Traducido por Den
Editado por Nemoné
— ¿Qué sucede…? ¿Le duele algo a Mabel?
—De repente comenzó a sudar mucho. Llamé al doctor.
— ¡Mabel!
Oscar arrojó rápidamente la toalla a un lado y corrió hacia la cuna, mirándome con los ojos muy abiertos.
—Por favor, no tengas dolor, Mabel…
—Ababu… (No me duele)
—Mira sus respuestas débiles… Le duele mucho, niñera…
No sé qué decir. Interpretarán libremente lo que quieren oír, ¿verdad?
Oscar me miró con ojos empáticos y me dio palmaditas en la cabeza.
Suspiré…
Está bien, piensa lo que quieras.
Me di por vencida y volví la cabeza. La reacción de Oscar empeoró.
— ¡Mabel…! ¡No, Mabel! ¡No te desmayes!
— ¡Su Alteza, espere un poco más! ¡El médico llegará pronto…!
—Waaah…
Me sentí completamente avergonzada hasta el punto de querer morir… Por qué… ¿Por qué son así? ¿Por qué debo pasar por este dilema de disgusto? Aunque afortunadamente (no realmente), el médico llegó más rápido de lo que esperaba.
Está bien… Me revisará rápidamente y les demostraré que estoy completamente bien. Ese sería el mejor de los casos.
Pero, como de costumbre Dios no permitiría que las cosas fueran como yo quería.
La puerta se abrió de golpe.
— ¡Mabel!
La puerta se abrió de golpe y el emperador entró corriendo con una gran urgencia.
—Saludos, Su Majestad.
— ¿Mabel, estás bien?
¿Acaso… la ignoró? Sí… Lo hizo.
El emperador pasó de lado junto a la niñera, que le hizo una reverencia. No se dio cuenta de su presencia cuando corrió directamente hacia la cuna, extendiendo sus manos hacia mí.
Giré la cabeza hacia un lado y cerré los ojos con fuerza. Un momento después, extendió la mano y me tocó suavemente, sus movimientos cautelosos, temerosos de que fuera a romperme. Cuando abrí los ojos lentamente, vi el rostro del emperador. Estaba sudando, su cabello estaba despeinado. Una extraña sensación me recorrió.
— ¡Doctor!
—Sí, Su Majestad.
Un médico experto bastante mayor me examinó, luego se volvió para mirar al emperador.
—Después de examinarla…
—Bueno, ¿qué es?
—Su Alteza está…
— ¿Está enferma? Adelante, dígame.
—…
Porque el emperador siguió interrumpiendo al médico antes de que pudiera terminar sus palabras, perdió la energía para responder. Incluso me sentí cansada por su lamentable intercambio.
Solo deja que hable.
En este momento sufocante y tenso, la persona que rompió el hielo fue Oscar, que estaba de pie en un rincón sin mostrar signos de su presencia.
—Su Majestad, por favor, cálmese primero y escuche lo que el médico tenga que decir.
— ¿Por qué estás aquí?
— ¡Ah…!
Oscar soltó un grito de sorpresa al darse cuenta de que se suponía que no debía estar aquí.
Tonto…
El emperador controló a Oscar con una simple mirada, luego se dio la vuelta para mirar al médico.
—Bueno, adelante. Hable.
—Su Majestad, después de examinar a Su Alteza, el resultado concluyente que obtuve fue que está muy sana. Según los informes, se manifestó que tenía sudores fríos, pero parece ser a causa de una repentina subida de temperatura que cualquier otra cosa.
Sí, eso es correcto. Hacía calor. El examen del médico era correcto, pero los ojos del emperador llenos de sospecha no se detuvieron.
— ¿Por qué de repente sentiría calor? Sabe bien que la temperatura del interior del Palacio está controlada por magia.
—N-No estoy seguro de por qué, pero como ya no está sudando, Su Alteza estará bien.
Ante la seguridad del médico, la tensión del emperador disminuyó rápidamente.
—Entonces eso es bueno…
Colocó la mano en mis axilas y me levantó, sosteniéndome contra su pecho y esta vez me dio palmaditas en la espalda con mayor delicadeza.
