El Conde y el hada – Volumen 5 – ¡Cambio! Mini Drama 5: La receta de una hada para el brebaje secreto

Traducido por Den

Editado por Meli


La receta de un hada para el brebaje secreto

Edgar: Bueno, mira esto. Aunque es inferior a mí, es un chico muy hermoso. ¿Eres tú quien nos estaba observando? No, tienes una presencia diferente. ¿Quién eres?

Paul: ¡Woah! ¡E-Ese soy yo delante de mí! ¿Q-Qué está pasando aquí?

Edgar: Hmm… Así que dentro está el pintor afable de antes, ¿eh?

Paul: Ah… umm… Perdóneme por los saludos tardíos. Mi nombre es Paul Foreman. ¿Cómo debería llamarlo… señor?

Edgar: Veamos… Edgar está bien.

Paul: ¿Señor Edgar?

Edgar: Lamento haberte sorprendido. Ahora mismo estás dentro de mi cuerpo, pero hay una razón para la situación actual.

Paul: Oh… ya veo.

Edgar: Puede que no lo creas, pero tuviste la mala suerte de verte atrapado en una situación en la que estábamos probando la medicina que un hada que hace cambiar las almas dentro de los cuerpos.

Paul: ¡Ehh! ¡¿U-Un hada?! ¡¿Está diciendo que esto es obra de un hada de verdad?!

Edgar: Pareces bastante feliz.

Paul: ¡Por supuesto! ¡La fuente de mi imaginación son las hadas! Ahh… umm… Soy un pintor de hadas. Aunque todavía estoy en formación.

Edgar: Ya veo. Un pintor de hadas. Qué coincidencia. Me encantaría echar un vistazo a tu trabajo.

Paul: ¡Ah! ¡M-Me siento honrado!

Edgar: Por otro lado, ¿cuánto tiempo vas a permanecer en silencio?

Paul: ¿Eh?

Edgar: ¿La persona en su cuerpo es el mirón con un pasatiempo repugnante? ¿Creíste que si te quedabas callado no sabría quién eres?

(Alguien en el cuerpo de Raven se ríe.)

Edgar: No sirve de nada, aunque te disfraces de Raven y guardes silencio. Es bastante difícil cambiar la presencia de una persona.

Alguien en el cuerpo de Raven: Ya veo… Como se espera de alguien que se hace llamar el Conde Caballero Azul.

Edgar: Ahora entiendo, parece que no podemos estar en buenos términos.

Alguien en el cuerpo de Raven (se ríe con malicia): Sin embargo, ¡qué inimaginable fortuna es esta! Este cuerpo… ¡no esperaba obtener el recipiente para Príncipe tan fácil, conde!

Paul: ¿C-Conde…?

Edgar: ¿Príncipe, dices?

Alguien en el cuerpo de Raven: Me disculpo por no habérselo dicho antes, lord. En su actual situación de impotencia, supongo que no pierdo nada con presentarme. Mi nombre es Ulysses.

Edgar: ¿Ulysses? Recuerdo que ese nombre era… pero…

Ulysses: Has supuesto bien. Hay más Doctores de Hadas además de la niña que encontraste.

Edgar: No puedo permitir que hables así de ella. Mi preciosa Lydia no es para que la llames una niña.

Ulysses: Oh, ¿te enfadé? Pero ¿qué puedes hacer con ese cuerpo? Ja, ja, ja… Tu problemático sirviente con un poder ominoso que siempre te sigue como una sombra, tampoco está aquí. Conseguí un maravilloso recuerdo para mi maestro. ¡Ahora este es mi cuerpo!

Paul: Uh… señor Edgar, ¿realmente es un Doctor de Hadas?

Edgar: Je, je, je… No tienes que preocuparte por él. Umm… eso es, Paul, ¿verdad?

Paul: ¡Ah, sí!

Edgar: Te he causado algunos problemas, ¿cierto? Lamento haberte arrastrado a esto. Podrás volver a hacer tus bocetos pronto.

Ulysses: ¿Qué?

Paul: Um… bueno, entonces…

Edgar: Te lo dije antes, ¿no? Esto lo causó un brebaje que hizo un hada.

Ulysses: Ugh.

Edgar: Oh, ¿te enfadé? Un auto-proclamado Doctor de Hadas como tú puede no tener un amigo de por sí, pero mi Doctora de Hadas tiene un caballero muy confiable como ese. Sin embargo, es un hada así que le gusta divertirse un poco.

Ulysses: ¡¿Qué estás tratando de decir?!

Edgar: Oh, cielos. Parece que tampoco eres muy intuitivo. El cambio es solo un síntoma del brebaje hecho para una broma. Su efecto eventualmente desaparecerá. Puedes salir ahora, Raven.

Ulysses: ¡¡Qué!!

Edgar: Je, je… ¿No te diste cuenta? Oh, es cierto. El cuerpo en el que Raven se encuentra ahora mismo… es todo humano menos el de un Doctor de Hadas.

Paul: Ugh… ggg… qué… de alguna manera… ¡se siente como si estuvieran tirando de mí!

Edgar: Dijiste que eras un pintor de hadas, ¿verdad, Paul? Lo que sucedió hoy puede ser… sí… un sueño que quizás te haya mostrado un hada.

Paul: Si es así… entonces es muy agradable.

Edgar: Je, je… Un día, por favor, enséñame tus cuadros. Es una promesa.

Paul: Sí… Un día seguro.

Ulysses: Lord… pagaré esta deuda algún día sin falta. Te haré ver numerosas pesadillas… de las que nunca podrás despertar.

Edgar: Si es una pesadilla, entonces estoy acostumbrado. Ah, y sí, espiar no es un buen hábito. Por favor, recuérdalo. Muy bien entonces, mis encantadoras damas, el siguiente es el último volumen. Nos volveremos a ver.

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