Elección Absoluta – Capítulo 103: Fuiste muy travieso

Traducido por Lucy

Editado por Sakuya


Cafetería Arena de Batalla, sucursal de [Gaia], sala de espectadores.

La gigantesca pantalla era blanca como la nieve mientras producía todo el tiempo el sonido de la estática. Después de que Shi Xiaobai dijera las tres palabras, “Cuchillo Degollador de Cerdos”, el sistema virtual se paralizó. El sistema de modo espectador también se rompió como resultado.

Aunque el público no podía saber lo que había ocurrido en el mundo virtual, era fácil adivinar cuál sería el resultado de las dos personas que quedaban en este mundo virtual. Después de todo, el Archicardenal se había entrometido en el y había conseguido paralizar el sistema virtual. Solo podían sentir compasión y rezar en silencio por ellos.

La mayor parte del público ya se había marchado. No todos convertirían su compasión en acción, ya que para la mayoría de ellos, perder su valioso fin de semana mirando una pantalla blanca en la sala de visionado era algo desagradable. Prefirieron enterarse del resultado final a través de las noticias en el futuro.

Las personas que se quedaron atrás eran fans de la Princesa Xiao Xiao, mientras que una parte eran fans de DogLeading que estaban impresionados por completo por Shi Xiaobai hace unos momentos. Estaban rezando para que el dúo por fin fuera rescatado.

A pesar de que no había ninguna imagen en la pantalla, o de que los comentaristas se sumieron en un prolongado silencio sin saber qué decir, seguían dispuestos a esperar ahí. Querían esperar el desenlace final y que la pantalla volviera a producir otros colores.

Como fans incondicionales de God DogLeading, Wang Qian y Kevin no se marcharon. Yang Yang, que tenía algún tipo de relación con Shi Xiaobai, tampoco se fue.

De hecho, en las salas de visionado de las otras sucursales, IAmNoPig, el equipo de tres hombres e incluso WindWithoutTrace estaban sentados entre el público y no se fueron.

Xiao Xiao, que acababa de despertar de su inmersión virtual, también se había apresurado a una sala de visualización en el momento en que se despertó. Se sentó en la primera fila y miró con atención la pantalla blanca como la nieve. Aunque sabía que suicidarse les permitía escapar del mundo virtual, seguía preocupada por si ocurría un accidente.

Todos esperaban el resultado final y el destino de Shi Xiaobai.

De repente, la pantalla blanca como la nieve parpadeó dos veces sin previo aviso. Las escenas de colores familiares y a la vez desconocidas se restablecieron de repente.

En la pantalla, una densa legión de muertos vivientes rodeaba a Shi Xiaobai. El Archicardenal estaba de pie frente a la legión de muertos vivientes, como si una simple orden le permitiera despedazar a Shi Xiaobai.

¡Shi Xiaobai estaba en una situación desesperada!

El corazón de todos dio un vuelco en ese momento. Aunque el modo espectador había sido restaurado, esta situación que no proporcionaba ningún medio de escape no era algo que quisieran ver.

En ese momento, una voz muy familiar para el público salió de la pantalla.

—Grita con obediencia “esposo”. No fuerces a este Rey a hacer su movimiento.

Esta voz era la de Shi Xiaobai, y la persona a la que se refería era al parecer el Archicardenal.

Esta voz era la de Shi Xiaobai, y la persona a la que se refería era al parecer el Archicardenal.

¿Qué significaban sus palabras? ¿Amenazar al Archicardenal con gritar “esposo”?

El público se quedó atónito mientras Xiao Xiao se tapaba la boca. Sus ojos estaban llenos de incredulidad.

¡Esta escena estaba mal!

♦ ♦ ♦

—Grita con obediencia “esposo”. No fuerces a este Rey a hacer su movimiento.

Shi Xiaobai levantó su cuchillo y apuntó al Archicardenal. Sus ojos parecían los de un tigre feroz.

El Archicardenal sintió una inexplicable sensación ominosa de pensamiento, pero también encontró la situación ridícula y molesta.

Había miles de soldados esqueléticos apiñados rodeándole y más de cien dragones de hueso surcando los cielos. ¿De dónde sacaba ese bastardo el valor para amenazarle?

Aunque sentía desdén, el Archicardenal todavía tenía miedo del Cuchillo de Matanza de Cerdos de Shi Xiaobai. Esa técnica de cuchillo parecía ser fuerte contra su Barrera de Oscuridad. El favor defensivo que se le había concedido sólo se limitaba a la Barrera de Oscuridad. Si Shi Xiaobai le atacaba cuando no estaba prestando atención, todavía existía una ligera amenaza.