Eh…
Esta vez también me invadió una extraña sensación. Sus palmaditas reconfortantes que fueron molestas al principio, me tomaron desprevenida y por un breve momento, me dieron una sensación de seguridad y comodidad.
10 minutos antes de que Esteban planeara ver a Mabel, fue atrapado en un reunión periódica. El ambiente era tranquilo y silencioso. Los sirvientes, al igual que Igurni y Esteban que estaban sentados en el asiento principal, tenían una expresión seria en sus rostros.
—Más de 10 resultaron heridos entre los guardias instruidos con el transporte, Su Majestad.
— ¡¿Cómo pudo saber de antemano, Su Majestad, que el Demonio de Deblin era sólo un niño?!
El tema en cuestión era el hombre, no, el joven comúnmente apodado como el Demonio de Deblin.
El Demonio de Deblin.
El joven le había causado dolores de cabezas y problemas al Imperio Ermano recientemente. El Demonio de Deblin era famoso por su vestimenta completamente negra sin la armadura adecuada o armas a mano. A menudo se embarcaba en un despiadado asesinato antes de desaparecer por completo en las sombras. Cuando los soldados del Gran Ermano observaron, impotentes, a sus aliados ser brutalmente reducidos sin ninguna apariencia y posibilidad de represalias, el joven fue llamado el Demonio de Deblin.
El joven de quien no se tenía más información de su pasado que su origen de nacimiento, Deblin, y su género, un hombre.
Los sirvientes gritaron sorprendidos.
— ¡Y pensar que fue capturado!
Había pasado un mes desde que los soldados del Imperio Ermano capturaron con éxito al Demonio de Deblin con vida.
Esteban trató de recordar los detalles del informe de su captura.
Estaba en medio de cortar brutalmente la carne de un soldado antes de detenerse repentinamente. Huh…
Después de que el Demonio de Débil se quitó la túnica negra que cubría todo su cuerpo, los espectadores cercanos se sorprendieron porque fuera simplemente un niño pequeño. Nadie se había dado cuenta de su cuerpo pequeño debido a sus movimientos extremadamente ágiles y rápidos y porque se movía de un objetivo a otro tan rápido que ningún ojo podía igualar los movimientos.
— ¿Qué tan cerca está?
—Prevemos su llegada dentro de unos días. Sin embargo, si se vuelve loco, su llegada se retrasará.
—Huh…
—Creemos que no tiene sentido de la lógica y racionalidad.
—Lo sabremos una vez esté aquí. Asegúrense de mantenerlo bajo una estricta seguridad e inmovilizado para que no escape. Procurar que esto no ocurra.
Mientras la tensa conferencia continuaba, un sirviente entró silenciosamente y se acercó tímidamente hacia el emperador y le susurró un asunto serio al oído.
— ¡¿Qué?! ¡¿Mabel siente dolor…?!
Terminó la conferencia con un ruido sordo y salió corriendo de la sala de conferencias.
Al perder la presencia del rey, los vasallos se miraron unos a otros en un momento de confusión.
Los murmullos comenzaron a esparcirse…
La sala de conferencias de repente se volvió ruidosa.
—Si es Mabel…
— ¿No es la princesa que nació hace poco?
—Estoy seguro que la sagrada capital de Abelardo intentó llevársela para criarla en la ciudad santa.
Había pasado un tiempo desde que habían olvidado la grave discusión sobre el altercado que ocurrió en la frontera del Imperio Deblin que los vasallos comenzaron a compartir información sobre su preciosa princesa, Mabel.
—Escuché que su cabello es del color de los cerezos en flor, como la difunta reina.
—Y que también heredó sus ojos azules.
—Escuché que es una existencia encantadora.
—Tan linda que podrías darle un mordisco…
Todos llegaron a la conclusión de que la princesa era linda. Como era demasiado joven para ser puesta en la luz pública, muchos rumores sobre ella circulaban en masa.
Rápidamente el tema se dirigió hacia un rumbo diferente.
