Traducido por Den
Editado por Nemoné
Había pasado una semana desde que nos cortaron el gas… y hoy, nuestra electricidad sufrió el mismo destino. Los dedos de mis pies estaban congelados. Se había ido la sensación de calidez.
Los pronósticos meteorológicos dijeron que la temperatura bajaría hasta -11°C[1]. Era verdad. Podía ver el humo de mi respiración mientras estaba sentada dentro de la comodidad de mi hogar.
Mis esfuerzos infructuosos encendiendo la luz de gas varias veces no dieron frutos y me di por vencida, procediendo a cubrirme con capas de ropa. Y ya era medianoche. No tenía a dónde ir si decidía irme a pasar la noche, por lo tanto, hice todo lo que pude. Me senté con el cuerpo acurrucado en una bola fuertemente.
La manta que tenía encima apenas me proporcionaba algo de calor, mientras sujetaba mi teléfono que tenía poca batería. En esta casa sufocante y pequeña, la única luz tenue de esperanza provenía de mi teléfono.
—Qué frío…
El calor de mi teléfono era la última fuente que me quedaba. Si también se apagaba, entonces necesitaría sobrevivir esta larga noche con solo mi cuerpo y mi calor.
Ausente, abrí la aplicación de Kakao Talk[2] y vi muchos mensajes que todavía no había leído.
『¿Gye Ul-Ah, qué has estado haciendo estos días? Vamos a una estación de esquí. ¿También quieres venir? 』
『 ¿Qué has estado haciendo? No has respondido. ¿Estás muerta? 』
『Gyeo Ul-Ah… Gyeo Ul-Ah… 』
『 ¡Oye! ¡¡Yun Gyeo Ul-Ah…!! 』
Después de mirar distraídamente los mensajes por un momento, apagué la pantalla.
Un suspiro escapó de mis labios inconscientemente. Estaba agradecida, agradecida por los amigos que se preocupaban por mí, pero vivo una vida diferente a la de ellos. No tenía libertad. No tenía dinero. Ir a la estación de esquí que me ofreció mi amigo significaría que tendría que pasar hambre durante un mes. Y debido a mi obstinado orgullo, no podía, no les contaría mi situación actual. Nunca se los diría.
『Lo siento, estoy ocupada… Vayamos juntos la próxima vez. 』
Seguiría poniendo excusas, una tras otra…
Además de mi ambiente extremadamente empobrecido e indigente, tenía un padre con antecedentes penales. Era mejor mantener mi distancia de ellos. Sólo les causaría problemas…
No te culpo, madre.
Si tuviera un esposo como mi padre, también me habría marchado lo más pronto posible. Aunque no me atrevería a dejar a mi hijo atrás… como hizo mi madre. Mi madre me enseñó que era una carga demasiado pesada para estar conmigo. Así que se fue. Sola.
Desde entonces, he pasado la mayor parte de mi infancia a la sombra de mi padre. Una vez cumplí la mayoría de edad, intenté escapar. Lo hice. Pero, de alguna manera, siempre me encontraba, abusándome por el tiempo que deseara.
El abuso estaba en su sangre, en su autoridad. Padre robó todo el dinero por el que trabajé duro para ahorrar para la universidad. Ahora ese sueño se había roto en pedazos y convertido algo fuera de mi alcance. Actualmente, cambio de trabajo constantemente, todo a tiempo parcial, para ganar dinero para mis… nuestros gastos de manutención. Además de una enorme deuda acumulada una tras otra, padre seguía teniendo problemas con las autoridades por multitud de delitos. Había recibido correos que notificaban su presencia en la cárcel. Probablemente no podría volver a casa aunque quisiera.
No estaría en esos problemas si no hubiera ido a la sala de urgencias en ese entonces…
Solté otro suspiro.
Hace dos meses, no tuve más remedio que ser enviada a la sala de urgencias. La factura fue inesperadamente alta y no podía pagar la factura de gas y la electricidad que se habían retrasado mucho. Incluso trabajar a diario no era suficiente. A penas podía permitirme pagar el alquiler y los gastos de manutención.
Una sonrisa melancólica apareció en mis labios. Envolví la manta con más fuerza alrededor de mi cuerpo, y de repente…
Escuché un ruido sordo.
— ¡Abre la puerta!
