Dinero de consolación – Capítulo 98: Mi adorable prometida (POV del príncipe Rudnik)

Traducido por Herijo

Editado por YukiroSaori


[POV de Rudnik]

La persona que tenía un rostro pensativo y su brazo envuelto alrededor del mío, era mi prometida.

Desde el momento en que entramos en el carruaje hasta ahora, Julia ha estado aferrándose a mi brazo. No estoy seguro de qué, pero creo que algo la molesta.

Julia siempre tiene una apariencia digna y siempre intenta aprovechar cualquier oportunidad de negocio que se le presenta sin demora, pero… Ahora mismo, ella solo estaba aferrándose a mí.

Acaricie suavemente su cabeza, lo que eliminó un poco de la ansiedad de su rostro y la hizo sonreír tímidamente… Es demasiado adorable. Juro que la protegeré, pase lo que pase.

—Joven dama, ¿qué te preocupa tanto? —Michael inclinó la cabeza y preguntó eso.

Julia frunció el ceño ante la pregunta.

—¿No crees que hubo algo raro en la reacción del conductor cuando le pedimos que nos llevara al hotel?

Incluso después de escuchar la declaración ansiosa de Julia, Michael y Vanette parecían estar bastante tranquilos.

—¿Cuál crees que es el problema? —preguntó Vanette.

—No estoy segura de los detalles, pero… —Julia cerró los ojos y agarró mi brazo con más fuerza.

¿Ya tendría Julia una idea de cuál es el problema? ¿Y podría ser algo que ella no es buena resolviendo? Un problema en un hotel… ¿Quizás plagas? ¿Cosas como insectos, ratones y alimañas?

Pensé que no había nada que Julia no pudiera manejar, por lo que descubrir algo con lo que tiene dificultades terminó siendo un poco refrescante para mí.

Después de salir del carruaje, finalmente vimos el hotel, y era un poco pequeño, por lo que definitivamente no estaba dirigido a la nobleza.

A primera vista, pude ver que no tenía muchas habitaciones.

Y el exterior se ve sucio… O mejor dicho, desolado.

Julia agarró mi brazo de nuevo, y le acaricié la mano a cambio… Entonces, comenzamos a caminar hacia el hotel.

Al poco tiempo, vimos a dos personas de pie frente al hotel, lo que hizo que Julia saltara en su lugar. Parece que se sorprendió al ver a las personas ya aquí.

—Bienvenidos, nuevos dueños. —Ambos hablaron al mismo tiempo y, con una sincronización perfecta, se inclinaron ante nosotros una vez que estuvimos lo suficientemente cerca.

Quizás Julia sintió que era un poco inquietante, así que se escondió detrás de mí y presionó su frente contra mi espalda.

—¿Estás bien? —Uno de los dos, un hombre con uniforme de mayordomo, me preguntó con una mirada preocupada.

Su tez estaba pálida, y era evidente que estaba exhausto.

—Ah… No te preocupes por eso —dije.

Mis palabras hicieron que el hombre sonriera un poco.

—Mi nombre es Maurice, y esta es mi hermana, Hannah. Ahora somos los únicos empleados aquí, pero haremos todo lo posible para hacer que se sientan cómodos.

Julia, que estaba escuchando a Maurice desde detrás de mí, asomó tímidamente su cabeza, agarró mi brazo con fuerza.

—Lamento mi comportamiento de hace un momento. Soy la nueva dueña de este hotel. Mi nombre es Julia, la hija mayor del conde Knocker.

Julia pareció recuperar algo de su compostura habitual, pues dio un paso adelante. Aunque seguía agarrando mi brazo.

—En primer lugar, me gustaría obtener la información financiera del hotel, ¿podrían traerme el libro mayor? —preguntó Julia.

Inmediatamente después de eso, Maurice corrió al interior del hotel para traerlo, mientras Hannah, que se quedó atrás, nos guió al salón del hotel con movimientos rígidos.

—Es un placer conocerte, Hannah. —Julia sonrió al decir eso.

—¡L-Lo siento! —Hannah respondió, tropezó con una alfombra y cayó al suelo…

—No necesitas entrar en pánico… Todo está bien —dijo Julia mientras Hannah se levantaba apresuradamente.

Una vez que llegamos al salón, Michael y Vanette se fueron a echar un vistazo afuera, mientras los guardias de Julia dijeron que revisarían el interior del hotel para verificar su seguridad.

Luego, Maurice llegó con el libro mayor, y Hannah hizo un té.

Mientras Julia revisaba el libro mayor, yo bebí un poco de ese delicioso té, que tenía un aroma refrescante.

—El número de clientes parece haber disminuido drásticamente desde hace cinco años. ¿Saben qué podría haber causado esto? —preguntó Julia.

