El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 13: El Duque y la señorita Helmina

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


—Su Gracia, sé que estoy un poco gorda, pero le prometo que haré mi mayor esfuerzo por mantener a su Gracia relajada. Siempre te haré feliz y reirás. Nunca levantaré mi voz. Y si me pide que pierda peso, pronto le mostraré los resultados de mis esfuerzos.

—Señorita Helmina, no necesito tranquilidad, por lo que no necesito que haga un esfuerzo. No tienes que reprimir tus propias emociones; Ríete cuando quieras reír, enojate cuando quieras enfadarte. No me importa si eres gorda o delgada. No tengo ningún interés en ti de ninguna manera.

Me di cuenta del propósito de James de estar aquí; El barco que estábamos siguiendo tenia al Duque Magnaria y Helmina en él. El duque debe elegir una novia entre las tres niñas en un plazo de tres meses, pero esto es un trabajo bastante rápido, ir a una cita el día después del baile. Sin embargo, el Duque no parece entender la persistencia de las mujeres, tendrán mucho que decir, incluso si se niega.

—Pero, Su gracia, por favor, no digas eso. Helmina estará triste y llorara.

Kiara
Por alguna extraña razón a los nobles les gusta hablar de sí mismos en tercera persona

Hubo un largo sollozo de la señorita Helmina; que me hizo sentir incómoda.

¿Estaba bien estar escuchando a escondidas así de esta manera? Miré a James, pero él se puso un dedo en los labios y me dijo que guardara silencio.

—Llorar no cambiará mi opinión —, El duque Magnaria dijo fríamente —No me gustas y puedo asegurarte que nunca llegaré a quererte.

Wow… ¡Que malvado! Pero supongo que es mejor decir la verdad que dejar que ella mantuviera falsas expectativas.

—Pero yo… he oído hablar de los nobles pasatiempos del Duque hoy, y me he vestido de la manera para su satisfacción. ¿Podrías echarle un vistazo? Haré cualquier cosa por ti, tu gracia. Esta es una prueba de mi determinación; ¡Por favor, no me deseches! 

Quería ver qué tipo de vestido tenía ella, así que eché un vistazo cauteloso levantando un poco la sombrilla, pero el Duque me bloqueó la vista. De repente, el duque se arrodilló y se dejó caer en el bote. El remo que había estado sosteniendo cayó al lago y se fue flotando.

— ¡Duque Magnaria!  

Grité instintivamente, olvidando que se suponía que no debía estar aquí. Dejé caer mi sombrilla, revelando nuestra presencia a Helmina, su rostro se veía bastante rojo. James remar más cerca de su bote e inmediatamente me metí en él para ver la condición del Duque. Estaba azul con los ojos medio abiertos. Su rostro estaba pegajoso y parecía que comenzaria a convulsionar pronto, ademas habia comenzado a hiperventilar.

—Henry —, llamé. 

Su mirada se centró en mí 

—¿Tienes los dedos de pies o manos entumecidos?

Él asintió frenéticamente. Había leído sobre esto; síndrome de hiperventilación.

—Henry —, llamé con firmeza —Mírame. Sigue mi respiración, ¿de acuerdo? Está bien. Todo está bien.

Respire hondo durante mucho tiempo, y él siguió mi ejemplo tal como le había indicado. Pronto su tez volvió a la normalidad y poco a poco se recuperó.

—Parece que se ha recuperado. Pero por si acaso, el Duque debe ser examinado por un médico. James, ¿podrías llevar a Su Gracia a la orilla? La señorita Helmina y yo esperaremos aquí para que regreses y nos busque.

Con todos nosotros trabajando juntos, metimos al Duque en el segundo bote. Una vez hecho esto, me senté frente a la señorita Helmina. Justo antes de remar, James tomó mi mano y me miró con sus ojos brillando.

—No te preocupes, volveré en breve. Quédate aquí con la señorita Helmina. 

—Estaremos bien. El clima es agradable y no nos perderemos aunque nos mueva el viento, así que, por favor, lléva al Duque.

Después de que James se fue con el Duque, intercambié bromas con la señorita Helmina y su rostro rojo, pero ella de repente se echó a llorar.

