Bebé tirana – Capítulo 4: El Demonio de Deblin (1)

Traducido por Den

Editado por Nemoné


Sorprendido de mis repentinas palabras, Xavier perdió toda compostura y dejó caer la piedra que sostenía.

—Su… ¿Su Alteza acaba de decir gatito?

Cuando habló, Lalima, también me miró con una sorpresa exagerada y soltó una risa.

—También lo escuché… Pero no podría ser.

— ¡Gadido…! ¡Gadido!

¡Lo que sea! ¡Solo llévenme con ustedes! ¡No me dejen atrás! ¡También quiero ver al gato divino! 

—C-Creo que realmente dijo gatito, ¿verdad…?

— ¿Cierto? También lo escuché.

Lalima asintió, estando de acuerdo con las palabras de Xavier. Era un espectáculo digno que ver, un momento histórico en que ambos opinaban lo mismo por una vez.

¿Eh…? Espera… Así no es como debería ser. 

La situación se estaba poniendo tensa, eso parecía, ¿pero cuál era el problema? Solo me di cuenta demasiado tarde cuando la niñera, que me abrazó con fuerza, comenzó a hablar.

—Y pesar que Su Alteza diría sus primeras palabras después de dos meses de su nacimiento…

Oh… Pronto me di cuenta de mi error.

¿En realidad, por qué hice eso? ¿Estoy comenzando a pensar como un bebé porque soy uno o qué…? 

Este cambio rápido tampoco me era familiar, y no estaba segura de que la mente dentro de este cuerpo fuera la de un adulto… Aunque el único problema que quedaba era que este cuerpo todavía no estaba completamente desarrollado.

¿Tal vez la razón por la que estoy actuando por impulso es por mi cuerpo de bebé…? 

Aunque, en verdad, no estaba segura, solo asumía vagamente que tenía que ver con mi crecimiento.

En todo caso… 

El principal problema que enfrentaba no era ese y no es como si fuera capaz de formular correctamente una frase completa, pero ciertamente era motivo de sorpresa. Había dicho una palabra completa demasiado rápido para un bebé de mi edad.

Hmm… ¿Cómo salgo de esta situación? 

Me quedé reflexionando para rectificar la situación cuando Lalima de repente me abrazó con fuerza y con una mirada de asombro en su rostro.

— ¡Esa es nuestra princesa! ¡Es una genio! ¡Poder hablar tan pronto y todo, Dios mío…! ¡Su Majestad, es una genio rara!

— ¡Ahbubu…! (¡No puedo respirar!)

— ¿Ahbubu? ¿Qué dijo esta vez? ¿Por favor, repítalo, Su Alteza?

Los ojos de Lalima brillaban con vívida emoción como si intentara descifrar cada una de las palabras pronunciadas.

No, no, no es eso lo que quería hacer. 

Me tomaron desprevenida y me sentí extremadamente tímida. Mientras tanto, Oscar tenía una expresión decepcionada.

¿Por qué está tan deprimido? 

Respondió a mí pregunta. Poco después, Oscar murmuró en voz baja para sí mismo.

—Pensar que tu primera palabra no es hermano mayor sino gatito…

¿Ese era su problema? Aunque parecía que le había afectado demasiado fuerte. Siguió repitiendo que había perdido contra un gato una y otra vez.

¿Cómo soluciono esta situación? No pudo soportar estar cerca de su tristeza. 

“Aunque no debería importarme nada. Sólo llévame al arbusto”, es lo que quería decir, pero mi fuerza para formar una oración correcta sólo sonaría tonta y extraña.

Suspiré.

La vida de un bebé es un viaje largo y agotador. ¿Quién dijo que era fácil, que todo lo que hacíamos era jugar, comer y dormir?

Suspirando, me moví en los brazos de la niñera y estiré ambos brazos hacia Oscar.

— ¿Mabel…?

Desde mi nacimiento, nunca había mostrado ni indicado ningún signo de querer que alguien me cargara.

Bueno, solo quería recostarme en primer lugar. De todos modos, nunca quise realmente ser cargada… 

Pero al ver a mi hermano mayor triste por algo tan trivial, mi corazón no estaba tranquilo.

—Su Alteza, por favor, sostenga a la princesa en sus brazos rápidamente.

La niñera le dijo cálidamente a Oscar y él, a su vez, miró a la niñera con una mirada aturdida y se señaló a sí mismo.

— ¿Yo…?

—Por supuesto. Ahora, aquí va. Sujétela con fuerza.

Oscar se acercó a mí rígido, como si estuviera caminando por primera vez, y extendió ambos brazos hacia mí. Oscar me levantó fácilmente, sin poner mucho esfuerzo en sus acciones debido a su entrenamiento con la espada.

—Es la primera vez que Mabel me abraza primero…

Oscar sonrió y murmuró para sí mismo. Estaba conmovido por mi gesto. Aunque eso no importaba. No me quedaba mucho tiempo. Estiré mi brazo hacia afuera y abrí y cerré la mano en dirección a la entrada del arbusto donde Xavier exclamó haber visto a la bestia divina.

— ¡Gadido!

Iban allí de todos modos, así que también podríamos ir juntos. Y, además, nací el mismo día que la bestia divina salió del cascarón. Puede tener algo que ver conmigo, y sin duda era interesante.

— ¿Mabel, tanto quieres ver a la bestia divina?

Oscar preguntó gentilmente mientras me sostenía en sus brazos. Quería asentir, pero eso resultaba demasiado difícil en este momento, así que en cambio, dije:

—Gadido…

—Está bien, está bien.

Sonrió descaradamente.

En este punto, era mejor seguir la corriente y fingir que sólo conocía la palabra Gadido.

No se atreverían a llamarme genio o algo así, ¿verdad?


Den
No estaría yo tan segura Mabel, estos te adoran demasiado y dirían de todo XD

10 respuestas a “Bebé tirana – Capítulo 4: El Demonio de Deblin (1)”

  1. Muchísimas gracias por todo 💜🌸💜

    Me encantan esos tres personajes, a ver como se seguirá desarrollando esta hermosa historia 💜🌸💜
    Os amo c:
    ❤❤❤

    1. Nos hace muy felices que estés disfrutando de la novela. Muchas gracias por todos los comentarios, eso nos anima a seguir adelante ☺️. Esperamos poder traerles más capítulos pronto (๑・ω-)~♥”

Responder a Den Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido