Traducido por Herijo
Editado por YukiroSaori
—No pensé que comprarías algo con tantos aspectos inciertos… —comentó su alteza con una expresión confundida, después de que le contara sobre el hotel que compré recientemente—. ¿De verdad quieres acercarte a la hija del conde Aino?
Le entregué a su alteza los materiales que ella me dio.
—Me interesó la buena ubicación… Y estaba pensando en ir de vacaciones este fin de semana, así que, si te parece bien, ¿por qué no te unes a mí, su alteza?
Su alteza se quedó congelado por un pequeño momento, pero pronto se recuperó y revisó las fotos adjuntas al documento que le entregué.
—¿Quieres decir que los dos podríamos ir juntos de viaje? —preguntó con cautela.
Sonreí ante esa pregunta.
—Eso es lo que estaba pensando. Aunque, ¿tendrás suficiente tiempo? Escuché que has estado muy ocupado ahora que mi hermano ha estado trabajando principalmente con el primer ministro.
Incluso ahora, había muchos documentos amontonados en el escritorio de su alteza.
—Un descanso de dos días durante el fin de semana… Si me esfuerzo un poco más, debería poder ir —respondió su alteza.
—Por favor, no te esfuerces demasiado —le dije preocupada.
Aunque su alteza se rió por eso.
—Una vez que te sumerges en algo que podría hacerte ganar dinero, automáticamente te olvidas de mí, así que prefiero aceptar tu invitación lo antes posible. —Su alteza sonrió ante mi cara atónita—, consideremoslo un viaje prenupcial.
Lo invité a este viaje para compensar la soledad que sentía al pasar menos tiempo con él, pero ahora que dijo que era un viaje prenupcial, de repente se sintió obsceno.
—Dormiremos en habitaciones separadas, ¿de acuerdo? —le dije.
—Supongo que está bien —respondió su alteza, claramente de buen humor, mientras ordenaba algunos documentos.
De alguna manera, sentí que había perdido ante él.
—No hagas una cara como si hubiera hecho algo inexcusable. Sabes que estoy realmente feliz de estar contigo —me dijo su alteza.
Puse una expresión insatisfecha, pero antes de darme cuenta, ya estaba diciendo palabras que no deseaba realmente.
—Últimamente, su alteza ha sido muy rápido en decir palabras dulces, ¿no es vergonzoso? —Su alteza se rió a carcajadas
—¡Si actúo tímido, no podré expresarte nada!
—Eso no es cierto —respondí.
—No quiero que te sientas incómoda o ansiosa, y tampoco quiero pelear contigo, así que prefiero lidiar con esta vergüenza y decir todo lo que quiero, para que te sientas segura —explicó su alteza.
Sus pensamientos eran bastante extravagantes. Estaba feliz de saber que él estaba pensando en mí, pero aún así debe ser bastante embarazoso para él decir esas cosas.
—Eso es irrazonable… —murmuré.
No quiero que se esfuerce demasiado por decir esas palabras, y definitivamente no quiero que se engañe a sí mismo para decirlas.
Pero contrario a mis sentimientos, su alteza me llamó con una voz alegre:
—Casi no hay nada más embarazoso que hacerte llorar, ¿sabes?
Recordé la vez en que él y yo tuvimos una pelea. Él se postró ante mí de una manera realmente destacable…
—Además, fue un cálculo equivocado feliz ver tu rostro radiante, bonito y avergonzado una vez que empecé a decir lo que pensaba —declaró su alteza.
¿Me está ridiculizando? Debe estar burlándose de mí. Quiere verme sonrojar y entrar en pánico. De lo contrario, solo puedo pensar que está tratando de provocarme un ataque al corazón.
—Por favor, no te burles de mí —murmuré en voz muy baja.
Su alteza parecía haberme escuchado, sin embargo.
—No me estoy burlando de ti —Se acercó a mí, me abrazó ligeramente y besó mi frente—, quiero que muestres esta cara linda solo para mí.
Su alteza se veía demasiado guapo estos días, lo cual es un problema… ¿O es porque me gusta que siento que es guapo?
—No es una cara linda… —murmuré.
—No. Definitivamente eres linda —respondió su alteza.
Y justo cuando el ambiente se estaba volviendo realmente dulce y nuestros rostros se acercaban, la puerta de la oficina de su alteza se abrió vigorosamente.
—¡Hermano! ¿Eh? ¿La joven también está aquí? —Michael declaró al entrar.
—¡Michael! ¡Lee el ambiente! —exclamó su alteza.
Michael ignoró el llanto dolorido de su alteza y se aferró a él.
—Hermano, escucha…
—Quiero que leas el ambiente, no escucharte… —refunfuñó su alteza.
Sin embargo, el dulce ambiente ya se había disipado, así que decidí apartarme de su alteza y escuchar a Michael.
—Por ahora, ¿por qué no nos sentamos en el sofá y tomamos un poco de té? —sugerí.
El rostro de su alteza parecía estar lleno de desesperación mientras hacía esta sugerencia, pero se movió a regañadientes hacia el sofá. Preparé té y dulces para nosotros, luego miré a Michael, quien dio un sorbo al té y comenzó a hablar.
—¡Se trata de la abuela! —Lo imaginé… Apuesto a que su alteza está pensando lo mismo.
—¡La abuela nunca coquetea conmigo! —exclamó Michael.
—Por eso deberías entender que no quiero que te interpongas en mi coqueteo con Julia… —Su alteza miró hacia el horizonte y murmuró.
No pude escucharlo muy bien, así que no estoy segura de lo que dijo.
—¡Tú y la joven han estado coqueteando mucho últimamente! ¡Es injusto! —exclamó Michael.
Aunque no creo que hayamos coqueteado mucho, ¿verdad?
—Michael, pasas más tiempo con Vanette de lo que yo paso con Julia, ¿no es así? —afirmó su alteza incrédulo.
Y tenía razón en eso. Su alteza y yo no podemos encontrarnos a menos que hagamos tiempo específicamente para ello, pero Michael va a encontrarse con Vanette tan pronto como termina su trabajo. Se ven básicamente todos los días.
—Incluso si nos encontramos todos los días, ¡ella aún no coquetea conmigo! ¡Incluso si la abuela tímida y nerviosa es increíblemente linda, todavía quiero ser más como tú y la joven, que se ponen modo “Kya. Kya”. —exclamó Michael.
No recuerdo haber entrado en ningún modo “kya” o algo parecido.
Mientras pensaba en cómo argumentar contra la afirmación de Michael, parecía haber visto la foto del hotel sobre la mesa y la levantó.
—¿Qué es esto? —preguntó Michael.
—Es un hotel que compré recientemente —respondí.
Los ojos de Michael empezaron a brillar.
—¡Eso es genial!, ¡quiero ir a ese hotel este fin de semana! Es perfecto, puedo llevar a la abuela a una cita.
La expresión de su alteza empezó a contraerse al escuchar esas palabras.
—Michael, ¿no necesitas trabajar este fin de semana? —le pregunté.
Después de todo, la tienda está más ocupada durante el fin de semana. Como dueña de la tienda, no puedo pasar por alto la negligencia de mis empleados.
—Quiero coquetear con la abuela, ¡así que me tomaré un descanso este fin de semana! Está bien, el gerente de la tienda ya me dio permiso —respondió Michael.
Bueno, si ya ha solicitado un permiso y se le ha concedido, no hay mucho que pueda hacer al respecto.
—También hay una playa cerca de este hotel. ¡Quiero ver a la abuela en traje de baño! ¡Deberías vender algunos trajes de baño en la tienda y usar una foto de la abuela como modelo para garantizar las ventas! ¡Yo puedo ser el fotógrafo! ¿No es una gran idea, joven señorita?— preguntó Michael.
Trajes de baño… Foto… Usar a Vanette como modelo seguramente haría que se vendieran mucho.
—Esa es sin duda una gran idea.
—Bueno, entonces, su alteza, tengo un asunto urgente que atender, así que me retiro. —Sonreí a su alteza.
—Espera, ¿ya te estás yendo? —preguntó su alteza incrédulo.
