El Duque que odia las mujeres – Capitulo 46: Los pensamientos de Julia

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


— ¿Por qué dices eso? —, James me miró asombrado.

—Mi pensamiento es que, tus sentimientos por mí y el duque están originalmente destinados a tus padres. Quieres un amor que esté libre de juicio, y mis sentimientos por ti están lejos de ser los de un amante. Quiero cuidarte y consentirte, como una madre piensa en un niño.

—No, no es nada de eso —protestó —, no estoy de acuerdo.

Se aferró a mi cintura. Parecía un niño abrazando a su madre y se veía adorable. No se comportó como un hombre adulto de veinticuatro años.

—James, no puedo casarme contigo, pero aún podemos ser amigos, amigos íntimos. A veces, puedo tomar tu mano para ayudarte a dormir, o podemos cavar hoyos en el patio trasero, pero no podemos casarnos. No puedes casarte con tu madre, ¿verdad?

—¡No te veo como mi madre! Te amo.

—James, me encanta Henry. Incluso si se casó con lady Isabel, lo sigo amando. No tengo más remedio que esperar hasta que este sentimiento desaparezca…

James se levantó y me empujó hacia el asiento. Tenía ambas manos sobre mis hombros. Mirándolo, vi lágrimas en sus ojos. Las lágrimas cayeron y mojaron mis mejillas.

—¡No quiero esto! Te tomaré aquí y ahora. ¿Seguirías definiendo nuestra relación como madre e hijo después de eso? —James dijo con vehemencia mientras trataba de quitarme la ropa.

No intenté detenerlo, pero lo miré con gravedad.

—Incluso si eso sucediera, no te amaría de esa manera. Te trataré como mi mejor amigo por el resto de nuestras vidas. James, incluso si estás abandonado por todo el mundo, siempre estaré a tu lado, lo prometo.

Nos miramos el uno al otro. No vi ninguna luz de locura en sus ojos. Llevaba mucho tiempo buscando el amor. Levanté la mano y le acaricié la mejilla.

—Tú eres mi precioso amigo —dije —, no me hagas arrodillarme en el estiércol de vaca y pedir perdón.

James se rió a través de sus lágrimas.

—No te preocupes. No haré que tu familia deambule por las calles. Pero estoy seguro de que ya tienes una ruta de escape, ¿verdad, Julia? Te dejaré ir.

—Gracias, James. Te amo.

—Yo también te quiero, Julia.

Nos quedamos así un rato, mirándonos fijamente. El sonido repetitivo de las ruedas del carro llenó el silencio mientras viajabamos. Era como el sonido del corazón… y por un momento se sintió como si estuviéramos en el vientre de nuestra madre.

Kiara
que pensamientos Julia

♦ ♦ ♦

Pasamos la noche en la residencia de un rico noble arreglado por la comitiva real. Al día siguiente, nos dirigimos rápidamente a la capital. Tomó un día y medio para llegar a la ciudad desde Hermiata. Aunque, lo había visto hace tres meses, mi corazón aún brincaba ante la vista de la grandeza y la belleza del castillo real.

Cuando llegamos, me llevaron a la suite en la que me alojaría mientras estaba en el castillo. Poco después, el chambelán de la reina vino a informarme que podía acompañar a el rey y la reina durante la cena. Estaba tan agradecida de que James viniera conmigo o me habría muerto de nerviosismo. James tenía su propia residencia en el Palacio Esté, un poco lejos del Palacio Real, por lo que regresó allí y se unió a nosotros para cenar.

Además de la doncella que vino conmigo de Hermiata, me proporcionaron otras tres doncellas, y estaba totalmente malcriada. Antes de la cena, me bañaron y me dieron masajes con aceites de rosas, luego tomé una larga siesta.

Para la cena, me vestí con un vestido amarillo de noche y mi cabello estaba recogido y decorado con flores frescas. Cuando terminaron, parecía una persona diferente en el espejo.

Durante la comida, el rey me preguntó sobre mi futuro con James, pero no sabía cómo explicarlo. James se rió de mi silencio antes de informar al rey y la reina que había rechazado su propuesta. La discusión continuó, y James y su Majestad tuvieron una conversación agradable. Tal vez, esta visita fue solo sobre el interés en la prometida elegida por James.

Después de la cena, la reina Leonor, que no había hablado mucho durante la comida, me informó que le gustaría hablar conmigo por separado. No podía imaginarme de qué quería hablarme. Solo podía pensar que era sobre el vestido, que había sido cuidadosamente limpiado, empacado y traído conmigo. Era seguro devolverlo en cualquier momento.

Intenté mantener la calma mientras el chambelán de la reina me guiaba silenciosamente hacia una pequeña habitación de buen gusto donde la reina estaba esperando. Ella sonrió suavemente cuando entré. Me ofreció un asiento y los criados se retiraron.