Se me erizaron los pelos de la nuca. La voz familiar hizo que mi pulso se acelerara y mi corazón latiera de forma irregular. La voz del hombre, una aguja en mi espina, era una voz con la que estaba familiarizada.
Padre…
Sé suponía que debía estar en la cárcel. ¿Cuándo salió? Mi padre no me dio ni un momento para pensar en posibilidades.
Siguió golpeando la puerta. Sus golpes violentos suscitaron un sentimiento familiar, como la ocasión en que el propietario llamó a las autoridades. Corrí y abrí rápidamente la puerta.
— ¡Oye! ¡Casi me muero de frío! ¡¿Por qué tardaste tanto?!
Soltó palabras viles de rabia, cada una de las oraciones seguidas de un asqueroso hedor a alcohol. Me las arreglé para controlarme pellizcando mi nariz por el horrible olor y, en cambio, miré a padre. Llevaba un abrigo viejo y desgastado que no había lavado en años y con manchas indistinguibles impregnadas en toda su ropa junto con una capa de suciedad en los zapatos.
— ¿Cuándo saliste?
—Ayer. Además de eso, dame algo de dinero. No me queda nada y necesito más bebidas —Extendió las manos, exigiendo que le diera efectivo. Sacudí la cabeza ligeramente.
—No tengo… Ni siquiera tengo suficiente para pagar las facturas de la electricidad o el gas.
—No bromees conmigo. Aunque dices eso, sé que estás ocultando algo. Te lo advierto, dame algo antes de que esto se convierta en un gran desastre —Padre levantó la mano, amenazando con pegarme.
Conocía el dolor que vendría a continuación. Me estremecí inconscientemente.
—Está bien. Si no vas a dármelo, lo buscaré yo mismo. Quédate allí, Yeon Gyeo Ul.
Sus gestos eran de amenazantes y sus pasos intimidantes. Entró, con los zapatos todavía puestos, y abrió cajones tras cajones. Puso el departamento del revés.
Utilicé la ventana abierta como una oportunidad y salí corriendo por la puerta principal hacia el frío invierno.
— ¡Oye! ¡Yun Gyeo Ul!
Padre se dio cuenta demasiado tarde de mis medios para escapar y me persiguió rápidamente.
Bajé corriendo las escaleras lo más rápido que pude, pero el suelo estaba congelado, mojado y resbaladizo. Me resbalé y caí.
— ¡Ugh…!
Solté un gemido de dolor. Durante mis episodios de dolor, mi padre pronto me alcanzó mientras rápidamente aspiré una bocanada de aire y usé ambas manos para apoyarme. Mis manos y mis rodillas, raspadas por la caída, ardieron con gran dolor. Intenté escapar y bajar corriendo las escaleras, pero…
Es demasiado tarde…
Nuestro departamento estaba en la azotea y el lugar donde me detuve, no por elección, estaba en el límite del techo.
El viento soplaba.
Mi largo cabello se movía violentamente por el viento invernal.
— ¿Por qué haces esto difícil, pequeña p***a? Solo dámelo. No te haré daño si lo haces.
—Realmente no tengo nada…
Lo único que tenía era 20000 won[3], lo único que tenía para sobrevivir durante las próximas dos semanas hasta el día de la paga. Si desaparecía, no tendría dinero para comprar comida. Moriría de hambre.
—Si no tienes nada, pequeña p***a, ¿entonces por qué estás huyendo? Deja de mentirme, ¡y dámelo antes de que me cabrees aún más! —Padre levantó los pies y se acercó a mí, maldiciendo enfadado mientras lo hacía.
Retrocedí un paso. Detrás de mí estaba el borde. Si me acercaba más, significaría mi muerte.
Los ojos grandes e inyectados en sangre de mi padre eran amenazantes.
— ¿Por qué tú, pequeña…?
Antes de que sus manos grandes aterrizaran sobre mí…
Sentí mi cuerpo flotando en el aire. En el momento que pestañeé, la silueta de mi padre se hizo más pequeña por el momento. Sus ojos desconcertados que me miraban fijamente eran un espectáculo digno de ver. Me preguntaba si habría una posibilidad de que sobreviviera una caída de un edificio de 5 pisos. Pero… si lo hacía, no podría seguir viviendo. Las facturas médicas no eran algo que pudiera permitirme pagar.
Había vivido toda mi vida obstinada y fríamente, y ahora mi vida termina de esta manera tan trágica. Quizás es lo que merezco. Bueno… No sirve de nada mortificarme por el asunto. Todo por lo que trabajé duro toda mi vida para lograr, se lo llevó el viento como si fuera polvo.
Por culpa de esta familia…
Una familia feliz y cariñosa, una familia que se preocupaba y cuidaba el uno del otro no era algo que mereciera.
Está bien… No necesito nada de ahora en adelante…
Es por eso que…
—Es por eso que… dejo que esta oscuridad me lleve a la comodidad del abismo…
Y entonces… llegó la oscuridad…
♦ ♦ ♦
—Mabel.
Una voz baja y grave murmuró cuando sentí mi cuerpo flotar en el aire. Unas manos desconocidas envolvieron mi cuerpo y me llevaron hacia su pecho. Me acunó.
—Mabel… Mabel…
La voz desconocida repitió “Mabel” dos veces. Asumí que era un nombre o algo por el estilo.
—Ah, pequeña ricura.
Se rió, su dedo recorrió los bordes de mis labios. Era un idioma extranjero, la primera vez que lo oía, pero sorprendentemente, me resultaba familiar.
¿Qué está pasando…?
Abrí los ojos agitada, tratando de comprender mi situación actual, pero no podía ver correctamente. Solo podía distinguir una tenue luz y oscuridad. Intenté parpadear, pero fue inútil. Me cansé y me quedé dormida.
♦ ♦ ♦
Los pensamientos de Mabel siguieron colapsando y dispersándose. No podía retener sus pensamientos el tiempo suficiente para reflexionar sobre lo ocurrido. Sabía que alguien la sostenía en sus brazos y la mecía de un lado a otro. No podía hacer nada más que mover la cabeza. No tenía energía para hacer otra cosa.
—Solo han pasado unos días y ha crecido bastante.
—Sí, bendito los cielos… Me alegra que Su Alteza haya crecido sana y sin problemas.
Podía escuchar la voz de un hombre y una mujer.
Quizás… volvió a nacer…
¿Son mis padres…?
Por alguna extraña razón, una lágrima se deslizó por el rabillo de sus ojos. No era de felicidad sino de pensar que tenía una familia cariñosa. Recordó que su padre alcohólico y abusivo la miró una vez con gran felicidad y a su madre abandonándola…
Sé sintió cansada al saber que tendría que vivir un ciclo repetido de infelicidad.
♦ ♦ ♦
Me llevó un mes darme cuenta de que había viajado a otro mundo. Después de reencarnar, me di cuenta de que conservaba los recuerdos de mi vida pasada.
Estuve tan sorprendida, que las lágrimas repentinamente comenzaron a caer.
— ¡Wahh!
—Oh, cielos. Todavía no es hora de comer. ¿Qué sucede, Su Alteza? Ya, ya.
Sí, es cierto. Reencarné… como la princesa de una nación. Cuando la escuché llamarme princesa por primera vez, solo pensé que era un padre que llamaba princesa a su hija. Pero este no era el caso. Era una princesa. Una realeza de la vida real.
Me apresuré a negar la verdad y la realidad, pero a medida que pasaban los días, el mismo acontecimiento se repitió y no me quedó más opción que aceptar esta realidad actual.
Mabel Gardenia Ermano.
Este era el nombre que me dieron. Escuchar la palabra Mabel repetidamente y demasiadas veces antes de que pudiera pensar correctamente, me hizo sentir que me estaban… lavando el cerebro. Y además, la nación en la que estaba era el Gran Imperio Ermano, el Reino Ermano.
Sé que nacer en una familia rica era mejor que vivir una vida de indigente, pero esto… Esto era una diferencia demasiado grande.
Al recordar que mi persona era Yun Gyeo-Ul, quien murió por unos miserables 20000 won, me dejó devastada. Pero, en cualquier caso, era hora de dejar atrás mi pasado y vivir como la segunda hija de la familia real Ermano.
En cuanto a mi situación… según la novela que leí, el padre se enfurecería y sentiría resentimiento por la muerte de su esposa, y lo dirigiría a la niña, culpándola por el asesinato de su esposa. Me pregunto si el rey era igual.
Bueno, no me importaría ser abandonada.
