Traducido por Den
Editado por Nemoné
Dentro de la botella, Lydia gritó mientras se tambaleaba. Golpeó la pared, haciendo que la botella se detuviera, pero su espalda fue arrojada brutalmente.
—Ow… Ohh, ¡¿qué has hecho?! ¡Enano! ¡Muy mal! ¡Detente!
Insultó al Bogey, que jugaba con la botella. Pero aunque era criticado, este solo reía a carcajadas.
Sin embargo, Lydia no estaba realmente herida. Su alma había sido atrapada en la botella. Ella sintió como si su cuerpo fuera encogido y metido ahí, pero eso solo era según la imaginación de Lydia. Imaginó que estaba rodando dentro de la botella y, que se golpeó la cabeza, pero incluso si ella sabía eso, todavía sentía que dolía.
Mientras tanto, el Bogey encogió su cuerpo hasta el mismo tamaño que Lydia y empezó un pequeño baile alrededor de la botella.
『Qué Doctora de Hadas tan estúpida. ¡Es porque trataste de atraparme que estás en ese estado!』
Estaba consciente de la posibilidad. Si intentas atrapar una hada, estás adentrándote en su mundo. Cuando lo hizo, Lydia estaba bajo el control de las mismas reglas que ellos. Se puso en peligro como el Bogey con la posibilidad de ser sellada con solo un mechón de pelo.
『Ahora, ¿qué debería hacer contigo? ¿Debería tirarte al río de esta manera?』
No pudo evitar estremecerse ante sus palabras. Si eso sucediera, terminaría flotando para siempre en quién sabe dónde del vasto océano.
Justo en ese momento, el Bogey soltó un grito.
Frente a Lydia, fue aplastado por algún tipo de cosa delgada y alta, cubierta de pieles. Se recostó contra la pared de la botella y alzó la vista, para ver a un gato gigante de pelo gris, presionando al Bogey con el pie y sonriendo satisfactoriamente.
— ¡Nico!
— ¿Qué estás haciendo, Lydia? ¿Fuiste engañada con la magia de esta cosa?
Nico pisó al Bogey varias veces más y lo apartó, lanzándolo al aire. Tras golpearse contra la pared, desapareció entre una nube de polvo. Solo había perdido el conocimiento y, estaba segura que se despertaría después de algún tiempo, pero no podría volver a la normalidad por un tiempo.
Al menos esa criatura irritante se había ido y Lydia finalmente podía relajarse.
—Vine para rescatarte.
—Nico, apuesto a que estabas mirándome siendo intimidada por la ventana hasta ahora.
Lo calculó por la cola que colgaba hacia abajo. Y, sin embargo, por mucho que esperó, no salió a hacer algo y estuvo a punto de perder la paciencia con él.
Nico peinó sus bigotes sin razón y se arregló la corbata. Estaba pensando en una excusa.
—Solo para tu información, estaba esperando la mejor oportunidad. Así que pensé que, dado que el Bogey se había encogido, podría repelerlo.
—Oh, bueno, entonces… Gracias.
Aun así, Lydia estaba agradecida por haberla encontrado.
— ¿Cómo me encontraste?
—El trasgo en la casa de Carlton estaba cuidando de ti en agradecimiento por las galletas. Desde que apareció el Bogey en la casa, estaba preocupado y te siguió.
—Ya veo, esos bizcochos de mamá realmente agradan a las hadas.
—Entonces, ¿qué le pasó a tu cuerpo real? ¿Dónde está?
—No lo sé, fue llevado a alguna parte.
♦ ♦ ♦
Momentos después de que Lydia fue atrapada dentro de la botella, varios hombres entraron en el almacén. Uno de ellos era Lord Graham y, al parecer había venido para llevarse a Doris.
Encontró a Doris, que trataba desesperadamente de despertar a Lydia. Se veía sorprendido y desconcertado ante la aparición repentina de una chica que no debería haber estado allí, pero después de asegurarse de que no había nadie más, ató a Doris y se la llevó.
Al parecer, la había puesto en un pequeño bote en la orilla del río en las afueras, mientras escuchaba el sonido del agua y el crujido del bote de madera.
Lydia había estado mirando desde dentro de la botella, mientras Graham miraba fijamente su cuerpo sin vida.
— ¿Es un cadáver?
Preguntó uno de los hombres de Graham.
Qué grosero, pensó Lydia.
—No, parece que solo está durmiendo. Pero, ¿por qué? ¿No es esta joven la Doctora de Hadas que estaba con el Conde Ashenbert?
— ¿Qué es un Doctor de Hadas?
—No estoy muy seguro, pero creo que son algo así como un psíquico o adivino. Aparentemente tienen algún tipo de poder misterioso.
Lydia luchó contra el impulso de decir que estaba equivocado. Siguió observando lo que estaban haciendo.
—Recordé algo. Sir, hace unos días, ¿no contrató a ese “domador de perros”? Para secuestrar a una joven Doctora de Hadas.
¿Qué? ¿Domador de perros? Entonces el hombre que apareció en el parque ese día de niebla…
—Sí, pero ese hombre fue asesinado. El rumor dice que hay un excelente guardia con el Conde, por lo que todos los matones que aceptaron los trabajos de secuestro hasta ahora están asustados, así que solo estaba buscando un hombre nuevo para el trabajo.
