Baño de la Diosa – Capítulo 16: ¿Hermana?

Traducido por Endgame

Editado por Sakuya

Corregido por Maru


Un misterioso vidrio se movió y cortó la silueta de Yuataree.

Su desesperada mirada observaba a Roten, hasta que desapareció más allá del vidrio con un clic.

—Hermana…

Un débil murmullo escapó de sus labios.

Ella ya no estaba en un lugar que pudiese verse. El cristal era fino y teñido de blanco, con delicadas elevaciones y caídas. No sabía cómo funcionaba, pero era parecido a observar a través de aguas profundas, no importa cuánto forzara sus ojos, él no podría ver a nadie.

Yuataree ya era cosa del pasado ahora.

Roten apretó los dientes. Sus ojos eran amplios, y su respiración se había detenido. La sangre fue corriendo a su cabeza y su frente se sentía terriblemente dolorosa. Él sabía que estaba haciendo una expresión terrible. Pero Roten continuó mirando en la dirección que Yuataree había estado una vez.

Fue porque Yuataree le había enseñado que los niños no lloraraban.

Endgame
Una pésima hermana.

Aunque no pudiera ver a su madre o hermana nunca más, no podía llorar.

Yuataree había sido una hermana estricta.

En lugar de su débil madre, que estaba ocupada con sus deberes como jefe, Yuataree había disciplinado estrictamente a Roten.

De ayudarle en sus estudios, a tratar a los ancianos, a sus deberes como el hijo del jefe. Si él cometía incluso un pequeño error, ella lo golpearía sin piedad. Incluso si dejaba un poco de jiitake en su plato, ella lo esperaría hasta que terminara de comer.

Aún así, Roten amaba a su hermana.

Era porque sabía que el rigor de Yuataree se construía en base al amor que sentía por él.

Con el fin de enseñarle a leer y escribir, se quedó hasta el amanecer dibujando imágenes y palabras en tarjetas. Cuando él comete un error, en cortesía, ella se inclinaba con él. Hasta que lograra tragar el jiitake esperaba por él.

Ella era más estricta que cualquier persona, pero más amable que nadie. Para Roten, Yuataree era la mejor hermana del mundo.

Con el fin de protegerlo, esa hermana había intentado imprudentemente el ritual…

Y todo fue porque él no podía usar bien la flauta.

—Hermana…

Esta vez, hubo fuerza en su voz.

Él tenía que hacerlo en su lugar, pase lo que pase. No había tiempo para que se compadeciera a sí mismo.

—Esto no puede ser…

Escuchó una voz detrás de él.

—¡¿Cuánto tiempo vas a sostenerme?!

De repente, los blancos brazos envueltos alrededor de su cintura le hicieron sentir indescriptiblemente irritado. Él luchó para escapar de sus brazos. El líquido por debajo de él salpicando cuando pateaba, y de repente, la mujer apretó su agarre en pánico.

—H-Hey, no luches.

—¡Libérame, mujer exhibicionista!

—¡Te dije que no era una exhibicionista! ¡P-Por el contrario, cálmate por un minuto!

—Estoy tranquilo. Suéltame en este instante, ¡tú, cosa insolente!

—¿I-Insolente…?

La mujer parecía desconcertada. Pero su agarre sólo se hacía más y más fuerte.

—Soy técnicamente un ángel, ¿sabes? ¡¡Es imposible que yo sea insolente!!

Por ahora, Roten sabía que esta mujer no era ningún espía.

Él consideraba que podría ser realmente un ángel porque estaba básicamente acariciándole el estómago, o tenía su cabeza fuertemente presionando su oído. Entre las cosas que Yuataree le enseñó como el hijo del Jefe, fue la autodefensa. Soltarse libremente del agarre de una frágil mujer que lo sostenía de una manera pésima, no era un problema para él.

—Voy a soltarte, pero tienes que prometerme una cosa.

—Voy a hacer lo que quieras, así que escúpelo ya.

Endgame
Deberían masacrarlo por hablarle asi a nuestra exhibicionista favorita.