Tanto Maurice como Hanna miraron hacia abajo al escuchar la pregunta.

—Si saben algo, no lo oculten y diganmelo. Me gustaría saber a qué necesito prestar atención cuando reforme este hotel —dijo Julia.

Los dos miraron hacia arriba, como si estuvieran conmovidos por las palabras de Julia.

—Hasta que compró este hotel, el dueño lo dejó todo en nuestras manos, así que simplemente no sabíamos qué teníamos que hacer… —dijo Maurice. Parecía estar a punto de llorar.

—¿Y qué ocurrió hace cinco años? —preguntó Julia.

Maurice parecía estar luchando para hablar, pero forzó las palabras.

—Hace cinco años… Mis padres fallecieron, y el dueño del hotel cambió.

Julia palideció al escuchar eso.

—¿Por qué murieron tus padres?

Maurice le dio una triste sonrisa.

—En aquel entonces, estábamos tan ocupados que mis padres nunca pudieron tomarse un descanso… Solo se dieron cuenta de que estaban enfermos cuando empezaron a vomitar sangre, pero… Para entonces, ya era demasiado tarde.

Una historia tan dolorosa…

—¡¿Tus padres murieron por exceso de trabajo?! ¡No puedo perdonar eso! —Julia frunció el ceño fuertemente, luego exclamó con enojo.

Justo después de eso, de repente escuchamos un ruido ensordecedor fuera de la habitación.

Pensé que solo era la madera crujiendo debido a la antigüedad del edificio, pero Julia se aferró a mi brazo de todas formas. Maurice y Hannah volvieron sus ojos hacia el ruido.

—¿Esos ruidos son frecuentes? —pregunté.

—¡Sí! ¡Es un edificio antiguo! —Maurice asintió con pánico.

Mientras Maurice decía eso, Hannah intentó correr apresuradamente en dirección al anterior estruendo, pero tropezó y cayó de nuevo.

Y luego… Justo enfrente de donde cayó Hannah… Vi un jarrón flotante.

—¿Qué es eso?

Incliné la cabeza al verlo. Mientras tanto, Julia gritó.

En cuanto al jarrón… Flotó fuera de la habitación, luego después de un corto tiempo, regresó, esta vez bellamente lleno de flores.

Luego, el jarrón volvió a su lugar original, y Julia presionó su cabeza contra mi brazo. Estaba poniendo un poco demasiada fuerza en ello, así que me dolió un poco…

Y Maurice simplemente se agarró la cabeza con las manos al ver todo esto suceder.

—Realmente tenía un mal presentimiento sobre todo esto… —Julia murmuró con voz llorosa—, fui engañada… Me vendieron un hotel embrujado… —Estaba temblando.

—Julia, ¿tienes miedo de los fantasmas? —le pregunté.

—¿Acaso tú no, su alteza? —me preguntó a cambio.

Los fantasmas no son tan aterradores como los dragones, ¿verdad? Por no mencionar que también conocemos personas con sangre de banshee, seres ominosos que predicen la muerte de su amo… ¿No son esas mucho más aterradoras que los fantasmas?

Así que, simplemente incliné la cabeza ante su pregunta, lo que hizo que Julia me mirara con el ceño fruncido.

—E-Eh…—Hannah levantó la mano—. Verás, eso era solo… Mi padre y mi madre, que todavía están trabajando… —Hannah miró hacia la esquina de la habitación antes de continuar—, arreglan las camas, limpian, recogen las cosas después de que se caen, guardan cualquier herramienta de limpieza que olvidé poner en su lugar… Hacen las mismas cosas que hacían cuando estaban vivos.

—De repente, ambos murieron, seguro están preocupados de si Maurice y yo podríamos seguir administrando el hotel correctamente, por lo que no pudieron descansar en paz, ¡por ello siguen trabajando para ayudarnos!

Así que Hannah piensa que son los fantasmas de sus padres… Supongo que no querrá oír a la gente hablando mal de ellos entonces.

—Hannah, ¿estás segura de lo que estás diciendo…? —Julia, que todavía parecía pálida, pero me soltó y agarró el hombro de Hannah—. ¿Están haciendo lo mismo que hacían cuando estaban vivos? ¿Los fantasmas de tus padres solo están trabajando?

Hannah parecía a punto de llorar frente al cuestionamiento de Julia.

—¿Me estás diciendo que hay personas que están siendo obligadas a trabajar en condiciones injustas y sin siquiera recibir salarios? —preguntó Julia.

Maurice y Hannah ambos inclinaron la cabeza ante esa pregunta, aparentemente incapaces de entender a qué se refería Julia.

—¡No hay forma de que el sindicato de normas laborales permita este tipo de cosas! ¡Si hay personas trabajando, necesitan salarios y vacaciones! ¡Que alguien muera por exceso de trabajo es escandaloso! ¿No es eso un completo desperdicio de recursos humanos? —exclamó Julia.

Luego, ignorando a Maurice y Hannah desconcertados, Julia comenzó a anotar cálculos en una hoja de papel.

—Veinticuatro horas al día… Cinco años… Salario por hora en este hotel… Para dos personas… —Julia murmuró mientras escribía.

—Julia, ¿los fantasmas tienen salarios? —le pregunté.

—¿Eh? Su alteza, si usted siguiera trabajando durante cinco años y le dijeran que no necesita recibir pago ni obtener vacaciones porque es un fantasma, ¿simplemente lo aceptaría? ¿Qué tipo de trato diabólico es ese? —respondió Julia.

Es difícil de creer que ella estaba aterrada de los fantasmas hasta hace un rato.

—Bueno, quiero decir, solo pensé que los fantasmas no tendrían ningún uso para el dinero… —murmuré.

Julia pensó por un momento antes de dirigirse a Maurice y Hannah.

—¿Debería pagar el salario de tus padres, o sería mejor hacer algo más? ¿Quizás hacer su tumba hermosa, o tal vez pedirle a un sacerdote que les ofrezca oraciones?

—Si un sacerdote rezara por ellos, ¿no irían al cielo? —pregunté.

Julia pareció haberse preocupado seriamente al oír mis palabras.

—Espera, quiero decir, ni siquiera podemos estar seguros de que son nuestros padres los que están atormentando el hotel. Hannah solo lo está suponiendo, así que ¿por qué hablar de salario en circunstancias tan vagas…? —Maurice parecía estar entrando en pánico mientras le preguntaba eso a Julia.

Julia le señaló con el dedo.

—Soy la dueña de este hotel. Tú y tu hermana están empleados aquí, y tus padres siguen trabajando incluso después de que murieron, ¿entendido?

—S-Sí —murmuró Maurice.

—¡Odio las situaciones donde los empleados son puestos en un entorno laboral injusto! ¿No es natural que necesiten vacaciones para recuperar sus energías? ¿Y recibir pago por todo el trabajo que han hecho? ¡De lo contrario, se agotarán física y mentalmente y eventualmente colapsarán! Trabajar en mi hotel sin recibir pago ni días libres… ¡Es inaceptable! —declaró Julia.

Parece que está completamente convencida de que los padres de Hannah y Maurice son los fantasmas aquí. Y bueno, no estoy seguro de si lo que dice tiene sentido, pero al menos está intentando hacer felices a sus trabajadores, supongo.

Dicho esto…

—Julia, ¿no tenías miedo de los fantasmas? —No pude evitar preguntarle.

La adorable Julia que estaba tan asustada y se aferraba a mí parecía haber desaparecido.

—He vivido hasta este punto en mi vida sin estar segura de la existencia de fantasmas, y pensé que incluso si existían, lo único que hacían era sorprendernos y asustarnos.

—Sin embargo, ahora he aprendido que los fantasmas pueden trabajar. ¡Por lo tanto, merecen los mismos derechos que los humanos!— Julia apretó el puño antes de continuar—. ¡Como propietaria de este hotel, es mi deber guiar a todos mis empleados hacia un entorno de trabajo saludable!

La asustada Julia era adorable, pero me siento más tranquilo al ver a Julia hablar alegremente sobre la felicidad de sus empleados.

—Puedo prometerles un salario y vacaciones ahora que trabajarán para mí, pero… es un poco difícil discutir sin poder hablar con… ustedes… —Julia murmuró, probablemente hacia los fantasmas.

En ese momento, se escucharon algunos sonidos crepitantes en la habitación, y letras de sangre comenzaron a aparecer en la pared.

“Un placer conocerla, nueva propietaria”.

En el momento en que vio esas letras, Julia soltó un grito.

Justo cuando pensé que estaba asustada de ello, Julia señaló la pared y gritó:

—¡Espera, no puedes escribir letras de sangre en la pared! ¿¡Y si no podemos borrarlas después!? ¡Tengo hojas de papel aquí, así que por favor escriban en ellas!

Quizás los fantasmas se sorprendieron ante la ira de Julia, y por eso las letras de sangre desaparecieron rápidamente.

Entonces, después de que Julia separó una hoja de papel del resto, las letras de sangre comenzaron a aparecer en el mismo papel:

“Estoy terriblemente arrepentido”.

Julia asintió a eso, aparentemente satisfecha.

Sin embargo, debido al grito de Julia, Michael entró en la habitación mientras cargaba a Vanette en sus brazos.

Justo después de eso, los dos escoltas de Julia también entraron en la habitación, con intención asesina.

Qué situación tan caótica…

—Julia está a salvo. No se preocupen —les dije.