— ¿Pero Su Majestad no dijo que la princesa estaba mal antes de irse?
—Qué terribles noticias…
—En efecto…
Los vasallos comenzaron a preocuparse por la salud de Mabel. Cuando se anunció la muerte de su difunta reina, la tensión y la inquietud aumentó en todo el imperio, pero gracias a la existencia de Mabel, los superiores pudieron evitar que el imperio pasara por un momento posiblemente problemático. Este hecho hizo que los vasallos apreciaran mucho la existencia de la princesa de muchas maneras.
—Es la única esperanza de nuestro futuro.
Esa noche, muchos sirvientes de familia ricas se reunieron en el palacio de Mabel llevando medicinas raras y valiosas de todo el mundo.
¡Por favor, crezca sana y bien, para que algún día pueda dominar la fuerte personalidad del emperador!
Los sirvientes repitieron los deseos de sus amos, pero desafortunadamente, sus deseos no llegaron a Mabel quien, en ese momento, dormía profundamente sin pensar en lo que estaba sucediendo afuera.
A través de este incidente, aprendí una lección muy especial e importante.
De ahora en adelante, solo haré ejercicio mientras todos duermen.
Pensar que el mundo se volvería patas arriba en una conmoción colosal por mi sudor supuestamente frío. Después de ese incidente, el emperador revisaba sin descanso mi bienestar a menudo. Aunque, si venía a visitarme a menudo, ¿no sería un movimiento regresivo ya que solo me estresaría hasta el punto de sentir dolor?
—Ababa…
Pero, solo podía improvisar sonidos débiles que no contenían palabras ni significado alguno.
A Oscar, este hermano mayor mío, no le importaba si lo regañaban por verme y visitaba mi habitación siempre que podía, sin importar si estaba la presencia del emperador o no.
Era una tarde tranquila cuando Oscar me visitó como de costumbre. Este hermano mayor mío se acercó a la cuna mientras me estudiaba.
— ¿Niñera, cuánto tardará Mabel en hablar?
—Hmm… Creo que tardará al menos dos años. Aunque también es demasiado rápido.
— ¡¿Dos años…?! ¿En dos años?
Los ojos de Oscar se abrieron de la sorpresa, aunque sólo fue por un momento porque me miró y sonrió descaradamente mientras tocaba mi mejilla regordeta.
—Ah, bueno, ese tiempo pasará en un abrir y cerrar de ojos.
Disculpa, solo tienes seis años, ¿sabes? ¿Por qué estás actuando tan mayor?
Estaba incrédula.
La niñera sonrió, encontrando mi expresión linda. Pero… dos años… Y eso es si me desarrollo rápidamente. Aunque, sinceramente, si sólo tuviera dientes podría hablar correctamente, pero no necesito darme prisa ni atraer atención innecesaria. Solo esperaba crecer normal para poder escapar de las miradas molestas de todos los que estaban muy interesados en mí.
En cualquier caso, se aburrirá de mí tarde o temprano y no me visitará más, así que supongo que no importa.
—Su Alteza, por favor deje de tocar la cara de Su Alteza.
—Está bien.
Con las palabras de la niñera, Oscar apartó la mano de mi mejilla que estaba caliente por su calidez.
Me pregunto si se irá.
Giré la cabeza y miré por la ventana.
La hora de la cena estaba lejos, ya que el sol todavía está en lo alto del cielo.
— ¿Mabel, estás aburrida?
—Au (No).
—Niñera, parece que Mabel está aburrida.
Dije que no…
Pero la niñera mostró signos de desaprobación.
—El problema es que Su Alteza no muestra ningún interés en los juguetes.
Para empezar, no es como si tuviera la mente de un bebé. Si agitas esos juguetes caprichosamente frente a mí, no mostraré ningún interés por ellos, aunque me tuve que preguntar si tenía fingir mi interés para actuar como un bebé normal.
Entonces, Oscar repentinamente se levantó.
— ¡Salgamos!
— ¡Nuwaa! (¡No quiero!)
Me negué enérgicamente, pero por supuesto, mis súplicas fueron mal interpretadas.