—Mira hacia allá.

La mujer se dio la vuelta con Roten en sus brazos. Había un tablón blanco, no era muy diferente al que separaba a Roten de su hermana. Éste estaba puesto verticalmente y era bastante grande.

—Absolutamente no puedes abrir esa puerta. Ah, y esta ventana tampoco. Si vas a través de esta ventana y resulta que no está conectada, incluso no puedo imaginarme lo que podría pasar…

Roten miró alrededor molesto.

Estaba dentro de una pequeña habitación.

Y las cosas dentro de esta habitación eran brillantes y de irritantes colores, además, eran cosas que no había visto nunca antes en su vida.

Un tubo de luz rosado y luego un tubo color rosa un poco más oscuro, así como un prisma elíptico con un agujero justo debajo en el medio. Fijado a la pared había una cuerda larga, similar a una serpiente, y al final de la cuerda había una cabeza plateada, que colgaba por encima de los dos.

Mientras miraba intensamente el interior de esta habitación, de repente, algo se le ocurrió.

—¡Oye! Si no puedo abrir esas tablas que tu llamas ventana y  puerta, entonces ¿cómo se supone que debo salir de aquí? ¿No me digas que pretendes encerrarme aquí para siempre?

De hecho. En esta sala, sólo existían esas dos salidas.

E increíblemente, cuando la mujer escuchó la pregunta se sorprendió de tal manera que no pudo hacer nada más que dejar escapar un “Eh-” antes de caer en silencio.

¿Realmente tiene la intención de encerrarlo aquí?

—Necesito tomar el ritual en lugar de mi hermana. No puedo mantener esa promesa. ―A él no le importaba si ella era un ángel o no, el de todas formas iba a salir de aquí.

Mientras Roten se preparaba para salir de ahí, la mujer le gritó presa del pánico.

—Por supuesto no te voy a dejar encerrado aquí. Está bien, esa ventana te conectará a la persona que deseas ver. Así que podremos volver a ver a tu hermana… probablemente.

—¿Probablemente?

Sus palabras le habían dado esperanza, pero al escuchar eso último, la ansiedad brotó nuevamente en él.

—¡No, uh, sin duda! Definitivamente volverás a ver a tu hermana, pero primero necesito que me digas lo que está sucediendo. Ceremonia de iniciación e insectos y esas cosas, no entiendo de lo que han estado hablando.

Sonaba un poco como si la mujer simplemente quisiera conseguir tiempo, pero si ella era realmente un ángel, y esto era en verdad el cielo, significaba que Roten no tenía medios para regresar al mundo mortal. Por lo que asintió a regañadientes.

—Bueno, esta bien,  te contare todo… ángel. Obedeceré esta vez. No abriré esos tablones sin permiso, y le explicaré la historia. Así que déjame caer ya. No sé cómo es en los Cielos, pero en el mundo mortal llamamos “lascivo” cuando una mujer desnuda abraza a un hombre de esta manera…

—¿Un hombre…? Pero… bueno, supongo.

Roten finalmente tuvo éxito en escapar de sus brazos.

Cuando sus pies aterrizaron en el líquido caliente, el alivio vino rápidamente a Roten.

—Es de sentido común en los cielos estar desnudos, pero me comportaré  como los mortales por un tiempo. Volveré enseguida, s-solo espérame, ¿bien? ¡No te muevas y no toques nada!

—¡Lo entiendo! —Roten asintió y la mujer desapareció de la habitación a través de la tabla llamada puerta.

Abrió y cerró con un sonido. Pero casi inmediatamente después, la mujer reapareció con un blanco paño envuelto alrededor de su cuerpo.

—Eso es malinterpretar el mundo mortal…

Con un solo paño que no cubría las piernas ni los hombros, ¿qué parte de esto seguía las tendencias mortales?

