Mi hermana, la heroína – Capítulo 93

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


Los dormitorios en la Academia están separados por género.

A pesar de que es una escuela co-educacional, es natural que estableciera esta regla por la multitud de niños de familias prestigiosas. El dormitorio de las chicas tiene tres pisos, y los estudiantes están separados de acuerdo a su posición social en lugar de su año estudiantil. De hecho, los estudiantes pertenecientes a la alta Nobleza están ubicados en el tercer piso.

Y por supuesto, yo reino el piso más alto porque soy la orgullosa hija del Duque.

Ahora mismo sólo hay tres estudiantes, incluída a mí misma, que residen allí. Incluso aquí soy quien está más arriba en términos de posición social. Y me estuve comportando arrogantemente como la villana hija del Duque y la Noble con la mayor posición en la Academia.

Traje a Freesia a mi cuarto, y ahora nos encontramos solas.

—Entonces, dime quién diablos eres.

—¡S-Sí!

Sus hombros están temblando por los nervios, es casi divertido. Disfruto de hacer cosas como esta, al igual que crear problemas, desde que tomé la decisión de convertirme en la villana.

—S-Soy Freesia Istar- ¡Oof!

Se mordió la lengua.

Eso casi me hizo reír, así que suspiré para detenerme y le di una mirada de reojo. Su rostro está sonrojado por la vergüenza.

—Uh, um, soy una nueva estudiante que entró en la Academia el otro día.

—Ya veo.

Asentí generosamente mientras intentaba contener la risa ante su vergüenza.

Estaba por hacerla arrodillarse en el suelo, pero me rendí. Eso sería demasiado incluso para mí. Además, sólo me divierte molestar a las personas.

Y como la traje de repente, la sirvienta me está mirando con frialdad por no darle tiempo a prepararse.

El té negro que estoy bebiendo ahora mismo, al igual que los varios aperitivos arreglados en la mesa, fueron preparados en un apuro por la sirvienta, que me está mirando mientra se reclina contra la pared. Probablemente no me escucharía aunque le dijera que Freesia no es una invitada.

Si me comporto demasiado mal, ella definitivamente se quejará después.

No traje muchos sirvientes de la Casa cuando me moví a los dormitorios. Hay reglas que estipulan a los estudiantes que sólo pueden traer tres personas, pero yo sólo traje una porque se ofreció voluntaria.

Pero la persona con la que necesito lidiar ahora mismo no es la sirvienta, sino la idiota frente a mí.

—Bien, entonces Freesia Istar… Espera, ¿Istar?

Estaba por preguntarle por qué trató a Mishuli de esa forma, pero me interesé después de escuchar su nombre.

—Conde Istar… ¿Eres su hija?

—¡Sí, exactamente!

Crucé los brazos mientras pensaba.

La Familia Istar tiene cierta posición. Tengo una relación ligeramente amistosa con el jefe de la Familia, el Señor Augustine. Por lo que recuerdo, tiene una construcción firme y es un perfecto caballero.

Estoy frunciendo el ceño.

¿Cómo puede ser la hija de ese caballero de este modo?

—¡M-Mi padre me contó sobre usted, Señorita Christina!

—¿En serio? No le vi desde que me inscribí en la Academia…

—Bueno, ha pasado tiempo desde entonces, Señorita Christina. Él me contó la dama perfecta que es, y que le gustaría criarme para ser igual. Le elogió varias veces.

—Oh.

No estaba nada concentrada en la conversación, pero asentí interesada.

Estoy asombrada por el juicio del Señor Augustine. Además, esta chica me mostró su lado bueno. Tiene una buena educación.

—Así que la admiro, Señorita Christina. Cuando era una niña, Padre me llevó a una de sus fiestas, y vi cuán asombrosa era desde lejos. Desde entonces siempre me emocionó pensar que podía convertirme en una dama como usted y conocerla.

—Ya veo.

Eso fue hace bastante tiempo. Me admira no por mi mal comportamiento, sino porque la inspiré en mi juventud.

No la culpo. Trabajé duro para arruinar mi imagen, pero es un hecho que era una dama perfecta y sin errores en el pasado.

—He querido decírselo desde hace tiempo, especialmente ahora que la conozco, pero construí mi personalidad con usted como mi modelo, Señorita Christina.

—¿Hm? ¿Te estás burlando de mí?

—¿Huh? No… ¿Por qué haría eso?

¿Por qué me dijo eso? No hay forma en que se convirtiera en una idiota como esta si me hubiera usado como modelo. Es como si dijera que se volvió así de estúpida porque estuvo copiándome.

—Bueno, podría sonar presuntuosa, pero sólo quería decirle lo mucho que la admiro…

—Ah, bueno, no importa.

Quizás sólo le falta conciencia propia. Siento lástima por ella mientras bebo la taza de té negro.

Debe ser triste que alguien no se de cuenta de lo idiota que es. Ahora la observo bajo otra luz.

Sus ojos son de una tonalidad diferente a la de Mishuli. Sus rasgos faciales son tan limpios que resaltaría entre una multitud. Su largo y grueso cabello está arreglado de forma extravagante.

Sobresale demasiado, pero nunca apareció en “Laberinto del Destino”. Luce llamativa, pero con una personalidad tan fuerte, no parece que alguna vez vaya a tener una buena vida amorosa.

—Muy bien, escuché suficiente. No causes más conmociones como esa de nuevo. Además, aléjate de Mishuli tanto como puedas.

Para ser honesta, Freesia me entretuvo en varios sentidos, así que es una lástima. Pero si sigue involucrándose va a arruinar los escenarios. Por eso tengo que advertirle que se quede en los camerinos.

Sin embargo sus ojos brillaron cuando escuchó mis palabras.

—Eso no puede ser.

—No, por favor que pueda ser.

Si ella realmente me respeta, ¿por qué no me escucha?

—No le causaré problemas, Señorita Christina.

—Bueno, ya has causado bastantes.

—¡Sólo tengo que ganarle a esa Mishuli Noir!

—¡Así es como causaste esa conmoción en primer lugar!

Freesia apretó el puño determinada. Ella no me está escuchando para nada.

Y por alguna razón, ahora su rostro está enrojecido por la timidez.

—Um, bueno, esto puede sonar imprudente de mi parte, pero tengo una petición… ¿Estará bien?

—Sí. Puedes decirlo.

—¡¿Realmente está bien?!

Ella es demasiado positiva.

Tengo el presentimiento de que sólo me escuchó decir si. Estoy impresionada por su habilidad para escuchar sólo lo que quiere. Por lo menos voy a escuchar su petición.

—Dime.

—P-Por favor permítame unirme a su facción, Señorita Christina.

—Muy bien, vete.

—¡¿Realmente está bien?!

—…

Dicen que es difícil ganar una discusión contra los idiotas y los plebeyos. Estoy comenzando a tener dolor de cabeza mientras escucho sus gritos de alegría.

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