— ¿Qué? ¿También quieres Mabel? Niñera, Mabel dijo que también quiere salir.
¡Dije que no…!
Miré a la niñera con ojos suplicantes. Estaba desesperada, realmente desesperada cuando nuestros ojos se encontraron.
Niñera, conoces mis sentimientos, ¿verdad?
La niñera esbozó una sonrisa cálida.
—Entonces, vamos a dar un paseo afuera.
¿No hay nadie en este mundo que me entienda…?
♦ ♦ ♦
A pesar de mi ferviente oposición, el gran plan de mi primer paseo fuera se apresuró.
— ¿Un paseo? Adelante entonces.
Después de la aprobación de padre, que no dudó, Oscar soltó un grito ahogado de alegría.
—Como hace un poco de frío, saldremos cuando el día sea más cálido.
Todos los días, la niñera comprobaba la temperatura del día antes de concentrarse nuevamente en su punto. Parecía que estaba tejiendo un sombrero para que me lo pusiera.
Pasaron unos días y el día 54, el día exacto en que nací, sería uno de los mejores momentos de mi vida de bebé. La niñera, que me alimentó con el biberón, miró hacia afuera.
—Salgamos hoy, ¿de acuerdo?
El día tan esperado finalmente había llegado. Me congelé en mi lugar intentando actuar lo mejor posible para mostrar mi desagrado vehemente por aventurarse al exterior. Pero, por supuesto, como siempre, todo lo hice fue malinterpretado.
—Parece que Su Alteza espera con ansias el paseo.
—Por supuesto que lo haría. Será su primera vez fuera.
Por una vez, la conversación de Lalima y Xavier estaba sincronizada.
Suspiré…
Está bien. Haz lo que quieras, supongo.
Como iban a seguir adelante con sus planes sin importar lo que hiciera, dejé de pensar en oponerme a sus planes y me dejé llevar. La niñera sacó una prenda gruesa, al igual que el sombrero que tejió.
Me estaba muriendo de calor incluso si me quedaba quieta…
—Oh, cielos, Su Alteza está realmente tranquila. Xavier, trae el cochecito de la habitación de al lado y Lalima, empaca las cosas que tenemos que llevar.
—Sí, señora.
Ambos ayudantes se separaron para prepararse para mi paseo. Mientras tanto, Oscar escuchó la noticia y vino corriendo a mi habitación como loco. Estaba respirando con dificultad.
— ¡Estoy aquí Mabel…!
—Oh, cielos. ¿Su Alteza, no se supone que debe estar entrenando?
—Escuché que Mabel iba de paseo hoy, así que terminé lo más pronto que pude.
Una sonrisa radiante se formó en los labios de la niñera porque encontró los modales de Oscar adorables y maravillosamente gratificantes.
—Si sale afuera lleno de sudor en este clima frío, se enfermará. Siempre puede venir con nosotros la próxima vez. No se esfuerce demasiado, Su Alteza.
—Pero… es la primera vez que Mabel sale. No me lo puedo perder.
Oscar sonrió alegremente y me tomó la mano.
—Este será su primer recuerdo afuera. Quiero experimentarlo con ella. Soy su hermano mayor, después de todo.
Algo extraño me invadió al oír a Oscar decir “hermano mayor” de forma tan obvia y deslumbrante. No sabía cómo reaccionar. Nunca había considerado al emperador y a Oscar como una familia, y mucho menos esperaba su amor. No estaba segura de cómo actuar… No estaba segura. No sé como tratar con ellos. Pero sé que no puedo ser fría con ellos.
En consecuencia, Xavier entró corriendo con un cochecito que brillaba. Estoy segura que sus materiales están hechos de tesoros nacionales desglosados. Sólo usaría el cochecito durante unos años… ¿Hacía falta decorarlo con joyas y adornos? Y escuché de los asistentes que el cochecito había sido hechizado, me dejó boquiabierta.
La niñera me levantó y me colocó suavemente en el cochecito como si no fuera nada. Después de extender el toldo del cochecito de bebé para detener el viento invernal y cubrirme con una manta, la niñera quedó satisfecha.
Qué… Qué calor…
—Ahora bien, ¿nos vamos?
Equipada con un arma de ropas y una manta, la niñera salió de la habitación.
El pasillo era mucho más amplio de lo que me imaginaba. ¿Era amplio porque sólo era un bebé, o por qué el palacio en sí era demasiado colosal?
— ¿Mabel, el pasillo es interesante?
—Auuuw…
Mirando alrededor de ensueño, me sorprendió la repentina pregunta de Oscar.
Si soy honesta, sí, aunque sólo tenía un poco de curiosidad.
No tenía ningún recuerdo del palacio sino de la habitación donde dormí durante semanas después de todo.
—Divertido ¿verdad?
—Abuba… (Nop)
—Sabía que te gustaría.
Está bien. Piensa lo que quieras…
Y antes de darme cuenta, finalmente salimos al exterior y una gran ola del frío viento invernal me golpeó. No me di cuenta de la severidad del frío del exterior ya que la magia controlaba la temperatura del palacio (aparentemente).
— ¡Auu! (Hace frío).
Retiro lo que dije antes. ¡Es congelante!
—Parece que Su Alteza se está congelando —Xavier pareció preocupado.
Oscar inmediatamente se quitó su abrigo y me lo puso encima.
— ¿…?
Lo miré desconcertada porque no me había dado cuenta que Xavier hizo lo mismo. También se quitó el abrigo y se lo puso sobre la ropa de Oscar. Lalima lo imitó. ¡Incluso la niñera!
No… No puedo ver…
—Abubah… (No puedo ver…)
— ¿Ahora tienes calor? Eso es bueno.
La cálida voz de Oscar logró atravesar las montañas de ropa apiladas sobre mí.
Aunque tenía calor… ir de paseo sin ver el paisaje parecía frustrar el propósito de mi primera experiencia. Estaba confundida.
Y entonces, el cochecito se detuvo.
—Saludos, Su Majestad.
— ¿Dónde está Mabel?
—Está en el cochecito.
Una mano grande rápidamente apartó la ropa apilada una tras otra. Esa mano me levantó. Los abrigos que me cubrían cayeron al suelo. Al emperador no le importó.
—Diviértete afuera y regresa sana y salva, Mabel.
Sus ojos azules se clavaron en mí mientras me sonreía dulcemente. Lo miré atónita y sin estar segura de cómo reaccionar. Afortunadamente, me volvió a meter en el cochecito. No esperaba que se quitara su propio abrigo.
— ¡¿Su Majestad…?!
El ayudante del emperador, que lo seguía desde atrás, gritó sorprendido cuando se postró. Pero el emperador no le hizo caso, ya que me cubrió con su abrigo negro.
—Diviértete, Mabel.
Me acarició la cabeza antes de caminar en la dirección opuesta, su silueta desaparecía cada segundo.
Lalima, que no se atrevía a hablar, dijo cuidadosamente.
— ¿Señora, señora, la ropa de Su Majestad no está hecha de materiales mágicos?
—Así es… Está hecha de materiales raros y preciosos. No pensé que se lo daría de esa forma.
— ¿Dar…? ¿Simplemente no lo tiró caprichosamente y se fue?
Miré la ropa que me cubría y la estudié. La ropa negra tenía forros doradas y no era gruesa de ninguna manera. A pesar de eso, no sentía escalofríos y estaba mucho más caliente.
Mientras tanto, los otros cuatro recogieron sus abrigos que se habían caído al suelo.
Espera… No podría ser que estaba celoso de que los otros me hayan puesto sus abrigos e inmediatamente los apartó y usó el suyo, ¿verdad?
Bueno, ciertamente es cálido…
La superficie del río reflejaba la luz del sol. Era un invierno de ensueño. Aunque las flores todavía no habían florecido, sus brotes se mecían contra el viento. La niñera extendió una estera limpia de forma experta, que no se veía ni un solo pliegue. Me sacó del cochecito y me recostó sobre la estera.
