Dama a Reina – Capítulo 84: ¿Has servido al emperador?

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


Aunque el marqués Grochester no visitó el Palacio Imperial, conocía muy bien lo que sucedía en su interior.

—¿Cómo te enteraste sobre eso? —preguntó Patrizia.

—El hecho de que no me quede aquí, no significa que no tenga oidos, Rizi. —El marqués Grochester rió y continuó—. También escuché que Su Majestad está muy interesado en ti en estos días.

—¿Acaso tienes un espía en el palacio? —Ella se rió como si fuera una broma,  pero el marqués Grochester se encogió de hombros.

—Todo el mundo lo sabe. Además no es un gran problema. Solo dime ¿es verdad o es un falso rumor?

—Es solo un interés pasajero, padre. Incluso si gano su favor por el momento, no sé por cuánto tiempo será mío, al igual que a la marquesa Ethylaine.

—Ese es un excelente pensamiento, Rizi. Así es como deben ser los monarcas.

Patrizia simplemente sonrió ante el consejo del marqués. Pensó por un segundo, luego habló un momento.

—Pero esta pelea terminará pronto.

—¿Por qué? ¿La concubina tiene una enfermedad mortal? —bromeó el marqués Grochester.

¿Qué bueno sería eso? murmuró para sí misma mientras consideraba el deseo imposible.

—No es eso, por fin tengo algo para atraparla.

—Eres muy talentosa Rizi.

—Todo es gracias a Nilla.

—Esas son buenas noticias. —El marqués Grochester parecía bastante satisfecho. La amabilidad y el apoyo que se demostraban ambas hermanas fueron una alegría para sus padres.

—Pero tengo que asegurarme de que no haya daños para nuestra familia —dijo Patrizia.

—Aunque insistas en ser lastimada por nuestro bien, no tienes que hacerlo.

Aunque ahora era la reina su padre seguía siendo como siempre y se preocupaba por ella como si aun fuera la pequeña niña que se crió en la mansión, Patrizia se preguntó si en el pasado se había preocupado de la misma manera por Nilla.

Si, seguro que fue así.

—Sí, lo sé padre.  —Patrizia sonrió—. ¿Cómo ha estado nuestra familia?

—Debes saberlo mejor que nadie, con Nilla a tu lado… Estamos realmente bien, querida. Ninguna noticia es una buena noticia —dijo, riéndose como un tonto. Su padre era el mismo de siempre y Patrizia se rió junto con él.

—Eso es un alivio.

—Así que no te preocupes. Es posible que no podamos ayudarte, pero no nos interpondremos en tu camino. —El marqués Grochester dudó por un momento antes de hacerle una pregunta—. ¿Realmente no sientes nada por Su Majestad?

Patrizia permaneció en silencio por un segundo y luego habló en tono casual.

—Bueno, si consideras el odio, la simpatía y la piedad como sentimientos, entonces sí.

—¿Por qué simpatía y piedad?

Ella dudó por un momento, pero decidió preguntar.

—¿Conoces su debilidad?

—¿De qué estás hablando?

—Tiene una debilidad —dijo Patrizia en voz baja—. Le tengo simpatía por eso, pero eso nunca será amor.

—Comprendo.

—Me parece que quieres que tenga sentimientos por él. ¿Me equivoco? —preguntó Patrizia.

—Tú decides, pero como padre, si el emperador no te ama, espero que tampoco le entregues tu corazón —dijo el marqués Grochester—. Pero en caso contrario, quiero que tengas una familia feliz.

Patrizia suspiró por dentro.

—Si ese es mi deber como hija para mis padres, no puedo cumplir eso ahora.

Todo se debía a la presencia de la marquesa Ethylaine.

—Afortunadamente, no creo que la situación sea mala. Tengo mi hermana a mi lado y en ocasiones puedo visitar mi familia de esta manera.

—Sí, esto está bien. —El marqués Grochester asintió con una cálida sonrisa—. Hay más de un tipo de felicidad.

—Sí. —Patrizia sonrió—. Por cierto, ¿has preparado un regalo de cumpleaños para mamá?

—¿Has preparado uno?

—Por supuesto. No lo olvidaría… Espera, no lo olvidaste ¿verdad? —preguntó Patrizia sorprendida.

—No soy ese tipo de persona, no te preocupes —dijo el marqués con una sonrisa amable—. Abramos los regalos después de la cena. Tengo curiosidad por lo que has preparado.

—No es mucho —indicó Patrizia con un leve sonrojo tímido, y el marqués Grochester miró a su hija con ojos amorosos. Afortunadamente, su hija no parecía haber cambiado mucho después de entrar al palacio. Habló con Patrizia en un tono amigable.