—Ella parece una chica promedio para mí. ¿Se puede vender realmente por un precio alto?
—Si es un humano con poderes extraordinarios, ese hombre pagará cualquier precio. Y esta chica tiene el título como la empleada privada de la familia del Conde. Ella está segura de tener algún tipo de poder. Es la captura perfecta para que obtengamos una gran suma de dinero a la vez.
Parece que la van a vender a alguien.
Oh, señor.
Entró en pánico, pero no había nada que Lydia pudiera hacer mientras estaba dentro de una botella.
—Solo enviar productos robados o contrabandeados como ese hombre ordena. Es demasiado arriesgado y no aporta muchos beneficios.
—Los niños de los pobres no se venden por un precio alto. Todos los humanos con poderes extraordinarios que he vendido hasta ahora, no tenían esa increíble habilidad y él no estaba satisfecho, así que quiero recuperar su favor ahora.
—Entonces, si esta chica fuera favorable, sería más conveniente.
—Doris estaba diciendo algo así como que Rosalie estaba celosa de esta chica y la había encerrado. Entonces, mientras silenciemos a Rosalie, significará que nadie conocería el paradero de esta chica.
¡Oh, no, detente! ¡No toques mi cuerpo!
A pesar de que Lydia deseaba eso, solo podía ver cómo se llevaban su cuerpo.
♦ ♦ ♦
—Ahora entiendo. —murmuró Nico, quien se cruzó de brazos después de escuchar su relato—. Entonces, ese tipo, Graham, está tratando de venderte. ¿De quién estaba hablando Graham cuando dijo ‘Él’?
— ¿Cómo podría saberlo? —respondió Lydia, pero cuando dijo aquello, comenzó a tener un mal presentimiento.
Ocho años atrás, Edgar fue llevado allí para ser vendido. En otras palabras, Graham estaba relacionado con quien convirtió a Edgar en un esclavo. Lo más probable es que Graham prepara esclavos para una cierta persona…
¿Y si Lydia también fuera a ser vendida a este「Príncipe」?
— ¿Qué voy a hacer, Nico…?
—Shh.
Nico cogió la botella en la que estaba Lydia y se escondió entre las sombras.
Hubo un ruido de la puerta abriéndose. Alguien entró al almacén, junto con la espesa niebla que se filtraba, y pasos resonaron en el almacén. La luz de la linterna era utilizada para inspeccionar cuidadosamente el interior.
Una sombra llegó a la parte trasera del edificio.
—Parece que no hay nadie aquí.
—Llegamos demasiado tarde.
Era la voz de Edgar. Estaba con Raven.
Se preguntó si vinieron a buscarla. Pero en el estado en que estaba, no podía salir a la luz pública. Lydia se asomó por las sombras junto con Nico.
— ¿Cree que Sir Graham ya habrá venido?
—Raven, hay un pañuelo.
Raven fue a recogerlo.
—Tiene las iniciales D.W bordadas en él.
— ¿Doris Worpole…? Este almacén al parecer pertenece a Graham, ¿pero eso quiere decir que Lady Doris también fue encerrada aquí?
Espera un momento. Dijeron el nombre de Lord Graham como si no les sorprendiera. ¿Sabían que Lady Doris había sido confinada por su tío?
¿Desde cuándo? Y si lo sabían, ¿por qué involucraron a Lydia, incluso pasando por la molestia de llamar la atención del hada?
—Entonces, ¿cree que la señorita Carlton también fue llevada con la hija del barón?
—Existe esa posibilidad.
Edgar se quedó en silencio, debe estar pensando en algo, mientras peinaba su cabello dorado que destacaba incluso en esa oscuridad. Llevaba un abrigo y apoyaba su delgado cuerpo contra un viejo y sucio pilar. Murmuraba en un tono gravemente preocupado.
—Si es entregada a Príncipe, no hay nada que podamos hacer. Antes de que el barco abandone el puerto, tenemos que llevarla de regreso a los muelles de Londres.
¿Príncipe? Era ‘él’ de quien Graham estaba hablando, ¿realmente se refería a ‘Príncipe’? Si Edgar incluso sabía sobre eso, entonces eso significa…
Ahora Lydia estaba teniendo un sentimiento muy, muy malo.
—No debería haber hecho de Lydia un cebo.
¿Cebo?
—Pero Lord Edgar, era inevitable en esta situación. Incluso si Graham no sabía que la señorita Carlton tenía una habilidad especial, si ella estaba aquí con Lady Doris, entonces fue obligada a irse.
—Tienes razón, pero si él supiera sobre ella, eso significa que la encerrarán para asegurarse de que puedan venderla a Príncipe.
— ¿¡Qué significa que soy un cebo!? ¿Edgar, estás diciendo que planeabas que fuera secuestrada por Lord Graham? —gritó Lydia, incapaz de contenerse.
— ¿Lydia?
—Imposible, no hay espacio donde una persona se pueda esconder.
Justo cuando Raven dijo aquello, Edgar miró por la rendija en la que ningún humano podía meterse. Vio que había un gato de pelo gris que sostenía una botella de vidrio.
— ¿Nico? Esa voz… No pudiste haber sido tú.
— ¿Qué vas a hacer, Lydia? —susurró Nico, y comenzó a caminar.
—Es inútil esconderse, así que solo lo explicaré. Además, parece que pueden oírme.
—Me pregunto si te creerán… —dijo Nico irresponsablemente.