Seguía inclinándome debido a mi peso, lo que me obligó a caer acostada.
Oscar decidió ponerme en su regazo.
— ¿Mabel, no se siente bien estar afuera?
Me quedé allí inmóvil y parpadeé.
—Hmmm… Bueno, esto tampoco es tan malo.
Lalima se sentó junto a Oscar y me siguió vigilando mientras organizaba nuestras pertenencias. Pero, estaba demasiado preocupada y no pudo evitar sucumbir a las preocupaciones.
Miré a Lalima.
—Lalima, no le quites los ojos de encima.
— ¡No se preocupe, señora! Vigilaré de cerca a Su Alteza. En cualquier caso, ¿señora, no parece que le cuesta un poco debido a su cabeza? Oh cielos… ¿No es demasiado linda?
Lalima sostuvo mis mejillas y chilló.
Xavier le dirigió una mirada de advertencia a Lalima.
—A este ritmo, tú causarás problemas.
—Crees que soy torpe, ¿verdad?
Se llevan bien.
Bostecé y me incliné sobre el cuerpo de Oscar. El cielo yacía sobre mí.
Es azul.
La última vez que miré el cielo fue cuando era medianoche y no brillaba ni una sola luz estelar. Lo recuerdo bien… Ese apartamento en mal estado… El tejado del que caí… No había pasado mucho tiempo desde entonces, pero se sentía como un recuerdo lejano de hace años. Era un recuerdo que nunca olvidaría.
Mientras recordaba el pasado, cerré los ojos, Oscar susurró suavemente.
—Parece que Mabel tiene sueño.
—Uwaa…
No, no es eso… No tengo sueño, estoy deprimida.
Solté un pequeño suspiro. Incluso no me dejarían estar triste en paz.
Como no tenía mucho que hacer, miré a Xavier. Organizaba las cosas a mi alrededor ocupado cuando de repente gritó y señaló hacia la entrada del bosque.
— ¿Qué…?
¿Qué es?
— ¡Es la bestia divina!
¿Bestia divina? Ah… Recuerdo que Lalima y Xavier estaban discutiendo por la bestia divina dorada que salió del huevo en el bosque del norte. ¿Qué es una bestia divina? ¿Una gato?
¡También quiero verlo!
Estiré ambos brazos y expresé mis deseos y necesidades, pero Oscar no me prestó atención.
Lalima y Xavier volvieron a discutir.
— ¿En serio? Xavier, no inventes mentiras. ¡No voy a caer!
— ¡Es verdad! ¡Es por allá! ¡¿Por qué no vas y lo compruebas tú misma?!
— ¡Si no está allí, estás muerto!
Lalima contestó rápidamente mientras se inclinaba hacia delante para levantarse.
—Su Alteza, vamos a comprobar esta tontería.
—De acuerdo.
Mientras Lalima se quejaba, la niñera me tendió la mano.
Espera… ¿Todos van a ir sin mí?
Agité y tiré mis brazos. Intenté rechazar el abrazo de la niñera.
— ¿Su Alteza, le gustaría quedarse conmigo un poco? Su Alteza quiere ir a ver a un gatito.
— ¡Waa…!
La niñera sonrió suavemente y me abrazó con ternura mientras me movía todo lo que podía, solo una expresión podía expresar mi desdén.
¡También quiero ir a ver! ¡La bestia divina…! ¡El gatito!
— ¡Gadido…! [1]
La niñera no me soltaba sin importar cuánto me moviera. No pude soportarlo más y grité lo más fuerte posible. Tenía dos meses, y mi pronunciación era horrible. Gatito como mi primera palabra no fue el mejor momento de mi vida, pero no importaba.
Y entonces me di cuenta demasiado tarde que todo a mi alrededor se quedó en silencio hasta que Oscar rompió el hielo.
— ¿Mabel…?
[1] Mabel está intentando decir gatito.
XD ja ja Óscar es el rey del drama 🤭🤭🤭
😍😍😍💜💜💜🌸🌸🌸
¡Tan lindos! 💜🌸💜
Muchas gracias por el capítulo 💜🌸💜