—Vamos a ver al resto de la familia.

♦ ♦ ♦

—No debe haber errores esta vez —gritó Rosemond a Glara.

La dama de compañia, en voz baja, respondió:

—No te preocupes, mi señora. Los resultados serán positivos esta vez.

—Tenemos que acabar con esto ahora. Si espero más tiempo, el daño será aún mayor.

Rosemond tenía veintisiete años, ya había pasado su mejor momento para tener un bebé. Tenía que dar a luz a un hijo antes de los treinta, y tenía que posicionarlo como príncipe heredero y asegurar su posición como reina madre de antemano. Eso era lo único que deseaba ahora.

—Estás segura de que preparó todo de forma correcta ¿verdad? —preguntó Rosemond.

—La señora Jaenory no es tonta. No te preocupes.

Glara tenía razón, Jaenory no era tonta y ambas necesitaban que el plan se llevará a cabo a como dé lugar.

—Tienes razón, no es estúpida —murmuró Rosemond, con el ceño fruncido por el pensamiento—. Si la reina muere, la flecha de la duda se dirigirá a mí. Pero, ¿qué pueden hacer ellos? Nadie puede acusarme de criminal a menos que haya pruebas contundentes.

—Si la señora Jaenory permanece callada, todo saldrá como usted desee.

—Jaenory no puede traicionarme. Si caigo, será el final para el duque Ephreney, ¿y a dónde más iría Jaory?

Rosemond se bebió toda el contenido de su taza de un solo trago. El té caliente le quemó la garganta, pero ignoro el dolor, por la ominosa sensación de la victoria que iba a disfrutar.

—Oh, y para el duque Ephreney… —comenzó triunfante, pero luego se detuvo, sintió la presencia de alguien y dejó de hablar. Cuando fue despojada de su posición como baronesa en el pasado, su desconfianza hacia la gente empeoró, y después de convertirse en marquesa, sólo empleó a unas pocas damas de honor en el Palacio Bain. No había razón para que alguien más estuviera aquí ahora. Un escalofrío recorrió la columna de Rosemond.

—Glara, ve a ver.

—Sí, mi señora.

Glara, reconociendo la gravedad de la situación, corrió rápidamente hacia la puerta y la abrió. Sin embargo, no había nadie cerca.

—Mi lady, no había nadie aquí —dijo Glara, desconcertada.

—Ya se habrán escapado. —Rosemond apretó los dientes—. Encuéntralos ahora mismo. ¡Esto no puede filtrarse!

♦ ♦ ♦

Mientras tanto, Patrizia estaba disfrutando de la tan anhelada reunión con su familia después de estar lejos de ellos durante mucho tiempo. Después de la cena, cada miembro de la familia presentó sus regalos de cumpleaños a la marquesa Grochester. Patrizia le presento una caja de te artesanal, Petronilla había usado un juego de té hecho en un imperio en el este, y, finalmente, el marqués Grochester le dio a su amada esposa un vestido de un diseñador de alta gama que recientemente se había hecho muy popular. Al recibir estos regalos, la marquesa Grochester se conmovió por la sinceridad de su familia.

—Dios mío. No me di cuenta de que soy una persona tan emotiva.

—Feliz cumpleaños cariño.

—Madre, feliz cumpleaños.

—Gracias a todos —dijo la marquesa Grochester con una sonrisa suave y alegre, y Patrizia sintió que su corazón se calentaba por primera vez en mucho tiempo. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había experimentado este sentimiento? Ni siquiera podía recordarlo. La marquesa Grochester notó el cambio en la emoción de su hija.

—Rizi, ¿cuándo vas a volver al Palacio Imperial?

—Regresaré antes de la medianoche —respondió Patrizia.

—Raphaella debe estar teniendo dificultades.

—Oh, estoy bastante bien, mi señora —dijo Raphaella.

La marquesa Grochester sonrió ante la actitud alegre de Raphaella, luego miró a su alrededor.

—Me gustaría hablar con mi segunda hija a solas, ¿me lo permiten?

—Por supuesto, madre. No sabemos cuándo volverán a tener otra oportunidad —dijo Petronilla.

—He hablado con ella antes, así que por supuesto que tú también deberías —agregó el marqués Grochester.

—Gracias a todos.

Después de que todos los demás dieron su consentimiento, la marquesa Grochester se volvió hacia Patrizia con una cálida sonrisa.

—Su Majestad, ¿puedo hablar con usted?

