El emperador y la mujer caballero – Capítulo 281

Traducido por Maru

Editado por Freyna


¡Así es! ¡Exactamente! Pollyanna sonrió ampliamente. ¿Por qué no pensé en esto antes?

Las parteras no eran profesionales oficiales. Tenían más conocimientos médicos que el público, pero estas mujeres ciertamente no eran doctoras. Además de eso, la partera que Pollyanna vio ayer tenía una personalidad horrible. Cómo parecía una persona horrible, esa anciana probablemente también era una partera horrible.

Pollyanna finalmente se sintió mucho mejor. Calculó los días y se dio cuenta de que sería demasiado difícil saber si realmente estaba embarazada en esta etapa. Era muy posible que la comadrona estuviera equivocada.

Pollyanna se puso un vestido y un pañuelo diferente al de ayer para salir. Su mayordomo no dijo una palabra; él solo la ayudó a prepararse y le abrió la puerta. Pollyanna, sintiéndose un poco culpable, dio una excusa innecesaria para su salida:

—Estoy en una misión secreta para verificar el trabajo de la Tercera División.

El mayordomo no dudó de la palabra de su señora. En cambio, sintió pena por la Tercera División.

♦ ♦ ♦

Pollyanna suspiró mientras caminaba por la calle.

Será mejor que busque otra partera para ver qué dice.

Hoy, Pollyanna montó a caballo hasta el centro de la ciudad. La forma más precisa de averiguarlo sería ver al ginecólogo real, pero si lo hiciera, todos sabrían la verdad. Para mantener su secreto, Pollyanna necesitaba visitar a una partera del pueblo.

Pollyanna preguntó a su alrededor, asegurándose de preguntar solo a mujeres de su mismo grupo de edad. Preguntó a algunas mujeres y, afortunadamente, Pollyanna se enteró de que había una partera famosa viviendo cerca.

Debido a que era tan popular, el lugar de esta partera estaba muy ocupado. La mayoría de las personas que esperaban eran mujeres, aunque algunos maridos vinieron con sus esposas. También hubo algunos niños que vinieron con sus madres, lo que hizo que la sala de espera fuera bastante ruidosa.

Pollyanna esperaba con rostro rígido. Estaba sudando profusamente, y cuando finalmente llegó su turno, la partera la examinó y anunció:

—Todavía estás en una etapa muy temprana, así que me sorprende que ya lo sepas. Sí, de hecho, tienes un hijo en tu vientre.

—Arghh…

—¿Por qué tus manos son tan ásperas y callosas? Será mejor que tengas más cuidado ahora que está embarazada.

—Arghh…

Para ella fue como una sentencia de muerte. En realidad, fue peor que una sentencia de muerte. Cuando Pollyanna salió de la casa de la partera, sus hombros se hundieron. Ella se sintió débil; Pollyanna pudo llegar a donde la esperaba su caballo, pero no se sintió lo suficientemente fuerte para subirse a él.

Dos parteras confirmaron su embarazo. Ella estaba embarazada; no se podía negar ahora. Después de pasar la noche con Lucius I, Pollyanna entró en un intenso entrenamiento. Debería haber una alta probabilidad de que tuviera un aborto espontáneo, pero su bebé aún sobrevivió.

—No puedo creer que el bebé siga vivo después de que yo entrenara tan duro…

Ambas parteras le dijeron que tenía que tomárselo con calma. El entrenamiento por el que pasó no fue algo que Pollyanna planeó ella misma. Fue algo creado por la infame Primera División. Hubo momentos durante el entrenamiento en los que Pollyanna se preguntó si podría morir por ello.

Rebecca…

Los recuerdos de su amiga hicieron que Pollyanna se sintiera amargada. Rebecca se vio obligada a pasar la mayor parte de su embarazo en la cama e incluso entonces, no sobrevivió al parto. De repente, Pollyanna se estremeció de miedo. Fue una suerte que Lucius I no estuviera casado. Si lo estuviera… Si Pollyanna se quedara embarazada cuando él todavía estaba casado…

Si hubiera sucedido entonces, no habría tenido más remedio que suicidarme.

¿Qué vergüenza sería eso? Si hubiera sucedido, Pollyanna no habría podido enfrentarse a las esposas del emperador. Realmente se habría suicidado por vergüenza.