— ¡Al duque no le gusto! Había oído que el Duque tenía un pasatiempo, así que me vestí así —, dijo mientras separaba su vestido abotonado ampliamente para revelar cuerdas rojas que se clavaban en su cuerpo carnoso. 

Ella tenía una piel bonita. Las cuerdas estaban atadas alrededor de su pecho y a través de su torso y no pude evitar imaginarme a dónde conducía la cuerda. Era esto lo que las personas con un gusto especial estaban dispuestos a hacer, ¿Una especia de amarre? ¿Significaba esto que el duque es un sádico?

Miré a Helmina en estado de shock, y ella comenzó a llorar aún más fuerte.

— ¿Qué debo hacer? ¡Pensé que finalmente podría elevar nuestra posición! Mi padre me regañará por esto. Nuestra residencia es muy antigua, pero ni siquiera podemos pagar las reparaciones. ¡¿Qué debo hacer?! —Ella lloró un poco más.

Su maquillaje se estaba arruinando y su cara regordeta se veía peor por el momento. Saqué mi pañuelo y sequé la parte manchada de su maquillaje.

—Helmina, no llores. Creo que una persona que piensa en su familia como tú es sincera. Tal vez un hombre que sea un poco mayor, más amable y tolerante, se adapte a ti. El Duque no es esa persona. Además no hay nadie que tenga una hermosa sonrisa como tu Helmina, habrá alguien que apreciaría tus encantos algún día. Tuve tres novios, y se escaparon. 

— ¿Eh? ¿Tres novios? Además, ¿se escaparon? —, Helmina exclamó. De repente dejó de llorar como si fuera el fin del mundo y me miró con ojos compasivos. Me sentí como una tonta, había estado tan desesperado por consolarla, que terminé haciéndome parecer una desdichada. Pero, el Duque no solo era un mujeriego, sino que también estaba interesado en el sadomasoquismo ¿Era yo una M, entonces? 

Helmina se secó las lágrimas y miró el cielo azul claro. Un pájaro voló sobre nosotros.

—Me retiraré de esta propuesta matrimonial. Esta atadura duele terriblemente y no me gusta el dolor. No puedo casarme con el Duque.

Me sentí aliviada por alguna razón. Tal vez fueron los dolores de conciencia de obligar al Duque misógino a estar en este tipo de situación. Aunque no es posible que el Duque rechace el edicto de su Majestad, no habrá problema si las tres damas lo rechazan, el rey dejaría descansar el asunto.

Como prometió, James regresó con un remo de repuesto. Abordó el barco, y el espacio se hizo más pequeño. Aunque podía remar, me preguntaba cómo una noble dama remaría de manera digna, mientras trataba de sentarme al lado de Helmina.

—Julia, siéntate frente a mí. El barco estará mejor equilibrado— dijo James.

Pensando más en eso, miré a Helmina; aunque ella era pequeña, era pesada. Tenía más sentido sentarse cerca de James. Mientras dudaba, James separó sus piernas y me hizo sentarme entre ellas. La cara de James estaba sobre mi oreja y su aliento estaba sobre mi oreja y mejilla. ¿Estaba mi cuello repentinamente caliente debido al sol? Mi nariz pronto estuvo inundada con el olor de su colonia.

—Julia… —, de repente llamó mi nombre en mi oído. Salté inconscientemente.

— ¡Ho! —Mis oídos se estaban quemando por la vergüenza. La mirada burlona de Helmina era muy dolorosa. Traté de estar lo más tranquilo posible,

—¿Qué… qué es James?

—Huhuu, eres increíble. El ataque de Henry ocurrió como se esperaba, pero ahora está tranquilo gracias a ti.

¿Un ataque esperado? Había leído que el síndrome de hiperventilación estaba relacionado con el estrés. Me pregunto si ese hombre cobarde estaba bajo algún tipo de estrés. Eso sería divertido.

3 respuestas a “El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 13: El Duque y la señorita Helmina”

  1. Ah, siento un poquito de pena por el Duque, obviamente tiene zero inteligencia emocional y está lleno de estrés y ansiedad. Ojalá pronto sea un poco más sano y feliz (ojalá también deje sus comportamientos inmaduros).

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