Traducido por Maru
Editado por Freyna
Lo que ofreció Lucius I fue algo que Tory no podía rechazar. Ella se enderezó lentamente. Con su postura de dama y sus ojos brillantes, Tory no tuvo que decir una palabra. El emperador le dijo:
—No puedo darte un título que sea heredable, pero en cambio, te daré un estado que sea adecuado para tu puesto.
Tory no tuvo que preguntarle al emperador cómo se podía otorgar a una mujer un puesto y un estatus oficial. Esto se debió a que ambos sabían que era posible. Ya se había hecho. Ya había una mujer que logró un cargo oficial en el gobierno y una propietaria.
La marquesa Pollyanna Winter.
Como ya se hizo una vez, se podría volver a hacer; en realidad, iba a ser mucho más fácil.
Para una vida más fácil y cómoda, Tory sabía que debería rechazar esta oferta. Pero si una vida tan aburrida fuera lo que realmente quería, Tory nunca habría traicionado a su familia. Y si no hubiera hecho las acusaciones públicas, nunca le habrían dado esta oferta.
Tory se arrodilló y besó el dorso de la mano de Lucius I. Ella nunca podrá besar sus labios y estar en sus brazos, pero no se decepcionó. Nunca hubo amor entre ellos y, de hecho, Tory prefería mucho más esta relación de trabajo.
Tory apoyó la frente en la mano del emperador, ya no en la de su marido. Luego finalmente rompió a llorar.
♦ ♦ ♦
Lucius I le ofreció lo mismo a Stra, quien se negó. Hubiera preferido trabajar como sirvienta voluntaria; Stra sabía que no podría manejar una posición que nunca existió antes. Era un puesto nuevo que a la gente le costaría aceptar y, por lo tanto, ella no lo quería.
—¿Tory está bien? —preguntó Stra.
Cuando se enteró de que Tory fue envenenada por su propia gente, Stra se sorprendió. Ella comenzó a llorar de nuevo y Lucius I esperó pacientemente hasta que su “ex esposa” se calmó.
Cuando le preguntó si realmente quería el divorcio, Stra asintió. Lucius I nunca tuvo que hacer un esfuerzo por una mujer, sin embargo, aquí estaba, siendo rechazado por sus propias esposas.
La vida puede ser tan divertida.
Eso era cierto. La vida estaba tan llena de sorpresas. Sin embargo, el emperador se alegró de haber tenido la oportunidad de aprender de tanta gente a su alrededor, incluidas sus ex esposas y sus caballeros.
—¿V-Va a casarse de nuevo?
—Bueno, sí, ya que todavía no tengo un heredero.
—Oh, ¿entonces vas a proponer matrimonio a la marquesa Winter?
—¿P-Por qué de repente mencionas a la marquesa Winter?
—Porque la amas, ¿verdad?
Lucius I comenzó a toser en estado de shock. Stra, con expresión comprensiva, le dio unas suaves palmaditas en la espalda.
Cometí un error, pensó el emperador con nerviosismo.
No debería haber tosido. Debería haber fingido ignorancia y actuar con normalidad. Lucius I pensó que aún no era demasiado tarde. ¡Simplemente podría decir que tenía un cosquilleo en la garganta…!
Pero luego, cuando miró a la cara de Stra, se dio cuenta de que ella estaba segura de su amor por Pollyanna. No había ni una pizca de duda en su rostro.
¿Cómo lo supo?
Lucius I suspiró y decidió no mentir en este punto. Recientemente perdió a una esposa por un parto, perdió la segunda por un divorcio y la tercera por un tecnicismo. Perdió a las tres esposas recientemente, y de repente, comenzó a preguntarse:
¿P-Podría ser que todas ellas lo sabían…? ¡¿Qué se estaban quedando calladas por mi bien?!
Esta era la peor situación que pudo imaginar. Lucius I negó con la cabeza, queriendo esconderse en alguna parte. Después de un largo silencio, finalmente preguntó:
—¿Cómo te enteraste?