—No puedo hacer nada más, ¿bien? Mi bata del baño está todavía lavándose, y me preocupa quitar mis ojos de ti. De todas formas, olvídate de mí. Lo más importante, explica. ¿Por qué no desean que el otro se convierta en jefe? Y, ¿qué tiene que ver con I’Jibro? Además, ¿qué relación tienes con Kon York II?

La mujer disparó una pregunta tras otra.

Ciertamente no tenía tiempo para preocuparse del malentendido. Aun así, Roten abrió su boca para hablar, pero…

—Ah, espera, sí, aguarda un momento.

La mujer lo interrumpió inmediatamente.

—Te cansarás si te mantienes de pie. Vas a empezar a sentir frío también. Por lo menos pon adentro solamente tus pies.

Con esas palabras, la mujer salió de la habitación otra vez, y volvió de regreso con un tejido en la mano.

Ella puso uno de ellos en el borde del contenedor en el que Roten ahora estaba de pie.

—Te puedes sentar en esto. Ah, tus mangas están mojadas, ¿no es así? No ayudaria en  mucho, pero voy a doblarlas para ti.

Después de que Roten se sentó como se le indicó, ella se arrodilló a sus pies y comenzó a doblar sus pantalones.

—¿Oh? Esta ropa…

El cabello largo de la mujer estaba casualmente atado detrás de su cabeza. Cuando ella  movía los cabellos perdidos que no estaban atados, producían cosquillas en las rodillas de Roten.

Así, Roten recordó algo que pasó cuando era un niño.

Durante los calurosos veranos, Yuataree a menudo lo llevaba a jugar en el agua como una especie de recreo. Cuando no había tiempo para desnudarse y nadar, ella siempre se inclinaba delante de él para arremangar su pantalón.

Bajo la luz del sol, filtrada a través de las hojas del árbol, se sentaba sobre una gran roca, mientras que su cabello se agitaba con el viento. El agua de la corriente chapoteaba mientras brillaba junto a los rayos del sol.

Era un recuerdo precioso, con su preciosa hermana.

La mujer delante de él, mientras estaba doblada en esa posición, era muy parecida a su hermana.

—Hermana…

—¿Eh? —La mujer levantó la cabeza mientras seguía hincada, mirando al chico que hizo aquel murmullo silencioso.

—¡E-Está bien! ¡Mi hermana siempre me dijo que hiciera las cosas yo mismo! No soy un niño pequeño.

Cuando consideró que la mujer podría haber oído que llamaba a su hermana, la vergüenza se hizo insoportable.

—¿De qué estás hablando? Eres un niño aún.

La mujer se sorprendió por un momento, pero luego tomó su cabeza y apretó los dientes.

—¿Estás mal? ¿Te sientes bien?

Roten entró en pánico cuando vio que la mujer agarró su estómago. Tal vez el “aire del cielo” no le sienta bien a un mortal. ¿O podría ser que su existencia contaminaba la esencia de este mundo? Pero a pesar de sus preocupaciones, lo que escapó de los labios de la mujer fue una sonrisa.

—¿Qu-? ¡¿De qué te estás riendo?!

—L-Lo siento. Sólo me recuerdas a un niño que conozco,  solo eso.

Roten apretó sus puños y se puso de pie. La humillación hizo que la sangre le llegara rápidamente a la cabeza. Pero eso fue sólo por un momento.

Es vergonzoso permitir que tus emociones te controlen. Recuerda controlarlas.

Su hermana a menudo le había dicho esto.

Puesto que la mujer se disculpó, Roten lo dejó pasar y se sentó con su cabeza mirando hacia otro lado.

—Realmente lo siento. Fue mi culpa.

La mujer tomó unas cuantas respiraciones para detener la risa y entonces se sentó en el borde opuesto a Roten.

—Así que, ¿por qué los dos no quieren que el otro se convierta en jefe? ¿Hay algo malo con la ceremonia de iniciación?

La mujer ya no estaba sonriente. Ahora parecía seria y dispuesta a escuchar, por lo que Roten también cambió su actitud.

Enderezó su postura y puso sus manos sobre las rodillas. El era el siguiente jefe de Ottko Yu, y es necesario explicar por partes. Calmó su mente, habló con calma y sin prisas, tanto como era posible.

—La ceremonia de iniciación se produce cuando la posición del líder es delegada a otra persona. El significado principal de la ceremonia es mostrarle al rey de I’Jibro que tenemos el poder para hacer que los insectos nos obedezcan.

—I’Jibro…

—Ahora bien…. para explicar la ceremonia, primero tengo que explicar la historia de la tribu de Ottko Yu. Originalmente fuimos una tribu nómada del desierto. Al parecer hicimos nuestra vida cavando pozos para otras tribus. Pero porque no teníamos nuestra propia tierra, otras tribus fueron duras con nosotros. A pesar de que nos pedían sacar agua para ellos, una vez que perdimos nuestro uso, sus actitudes se volvieron frías hacia nosotros. Tal vez pensaron que estábamos allí con el objetivo de robar sus tierras. Harto de esa vida, nuestros antepasados buscaron una tierra propia. Un buen tiempo, se encontraron con un rey de I’Jibro. El rey estaba interesado en la capacidad para controlar los insectos y nos presentó una oferta de tierras en I’Jibro a cambio de rescatar a su madre de una torre. Con el tiempo, el que negoció con el rey en nuestro lugar era Kon York II. No todo lo hizo para nosotros, pero eso lo dejaré por ahora. Habiendo obtenido un lugar para vivir del rey, nuestros antepasados hicieron una promesa con el rey. Si el rey de I’Jibro nos necesitaba, le proporcionaríamos la energía de los insectos para ayudarle. Pero, en algún punto se cambió el significado de la promesa, y si alguna vez perdemos el poder de controlar los insectos, tendríamos que regresarle la tierra al rey.

Cuanto más avanzaba la historia, sus ojos se volvían más anchos y su boca se abría cada vez más.

—¿Pasa algo?

Naturalmente estaba algo preocupado por esa reacción pero la mujer sólo movió la cabeza un poco.

—Sólo estaba un poco sorprendida. He escuchado de esta historia en otro lugar, veamos… Así que el niño que tenía a su madre encarcelada terminó por convertirse en el rey. —murmuró la mujer, con los brazos cruzados. En poco tiempo, ella lo miró y preguntó: —Eso significa… que es hora de pasar la posición de jefe, y necesitas mostrar al rey de I’Jibro tu poder.

—Así es. Normalmente el que elige el tiempo somos nosotros. Pero necesitábamos hacerlo ahora… Ellos olvidaron completamente el significado de la promesa, y pasando el tiempo, llegaron a ser más codiciosos.

La mirada de Roten cayó hacia sus rodillas. Sus puños se apretaron inconscientemente. Sus brazos temblaban, y sus uñas apretaban su piel.

—Mi madre no puede tener por mucho más tiempo el puesto de líder. Mi hermana ha perdido su capacidad de oír a los insectos. Y yo… ¡Yo no puedo transmitir mi voz a los insectos! ¡Por causa de mí, por mí culpa… mi hermana…!

—Qué cruel…

Una mano con dedos largos cubrió sus puños temblorosos. En algún momento la mujer se había arrodillado delante de él. Sus manos temblaban demasiado, Roten se preguntó si estaba llorando, pero estaba equivocado. Ella estaba enojada. Sus cejas se plantearon peligrosamente, y estaba mirando sus manos.

—Lo tengo. Así que todo lo que tengo que hacer es darte el poder de hablar con los insectos, y a tu hermana el poder escuchar a los insectos, ¿correcto? Luego te mandaré donde tu hermana. ¿Cuándo comienza la ceremonia? ¿Dónde está ahora?

—Se iniciara en alrededor de dos koku… Mi hermana debe estar orando dentro de la cueva del ritual ahora.

—Ya veo. ¡Entonces debemos ir ahí! Si ninguno de los dos está calificado para ser el jefe solos, pueden hacerlo juntos. ¿O es que que tienen que hacerlo solos?

Roten sacudió la cabeza. Ella tenía un punto a favor. No hubo ninguna referencia al número de jefes. Era obvio que era uno, después de todo.

—I’Jibro no podrá quejarse. Mientras escuchen a los insectos, no debe haber problemas, aunque haya dos de ustedes. O bien, pueden probarle a ellos que eso está bien. ¡Es imperdonable acosar a un niño de esta manera!

Ahora la mujer parecía aún más enojada que Roten.

—Déjamelo a mí —dijo mientras sacaba pecho.

Roten se sintió avergonzado por sospechar que era una espía. Sin lugar a dudas, esta mujer era un ángel. Él estaba seguro que mediaría por él, al igual que Kon York II.

—Entonces, Ángel. ¿Puede conectarme con mi hermana?

—¡Sí!

El ángel se puso de pie con firmeza y puso su mano sobre el tablón llamado ‘ventana’. Pero de repente se congeló.

—¿Algo está mal? ¿No abre?

—¿EH? Ah, mn, lo hará, ¿sabes?

Definitivamente había inquietud en su voz. Pero ahora que estaba distraído por la esperanza que le había dado con la tribu de Ottko Yu, no pensó demasiado.

Tal vez era demasiado pesada para moverla para ella sola. Pensando en eso, puso su mano detrás de ella para ayudar.

—¡Ah, espera!

La tabla se movió mucho más fácilmente de lo esperado.

Casi como si una niebla desapareciera, la tabla teñida de blanco desapareció. Roten pensó que iba a salvar a su hermana y a la tribu de Ottko Yu. Pero lo que vieron sus ojos lo dejó sorprendido. En vez de ver a su hermana, él estaba mirando un lugar que ni siquiera había visto antes.

—¿Dónde… estamos?

Endgame
El momento justo donde se le rompe el kokoro

Un intenso  color verde. El viento húmedo rozó su mejilla, seguido por el sonido de hojas que crujían al viento. Era un árbol grande, rodeado por un mar de hierba verde.

—¿E-EH? Este lugar no es… el lugar de la ceremonia… eh…

Roten miró a la mujer de pie junto a él. La expresión estupefacta de la mujer entró en sus ojos.

Rabia burbujeó en su interior. ¡¿Qué fue eso de “déjamelo a mí!” El hecho de que creyó en ella le hizo estar más enojado.

—¡Tu maldita mentirosa! ¡Realmente eres sólo una mujer exhibicionista!

—¡¿EEH?! ¿Estás decepcionado de mí? Pero, quiero decir, me siento mal pero… mmmm… De todos modos, vamos, cierra la ventana y volvamos a intentarlo.

Fue cuando la mujer intentó débilmente cerrar la ventana que sucedió.

—¡Gyaaaaaaaaaaaaaaaahhhh! ¡No te acerques! ¡Por favor,no te acerques!

Una voz algo estridente, pero profunda. Definitivamente de una mujer. Y al mismo tiempo, un sonido familiar de GICHICHICHI.

— ¡Soy toda piel y huesos! ¡No soy sabrosa!

Mientras que Roten estaba demasiado estupefacto para regañar a la mujer estupefacta junto a él, otra mujer saltó delante de él. Sin darse cuenta, intentó escalar el árbol.

Cuando Roten vio lo que estaba persiguiendo a esa chica, gritó.

—¡Arrijighock!

La arrijighock movía ruidosamente sus mandíbulas en amenaza y colocó una de sus extremidades contra el árbol.

No podía subir, pero la mujer era torpe y parecía que caería en cualquier momento.
Roten tanteo su camisa. Había hojas de zaza en su bolsillo interior por lo que, utilizó la hoja para hacer silbidos.

Tomó una fuera y la puso contra su boca.

El sonido comenzó de manera clara, pero inmediatamente se hizo más débil.

Aun así, Roten continuó soplando y el viento vibró.

—¿Eh? ¿Eh? ESPE-, ¿eh? ¿Es un silbato de hoja? Espera, ¿hacen que los insectos los escuchen a través de silbidos?