Caminó al descubierto en sus dos patas traseras, para detenerse delante de Edgar y sostener la botella sobre su cabeza.
—Primero de todo, Edgar, ¡voy hacer que te expliques! ¡¿Cuál es el significado de cebo?!
Miró la botella, que era la fuente de la voz de Lydia, y frunció el ceño mientras parpadeaba una y otra vez.
— ¿Raven, puedes ver algo? —preguntó y se volvió hacia Raven.
—Sí.
— ¿Por qué estás sorprendido cuando puedes verme?
—He visto cosas extraordinarias en el pasado.
—Disculpa, pero no soy extraordinaria.
—Si me lo permite, Lord Edgar, puedo explicar lo que hay dentro de la botella.
—Entonces dime. ¿Solo una diminuta figura de Lydia aparece ante mis ojos?
—Creo que no está más o menos equivocado.
— ¡Qué quieres decir con más o menos! ¡Paren de hacer una comedia corta juntos!
— ¿Lydia, cómo demonios acabaste en ese estado?
Edgar cogió la botella con sus manos y la miró completamente impresionado. Estaba a punto de quitar el corcho de la botella.
—Ahh, ¡no, detente! ¡Si abres la botella, moriré!
— ¿Huh? ¿Por qué?
—Porque mi cuerpo no está aquí. Lord Graham se lo llevó. Si liberas mi alma cuando mi cuerpo no está cerca, entonces mi alma no tendrá a donde regresar y desaparecerá.
Quitó su mano del corcho.
—Lo que significa, que necesitamos recuperar tu cuerpo y devolverle el alma que está en esta botella.
Lydia asintió.
—Lord Edgar, si ese es el caso, entonces es mejor ponerse en marcha de inmediato.
—Tienes razón. Raven, regresa al hotel y mantén vigilado a Graham. Las noticias sobre sus bienes reclamados llegarán pronto a sus oídos. Cuando encuentre a Rosalie en esa habitación, seguro que la pondrá en el mismo barco que Doris y Lydia. Determinaremos qué barco está usando para el tráfico humano a partir de eso.
—Sí, milord.
—Rosalie… ¿Qué le sucedió? ¿Oye, le hiciste algo?
Pero Edgar siguió ignorando la voz de Lydia.
—Y utiliza todos los medios posibles, para presionar a todos los barcos que posee para que no salgan del puerto.
♦ ♦ ♦
En la residencia del Conde, en lo alto de una mesa iluminada por una lámpara, Lydia se sentó en un silencio agrio.
— ¿Estás enfadada?
Edgar estaba sentado en una hermosa silla de ébano y la miraba con preocupación y vergüenza, pero Lydia permaneció sentada, arrodillada y mirando hacia otro lado.
¿Cómo no estar enfadada después de que le dijeran la verdad? Edgar estaba utilizando a Lydia desde el principio para su venganza contra el hombre que le entregó a Príncipe.
Sabía que Graham era la causa de la desaparición de Lady Doris y la posibilidad de que Lydia pudiera ser atacada, y sin embargo lo hizo para que Lydia llamara la atención de él.
Dice que sabía que Graham estaba involucrado en la venta de bienes robados y tráfico humano. Pero que si él era el que comerciaba con Príncipe, entonces él anticipó que Graham pensaría que la habilidad especial de un Doctor de Hadas podría ser vendida por un maravilloso precio.
Hacer que se encontrara con Graham en los Jardines de Cremorne era parte de su plan. Y el afecto de Rosalie hacia él sería útil, así que lo usó para su venganza también.
La razón por la que Edgar llegó a ese almacén fue aparentemente porque Rosalie le dijo el lugar donde estaba Lydia. Pero no parecía que Rosalie se lo dijera con sinceridad, ya que Edgar mantenía esa parte bastante vaga.
Sólo podía juzgar a partir de fragmentos de su confesión, que él anticipaba que Graham también vendiera a Rosalie. Y Lydia solo podía imaginar que la había abandonado en un lugar peligroso, incluso eso era cruel y sin corazón.
Actuar de esa manera y quererla, solo para descubrir que la estaba usando. ¿Qué piensa él de las personas? Él realmente es el peor tipo.
A pesar de que dice que no está mintiendo o que no está ocultando nada, está engañando a la gente. La razón por la que miente a los demás con sus dulces palabras es para poder engañar, entonces, como a él le plazca.
Esto no era como si fuera la primera vez que lo hacía, pero eso hizo que Lydia se sintiera aún más miserable por dejar que su ser compasivo creyera en él solo un poco.
—No tenía intención de ponerte en peligro. Había planeado no permitir que ninguno de sus hombres te pusiera un dedo encima.
—No quiero escuchar excusas.
Ella respondió con dureza, lo que lo hizo callar. Lydia se sintió famélica[1], y eso la hizo sentir aún más deprimida. Por supuesto, dado que su cuerpo todavía estaba dormido. Ni siquiera había cenado.
— ¿Tienes frío?
Lydia se dio cuenta de que se estaba frotando los hombros como si se estuviera acunando.
—Tal vez… Debería haberme puesto al menos un chal [2].
— ¿Quieres ir cerca de la chimenea?
—Creo que eso es inútil.
—Sí, supongo.
Reflexionando un poco, Edgar tomó suavemente la botella con Lydia con ambas manos.