Escuché la voz de un hombre llamándome demasiadas veces antes de que pudiera pensar con coherencia, pero no estaba segura si fue un sueño o la realidad.
La mujer que pensé que era mi madre resultó ser una niñera, así que asumí que el hombre que me llamaba no era mi padre, sino alguien más.
La idea de reencarnar dentro del cuerpo de un bebé mientras conservaba la mente de un adulto me horrorizó. Me asustó y me dio escalofríos, pero, ¿por qué tengo tanto sueño cuando no he hecho nada? No podía hacer nada más que comer y dormir todo el día.
Después de un periodo de lágrimas y gritos, me quedé dormida solo para despertarme al toque de la mano de alguien presionada contra mi mejilla.
—Mírela, señora. Es como si me estuviera mirando. ¡Oh, creo que nuestros ojos se encontraron!
Lo primero que vi fueron unos profundos ojos azules mirándome. Al ver el rostro desconocido por primera vez, me congelé.
—Parece que su Alteza está comenzando a reconocer a su padre. Solía llorar mucho antes de esto, pero ahora está tranquila, como si todo fuera una mentira.
Las palabras de la niñera me confundieron.
Entonces… Este hombre… ¿es mi padre…?
El hombre era tan joven que me resultaba difícil creer que fuera mi padre.
¿Padre? ¿No se parece más a mi hermano mayor? Sí, era correcto creer que sería mi hermano mayor con una gran diferencia de edad.
Tenía ojos azules y mechones de cabello plateado que eran suficientemente largos para cubrir su cuello. Aunque sus rasgos faciales parecían amenazadores, me sonreía constantemente. Parecía amable.
Pero en ese momento, el hombre extendió su mano.
¡Me va a pegar!
Me iba a pegar, por lo que instintivamente cerré los ojos con fuerza. Pero no llegó el dolor. Entonces, abrí los ojos lentamente cuando sentí un suave toque alrededor de mi cabeza. El hombre sonrió deliberadamente, aunque no sé por qué estaba rebosante de alegría.
—Es mi hija, está bien. Reconoció a su padre de inmediato. Je, qué niña más lista.
—Sí, Su Majestad.
El hombre que era mi padre era diferente de lo que imaginaba que sería. Quizás había visto demasiados dramas y leído demasiadas novelas. Por lo general, el padre diría: — ¡Hiciste morir a mi esposa! —Y sería frío con su hijo en esta clase de escenario.
Mientras tanto, la mano del hombre comenzó a moverse lentamente.
—Si Sianna aún estuviera viva, lloraría de felicidad…
—Su Majestad…
Con el tono de voz melancólico del hombre y la respuesta seria de la niñera, llegué a la conclusión de que Sianna era el nombre de mi madre.
La vista del hombre estaba clavada en mí, pero parecía que su mente estaba preocupada al pensar que su esposa falleció.
—Mabel, prometo que tu padre hará todo lo posible para protegerte.
El dedo largo del hombre tocó ligeramente la palma de mi mano abierta. Inconscientemente agarré ese dedo con fuerza.
No lo hice intencionalmente… ¡Lo juro…!
Era de cultura general saber que los bebés agarrarían por reflejo las cosas que tocaban sus manos. Pero, ¿por qué este hombre, que se hace llamar padre, sonreía tan alegremente?
—Qué linda eres.
El hombre sonrió dichosamente, mirando su dedo. Cualquiera podía ver la felicidad pura y excesiva en su rostro.
Pero para mí, esta inmensa cantidad de atención venía con una gran carga. Era la única que existía, una hija preciosa y frágil a la que dirigía todo su amor y atención sin importar qué al final. El comportamiento de un hombre puede cambiar inesperadamente y sin previo aviso. Mi vida nunca había sido tan grandiosa, así que no estaba segura de que no me abandonarán con el tiempo
Nunca lo esperé, el amor de una familia… No era para mí.
『—Gyeo Ul-Ah. Mi pequeña y linda Gyeo-Ul.』
Mi padre… Recuerdo bien esos dulces recuerdos, cuando me besaba la mejilla porque me quería. Cambió poco después.
Sería mejor que este hombre de cabello plateado no me amara en primer lugar, así no tendría ninguna esperanza de ser amada.
Aunque sería una mentira decir que mis dudas no se sacudieron gracias al absoluto amor y la amabilidad de este hombre, por lo que traté de recordar la promesa que me hice…
No necesito nada de ahora en adelante.
Sí, así que no debería esperar nada esta vez, y vivir tranquilamente sin destacar.
Al final, era mejor vivir una vida solitaria que tener esperanzas en los demás y vivir en la miseria.
♦ ♦ ♦
El emperador del Gran Imperio Ermano, Esteban Nis Ermano, tenía dos problemas que lo atormentaban recientemente. Uno era cómo tratar con el rehén magnate que fue capturado durante un enfrentamiento en las fronteras del Imperio Deblin (su enemigo), y el otro era su hija, Mabel, que tenía aproximadamente un mes.
Esteban decidió dejar de lado la situación del rehén de Deblin por ahora.
De todos modos, no hay nada más importante que Mabel.
La razón por la que se convirtió en un problema nacional era por la gran cantidad de sacerdotes que anunciaban que Mabel era la hija de los dioses y que necesitaban llevarla a la sagrada capital de Abelardo para criarla allí.
Los sacerdotes hablaban de una visión, una profecía que vieron el día en que nació Mabel y usaban esto como una mera excusa para llevarla a la sagrada capital.
—Cierto, visiones.
Esteban apretó los dientes. Esos sacerdotes a menudo venían al palacio para anunciar sus visiones.
『En el lejano oriente, se sembrará una semilla que salvará al mundo.』
El Gran Imperio Ermano estaba ubicado en el lejano oriente. El día en que nació Mabel, un rayo cayó sobre el palacio. Este asunto era conocido por todos. Incluso Esteban, que sostuvo la mano de la Reina Sianna con fuerza durante el parto, escuchó el rayo.
Aunque los sirvientes dijeron que no había nada malo con la princesa y que todo estaba bien, Esteban no estaba contento.
Habían pasado dos semanas desde la trágica muerte de Sianna. No pudo soportar el dolor del parto debido a su constitución débil. Su fallecimiento fue un shock y le causó dolor, por lo que Mabel, su encantadora hija que se parecía a su esposa, se convirtió en una existencia especial.
Mabel fue el último regalo de Sianna.
La expresión de Esteban era penetrante y feroz. Parecía listo para atravesar las cartas que el sacerdote le envió.
Al final, las rompió en pedazos.
—Ah…
Su ayudante, que observaba a Esteban desde un lado, soltó un llanto doloroso y se cubrió la cara con ambas manos.
Esteban se volvió y miró al ayudante, sus palabras eran frías y penetrantes.
—Diles que lo declinamos y no pensamos reconsiderarlo.
—Sí, por supuesto…
Esteban planeaba ignorar completamente las súplicas de los sacerdotes, pero no estaba seguro cuánto podría durar. Está seguro de que la sagrada capital enviaría sus solicitudes constantemente hasta que cediera.
Los sacerdotes argumentaron que, dado que el Gran Imperio Ermano tenía a Oscar, el primer príncipe, Mabel tendría pocas posibilidades de ocupar el trono y convertirse en reina. Por lo tanto, era aceptable que fuera criada en la sagrada capital.
En cualquier caso, necesitaba encontrar una forma de detener la persistencia continua de la sagrada capital de arrebatarle a su hija.
¡Malditos sacerdotes!
Esteban estaba rompiendo otra carta de los sacerdotes cuando sintió una presencia merodeando detrás de la puerta. Levantó la mirada e hizo un gesto con los ojos al sirviente más cercano.
El sirviente abrió rápidamente la puerta.
— ¡Ah…!
Pudo escuchar un suave grito.
[1] En la versión inglesa ponía 12º Fahrenheit que equivalen a -11ºC.
[2] Kakao Talk es una aplicación de mensajería exclusiva de Corea. Lo que vendría a ser para algunos como el WhatsAapp o el Messenger.
[3] 20000 won equivalen a 15,12€ / 16,32$
Extra: Apariencias
Yun Gyeo Ul. Niñera
Gracias por traer tan hermosa novela.
Es refrescante ver un padre que no culpa a una bebé por la muerte de la esposa y que la ve como su último regalo, ame esa parte.
Wow… pobre protagonista T.T 💔💔💔
Muchas gracias por el capítulo 🌸💜💜🌸