamente dijo: —Me he enamorado del Príncipe Heredero.

Akatsuki
Σ(・ Д ・) !? (intensifies)

Huan Mo Che sintió como si su cuerpo hubiera sido alcanzado por un rayo. ¿Por qué? ¿Por qué debe ser así? Su mano derecha estaba fuertemente apretada, tanto que sangre goteaba de ella. Reprimió su ira de querer matar a su mejor amigo, él sabía que no estaba cualificado para ello, porque en realidad, el Príncipe Heredero trataba a Yu Feng mejor que a sí mismo.

— ¿Qué hay de ti? —Leng Yu Feng le había revelado los secretos ocultos en su corazón, aunque no era fácil, se hizo más pesado que antes. Durante muchos años, nunca habían tenido disputas entre ellos, pero ahora, estaban llenos de rencor solo por un hombre.

—Yo… —Huan Mo Che de repente tiró del cuello de su amigo — ¿Qué derecho tienes tú para poder amarlo? ¡Ambos son hombres!

Huan Mo Che, quien nunca antes se había enfadado, estaba furioso por primera vez y no era un enojo común, su habitual sonrisa estaba ligeramente distorsionado. Sus ojos de flor de durazno estaban llenos de intenciones asesinas.

De repente, Leng Yu Feng golpeó a su mejor amigo, a pesar de no haber usado ninguna fuerza interna en él, lo vio caer: — ¿Hombre? ¿No eres tú también un hombre? ¿Qué derecho tienes tú para preguntarlo?

Huan Mo Che extendió su mano para limpiarse la sangre de la boca y al instante recuperó su sonrisa. No sabía si sus palabras serían las correctas, pero: — ¡No sólo eres tú quien lo ama, yo también lo amo!

Leng Yu Feng no sabía si estar enojado o triste. Originalmente era una persona indiferente que no se interesaba por cosas como el amor. Sin embargo, su corazón fue robado por primera vez, pero aquella persona era un hombre, lo que le hacía sentir avergonzado. Si el Príncipe Heredero lo supiera, ¿cómo los trataría en el futuro?

Luego de estar en silencio, Huan Mo Che miró a su mejor amigo: —Yu Feng. Somos amigos desde hace mucho, y nunca pensé que el día en que tuviéramos que pelear fuera causado por un hombre. He pensado en matarte. Pero, ¿qué pasaría luego? ¿Acaso el Príncipe Heredero me aceptaría? Yo no tengo oportunidad, tú tampoco, porque… ¡Todos somos hombres”

Leng Yu Feng no sabía cómo responder, ¿cómo podría saberlo? Si el Príncipe fuera una mujer, ellos lucharían arduamente por ella. El amor es algo vergonzoso ¿cómo podrían dejar que el frío corazón del Príncipe lo supiera?

—Pero yo… ¡No me rendiré! —dijo Huan Mo Che con una suave sonrisa.

— ¿Estás loco? —Preguntó Leng Yu Feng con incredulidad.

Huan Mo Che cubrió la herida en su mano, luego preguntó: — ¿Realmente puedes dejarlo? No quiero decir nada más, pero no me rendiré ¡Siempre protegeré al Príncipe Heredero!

Leng Yu Feng sabía que, aunque su amigo parecía ser muy amable, en realidad era más obstinado que nadie. Lo que acababa de decir era lo que planeaba hacer.

—También protegeré al Príncipe Heredero. ¡Cómo no lo puedo dejar ir, espero que al menos logré ser feliz! —Leng Yu Feng tomó al conejo del suelo y empezó a limpiarlo nuevamente. Incluso si no estaba dispuesto, incluso si le dolía, si no podía conseguirlo, entonces solo podía elegir cuidarlo.

Huan Mo Che abrió un poco los labios, pero no pudo decir nada. No poder tener, no poder dejar, no poder amar, no poder olvidar. El conocer al Príncipe Heredero había dañado su amistad, poder escapar de ella sería muy difícil de lograr.

Después de un largo tiempo, Shang Wu Xin finalmente vio regresar a Leng Yu Fen y a Huan Mo Che. Aunque disimulaban estar bien, todavía se notaba el leve moretón en la boca de Huan Mo Che junto a la ligera intención asesina de Leng Yu Feng. No obstante, a ella no le preocupo en absoluto.

—La carne tomará un tiempo en ser preparada, por favor coma alguna de estas frutas para saciar la sed y calmar el estómago. —dijo Mo Che, acercándose al Príncipe mientras le mostraba unas frutas verdes (¿peras?). La última vez que recogió frutas, descubrió que al Príncipe le gustaban las que eran un poco ácidas, así que esta vez recogió algunas que no estaban maduras. A pesar de no entender porque le gustaban, lo importante era que le gustaban.

Aunque no lo entendía, se dispuso a comer. El agrio sabor de la fruta hizo que sus cejas se relajaran. Rara vez se veía a la gente disfrutar de este tipo sabor, pero a ella le gustaban mucho, ya que cuando sentía su sabor, podría reducir el dolor en su corazón.

Huan Mo Che vio el rostro del Príncipe Heredero a su lado. Era tan ancho como una palma, su piel más pálida y delicada que la nieve, sus labios rosados, nariz recta y redonda, sus cejas negras. Como si fueran talladas por dios. La parte más llamativa eran sus ojos claros y acuosos, como unas perlas negras que brillaban en la profundidad con su propia luz, limpias y puras, pero temerosas.

Mo Che sabía que la primera vez que vio aquellos ojos, ya se había hundido demasiado, no podía evitarlo.

2 respuestas a “Príncipe Cautivador – Capítulo 41: Dos hermanos honestos”

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