—Me pregunto si todas las almas humanas son formas miniaturas de ellos mismos.
—Quién sabe. Pero esta apariencia es solo porque puedo imaginarme así. Ojalá pudiera haber aparecido más atractiva.
—Eres suficientemente hermosa, Lydia.
—Incluso si tratas de persuadirme, todavía estoy enfadada contigo… Oye, ¿qué estás haciendo?
Envolvió sus brazos como un abrazo alrededor de la botella con Lydia en ella.
—Pensé que te sentirías cálida de esta manera.
— ¿No dije que es inútil? Mi cuerpo probablemente yazca en algún lugar frío y oscuro.
Mientras decía eso, Lydia se dio cuenta de que Edgar pasó por esa clase de experiencia aterradora.
Al menos no estaba experimentando la soledad o el miedo, o la desesperación, pero todavía era aterrador imaginar que estaba atrapada en un almacén oscuro o en algún lugar desconocido.
Incluso en el corto periodo de tiempo que fue encerrada por Rosalie. Estaba desesperada en tratar de calmarse, pero realmente estaba muy asustada que quiso llorar en voz alta.
—Solo un poco más de tiempo. Te vas a salvar sin importar qué.
No fue capaz de mirar su expresión, pero su voz se escuchaba seria. Sonaba como si estuviera reteniendo sus emociones, y pronunció las palabras como si estuviera haciendo un juramento. Eso debe haber sido similar a sus juramentos de venganza.
Vio sus delgados dedos acariciar el cristal, y eso le dio a Lydia la sensación de que la estaban acariciando directamente.
Debería haberse sentido molesta con Edgar, pero se estaba imaginando a sí misma descansando su cabeza siendo acariciada como una niña.
Estaba segura de que estaba haciendo todo lo posible por rescatar a Lydia. Era un hombre que era despiadado contra sus enemigos y usaba a otros con sus gentiles e inteligentes palabras. Pero, él era un hombre que protegería a sus aliados incluso a costa de él mismo.
Sin embargo, Lydia estaba en una posición bastante indefinida. No estaba relacionada con él lo suficiente para ser usada, ni un aliado suficiente para proteger.
Pero suponía que no se podía evitar. Los camaradas que consideraba su familia fueron los que pasaron por los mismos sufrimientos que él, y los que experimentaron el mismo mundo donde no había justicia ni belleza. Y ahora solo quedaba Raven.
Cuando miró hacia atrás, recordó que no estaba mal saber que la usaban como cebo, pero era más triste cuando se enteró del estado de mental de Edgar.
—Oye, para tu venganza, ¿qué pensabas hacer con Lord Graham?
—Veamos, no sé. —respondió y evadió su pregunta, probablemente porque estaba pensando en algo que estaba un poco más allá de su imaginación.
— ¿Es la venganza la única forma? ¿Crees que eso es lo único que podrías hacer por tus amigos que murieron?
— ¿Qué más puedo hacer?
—Me pediste que te ayudara a salvar al chico que fue secuestrado y desapareció en la niebla.
—Eso fue… Estaba siendo demasiado sentimental. Incluso un Doctor de Hadas no podría salvar a los muertos, ¿verdad?
—Sí. Pero estás vivo. Esa historia no era solo sobre un chico, ¿verdad? Escuché de Raven que había muchos otros chicos que pasaron por lo mismo. También estabas hablando de ti mismo, ¿verdad?
—Bueno, no estoy seguro.
Podía sentir, en su respuesta descuidada, que había un toque de irritación. Era como si sintiera odio hacia sí mismo por ser el único en sobrevivir.
— ¿No eres tú quien realmente necesita ser salvado?
Él no respondió.
—Tú mismo todavía estás atrapado en la niebla. Es por eso que no puedes aceptar el hecho de que tus amigos fueron sacrificados… Pero incluso si pagaras tu venganza contra Lord Graham, no creo que eso alivie tu dolor.
Lydia sintió el pequeño aliento del suspiro de Edgar. Aunque no sabía qué tipo de significado había detrás de eso.
—No está mal tenerte así de pequeña. Siempre puedo mantenerte cerca de mí.
— ¿Qué? ¡No quiero quedarme así! Tengo hambre y hace frío, ¿y qué debo hacer cuando me enferme?
No podía decir que Edgar no mantendría a Lydia así como una mascota. Por lo que Lydia rechazó seriamente su idea.
—Sólo bromeo. Prefiero abrazar tu cuerpo real y cálido, en lugar de una botella de vidrio fría. Quiero tocarte para asegurarme de tu calidez. Pero si tuviera que hacer eso, como solo estaba pensando en tu verdadero cuerpo, seguro me abofetearías y huirías.
Claro que sí.
Pero Lydia estaba sintiendo, que era mejor que fuera una pequeña versión de sí misma en una botella, por el momento. Sino, no habría podido estar al lado de Edgar después de enterarse de la mentira de que fue utilizada como señuelo. O no habría habido una oportunidad para llegar a la desesperación o el lamento que estaba cargando.
Lydia tenía la sensación de que Edgar estaba derramando lágrimas, mientras sostenía la botella de vidrio por un rato.
Él estaba en un duelo en su corazón de cómo podía vengarse de sus camaradas muertos.
Pensó en él como arrogante y demasiado confiado, además el tipo de persona que moriría antes que mostrar el lado débil de sí mismo. Incluso si parecía triste o deprimido, él era del tipo que incluso calculó eso y arrastró a Lydia.
Incluso ahora, ella no sabía lo que realmente estaba pensando. Y, sin embargo, se alegraba de estar lo suficientemente cerca como para intercambiar palabras con él, quien tal vez quería llorar.
Quizás lo que Raven le había dicho estaba atrapado en su mente.
Edgar era una persona que no se apoyaba en nadie y se quedaba solo. Debido a que Lydia no tenía ataduras, probablemente pudo echar un vistazo a la tristeza y penas que Edgar tuvo que encerrar para poder luchar. Pero Raven realmente debió haber querido decirle que por favor no odiara la parte débil de él.
Ella debía de tener un corazón compasivo para no odiarlo, incluso cuando estaba en una situación peligrosa. Sin embargo… Edgar la necesitaba, a pesar de que Lydia cometió el tonto error como una Doctora de Hadas de ser embotellada por un Bogey, pero Edgar todavía la necesitaba, y si había alguna salvación al estar a su lado de esta manera, entonces ella era sinceramente feliz.
A través del cristal, presionó su mejilla contra su camisa. Era algo que nunca podría hacer en su cuerpo real. Sorprendentemente, sintió como si pudiera sentir su calor llegando hasta ella.
Quién sabría que te daría sueño incluso como un alma.
Cuando despertó, Lydia estaba dentro de la botella mientras el sol de la mañana brillaba.
Por alguna extraña razón, la botella en la que estaba Lydia estaba envuelta en cojines y sábanas. Él debería saber que es inútil, y aun así se tomó la molestia por algo tan sin sentido. Lydia sintió que era absurdo y, sin embargo, fue tenuemente reconfortante como había estado acostada de costado en el fondo de la botella.
Cuando estuvo a punto de levantarse, de repente se dio cuenta de que algo andaba mal. Su cuerpo era pesado como una roca y no podía moverse. Por supuesto que no era su cuerpo real, pero se sentía como si estuviera hecho de plomo, y apenas podía levantar la parte superior de su cuerpo.
Lydia se apoyó contra la pared de vidrio. Luchó contra el dolor punzante en su cuerpo y el vértigo de su cerebro.
Estaba llena del temor de desaparecer inesperadamente. Dado que era una condición muy delicada para que un ser humano permaneciera como un alma, debe haberle sucedido algo.
Miró alrededor para buscar en la habitación, pero no había nadie en el campo de visión de Lydia.
— ¿Edgar, dónde estás…?
—Oye, ¿qué pasó? Estás confiando en él.
Un gato de pelo gris se detuvo frente a ella.
—Nico.
Anoche, Nico había regresado a su casa para explicarle a su padre y encubrirla, diciendo que se había visto obligada a ir a la fiesta de un conocido. Se había emborrachado y aceptó la oferta de quedarse en la residencia.
No quería que su padre se preocupara, y definitivamente no podía presentarse en ese estado.
—Incluso si fuera el gran Conde, no había forma de que pudiera engañarte cuando no tienes cuerpo.
—Deja de decir tonterías… Me sentí un poco enferma y no sabía qué hacer…
— ¿Enferma? Lydia, ese es un problema importante.
Nico cruzó sus patas delanteras de una manera seria.
— ¿Qué es un problema?
Quien entró en la habitación fue Edgar. Se dio cuenta de que Lydia estaba acostada boca abajo en el fondo de la botella, y la miró con preocupación.
— ¿Qué sucede Lydia?
Nico respondió en su lugar, como si ella no tuviera idea.
—Los humanos no pueden vivir con solo su alma. Si están separados de su cuerpo durante mucho tiempo, y si incluso están atrapados en una botella por la magia de un hada, pierden lentamente su energía vital.
— ¿Qué? Necesitamos apresurarnos.
Tal vez al estar en un estado frenético, Edgar no se había dado cuenta que estaba teniendo una conversación con Nico.
—Así que, ¿descubriste dónde ese tipo Graham tiene cautiva a Lydia?
—No es como si el cuerpo de Lydia fuera visto llevado allí, pero tengo una idea aproximada de qué barco es. El único problema es que, dado que su transporte está medio financiado por la familia del barón Worpole, no podré embargarlo…
—Ahhh, lo siento, pero no tenemos tiempo para discutir la mecánica de los asuntos humanos. Solo dilo en pocas palabras.
—En otras palabras, sería difícil detener el barco por la fuerza o inspeccionar el interior.
— ¿Huh? ¿No eres un ex-delincuente? Simplemente usa un arma sangrienta y atacalo. Aprópiate de él.
—Parece que tienes una idea equivocada, pero yo no uso ese tipo de métodos vulgares.
— ¡No hay vulgaridad ni decoro al ser un ladrón!
—Umm…, si le explicamos a la policía sobre los crímenes de Lord Graham…
Lydia hizo una propuesta, pero eso tomaría demasiado tiempo, dijo Edgar.
No sabía cuánto tiempo podría durar, pero tenía la sensación de que no podría sobrevivir al día. Si iban en contra de alguien respetable como Lord Graham, que tenía una alta posición social, entonces tendrían que reunir pruebas confiables. Incluso la policía no entraría directamente en acción.
—Entonces, señor Conde, piense en alguna forma que no lleve tiempo.