Pollyanna regresó a casa y se lavó. Se puso su uniforme habitual y fue al castillo a visitar a la princesa Luminae. En el pasado, la princesa tenía tres madres, pero ahora no tenía ninguna. La única familia que tenía la princesa Luminae era su padre, pero esta no era una situación inusual. La princesa tenía muchas niñeras y sirvientas que nunca estaría realmente sola. Además, todos los nobles y familias reales nunca criaron a sus propios hijos.

La princesa Luminae ya había pasado su etapa de recién nacida. Ella estaba creciendo rápido y fuerte, haciendo que su padre Lucius I se sintiera orgulloso. Ahora gordita, la princesa era adorable. Ella solo heredó las mejores características de sus padres. La princesa Luminae era tan bonita que la gente creía que al crecer sería una belleza aún mayor que su propio padre.

Cuando la princesa vio a Pollyanna, quien la visitaba a menudo, la reconoció y se acercó a ella. Pollyanna vio los lindos dedos regordetes de la princesa y sonrió. Pollyanna enterró su rostro en la barriga del bebé. El maravilloso olor del bebé y su calidez se sentían desconocidos, pero por alguna razón, Pollyanna lo extrañaba.

Todo el mundo era un bebé en algún momento de la vida, pero nadie recordaba realmente haber sido un bebé. Quizás a la gente le gustaban los niños porque extrañaban el momento de sus vidas que realmente no recordaban.

Pollyanna sonrió con amargura y le susurró a la princesa:

—Hice algo muy malo, princesa.

Pollyanna era amiga de la difunta madre de la princesa. Rebecca solía ser la única persona con la que Pollyanna podía hablar sobre cualquier tema. Eran honestas la una con la otra y su amistad era real. Charlas sucias, temas peligrosos, palabras repugnantes, pensamientos horribles y traicioneros… Pollyanna y Rebecca solían compartir sus vidas. Si Rebecca todavía estuviera viva, Pollyanna le habría contado esta situación.

Más exactamente, si Rebecca todavía estuviera viva, algo como esto nunca habría sucedido. No importa cuán borracha se ponga Pollyanna, nunca se aprovecharía de un hombre casado.

Pollyanna se acostó con el marido de su amiga muerta. Este feo pensamiento la enfadó aún más.

¿Realmente debería suicidarme?

Si Rebecca estuviera viva y escuchara lo que sucedió, ¿cómo reaccionaría? ¿La habría odiado? ¿La encontraría repugnante? ¿O simplemente la habría regañado y de hecho lo habría encontrado gracioso? De cualquier manera, a Pollyanna le hubiera encantado tener a su amiga de regreso. Echaba de menos a Rebecca.

Pollyanna era un caballero. Siempre había sido un caballero, lo que significó que aprendió a no ser demasiado sentimental con las amistades y los recuerdos de aquellos que ya no estaban vivos. Esto era necesario para su cordura, por lo que Pollyanna borró rápidamente los pensamientos de Rebecca. Extrañarla la hacía sentir aún más culpable. Ya se estaba sintiendo mal por eso, así que no necesitaba nada que la hiciera sentir peor.

Pollyanna le preguntó a la princesa bebé:

—¿Qué debo hacer?

¡Maldita sea! ¿Qué se suponía que ella hiciera? Se emborrachó y cometió un gran error. Otras personas cometían errores de borrachera todo el tiempo y vivían bien sus vidas, entonces, ¿por qué su vida tuvo que cambiar tanto de un solo paso en falso? ¿Por qué tuvo que quedar embarazada?

¿Debería ir a decir la verdad?

El emperador y Pollyanna decidieron olvidarse de lo sucedido, pero ahora iba a haber un niño. Un niño… Esto no era algo de lo que pudieran olvidar. Entonces, ¿debería ir a Lucius I y decirle la verdad? ¿Cómo debería explicarle esto?

—Su alteza… lamento decírselo, pero sobre esa noche… creo que estoy sufriendo un efecto secundario.

A esto, Lucius I le preguntaba:

—Oh, ¿cuál es el efecto secundario?

Si ella respondía: “Estoy embarazada”, ¿qué tipo de reacción tendría el emperador?


Maru
Seguramente se sentiría el hombre más feliz del mundo, lloraría y te pediría matrimonio al momento.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido