Traducido por Anyi
Editado por Tsunai
Poco después de que Yu Ming se marchara, el móvil de Han Dong empezó a sonar.
—¿Eh? ¿Cómo ha vuelto mi móvil a mí? —pensó, algo desconcertado.
Se sintió confundido, pero no se percató de que la habitación estaba mucho más limpia que antes, ni de que ya no había ni rastro de suciedad.
La llamada era de Li Shang.
—¿Tienes tiempo? Vamos a charlar —le propuso Li Shang.
Han Dong pensó que no tenía nada previsto para ese día y aceptó.
Durante el trayecto, Xiao Liang le comentó a Han Dong:
—Li Tian se ha lesionado.
Han Dong, que llevaba días completamente desconectado del mundo exterior, no sabía nada sobre el estado de Li Shang.
—¿Lesionado? ¿Cuándo ha sido?
—El día antes de que acabaras el reto. Dijo que se había fracturado entrenando. Pero escuché que algunos dicen que no estaba entrenando en ese momento… y nadie entiende por qué mentiría.
Han Dong negó con la cabeza.
—Li Shang no es de los que fingirían una fractura de hueso. Seguro que está herido de verdad, pero probablemente no fue por entrenar. Algo debe de haber detrás…
Veinte minutos más tarde, Han Dong llegó al lugar acordado.
Li Shang ya lo esperaba. A diferencia del encuentro anterior, esta vez solo había traído un guardaespaldas. Cuando Han Dong llegó, el guardaespaldas lo acompañó hasta el interior y, una vez dentro de la sala privada, los dejó a solas.
—¿Estás herido? —preguntó Han Dong.
Li Shang le sonrió.
—Ya sabes que mis huesos son más frágiles que los de la mayoría.
—Pues no me lo habías dicho… ¿Cómo iba a saberlo? —dijo Han Dong, fingiendo ingenuidad.
—¿No eres adivino tú? —replicó Li Shang con tranquilidad.
—¿De verdad te lo crees? —le devolvió Han Dong con una sonrisa ladeada.
—Al principio no me lo creía. Incluso cuando me diste tus pantalones, pensé que simplemente eras majo. No me creí nada de lo que dijiste hasta el final del enfrentamiento. Pero ahora lo tengo claro: vas directo al estrellato.
Han Dong se rió.
—Por fin has dejado de hablar con rodeos. ¿Sabes cuántas veces nos cruzamos antes y me dieron ganas de darte una bofetada?
—No me voy a rendir, probablemente incluso te den más ganas de abofetearme ahora —dijo Li Shang, riendo.
—Estoy confundido. Tú no ibas precisamente de simpático conmigo. ¿Cómo es que podías vivir sin provocarme?
—Porque lo que quería conseguir era algo tuyo. Y tú no has tenido que pagar el precio que yo he pagado.
Han Dong se quedó en silencio.
—¿Quién ha pagado más? Yo estuve cinco años en cuclillas a las puertas de la Fábrica de Cine del Norte. ¿Cuántos días has estado tú así?
—Tú pasaste cinco años intentándolo… Yo he estado cayendo el resto de mi vida —respondió Li Shang.
Han Dong tardó en volver a hablar.
—Pero sigo buscando mi oportunidad —añadió Li Shang, al final.
Han Dong no quería seguir hablando de eso, así que fue directo al grano:
—¿Por qué me has llamado?
—Solo quería decirte que voy a dejar la compañía.
—¿Y a dónde vas a ir? —preguntó Han Dong.
—A la agencia de Feng Mu.
Han Dong no pudo evitar mostrar algo de envidia.
—Joder… Esa mujer es una leyenda. Grande y con carácter.
—Es bastante mayor, y no es precisamente divertida —contestó Li Shang.
—¿Con cuántas mujeres maduras te has acostado?
—No me acosté con Yi Wei.
Han Dong soltó una carcajada seca.
—No me interesa saber tus líos sucios, gracias.
—Tú no estás interesado en ella, pero no puedes asegurar que ella no lo esté en ti —dijo Li Shang.
Han Dong parecía tenerlo más claro que él.
—No te preocupes por lo mío, preocúpate de lo tuyo.
Justo cuando terminó de hablar, el camarero apareció con el té.
—Ah, ¿tú eres Li Tian Bang? —preguntó el camarero, mirando directamente a Li Shang a los ojos.
Han Dong apartó la mirada hacia la izquierda, algo incómodo.
Ni de broma. Por muy carismático que fuera, Han Dong sabía que su nivel de fama y exposición aún estaba por debajo del de Li Shang.
Cuando el camarero se marchó, Li Shang retomó la conversación.
—Puedes estar tranquilo, me irá bien. Cada vez mejor.
—No uses ese tono condescendiente. No soy tan patético como para disfrutar de tus desgracias como si fueran una victoria personal.
Li Shang sonrió.
—Han Dong, el Gran Hada… viviendo una vida relajada y libre. Pero escucha, quiero contarte algo. He visto a Ye Chenglin.
En ese momento, Han Dong se puso tenso.
—¿Dónde?
—Huang Si Er, ayúdame a empujar la silla de ruedas —pidió Li Shang, haciendo un gesto para marcharse.
Han Dong lo detuvo de inmediato.
—No te vayas todavía. Dime dónde lo viste.
—Ya he pagado la cuenta —respondió Li Shang con indiferencia, mientras su asistente empezaba a empujarlo hacia la salida.
Han Dong cerró los puños, frustrado, viéndolo marchar.
♦ ♦ ♦
Dos días después, Han Dong recibió la notificación de incorporarse al equipo de rodaje.
El proyecto era ambicioso. Solo en la dirección había seis directores implicados.
Además de Kahn, el director principal, había cinco ayudantes de dirección. Tres productores… y el director general del proyecto también venía de Hollywood, un viejo colaborador de Kahn. El productor ejecutivo era Wang Zhong Ding, con varios productores trabajando bajo su dirección.
Por eso, cuando Han Dong entró en la sala de conferencias, sintió como si estuviera de vuelta en el auditorio del reto, rodeado de todo tipo de rostros conocidos.
Aquellos que en su momento lo habían rechazado, ahora bajaban la cabeza, visiblemente incómodos.
Uno de ellos, con aire muy serio, le lanzó una pregunta:
—¿Y eso? ¿Hoy no vienes vestido de mujer?
—Solo me disfrazo cuando el trabajo lo requiere —respondió Han Dong con una sonrisa irónica—. ¿Cómo iba a vestirme así un día cualquiera?
—¿Ah, sí? Yo pensaba que lo hacías de vez en cuando, si no, ¿cómo consigues transmitir esa personalidad tan fácilmente?
—Me sobrestimas. Solo soy un gato que se ha topado con un ratón muerto… y ha tenido la suerte de atraparlo justo a tiempo.
Tal vez por la expresión seria de Han Dong, el tipo sin escrúpulos se dio cuenta de que ya no tenía gracia seguir con las burlas, así que se calló.
No había dado ni dos pasos cuando Han Dong se plantó frente a Wang Zhong Ding con expresión conspiradora.
—Ese tipo me ha preguntado por qué no venía vestido de mujer hoy.
La cara de Wang Zhong Ding se oscureció al instante.
Durante la reunión, Han Dong aprovechó un momento para enviarle un mensaje a Li Shang:
—¿Dónde viste a Ye Chenglin?
Li Shang tardó un poco en responder.
—He reenviado tu mensaje al presidente Wang.
Han Dong alzó la vista y vio que el rostro de Wang Zhong Ding no había cambiado en lo más mínimo. Respiró hondo.
¡Maldito cabrón! ¡Casi me da un infarto!
En ese momento, Kahn se giró hacia un lado y le preguntó a Han Dong:
—¿Por qué no respondiste al mensaje que te envié hace unos días?
Han Dong frunció el ceño, desconcertado.
—¿Me enviaste un mensaje? ¡Pues no me llegó!
—¿Tienes algún problema con el móvil?
—Imposible. He recibido mensajes de otras personas sin problema.
Al decir eso, Han Dong de pronto comprendió lo que ocurría. Dirigió una mirada inquisitiva a Wang Zhong Ding. Pero el presidente Wang no ofreció ninguna explicación. En su lugar, lanzó una advertencia con voz fría:
—Nada de cuchicheos durante la reunión.
Han Dong hizo un puchero y justo cuando iba a guardar el móvil, le entró un mensaje de Yu Ming:
—He conseguido el papel.
Han Dong miró de reojo la conversación que había tenido con Li Shang. El mensaje de Kahn… había desaparecido. Yu Ming le había escrito… De repente empezó a sudar frío.
¿Por qué tengo la sensación de que me he metido en un lío?
Cuando la reunión terminó, cada jefe de departamento se llevó su plan de trabajo para empezar a preparar su parte.
Kahn y varios asistentes de dirección comenzaron a reunirse y familiarizarse con los actores del elenco.
Han Dong no tenía que hacer ese trámite. Él solo estaba allí para conocer al resto del equipo.
Tal y como le había dicho Wang Zhong Ding, los actores seleccionados en esta ocasión eran casi todos nuevos. Han Dong ya llevaba tiempo en el medio, mientras que los demás eran caras frescas. Algunos acababan de debutar y otros aún estaban estudiando interpretación.
La única persona a la que no vio fue a la actriz protagonista.
Intrigado, Han Dong preguntó a uno de los ayudantes del director que estaba cerca:
—¿Y la actriz principal? No la he visto.
—La protagonista femenina ya fue seleccionada al comienzo del proyecto. No necesita pasar por todo este proceso —respondió el asistente.
¿Quién será? ¿Qué contactos tiene para librarse de todo esto?
—¿No lo sabías? —dijo el asistente sorprendido.
—¡No lo sé! Dímelo, ¿quién es? —preguntó Han Dong con impaciencia.
—Yi Wei —respondió el asistente de dirección en tono neutro.
Fue como si le hubieran volcado un cubo de agua helada sobre la cabeza. El corazón de Han Dong se quedó frío.
¿Por qué tiene que ser ella? ¿Por qué no eligieron a una actriz nueva? Incluso si hubiera nacido en una flor, ¡ella me marchita! pensó con amargura.
—¿No dijeron que iban a elegir a todos los actores entre recién llegados? ¿Cómo es posible que la hayan seleccionado a ella? ¡Si ya es mayor…!
Mientras se quejaba para sí, una figura familiar entró en la sala.
—Perdón por el retraso —dijo Yi Wei con una sonrisa serena.
—Sabemos que está muy ocupada, no le quitaremos mucho tiempo —respondieron los directores con tono comprensivo.
Después de saludar a todos, Yi Wei se dirigió directamente hacia Han Dong.
Aunque llevaban años conociéndose, esta era la primera vez que hablaban en un entorno profesional.
—Espero que la maestra Yi Wei me dé buenos consejos —dijo Han Dong con una actitud aparentemente humilde.
—Solo soy mayor que tú, eso no me convierte en maestra. En cuanto a la actuación, todavía tengo mucho que aprender de ti —respondió ella con una sonrisa suave.
Las mismas palabras, si salieran de boca de Li Shang, sonarían falsas hasta la médula. Pero viniendo de Yi Wei, parecían sinceras. Esa era la diferencia que marcaba una sola frase bien dicha.
Aunque Han Dong ya sabía que Yi Wei no era precisamente una santa, le resultaba difícil resistirse a ese encanto tan suyo. En especial, esas palabras educadas, tan cínicamente amables, le golpearon directo al corazón.