El tiempo que Edgar estuvo pensando en algo fue solo un momento.
—Muy bien, utilizaré el último recurso.
—Si tenías ese tipo de recurso, entonces no deberías haberlo guardado.
—Sin embargo, tendré que pensar mientras estoy en camino para saber si realmente podemos usarlo.
Llamó a su mayordomo y anunció su partida. Garabateó algo en un memorándum y se lo entregó al sirviente.
—Y, Tompkins, envíale una carta a Raven para que venga a este lugar.
Lydia fue testigo de cómo Edgar escondía una pistola en el interior de su levita[3], y respiró extenuantemente. La respiración profunda que tomó, fue por la asfixia que estaba sintiendo y la decisión de Edgar, que nació de ello.
Se preguntaba si él siempre tenía que asumir la responsabilidad y tomar las decisiones de esta manera. Él podía tomar la decisión que decidía la vida o muerte de alguien, y tenía que hacer que las cosas tuvieran el mejor resultado.
—Lydia, espera. Definitivamente te salvaré.
El lado de su cara que se veía a través de la botella de vidrio, parecía la de un caballero que se dirigía al campo de batalla. Vio la luz del fuego que brillaba en sus ojos color malva ceniza.
No había garantía de que pudiera terminar con el mejor resultado. En realidad, había perdido a muchos de sus camaradas.
Debe haber habido tantas veces donde no acabó como él dijo. Y sin embargo, la parte de él que tenía la determinación de tomar la iniciativa lo hacía decir eso. Tenía la determinación y la resolución para decir con confianza una promesa que podría ser una mentira.
Hermosos colores de ojos y una hermosa persona. Era un atractivo diferente que capturaría los corazones de las damas, y diferente de un cuidado superficial o halagos; pensó que vió en él, la fuerza atrapada en las profundidades del corazón de las personas, en tan solo un instante.
Un noble de corazón. Un criminal despiadado. Un frívolo mujeriego. Un líder carismático.
¿Quién eres en realidad? ¿Cuál es el verdadero Edgar? No sé nada sobre tu verdadero yo. ¿Por qué estás tan desesperado por alguien como yo?
—Quiero preguntar… ¿Hay alguna posibilidad de que esto tenga éxito? —preguntó Lydia mientras luchaba contra su asfixia en el carruaje.
—Por supuesto. —respondió Edgar de inmediato.
—Estás mintiendo…
—No tienes que preocuparte, déjame todo a mí.
Eso también es una mentira. No tienes ninguna certeza y, sin embargo, no dices nada que pueda poner nerviosos a los que te siguen.
—Incluso si dices algo así, todavía hay momentos en que fallarás, ¿verdad?
—Lydia, estás perdiendo el coraje.
—Yo… No confío en ti lo suficiente como para dejarlo en tus manos. Incluso si salgo con vida, no voy a darte las gracias… Porque es tu culpa por acabar de esta manera.
— ¿Crees que soy un criminal que te dejaría morir después de decir eso de mí?
—No lo sé… No sé nada de ti porque no soy parte de tu equipo… ¿No estás pensando en abandonar a los hombres cuando las cosas se ponen feas? Está bien abandonarme. Lo que menos quiero… Lo que no estoy dispuesta a aceptar es que después de que falles sientas pesar y sufras por ello. No quiero que sientas lástima, cuando fuiste quien se aprovechó de mí. No quiero convertirme en una de tus cicatrices. Me rehúso a ser ese tipo de carga.
Por un breve momento, Edgar ladeó su cabeza a un lado, pero luego estalló en una risa entre dientes, como si estuviera maravillosamente divirtiéndose.
—Gracias, Lydia. Me siento un poco más tranquilo ahora.
—No, estás equivocado… ¡Yo realmente lo dije en serio cuando dije que te odiaba…!
Era una mentira.
No quiero que soportes todo por ti mismo.
Parecía que Edgar entendió lo que realmente quería decir, y que no pude decir lo que quería decir.
—Pero, sabes, no puedo dejarte ir gratis. ¿No crees que al asociarnos tendríamos la suerte de las hadas de nuestro lado?
No lo sabría. Solo he pasado por muchas cosas desafortunadas por tu culpa.
Y sin embargo, tal vez tuvo la suerte de que alguien que entendía el deber de un Doctor de Hadas apareciera ante ella.
—Entonces, Lydia, por favor no pierdas tu esperanza en mí. No te rindas y peleemos juntos.
Qué hombre tan extraño. Él no tiene idea de cuán decepcionada estoy de sus formas.
Pero, aunque Lydia sí sintió la ira de ser utilizada como cebo, no había sentido dolor o estaba asustada por eso.
Finalmente, el carruaje se acercó a la calle en la que residía la oficina de Lord Graham.
Edgar hizo detener el carruaje a unos pocos edificios de distancia y esperó a que llegara Raven. Lydia vio que los dos estaban discutiendo algo juntos, y después de que regresó, recogió la botella en la que estaba y se la llevó fuera del carruaje. Nico los siguió.
Entró en la oficina, y ante Edgar, que pidió ver al encargado, apareció un hombre que decía ser el director.
—Estás fuera de cuestión. Tráeme a Lord Graham.
—Discúlpeme, pero yo soy el que está a cargo aquí. Si tiene algún negocio, me gustaría escucharlo.
— ¿Me estás ignorando porque me crees un aficionado?
Edgar le devolvió la mirada al regordete hombre de mediana edad. Le estaba dando la actitud de que se estaba ocupando de un compañero problemático, con una mirada condescendiente que intimidaba por completo al hombre.
—Oh, nunca. Es solo que el propietario casi nunca viene a este lugar. Lo siento, pero señor…
—Dile que el Conde Ashenbert está aquí.
—Perdóneme, milord.
—Si él no viene rápido, seguramente se arrepentirá.
— ¿Y quiere decir…?
—Estoy diciendo que soy consciente de cuáles son los paquetes que ustedes están entregando.
El hombre acompañó a Edgar a una habitación diferente en un estado de pánico total.
Al ver cómo había llegado Lord Graham en tan poco tiempo, era fácil adivinar que era una mentira que él no estaba allí.
Las fianzas de los bancos y casinos en los que Graham tenía deudas, fueron completamente comprados por Edgar. Debido a Edgar, que inmediatamente averiguó los lugares cuyos pagos no se realizaron, Graham estaba tratando de recuperar su fortuna.
Pero, debido a que Edgar tenía muchos alias diferentes, Graham no podía determinar de inmediato quién era el que estaba tratando de acorralarlo en un precipicio y con qué propósito.
Aun así, por supuesto, Graham estaba seguro de estar luchando para evitar siquiera un poco de ser arruinado completamente, y Edgar debe haber previsto que usaría esta compañía naviera como su escondite. Realizó una visita esperando que él estuviera aquí.
—Por qué, si no es milord, me dijeron que necesitaba verme, ¿qué puedo hacer por usted?
Graham entró en la sala de recepción, y parecía como que no sucedía nada, pero uno podía decir a primera vista que estaba completamente agotado.
—En realidad, hay muchas cosas que me gustaría decir, pero dado que tengo mucha prisa, seguiré adelante con el riesgo de ser grosero y preguntarte. Me gustaría tener de regreso a mi Doctora de Hadas.
Fue un acercamiento directo. Lydia vio cómo le preocupaba si todo iba a estar bien, y advirtió su conversación, pero su apatía no hacía más que crecer. Ella apenas era capaz de entender la situación, y no tenía la fuerza para dar su opinión, pero de cualquier forma, tenía que dejar todo en manos de Edgar.
—No sé de lo que está hablando. ¿Se tomó mi sobrina la libertad de hacer algo para disgustarle para que me acusaran sobre el transporte de “ciertas cosas”?
—Estoy aquí para hablar de negocios. ¿No estás interesado?
Edgar tenía sus hombros cruzados con una actitud de arrogante superioridad. La razón por la que Graham no se había sentado era, obviamente, porque quería darse prisa y echar a su invitado por la puerta.
Edgar continuó a pesar de todo.
—Estoy diciendo que te compraré.
— ¿Y qué sería eso?
—Por supuesto, mi Doctora de Hadas.
—Como he mencionado, no sé de qué está hablando. En primer lugar, milord, si se trata de la joven que fue contratada como su Doctora de Hadas privada, sería absurdo hablar de vender y comprar. Si tuviera que vender tal cosa, sería un crimen.
—Como ya dije, estoy apurado. Esta es la razón más importante por la que estoy negociando contigo. Bajo estas circunstancias, no me importa que esto sea absurdo o que sea un crimen. Incluso si alguien hubiera robado mi joya y estuviera obteniendo un beneficio de ella vendiéndola, planeo pagar un precio adecuado para recuperar mi joya.
—Lo que dice es bastante interesante. Sin embargo, desafortunadamente, no tengo ni idea de dónde podría estar esa joya…
Lo más probable es que Graham necesitara conseguir una gran cantidad de dinero lo antes posible, y aunque estaba siendo cauteloso, no parecía que iba a rechazar la oferta de Edgar. Él solo respondía con respuestas vagas.
—Eso significa que no tienes mi joya contigo. Sin embargo, Lord Graham, debe tener muchas conexiones en el negocio de la joyería. Te agradecería si me presentaras a alguien.
—Hmm, bueno… Veamos…
Todavía estaba escondiendo algo, y comenzó a mostrar signos como si estuviera pensando en ello.
—Hay casos periódicamente en los que uno arregla cosas raras de gran valor para algo con lo que está familiarizado. Pero no es una tarea fácil, y hay momentos en que uno debe cruzar un puente peligroso, e incluso si tienes suerte de encontrar lo que estás buscando, tendrías que cruzar un camino ilegal. —dijo Graham.
—Ya veo. —dijo Edgar despreocupado, y presionó a Graham para que continuara.
—Antes que nada, dado que estarías comerciando con quienes violaron la ley, una de las condiciones sería mantenerla estrictamente confidencial.
Uh-huh, correcto, cuando eres el que infringe la ley.
—Por supuesto que entiendo. Están obligados a estar en una relación conspirativa con aquellos en el poder. E incluso si presentara una demanda contra ellos, soy consciente del hecho de que nada bueno saldría de eso, entonces estoy pidiendo negociar con usted. —dijo Edgar.
—Entonces, solo una cosa más. Perdóneme por preguntarle, milord, pero ¿le importaría cubrir los gastos?
Él era el secuestrador y, sin embargo, tiene el descaro de pedir una gran suma de dinero. Lydia estaba tan furiosa que casi olvidó su estado enfermizo, pero lamentablemente no tuvo la energía para protestar.