—Tengo que irme temprano a casa para terminar un diseño de traje de baño que podría quedar bien en Vanette —respondí.
—Así que realmente vas a llevar a Michael y a Vanette con nosotros este fin de semana…? —preguntó su alteza.
Parpadeé varias veces ante esa pregunta.
—¿No crees que la foto tendrá más impacto si tenemos el entorno adecuado?
—Ese no es mi punto —suspiró su alteza.
Incliné la cabeza, tratando de entender qué estaba pasando.
—No esperaba que fuera tan difícil estar a solas contigo… —suspiró su alteza.
—Tu… —interrumpió Michael mientras se metía una galleta en la boca—. ¿Realmente crees que su hermano permitiría que la joven señorita viaje sola contigo, Rud?
No lo había pensado mucho, pero dudo que mi hermano me permita ir de viaje solo con su alteza…
—¿No es mejor aceptar a regañadientes ir conmigo y la abuela que la alternativa? —preguntó Michael.
Su alteza suspiró una vez más y dio un sorbo al té que ya empezaba a enfriarse.
—Supongo que no está mal tener más gente en un viaje —empezó a decir.
Parece que su alteza se rindió en intentar obtener el permiso de mi hermano para viajar solo conmigo.
—¡De acuerdo! ¡Entonces iré a decirle esto también a la abuela! —Dicho esto, Michael se levantó y salió corriendo de la oficina a toda velocidad.
—Se fue como una tormenta —murmuró su alteza cansado.
—También tengo que prepararme —declaré.
—¿Prepararte? —preguntó su alteza.
—¡Sí! ¡Para tomar fotos en traje de baño! —exclamé.
Al escuchar esas palabras, su alteza levantó las cejas.
—¿No crees que deberías disfrutar de las vacaciones en lugar de ir allí a trabajar?
—Planeo disfrutar, pero también disfruto trabajando —respondí.
—Las vacaciones son para descansar. Es normal descansar y dedicar tu tiempo a tus pasatiempos en esos momentos, ¿no? Me preocupa que puedas morir de agotamiento a este ritmo —afirmó su alteza.
Sonreí irónicamente ante la expresión preocupada de su alteza.
—No te preocupes, estoy bien. Descanso adecuadamente y también tengo mucho tiempo para mis pasatiempos.
—¿Pasatiempos? —preguntó su alteza con expresión claramente sorprendida.
—¿Qué? —pregunté.
—No sabía que tenías pasatiempos. ¿Cómo son? ¿Es algo que podemos hacer juntos? —Sus ojos estaban llenos de anticipación.
Sentí que mi destino se acercaba con cada palabra que decía… Solo pude apartar la mirada.
—¿Por qué apartas la mirada? ¿Es un pasatiempo que no puedes contarle a nadie? —preguntó su alteza.
—N-No… —murmuré.
—Entonces, por favor, cuéntame —dijo su alteza.
—Mi trabajo es mi pasatiempo. —Después de un pequeño silencio, me obligué a murmurar la respuesta en voz baja.
—¿Eso se puede llamar pasatiempo? —preguntó su alteza.
No tengo pasatiempos aparte de mi trabajo, ¿está bien?
—Estoy segura de que me pondría enferma de estrés si perdiera mi trabajo —afirmé.
—Eso es algo malo de lo que estar segura —respondió su alteza.
—Pero por eso me emocioné mucho cuando me pediste que administrara el país contigo, su alteza. Eso realmente hizo que mi corazón se acelerara —le dije.
Incluso ahora, solo recordar a su alteza en ese momento me hace sentir emocionada.
—Me alegra haber movido tu corazón —sonrió su alteza suavemente.
Eso hizo que mi corazón diera un gran vuelco. Por favor, deja de hacer caras tan indefensas, su alteza.
—Entonces, su alteza, asegúrate de terminar todo tu trabajo antes de que termine la semana —le dije.
Y con eso, me alejé y salí de la oficina de su alteza.
Después de todo, también necesito prepararme para este viaje.
Esperando disfrutar de un tiempo de ocio con su alteza, regresé a casa con una sensación de emoción.