Solo el amigo más cercano del emperador, Sir Ainno, conocía este secreto. Era cierto que el amor era la emoción más difícil de ocultar, pero Lucius I nació como miembro de la realeza. Tuvo suficiente entrenamiento desde la infancia para mantener una cara de póquer. En realidad, esta era su especialidad.
Estaba tan seguro que ocultó perfectamente sus sentimientos por Pollyanna. Siempre fue muy profesional con ella, así que, ¿cómo se enteró Stra? ¿Hubo más personas que supieran de esto? Lucius I necesitaba saberlo. Su curiosidad lo estaba matando.
—Me enteré…
Stra, la princesa de un reino conquistado, estaba secretamente enamorada del emperador, que invadió su tierra. Tanta gente murió a causa de esta guerra, pero en lo único que podía pensar Stra era en lo generoso que era el joven emperador con quienes se rindieron. Y cuando finalmente lo conoció, era más hermoso de lo que jamás podría imaginar. Ella se enamoró instantáneamente.
—Me enteré cuando vi tu expresión después de que el ciervo pateara a la marquesa.
Eso fue mentira. La verdad era que Stra lo sabía desde hacía mucho tiempo. Quizás desde el principio. ¿Fue porque estaba enamorada de él? ¿O fue porque tuvo suerte? Durante mucho tiempo, Stra aprendió que la mirada de Lucius I siempre encontraba de alguna manera a la mujer caballero.
Al igual que los rumores, la infame caballero era una mujer inusualmente fea. Y a diferencia de los rumores, no hubo romance entre el emperador y la marquesa. El amor del emperador era unilateral y la caballero definitivamente no estaba al tanto y no estaba interesada.
—¿Era tan obvio en ese momento? —preguntó Lucius I.
—Estoy segura de que soy la única que lo notó. Solo podría haber sido visto desde mi posición en ese momento.
Stra tenía la debilidad del emperador, pero no estaba feliz por eso. Ella siempre trató desesperadamente de ocultar sus verdaderos sentimientos por él, y fue una coincidencia que descubriese cómo se sentía. No estaba celosa porque la caballero era una mujer increíblemente amable. Stra admiraba mucho a Pollyanna.
Pollyanna era una amiga completamente diferente a las otras esposas del emperador. Pollyanna era muy comprensiva y encantadora, entonces, ¿cómo podía Stra estar enfadada con ella?
Afortunadamente, el amor de Stra por el emperador se enfrió rápidamente cuando descubrió su amor por Pollyanna. En cambio, su interés en su vida amorosa se intensificó.
¡El emperador que estaba secretamente enamorado de su caballero! ¿Cómo terminará esta emocionante historia?
Lo que Stra sentía por el emperador era real, pero tardó menos de un año en enfriarse. Por lo que ella sabía, Lucius I había estado sintiendo lo mismo por Pollyanna durante años, y parecía que su amor se negaba a disminuir. ¿Cuánto tiempo había estado enamorado de ella? ¿Y cuándo terminará?
¿Terminará alguna vez?
Stra sintió simpatía por Lucius I día y noche.
¡Entonces un día! ¡Se enteró de que el mayor obstáculo entre Pollyanna y el posible matrimonio del emperador había desaparecido! Fue el día en que volvió la regla de Pollyanna.
¡Y ahora! Lucius I ya no estaba casado. Estaba soltero, y aunque técnicamente era un divorciado con un bebé recién nacido, ¿a quién le importaba? ¡Él era el emperador después de todo! Si Pollyanna y Lucius I estuvieran enamorados… ¡Podrían estar juntos!
Oh, tal vez su alteza no sepa que la marquesa ya no es estéril.
El cambio de condición de Pollyanna no era un hecho conocido. Era un conocimiento privado y personal, por lo que quienes lo sabían no hablaban de ello abiertamente. Y han pasado tantas cosas desde que Pollyanna regresó que Stra dudaba que tuviera tiempo de hablar de ello con el emperador.
Stra creía firmemente que la razón por la que Lucius I no le propuso matrimonio a Pollyanna se debía a su supuesta infertilidad. Una vez que el emperador se entera de que este no es el caso, ¡se emocionará!
Al menos eso es lo que pensó Stra.
—Su alteza, si es el problema de su infertilidad…