— ¿Cuál es tu petición? —preguntó Edgar.
El precio que Graham pidió fue un precio irracionalmente alto. Al menos, Lydia no podía imaginar lo que una persona podría comprar en su vida para usar tanto dinero.
—Pagaré siempre y cuando me acompañes hasta donde Lydia está escondida.
¿Eh? Edgar… No puedo creer que estés dispuesto a pagar ese precio a cambio de mí.
Llevaría más tiempo que su vida devolver ese dinero.
—Eso… sería difícil. Tendría que pedirle que espere aquí.
—No tengo tiempo de sobra. Esperaré en el elenco, y si resulta que es demasiado tarde, entonces no pagaré un centavo.
— ¿Demasiado tarde?
—Lydia tiene una enfermedad. Ella debería estar dormida e incapaz de despertarse, así que si la dejamos en ese estado, será demasiado tarde.
—Ya veo, entonces es por eso que tiene prisa… Lo cual será un problema. ¿Si, en el caso, le acompaño y resulta ser demasiado tarde?
Aparte del pánico de Lydia, el intercambio se estaba llevando extrañamente de una manera tranquila.
—En ese caso, entonces no sería culpa tuya. Pagaré.
La razón por la que Edgar dijo aquello, era porque tenían que devolver el alma de Lydia, que estaba en la botella, a su cuerpo lo más pronto posible.
Pero, para Graham acompañar a Edgar al lugar donde ocultó a la chica que secuestró, reduciría sus autodefensas y no querría que eso ocurriera. Sin embargo, para hacer esta operación final, tenía que hacerlo. En cualquier caso, Graham sopesó el hecho de que necesitaba desesperadamente una gran cantidad de dinero, y el riesgo de tenerlo uno contra el otro. Al final, eligió el dinero.
Lydia escuchó el sonido de la pluma que Edgar sostenía, mientras firmaba el contrato. Lágrimas de lamento se acumularon en sus ojos.
¿Por qué haría tanto por mí…? No lo entiendo.
Incluso si Lydia se iba, si él buscaba en toda Inglaterra, todavía quedaría un sinnúmero de Doctores de Hadas.
Usar su dinero para eso sería mucho más económico y no tendría ningún peligro. Y era cuestionable si realmente había la necesidad de un Doctor de Hadas para el conde.
—Milord, al único que puedo acompañar puede ser solo a usted. Me gustaría pedirle a su Valet [4] que espere aquí.
Oh, no, no podemos llevar a Raven.
Más de lo que Lydia imaginaba, parecía que Edgar se había metido en una situación peligrosa. Y entró en pánico.
Para Edgar, ir solo al lugar en el que el cuerpo de Lydia estaba siendo confinado y, en el que Graham planeaba hacer algo, eso sería una pedido dificil.
—Está bien. No tengo tiempo que perder.
Y sin embargo, Edgar sostuvo a Lydia en la botella con tanta dulzura, además estaba de acuerdo con lo que Graham estaba diciendo.
—Por favor, deje también su arma aquí.
Edgar obedientemente sacó la pistola del interior de su levita y la puso sobre la mesa.
—Por cierto, ¿qué es esa botella?
—Es solo una botella vacía.
Edgar solo dijo esa respuesta con una fina sonrisa en su rostro. Aparentemente, Graham no podía ver a Lydia e hizo una mueca de desconcierto, pero debió sentir que no había necesidad de presionar más.
Edgar era un hombre muy extraño. No era capaz de ver hadas y tenía una visión realista y pragmática del mundo, pero aceptó el espíritu dentro de Raven y no tenía ninguna duda en Lydia y su habilidad. No creía que Nico pudiera hablar, y sin embargo entendía lo que Nico decía.
Incluso para Lydia, él haría cosas desconsideradas como si no le importara, pero por momentos, más que nadie, la entendería. Al igual que Lydia, que estaba decidida a no morir así, él también intentaba frenéticamente evitar su muerte.
Por el momento, él era un caballero que era amable con las damas. Su amabilidad podría ser un acto extra para eso. Y, sin embargo, para ella, que estaba siendo utilizada como cebo, tendría la idea equivocada de ser tratada con mucho cuidado por él como una princesa.
Incluso si fuera solo su imaginación, Lydia luchó desesperadamente por mantenerse despierta por su bien. Sentía que si perdía la conciencia, su alma se desvanecería. Y si eso sucedía, ella tenía la tonta idea de que Edgar tendría que cargar con otra cicatriz.
Visto por Raven, Edgar subió al carruaje con Graham. Lydia sintió la presencia de Nico, quien los seguía con su cuerpo permaneciendo invisible. Escucho un ‘espera solo un poco más’ de Edgar, quien la había alentado en un susurro.
Aclaraciones:
[1] Un/a famélico/a es una persona que tiene o está pasando mucha hambre.
[2] El chal es una prenda de vestir femenina. Consiste en una tira ancha de tela, generalmente de seda, que se lleva sobre los hombros y los brazos como abrigo o adorno.
[3] Levita es una chaqueta masculina con solapas, más larga y amplia que el frac, entallada de cuerpo y cuyos faldones se cruzan por delante.
[4] Un valet es un sirviente o criado.
Pueden encontrar el siguiente capítulo en la edición 16 de Kovel Times, y el capítulo 7 en la edición siguiente (17)