A pesar de su apariencia juvenil, tenía cuarenta y tantos años, la reina Leonor sonreía levemente, mientras su hermoso cabello plateado brillaba.

—Fuiste una de las jóvenes invitadas al baile para ser escogida como la novia de Henry. Pero me preocupaba que no solo estuvieras tratando de capturar al duque, sino también a James. A pesar de todo, Henry fue atrapado por ti.

Traté rápidamente de corregir el malentendido,

—Su Majestad, ese no es el caso. No fui elegida por el duque Magnaria. Y oí que el duque se casará con lady Isabel.

El duque optó por casarse con isabel. Las cosas conmigo eran solo por diversión.

— ¿Lady Isabel? Oh… ¿La ingeniosa señorita Bourbon? Su padre ha admitido que todo fue un engaño. Es imposible que Henry ataque a una mujer en primer lugar. ¿Creíste todo eso, Julia?

Me puse rígida de sorpresa ante lo que había dicho la reina. Una sensación de frío se apoderó de mí.

—Pe-pero…

—No sé sobre los rumores que hay por ahí, pero Henry, increíblemente, nunca había besado a nadie hasta los veintinueve años. Su mayordomo vino a verme para decirme que, aunque mi sobrino parece normal, apenas duerme por la noche y todo lo que hace es decir tu nombre una y otra vez. Estoy muy preocupada por mi sobrino.

—Pero…

¡Los rumores sobre su mujeriego eran desenfrenados pero, ¿nunca haber besado a alguien? ¿Así que esa noche, esa noche en el baile real fue la primera vez que fue besado? ¡Y fui yo! ¡¡Y lo obligue a beber mi saliva!!

Pensé que me iba a caer de mi asiento en el asiento por la sorpresa, pero logré mantener mi cuerpo firme.

Pero ahora me di cuenta de que todas las inconsistencias extrañas encajaban. El síndrome de hiperventilación, la náusea que había afirmado, se debía al estrés de estar cerca de una mujer.

—Henry cambió desde esa noche de la fiesta para encontrar a su novia. Me encantó ver que había tres mujeres que le gustaban, pero resultó que no era así. ¿Por qué no te eligió en la fiesta?

—En ese momento —respondí vacilante—, no estaba interesada en el duque, así que me quedé en la parte de atrás de la línea, así que ni siquiera vio mi cara.

—Pero Julia, Henry parece quererte muy profundamente, es mi lindo sobrino que mi hermana y su esposo me dejaron después de morir. Aunque creo que es incorrecto interferir, me preocupaba que todo fuera demasiado tarde después de que volvieras a Hermiata y que James te propusiera matrimonio. Henry es un niño tan torpe, ¿sabes?

Nunca hubiera pensado que el duque me amaba. Me pregunto por qué nunca fue amable conmigo cuando tiene sentimientos por mi.

Pero nunca me dijo nada. Cada vez que nos encontrábamos, él siempre era frío y maleducado. Nunca hubiera pensado que me amaba.

—Henry siempre ha sido una persona guapa. Por eso no tiene buenos recuerdos de las mujeres. Tal vez, él no sabía cómo lidiar con eso. Él es tan torpe, tal vez es usted su primer amor.

—¿Su primer amor…?

—Para mí, James es un niño encantador, pero no podía permitirme mostrarle ninguna atención por su posición. Lo entiendes? Así que hubiera sido bueno si amaras a James y lo hayas elegido. Sin embargo, rechazaste su propuesta. ¿Por qué?

La última vez que nos reunimos, el duque me dijo que me amaba y que nunca me dejaría ir, pero yo… le dije cosas horribles.

—Yo… he dicho cosas malas a su Gracia…

De repente me di cuenta de que estaba llorando. Pensando en esa noche en su habitación, mi corazón se apretó y las lágrimas comenzaron a caer.

—Oh, Julia —dijo suavemente la reina Leonor, ofreciéndome un pañuelo—, no tenía la intención de hacerte llorar. ¿Quieres decir que también amas a Henry? Tales niños tontos, engañándose el uno al otro. Esto es a lo que conduce.

—Amo al duque de Magnaria… desde el primer momento que nos conocimos…

No pude contener mis sentimientos sinceros porque mi corazón se estaba llenando de amor por Henry.

—Muy bien, llamemos a Henry al castillo por la mañana. Es bastante tarde ahora. Sería mejor resolver el malentendido.

—Su Majestad, perdóneme, pero preferiría ir ahora. ¿Podrías llamarme amablemente un carruaje?

No podía esperar otro momento, quería ver a Henry. Quería decirle cómo me sentía.