Roten ignoró a la mujer exhibicionista de pechos, y desesperadamente sopló la flauta, pero el arrijighock simplemente volvió a ver hacia otro lado y no se alejó del árbol.

Qué raro… 

Aunque él era terrible con la flauta, nunca, ningún insecto había tomado tan poca atención a sus sonidos.

Roten continuó soplando y escuchando atentamente.

—Por favor no vengas aquí, realmente no soy sabrosa.

La voz de la mujer le indicaba hacia donde dirigirse.

Roten tenía el mejor oído en el pueblo. Aún así, no era tarea fácil entender a los insectos.

Se irritó y luego gritó.

—¡Callate! ¡Si quieres que te salve, solo cállate! No hagas un sonido.

—¡Siii! ¡Ohh, disculpa!! ¿Qu-? ¿Primero un insecto y ahora un fantasma? ¡Solo denme un descanso por favor!!

La mujer, ahora rígida, comenzó a disculparse con mocos corriendo por su rostro. Después de al parecer finalmente notarlos, miró hacia ellos y estalló en llanto otra vez.

—¡¡Te dije que te calles!! ¡Cierra la boca ahora mismo!

Tal vez abrumada por su aspecto amenazante, la mujer asintió con la cabeza sin decir ninguna palabra.

El ruido se había ido finalmente. Roten desesperadamente tensó las orejas.

El arrijighock se mantenía mencionando algo una y otra vez. Era Inanición. El arrijighock hambriento perseguía obstinadamente a la mujer. Inmediatamente se dio cuenta por qué.

—¡Usted ahí! ¡Tienes un sunarabi ¿no?! ¡Tíralo, ahora!

—¿S-Sunarabi?

—Un animal de cuatro patas con orejas largas. Tienes uno, ¿no?

—Ah —masculló la mujer. Al parecer sabía de lo que estaba hablando.

—¡Tíralo ahora! ¡El arrijighock irá por él!

La mujer había encontrado finalmente un punto de apoyo. Colocando un pie en una rama, con una mano se desabrochó apresuradamente la bolsa sobre su espalda. Roten empezó a deshacer su ropa mientras miraba.

—¿Eh? ¿Qué estás haciendo?

La mujer exhibicionista, estaba histérica cuando lo vio desvestirse, pero él la ignoró. Después de que terminó, empapó sus pies en el líquido. De repente, un fuerte olor llenó la pequeña sala.

Esto debe ser lo suficientemente bueno.

Roten miró hacia arriba al mismo tiempo que la mujer lanzó el saco sobre su espalda.

—¡T-Tú, idiota!

Sus ojos se ampliaron.

De todas las cosas, lo lanzó hacia él. Por suerte, la bolsa se abrió en el aire y el húmedo sunarabi aterrizó en el piso.

El arrijighock corrió inmediatamente para capturarlo.

La bolsa se acercó a su cabeza. Se inclinó para evitarlo y luego se puso la ropa mojada.

Oyó que la bolsa aterrizaba detrás de él. Escuchó el contacto de la mochila detrás de él.

—¡Uwah! ¿Qué es esto? Apesta a alcohol.

—Tsk.

Roten chasqueó su lengua. Al parecer había sunarabi todavía allí.

—¡Oi! ¡Mujer! ¡Toma esto!

Él arrojó su ropa a la débil mujer. Ella casi se cayó, pero lo cogió.

—Hay hojas de hahanero tejidas en ellas. Frote todo sobre usted, para que el olor se impregne. Espere hasta que el sol se ponga, y luego envuélvalo alrededor de tus piernas. ¡Trata de alejarte lo más posible de aquí!

—¡Bueno! ¿P-Por qué?

El arrijighock dio la vuelta con el sunarabi en su boca. Comenzó a acercarse a velocidades aterradoras, atraído por el olor del sunarabi restante. No había tiempo para devolverlo.

—¡¡Cerraré esto!! —gritó, mientras cerraba la ventana.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido