Traducido por Kiara
Editado por Ayanami
Sienna entró en silencio al salón de baile. Llevaba una máscara de mariposa roja y una peluca roja a juego.
—Hay muchos asistentes.
El número de personas dentro del salón, había superado con creces el límite de este salón de baile.
Era casi imposible caminar sin toparse con otras personas. Sin embargo, el camino frente a Sienna se abrió como las olas del mar.
Queriendo evitar rozar contra ella, la gente se aseguró de darle suficiente espacio, mientras retrocedían. Sienna suspiró al sentir todos los ojos en ella.
—Al final, la máscara y la peluca no importan.
Cuando escuchó que iba a ser una mascarada, Sienna lo esperó. Pensó que sería capaz de interactuar con las personas en la fiesta sin que se revelara su identidad.
Se dio cuenta, demasiado tarde, de lo tonto que era ese pensamiento. Todos podían ver la parte superior de su cabeza. No había una dama aquí que fuera tan alta como ella. Bien podría estar gritando “Soy la princesa Sienna”.
—Bienvenida.
Un hombre con una media máscara azul y una peluca azul se le acercó. Le entregó una de las dos copas de champán en sus manos.
— ¿Estás disfrutando de la mascarada?
Ella supo quién era él, en el momento en que lo vio. También reconoció su voz, ya que había hablado con él antes. El hombre era Joseph.
Sienna tomó en silencio la copa de champán.
—Mis pies, automáticamente, comenzaron a llevarme hacia ti en el momento en que te vi entrar al pasillo, milady.
Como si mostrara su buena apariencia, Joseph arrugó los ojos y sonrió ampliamente. La sonrisa se había ganado los corazones de muchas mujeres, pero solo hizo que Sienna se preguntara sobre sus verdaderas intenciones.
—Él debe saber quién soy, así que ¿por qué está él…? Ah, ya veo. ¿Está fingiendo no reconocerme? Así es como funciona una mascarada.
Sienna se dio cuenta de que, si la gente no se reunía por primera vez en una mascarada, era imposible ocultar realmente la identidad. Sus ojos, sus voces, sus gestos…había muchas maneras de reconocer a una persona.
—Están tocando un minueto justo a tiempo. ¿Puedo pedirte este baile, milady? ¿Me tomarás como tu compañero?
Otra mano cortó repentinamente delante de la mano extendida de Joseph. Joseph frunció el ceño y giró la cabeza. Joseph tenía los derechos de su primer baile. Asumiendo que tenía un título superior a este misterioso hombre, Joseph recuperó la compostura.
— ¿Qué crees que estás haciendo?
— ¿Qué quieres decir?
—Solicité primero el baile de esta dama. ¿Qué comportamiento grosero es este?
Joseph mostró abiertamente su disgusto.
—Vete. Conoce tu lugar —indicó Joseph, dando a demostrar que su nivel era más alto que el suyo
El hombre de la media máscara sonrió como si se estuviera burlando de Joseph.
—Parece que tienes la habilidad de mirar detrás de las máscaras. Desafortunadamente, no sé quién eres. ¿Me conoces? Puede que no sepas quién soy realmente.
— ¡Yo…!
Joseph farfulló de rabia, abriendo y cerrando la boca. Diciendo ¿Cómo te atreves a hablarme así? Parecía desagradable decirlo. Si se tratara de cualquier otro evento, alguien podría haberlo respaldado, pero esto es una mascarada.
Aunque todo esto era una pretensión ridícula, las reglas eran reglas. Si las rompía ahora, sería objeto de chismes para siempre, y no quería hacer nada para perder la cara.
—No, que decida la mariposa…
El hombre con la media máscara se volvió y miró a Sienna.
— ¿En qué flor desea aterrizar?
—Oh mi Dios.
El suave murmullo de alguien reflejó los pensamientos de cada espectador que miraba esta escena con gran interés.
Desde el principio, la atención de todos se había dirigido a la princesa Sienna y Joseph. No esperaban mucho. Estaban seguros de que una vez que se hicieran las formalidades predecibles, la pareja comenzaría a bailar. Mientras todos pensaban en este resultado predecible, todos comenzaron a aburrirse.
Sin embargo, un giro inesperado había llegado. No se lo perderían por nada del mundo.
El ruido en el pasillo comenzó a disminuir. Dos hombres le habían ofrecido las manos a una mujer. Un minueto comenzó a resonar por el pasillo. Sin embargo, nadie conocía la identidad de este nuevo personaje que está pidiendo el primer baile de la princesa.
¿Quién podría ser él? Todos se retorcieron los sesos para descubrir quién podría ser este misterioso hombre con media máscara. ¿Qué mano tomaría la princesa?
Sienna miró a los ojos al hombre de la media máscara. Él la estaba mirando fijamente. Sienna frunció el ceño.
Esos ojos negros. Esa voz familiar.
—Kuhn
Sienna articuló en silencio su nombre. Los labios del hombre se curvaron en una sonrisa torcida. Con la mano extendida, parecía como si le estuviera diciendo con confianza que ella, definitivamente, tomaría su mano. Aunque su comportamiento, seguro de sí mismo, era odioso, ella se alegró de haberlo conocido en un lugar tan inesperado.
Mientras Sienna seguía mirando a Kuhn, la expresión de Joseph comenzó a torcerse.
Cuando Sienna colocó su mano sobre la de Kuhn, todos los que esperaban con la respiración contenida, finalmente pudieron respirar.
Sonidos peculiares, de admiración o alegría, comenzaron a resonar en el pasillo, cuando todos volvieron y se mezclaron. Kuhn jaló la mano de Sienna y la condujo al centro del pasillo.
El puño cerrado de Joseph tembló, mientras miraba al misterioso invitado no deseado. Podía escuchar el sonido de personas riéndose a su alrededor. Afortunadamente, su cara sonrojada estaba escondida detrás de su máscara.
—Ese hombre. No se saldrá con la suya.
Joseph apretó los dientes y caminó hacia un rincón oculto de la habitación. Llamó a un sirviente y le susurró sus órdenes. El criado asintió rígidamente y desapareció en la residencia.
—No vivirás para ver el mañana, bastardo.
Los ojos de Joseph brillaron con un brillo aterrador.
♦ ♦ ♦
— ¿Quién es él?
Cuando lo conoció, él era un caballero. Dijo que era un mercenario, ¿pero un plebeyo que asiste a una fiesta del duque como invitado? Un duque nunca le daría una invitación a cualquiera.
Cuando él comenzó a dirigir su baile, naturalmente, Sienna notó cuán hábil era en la danza. Definitivamente, lo aprendió correctamente. ¿Originalmente era un miembro de la aristocracia? ¿Por qué un noble se convertiría en mercenario? No importa cuánto lo piense, no podía reconstruirlo.
—Me viste allá atrás, ¿no?
—No sé a qué te refieres.
—Mientras pasaba en mi carruaje, te vi. Tú también me viste, ¿no?
— ¿Sabes quién soy?
Los ojos de Sienna se abrieron.
—Es solo nuestra primera reunión, pero sus palabras suenan bastante informales.
Sienna lo fulminó con la mirada, cuando Kuhn cambió de tema con indiferencia. Por un segundo, casi se había enamorado de su mentira. Sin embargo, cuando vio que él simplemente se rió y la miró directamente a los ojos, supo que era él.
—No hay forma de que haya dos hombres que sean tan groseros.
—No parece que estés disfrutando de la mascarada, princesa.
Y no hay forma de que no pudiera reconocer esta voz. Su pronunciación fue muy buena. Él pudo haber nacido en parte con ello, pero ella sintió que era el resultado de lecciones de discurso persistentes. Cuanto más lo pensaba, más dudaba de su identidad.
—Es aburrido.
Cuando respondió con indiferencia, Sienna frunció el ceño. Se dio cuenta demasiado tarde de que él la había llamado abiertamente Princesa.
—Me estás imitando —expresó ella.
— ¿Intimidándote? No hay forma de que haga eso.
—Dijiste que me encontrabas por primera vez, entonces, ¿cómo me reconociste?
—Porque la noticia de la asistencia de la princesa se ha extendido por todas partes. Todos aquí lo saben.
—Cuando pronuncié tu nombre antes, actuaste como si lo reconocieras.
— ¿Lo hice? —Preguntó el.
—Kuhn. Ese es tu nombre.
—Me pregunto…
Sienna no estaba contenta con la forma en que intentaba cambiar de tema. Sin embargo, no fue desagradable. En realidad, fue un poco divertido. Era completamente diferente de las personas que normalmente la rodean. No podía decir qué diría él a continuación. Si digo esto, ¿qué dirá este hombre a cambio? Estaba empezando a anticiparlo.
— ¿Por qué estás aburrida? ¿No es mejor que las fiestas en el Palacio?
—Todas son iguales. Todos dicen lo mismo.
— ¿Cómo qué?
—Su lealtad al Imperio. Alabanzas.
—Puedo ver cómo el primer tema puede ser un poco aburrido, pero no entiendo el problema con el segundo. ¿No es agradable escuchar a la gente elogiarte?
—Si uno sigue escuchando constantemente los hechos, se vuelve aburrido.
Kuhn casi se echó a reír, pero logró reprimirlo, presionando sus labios. ¿Sus alabanzas eran hechos? Después de escuchar estas palabras, uno solo podía asentir cuando venía de la princesa.
Mientras continuaban esta conversación, el minueto llegó a su fin. Sienna sintió como si el minueto se sintiera más corto de lo habitual.
—Sígueme.
Kuhn estaba perdido, mientras miraba la espalda de Sienna, y ella se alejaba.
—No sé por qué sigo haciendo estas locuras. Solo planeaba mirarla desde lejos.
Cuando escuchó los rumores sobre Joseph y el inminente matrimonio de la princesa, Kuhn se sintió incómodo. Cuando vio a Joseph pedir el primer baile de la princesa, su estómago se retorció y, antes de darse cuenta, había intervenido.
Sin embargo, Kuhn no reconoció la inconsistencia más obvia en su comportamiento. No le gusta asistir a los eventos sociales de la aristocracia.
Solo asistió a eventos sociales por dos razones. O tenía que asistir absolutamente o asistió para obtener información. Era la primera vez que aceptaba una invitación a una fiesta que no era por ninguna de esas razones.
Kuhn dejó escapar un suspiro y siguió a la princesa. Cuando Joseph se acercó a ella para el segundo baile, ella lo ignoró y continuó alejándose, mientras Joseph permanecía allí incómodo. Kuhn se encontró con los ojos de Joseph, pasó y se echó a reír.
Continuó riéndose, mientras Joseph lo miraba como si quisiera matarlo. Al observar a la multitud separarse frente a Sienna, Kuhn sintió que era una vista impresionante. Sienna estaba buscando un lugar tranquilo para hablar, pero donde quiera que fuera, había una multitud de personas.
Justo a tiempo, un lugar adecuado llamó su atención. La mitad de una cortina cubría un balcón, mientras que la otra mitad estaba atada. Cuando salió al balcón, desató la cortina. Kuhn se detuvo y dudó.
Una mascarada era un típico evento social decadente. Las cosas parecían recatadas ahora, porque aún era temprano. A medida que la noche se hacía más profunda, cambiaría por completo.
El balcón medio oculto por las cortinas era obviamente un lugar para una cita secreta. Si uno desataba el telón, era una señal para los demás de que algo indecente estaba sucediendo dentro. Kuhn no creía que la princesa supiera sobre esta práctica sórdida.
Dudó antes de entrar por las cortinas. Gracias a la brillante lámpara que colgaba sobre ellos, el balcón no emitía una atmósfera secreta.
—Quítalela.
— ¿Disculpe?
—Tu máscara.
Sienna ya se estaba acercando a Kuhn. Extendió la mano para quitarle la máscara de la cara. Kuhn dio un paso atrás y la esquivó rápidamente.
—Esto es una mascarada. Hay reglas…
Ella fingió no escucharlo e intentó de nuevo. Kuhn la esquivó hábilmente, mientras caminaba por el balcón. Cuando cambió rápidamente de dirección, la mano de Sienna solo se encontró con el aire.
Sienna estaba jadeando. Cada vez que veía a este hombre, siempre perdía toda su compostura. Se sintió frustrada y enojada. Enfadada, se arrancó su propia máscara y la arrojó.
Aunque él ya sabía cómo era ella, Kuhn contuvo el aliento. Una sensación de hormigueo comenzó a viajar desde los dedos de los pies hasta la parte superior de su cabeza. Cuando la princesa se le acercó y agarró su máscara, no pudo moverse.
Habiéndole quitado con éxito su máscara, Sienna sintió una sensación de triunfo. Al ver su cara familiar, ella se echó a reír altivamente.
— ¿Sigue siendo nuestra primera reunión?
Kuhn, de repente, agarró la muñeca de Sienna, mientras sostenía su máscara. Sienna se sobresaltó.
¿Cómo se atreve? ¿Cómo se atrevía a tocarla sin su permiso? Sin embargo, ella no pudo decir estas palabras en voz alta. Ella no pudo moverse bajo su intensa mirada. Algo ardía en sus ojos oscuros. Además, algo palpitaba dentro de su pecho también.
Ella simplemente se levantó y lo miró. Él levantó la mano y le tocó la cara. Cuidadosamente, rozó la yema de su dedo contra su mejilla, antes de acariciarla completamente con su gran mano.
— ¿No vas a decirme que estoy siendo impertinente?
Su voz baja sonaba áspera…como si estuviera tratando de suprimir algo.
Los labios de Sienna se torcieron. No podía hablar, casi como si su garganta se hubiera cerrado.
El pulgar de Kuhn comenzó a frotar lentamente su labio inferior.
Soy una niña malcriada y aniñada ..queiro más capítulo mamá ..lo exijo jajajajajajaajsjaja
Jajajajajajajider está súper bueno jajajajaja
Gracias por esta novelas y por todos su proyectos son buenos jajjajaja gracias
Está muy interesante…..gracias por la traducción 👍👍👍