Traducido por Yonile
Editado por Herijo
—Aun así, me proporcionaron tres comidas al día con proteínas, así que es difícil afirmar que no me alimentaron en absoluto…
Hubo un momento de silencio en la habitación tras mis palabras.
—¡Oh, no es que no sepa en absoluto qué tipo de comida consumo! ¡A menudo también enviaban las sobras! —agregué apresuradamente, pero el ambiente no mejoró. Leslie, en particular, se mantuvo inmóvil con el tenedor en la mano, como si hubiera ocurrido algo que nunca debería haber sucedido.
El primero que habló fue Óscar.
—Eso no va a funcionar —dijo de repente mientras se quitaba los guantes. —Carne de yeper congelada… Dios mío, eso para las tres comidas del día. Algo realmente terrible.
Sacó algo de su bolsillo y me lo entregó.
—Ve a cualquier sucursal y come cuando te convenga.
「Boleto de comida en el restaurante Rainfield」
Cualquier sucursal… ¿Así que era una cadena?
Fue entonces cuando recordé la mención de Aaron sobre el restaurante Rainfield.
Debe haber sido un lugar famoso donde la gente sería tratada como un bicho raro si no reconociera el nombre.
Debe ser increíblemente rico.
Incluso me temblaron las manos cuando tomé el ticket de comida.
—Oh gracias…
Leslie suspiró exasperada.
—Odio decir esto, pero Caitlyn y Reid son demasiado malos. No sabes cuidar de ti misma gracias a ellos y ni siquiera te alimentan adecuadamente —dijo, apretando los dientes mientras me ofrecía más comida.
—Quienes no alimentan adecuadamente a los demás son muy malas personas.
Leslie incluso tembló al pronunciar esas palabras.
—Cuanto más lo imagino, más terrible se vuelve. Sabía que era realmente malo, pero es peor de lo que pensaba.
—Sí, Reid es una basura.
¿Por qué fui tan patética? Al recordar mi vida pasada por primera vez, estaba demasiado ocupada tratando de descubrir cómo sobrevivir y era muy infeliz con el entorno en el que crecí. Aun así, debía aguantar hasta la próxima competencia de esgrima. ¡Iba a borrar todos los trucos en los que Reid y yo habíamos trabajado y luego me iría! No importaba cuánto perdiera; no había razón para no poder cuidar de mí misma, a pesar de estar en segundo lugar desde la perspectiva del mundo. Había espacio suficiente para disfrutar de la vida incluso si renunciaba al primer lugar en la competencia.
Durante la comida, Óscar tomó un cuchillo grande y cortó la carne él mismo; fue impresionante.
—Oh, Dios mío… —murmuré sin darme cuenta.
—Puedo ver por qué Aaron Rainfield maneja tan bien su espada…
No había espada presente, pero valía la pena observar el detalle en el manejo del cuchillo.
—Óscar no es el único —dijo Leslie sonriendo. —Su esposa, Marilyn, también es muy buena con los cuchillos.
Óscar me miró, suspiró una vez y apartó la carne. La carne se derretía en mi boca; pensé que lo que había comido hasta ahora era basura comparado con esto. Era carne de res suave, muy diferente a la carne de monstruo congelada… Leslie me vio guardando el postre e incluso llamó a una criada para que preparara más. ¡Qué ángel!
Después de todo, siempre fui yo el problema: la villana novata mientras todos los del ducado de Wade estaban bien.
Entonces pensé de nuevo.
Después de todo, mi tipo ideal es Ian Wade y su familia.
Cuando terminó la comida, Leslie me sirvió una taza de té y sonrió.
—Está bien, ahora que estamos llenos, hablemos de algo.
Entonces recuperé el sentido.
¡Olvidé la razón por la que me llamó!
¿Fue para finalmente decirme que me quitara del camino de Ian?
No, nadie aquí quería hacer eso más que yo, pero tomaría un tiempo hasta que las cosas desaparecieran…
Habiendo preparado mi corazón, respondí con calma.
—Sí, por favor diga lo que sea.
La comida era tan deliciosa que parecía que no importaba cómo me insultara; podría ignorarlo. Incluso recibí un ticket de comida. ¿No era sentido común escuchar a quien te alimenta tanto? Sintiéndome generosa, la observé mientras preparaba mi discurso de disculpa. Sin embargo, la pregunta que salió de su boca fue inesperada.
—¿Por qué salvaste a Ian?
Me sentí momentáneamente avergonzada y casi escupí el té.
No sabía cómo responder a su pregunta tan directa. No podía entender cómo Leslie se había enterado, cuando Ian ni siquiera se dio cuenta.
—Vaya, ¿de qué estás hablando?
—El día en que escoltaron al Sumo Sacerdote y el ataque terrorista de ayer —dijo Leslie, parpadeando. —Todo el mundo piensa lo contrario, pero según mi razonamiento, siempre estás salvandolo, ¿acaso no lo odias
—Es cierto que no le agrado a Ian y nunca lo salvé. Sólo soy una persona a la que no le importa.
Estaría en problemas si parecía sospechosa. Aunque era verdad que lo salvé, no tenía nada que decir cuando ella preguntó por qué.
En realidad, me di cuenta de que este es un mundo de ficción. Entonces, ¿quién me creería si dijera: “Me he convertido en una persona nueva”?
Si pensaba en la obra original, mi estrategia incondicional seguía siendo arruinar el plan de Reid contra la familia del duque Wade.
—Entonces, ¿qué pasó ayer?
—¿Qué?
—Te escuché advertir a Ian en el campo de entrenamiento.