La reina Eleanor se rió.

—Eres una chica divertida. Muy bien, voy a buscar el carro más rápido.

Me apresure a mi habitación y conseguí una capa, sin ningún problema, me subí al carruaje y me fui a la casa del duque. No estaba lejos del palacio, deberíamos estar allí pronto. Aunque no era tan tarde, no es horario de visitas.

Permitieron la entrada del carruaje con el emblema real sin ningún problema. El mayordomo que nos vio a Percy y a mi, la última vez vino a mi encuentro. No pareció darse cuenta de que mi color de pelo era diferente.

Cuando le dije mi nombre, levantó la cara y su expresión se derrumbó. Me llevó a un salón y se fue a buscar al duque. Me senté en la silla esperando pacientemente y con nerviosismo.

El mayordomo regresó y me dijo.

—Lo siento, señorita Julia. Su Gracia no desea verle.

—¿Dijo que no quiere verme?

—Lo siento, señorita Julia.

—Entiendo. Permítame sentarme aquí por un momento; Salí corriendo del castillo después de cenar, así que estoy un poco cansado.

El mayordomo competente pareció entender mi significado porque luego mencionó.

—Está bien, señora. La puerta está abierta.

Y se fue.

Esperé un rato en el salón antes de aventurarme. Me dirigí a su habitación. El mayordomo debió despejar el camino, porque alcancé las grandes puertas de su habitación sin encontrarme con nadie.

Respire hondo y entré. La habitación estaba en la oscuridad. Había una sombra de alguien sentado en la cama de espaldas a la puerta. La luna apareció y proyectó una larga sombra en la cama.

—Michael, ¿se ha ido Julia a salvo? — Preguntó.

Me acerqué a la cama en silencio y levanté mi mano para tocar su hombro, pero él me agarró, me giró la mano y me arrojó sobre la cama y apretó mi cuello con la otra mano. Sin poder evitarlo un grito escapo de mis labios.

—¡Julia! ¿No te fuiste?

Mirándolo tan de cerca, pude ver que estaba un poco demacrado a la luz de la luna, pero no podía leer su expresión en las sombras.

—¿Por qué has venido aquí de nuevo? ¿No estás comprometida con James? ¿Viniste a pedir mi bendición? —gritó con rabia

Debió de pensar que por eso vine. Por eso no quería verme.

—¡Henry, libérame! Vine a hablar contigo.

—No tengo nada más que decirte. Tampoco quiero saber nada de ti.

—Está bien… entonces bésame.

Todavía no podía ver su expresión, pero podía decir que estaba sorprendido porque las manos que me sujetaban temblaron.

—No quieres hablar, no quieres escuchar. Entonces solo bésame.

Cerré los ojos y abrí mis labios, invitándolo. No se si es que lo que pensó demasiado pero para mi el tiempo fluyó lentamente. De repente me soltaron y sentí un peso cálido en mi cuerpo y sus labios cubrieron los míos. Todos mis sentidos estaban concentrados en la sensación de su beso, el placer pasó de mi cabeza a mis dedos de los pies. Nuestro beso se sintió tan bien, se sintió como si me estuviera ahogando. Pero me contuve y giré el rostro.

—Eso es suficiente. Ahora aléjate de mí.

—Me niego. —respondió petulantemente, quedándose encima de mí.

—Henry, bájate. No puedo respirar.

—Una vez que me levante, te irás. Así que quiero besarte hasta que te vayas.

El tono de su voz hizo que me doliera el corazón. Me sentí frustrada por su desconfianza.

—Está bien, sentémonos primero.

Se levantó de mí lentamente tirando de él. Finalmente pude ver su rostro a la luz de la luna. Parecía un poco encantado, pero me miró sin evitar mi mirada. Su suave cabello dorado estaba iluminado y sus ojos azules de zafiro eran profundos como el mar.

Parecía que todavía estaba en ropa de trabajo. Aún tenía la chaqueta pero permanecía abierta. Los primeros tres botones no estaban en su lugar tampoco. Mirando su hermoso apariencia, no podía creer que un hombre tan hermoso me amara y me deseara tanto.

2 respuestas a “El Duque que odia las mujeres – Capitulo 46: Los pensamientos de Julia”

  1. No esperaba que la broma del estiércol de vaca fuera tan icónica y diera paso a una línea tan buena como la que dijo Julia. Me sorprende lo fácil que cambia de opinión, pero en esta ocasión se agradece mucho y gracias al autor/autora por hacerle decir que casarse con su madre NO está bien.

    Siento que por fin mi alma puede descansar, por cierto, la Reina es literal such a queeeen~~💁‍♀️👑. :”)

    Mil gracias por todos los capítulos hasta ahora y los que siguen por cierto. uwu

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