—Sí madre. —Patrizia también se puso de pie con una pequeña sonrisa, y pronto se mudaron a la habitación de la marquesa. Una dama de honor les trajo té caliente de manzanilla con leche y galletas de mantequilla. La puerta se cerró y, finalmente, se quedaron solas. La marquesa Grochester habló primero.

—Ahora que estás conmigo, me siento triste ya que nuestro tiempo juntos es corto, Rizi.

—También me siento igual, madre —dijo Patrizia con una mirada sombría—. Pensé que podría visitar mi hogar a menudo incluso después de convertirme en reina, pero ese deseo era una ilusión.

—Solo digo, hija mía. No parece bueno que la reina visite a sus padres con frecuencia —dijo la marquesa Grochester—. Me pregunto de qué hablaste con tu padre.

—No se trataba realmente de algo. —Patrizia sonrió y se encogió de hombros—. Como ha sido todo este tiempo, cosas insignificantes.

—Oh, hija mía, eso no es cierto. No es insignificante para nosotros. Desde la perspectiva de los padres, nada es más importante que saber cómo están sus hijos.

—¿De verdad? —dijo. Es una pena que el contenido no fuera tan brillante—. En realidad, hay algo que he querido ocultar. Como saben, mi situación en este momento está lejos de ser la felicidad.

—La felicidad siempre ha sido subjetiva, hija mía. No importa lo que digan otras personas, si eres feliz, eso es suficiente. —La marquesa Grochester la tranquilizó calurosamente—. Tienes muchas personas buenas a tu alrededor. Por supuesto, también hay algunas personas malas.

—Gracias a esas pocas personas buenas, me aferro a mi vida en el Palacio Imperial.

—Eso es un alivio. —Después de eso, la voz de la marquesa Grochester descendió alguno tonos—. ¿Cómo es tu relación… con Su Majestad?

Después de un momento de contemplación, Patrizia decidió ser honesta.

—Odio, lástima. Es una relación en la que solo hay simpatía.

—Entiendo.

—¿Es una buena relación? —pregunto Patrizia.

—Bueno —dijo Marchioness Grochester con incertidumbre—. Eso es inusual para una pareja normal. Como dije antes, lo más importante en términos de buenos y malos estándares es la opinión propia, pero dime ¿te gusta tu relación?

—En realidad, no estoy seguro. —Patrizia se encogió de hombros una vez más. La marquesa Grochester no dijo nada por un momento, ya que sabía que era el hábito de su hija cuando quería evitar algo.

Patrizia continuó.

—Realmente no lo odio, pero si tuviera que pasar toda mi vida en esta relación, sería agotador y difícil.

—Quieres decir que es inseguro.

—Sí, eso creo.

—Una relación estable no significa necesariamente que sea buena. La estabilidad también es agotadora..

—Es solo que las cosas se están volviendo locas en este momento, así que no estoy seguro. Prefiero estar cansado ahora.

—Dime Patrizia ¿has servido al emperador?

Patrizia se sonrojó ante la repentina pregunta.

28 respuestas a “Dama a Reina – Capítulo 84: ¿Has servido al emperador?”

  1. Que tal que el que alla escuchado la conversacion fuera Lucio, en todo caso la zorra anda dando pasos peligrosos y la mama de Rizi si que va al punto , pero creo que Rizi se parece mucho a su padre

  2. Kyaaaa 😍😍😍 gracias por la traducción me hacen muy feliz, gracias por traducirlo y compartirlo con nosotros desinteresadamente ❤️ nadie se preocupo tanto por mi(? Muchas gracias por la producción 🙌 y espero la continuación pronto 😍🤩

  3. Las platicas con las madres siempre son reveladoras, esperaba que saliera un poco más calmado el corazón y la mente cuando regresará, pero tal vez sea peor, las madres siempre tocan puntos sensibles sin piedad jajajaja y Pues yo creo que ya se le fue le tren a la Rosi, y no me refiero a la edad, pero habrá que esperar un poco para ver que pasa. Gracias por el cap.

  4. ¡Wow! Odio a Ros, pero me sorprendió el punto de que a los 27 se preocupa por su fertilidad. Yo a mis treinta siento que aún tengo tiempo.😂🤣

    Gracias por su trabajo😍

  5. Gracias por el capítulo!
    Me da paz que Rizi este en casa, aleluya por un sitio seguro 😂 (aunque sea una paz temporal ya que Rosemond anda en lo suyo)

  6. Vaya vaya pero que pregunta para una madre 😳😳 pero si diles rizi que ya pasó muahahha muchas gracias por el capítulo seeee🤩🤩🤩

  7. Ya patty diles que le has servido con todas las de la ley 😏😏🤣🤣🤣 gracias por el capitulo, waa en verdad me encanta esta historia 😍 😍 😍

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