¿Leslie también estuvo allí ayer? Apreté mis músculos faciales para ocultar mi decepción.
—Ya no puedo manejar espadas, pero sé cómo usar cierta cantidad de energía porque solía tener un cuerpo capaz de hacerlo. De hecho, ayer, Ian estaba a salvo del ataque.
Si Leslie hubiera intentado ocultar su presencia, Ian y yo, preocupados el uno por el otro, no nos habríamos dado cuenta. Además, había tantos caballeros en el campo de entrenamiento que ni siquiera notamos su existencia. Fue una variable inesperada.
—Bueno, todo el mundo dice que fue un ataque terrorista dirigido al Príncipe Robert.
Lo pensé por un momento.
¿Cuáles son mis prioridades?
Incondicionalmente, el hecho de que Reid y yo estábamos ligados al ataque e intentábamos destruir el muro no se detectó. Si ese es el caso, tengo que llamarlo rápidamente un ataque terrorista contra el príncipe.
Recuerdo sentirme muy cómoda cuando regresé al terrorismo del Sumo Sacerdote, así que rápidamente afirmé:
—En realidad, me enteré del plan terrorista por accidente.
Al final, le di la respuesta que le habría dado a Ian si me hubiera preguntado ayer.
—Escuché del Marqués Abedes…
Leslie murmuró con una mirada seria y yo continué con cautela.
—Y si Ian resultaba herido…
En ese momento, la puerta se abrió de golpe sin que llamaran previamente.
—¡Madre! Escuché que llamaste a Annabelle Nadit. ¿Qué sucede contigo? Quería preguntarle algo…
No importa lo idiota que fuera, si me llamabas así, lo que iba a decir quedaría eclipsado.
Esto también tenía que suceder en este día feliz porque comí la comida más deliciosa de mi vida.
Si me llama así, ¿no debería replicar?
Inmediatamente cambié bruscamente las respuestas que había preparado.
—¡Sería injusto porque soy la única que va en contra de Ian! ¡Anabelle Nadit es la única que puede lastimar a Ian Wade!
Golpeé la mesa y lo miré fijamente.
—¡Odiaría que se quedara con una lesión grave y ni siquiera pudiera pelear!
Ian se paró cerca de la puerta con una postura rígida y me miró. Leslie aplaudió con los ojos bien abiertos.
—Oh mi.
Incluso había una mirada de emoción en alguna parte.
—Ese es el espíritu caballeresco que persiguen los Wade.
—¿Qué?…
—Quieres ganar mientras él esté intacto, ¿no? ¡No te gusta una situación en la que no pueda luchar adecuadamente debido a una lesión!
Ian intervino en las palabras de Leslie.
—Madre, eso no es cierto. Quizás sea porque no lo sabes, pero Annabelle Nadit y el juego limpio no van de la mano. Ella seguirá ocupando el segundo lugar toda su vida…
—Yo he estado en segundo lugar, y ahora estoy de mal humor.
Ian se mordió el labio inferior, como si se quedara sin palabras. Leslie siempre había estado en segundo lugar después del duque Wade. Pensé que algo raro estaba sucediendo, así que le saqué la lengua a Ian cuando Leslie no miraba.
—¡Hey, hey, hey!
Los ojos de Ian se abrieron con sorpresa y me levanté de un salto, pensando que era el momento adecuado.
—Bueno, no quiero ver tu cara, así que me iré.
Ya he comido todo, así que no hay razón para quedarme aquí. Además, era vergonzoso que Leslie me hiciera más preguntas.
Mientras tanto, no olvidé hablarle con firmeza a Ian al salir para evitar sospechas.
—Hoy estoy de buen humor porque comí comida deliciosa, así que te daré una maldición pequeña. ¡Cuando cantes notas altas en la ducha, Aaron Rainfield te escuchará!
La expresión de Ian se distorsionó más que nunca.
—¡Espera, señorita Annabelle!
Estaba a punto de despedirme e irme, pero Leslie de repente se levantó y me agarró del brazo.
Oh, ¿la maldición fue tan mala? ¿Acaso crucé la línea? Cuanto más lo pensaba, más aterrador se volvía. Miré la expresión penetrante de su rostro; era evidente que defendería a su hijo.
Sin embargo, fue sorprendente que Leslie me mirara y dijera con urgencia.
—¡Debes llevar postre!
—¿Qué?…
—¿Por qué olvidas lo más importante? No puedes hacer eso. Siempre hay que ser agradecido por lo que comes.
Al final, quedé feliz porque de camino a casa tenía un montón de pasteles que Oscar me envolvió personalmente. Desde que era niña, siempre comía lo suficiente como para llenar mi estómago con cosas desagradables, así que era bueno disfrutar de una comida deliciosa por primera vez.
Era irónico que los recuerdos más felices provinieran de los lugares que más debería evitar. Mañana es mi cumpleaños. Por supuesto, nadie me felicitaría; según mi memoria, ni Reid ni mi madre, Caitlyn, se preocupaban por mi cumpleaños. Aún así, me sentí bien al pensar en tener una mañana un poco especial mientras disfrutaba de este delicioso pastel sola.
♦ ♦ ♦
—¡¿Cómo puedes aparecer en el momento más inoportuno?! —exclamó Leslie molesta con Ian, quien estaba resoplando.
—Estaba a punto de tener una conversación divertida; ¡¿pero por qué corriste a pelear?!
Leslie frunció el ceño y luego miró a su hijo con sorpresa. ¿Alguna vez había mostrado su hijo una expresión tan intensa en su rostro?