—¡Nunca había oído a la joven señorita gritar así antes! ¿¡Qué pasó!? —preguntó Michael, ignorando mis palabras.

No pude evitar reírme de lo alterado que parecía estar.

—¿Su alteza le hizo algo? ¿Deberíamos matarlo? —Los escoltas le preguntaron a Julia.

Me gustaría preguntar por qué asumen que es mi culpa, pero lo pasaré por alto ya que están preocupados por Julia.

—Ah, lo siento. Grité de ira, pero no pasó nada —dijo Julia.

Al escuchar sus palabras, los dos guardias desenvainaron sus espadas y me miraron.

—No soy el que la enfadó —dije con tranquilidad.

Realmente deberían dejar de mirarme con tanta sospecha…

En ese momento, Michael bajó a Vanette al suelo, miró la pared y dijo:

—¿Eh? Ah, ¿comunicación, es eso? Bien, puedo servir como intérprete.

—Hannah puede hacer eso, ¿eh? Entendido. —Luego Michael se dirigió hacia Hannah—. Hannah aquí puede ver a su papá y mamá.

Hannah se tensó al escuchar esas palabras, y de repente pareció a punto de llorar.

—¿Es así, Hannah…? —le preguntó Maurice.

Hannah comenzó a llorar.

—Si te dijera que puedo ver a papá y mamá, solo pensarías que me he vuelto loca… No me creerías, así que no podía decírtelo.

Maurice abrazó a la llorona Hannah y comenzó a consolarla.

Vanette miró a los dos con ojos húmedos, y el escolta, Bärg, se cubría los ojos con un pañuelo.

Y en medio de este ambiente lacrimógeno, Julia estaba sonriendo.

Seguro que está tramando algo.

—Julia, estás tramando algo, ¿verdad? —pregunté.

—Por favor, no leas mi mente —respondió Julia.

Aunque no estoy leyendo nada…

—Ahora, Maurice, ¿deberíamos hablar sobre dinero? —Julia le preguntó a Maurice.

En el momento en que vio a Julia, Maurice, que aún abrazaba a Hannah, saltó en su sitio. ¿Es Julia incapaz de darse cuenta de lo aterradora que puede ser su cara cuando está tramando algo?

—Michael, ¿qué pensaste después de caminar por los alrededores del hotel? —Le preguntó Julia.

—Bueno, el jardín es grande, la playa privada está cerca, y el mar es hermoso.

—Esta ubicación es realmente buena. Es rica en naturaleza, y puedes obtener tanto mariscos como delicias de montaña.

—Además, puedes ver tanto el puerto como la estación desde el hotel, y como el puerto está cerca, podemos transportar mercancías por mar con cierta facilidad —respondió Michael.

Luego  Vanette agregó:

—El jardín no está muy bien mantenido, pero aún me siento muy cómoda en este lugar, porque su aura es muy buena.

Julia tomó nota de sus comentarios.

—Así que este hotel incluso puede hacer que los dragones se sientan a gusto… —Luego soltó una risa espeluznante que hizo temblar un poco a Maurice y Hanna.

—L-Lo siento, nueva dueña. Este hotel es famoso por estar embrujado por estas partes… Me disculpo por permanecer en silencio hasta ahora. —Maurice se inclinó ante Julia mientras decía eso.

—Incluso si decides un nuevo concepto para el hotel, ya tiene la reputación de estar embrujado, así que… ¿Qué vas a hacer, Julia? —Le pregunté.

Julia inclinó la cabeza ante esta pregunta.

—Vamos a administrarlo como un hotel encantado, por supuesto.

Julia estaba sonriendo ahora… Todos los demás en la habitación estaban atónitos, pero Julia estaba sonriendo.

—¡Un hotel donde aparecen fantasmas! ¡Un imperdible para cualquier entusiasta de los fantasmas!

»Para aquellos a quienes no les gustan las cosas aterradoras, podemos preparar algunas habitaciones donde los fantasmas nunca aparecen!

»También podemos tener algunos eventos donde contamos historias de miedo para crear el ambiente adecuado.

»¡Entonces, podemos vender productos originales relacionados con fantasmas y talismanes también!

»¡Incluso podemos crear una habitación especial donde puedas interactuar directamente con los espíritus! ¡Tomar fotos conmemorativas con fantasmas! ¡Esto seguramente será un éxito! —Cuando Julia terminó de mostrar sus ideas, comenzó a reír a carcajadas.

Hacía mucho tiempo que no se reía a carcajadas, pero… Ahora mismo, parecía una completa villana.

—Julia, —la llamé—. ¡Maurice y Hanna parecen estar a punto de llorar! Por favor, cálmate.

No estoy seguro de si me escuchó o no, porque siguió riendo a carcajadas durante un rato más. Dicho esto… No pude evitar pensar que el resto de este viaje iba a ser divertido.

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