El Archicardenal dudó un momento y utilizó “Flotar Vacío” para elevarse y alcanzó una altura de decenas de metros en el aire, garantizando su seguridad.

—¿Oh? ¿Crees que volando hacia el cielo, este Rey no puede detenerte? —La sarcástica voz de Shi Xiaobai se escuchó una vez más—. Date prisa y grita “esposo” o te enfrentarás a las consecuencias.

El Archicardenal no podía creer que Shi Xiaobai siguiera amenazándole con tales circunstancias. No pudo evitar burlarse.

—Ya que eres tan poderoso,  ¿por qué no me sigues hasta el cielo?

Justo cuando el Archicardenal dijo eso, Shi Xiaobai voló hacia el cielo de repente como un cohete a reacción. Llegó de inmediato a la altura donde estaba el Archicardenal.

El Archicardenal se quedó boquiabierto.

¿De verdad voló?

Sin embargo, en medio de su conmoción, el Archicardenal todavía estaba algo sorprendido porque después de volar hacia el cielo, Shi Xiaobai había llegado a un lugar donde numerosos dragones de hueso lo rodeaban. Uno de los dragones de hueso incluso podía extender su garra para hacer pedazos a Shi Xiaobai.

—¡Destrózalo! —El Archicardenal se apresuró a gritar, temiendo perder esta oportunidad de oro.

Los dragones de hueso, que llenaban el cielo, emitieron rugidos ensordecedores, pero no cargaron contra Shi Xiaobai. En su lugar, giraron sus cabezas para mirar al Archicardenal.

—¿Qué pasa? Rápido, ¡destrozenlo!

El Archicardenal gritó otras dos veces, pero se sorprendió al darse cuenta de que ni un solo dragón de hueso obedecía sus órdenes.

El ominoso presentimiento del Archicardenal se hizo más intenso. Se apresuró a mirar a los arqueros esqueléticos que estaban en el suelo y gritó:

—¡Cuerpo de flechas de hueso, dense prisa y disparen! ¡Disparen a matar!

En el momento en que dijo eso, todos los arqueros esqueletos cambiaron de repente de dirección y apuntaron al Archicardenal.

—¡Puerta de la oscuridad!

El Archicardenal se apresuró a agitar la mano, pero ¿dónde estaba la puerta de la oscuridad?

No, ¿qué había pasado?

¿Por qué había sucedido esto?

—¡Arrodillense!

De repente, una voz de mando resonó desde el cielo.

Las legiones de muertos vivientes que llenaban la zona se arrodillaron de inmediato ante la estruendosa voz. Uno tras otro, los soldados esqueleto se arrodillaron y silbaron. El sonido era ensordecedor y la escena muy espectacular.

Los dragones de hueso que surcaban los cielos también descendieron y volaron bajo los pies de Shi Xiaobai. Mantuvieron una postura humilde en el aire mientras emitían suaves llamadas que uno esperaría de un súbdito. Era como si se inclinaran ante un rey dragón.

El grito de Shi Xiaobai de “arrodillense” hizo que la legión de no muertos respondiera con veneración.

—¡No, imposible!

El Archicardenal no podía creer la escena que tenía delante. Al gritar “imposible”, cayó en la locura.

—No hay nada que este Rey no pueda hacer.

Shi Xiaobai sonrió con suavidad mientras levantaba su mano y señalaba al Archicardenal. Cada miembro de la Legión de no muertos miró hacia arriba mientras una intensa intención asesina se fijaba en la sotana que parecía solitaria.

El coraje del Archicardenal se quebró e intentó huir. Sin embargo, mientras volaba en el aire, su cuerpo se agarrotó de repente, haciéndole caer del cielo. Sus miembros se agitaron con desesperación en el aire como si se estuviera ahogando. A continuación, empezó a caer en picado e incluso gritaba “sálvame” mientras caía.

Un dragón de hueso atrapó al Archicardenal y lo arrojó con fuerza al suelo. Se dejó caer en medio de los soldados esqueleto y fue de inmediato levantado en alto por los soldados esqueleto.

Shi Xiaobai descendió del cielo y aterrizó frente al Archicardenal. Aparte de los soldados esqueletos que sostenían al Archicardenal, los otros soldados esqueletos, así como los dragones de hueso que habían aterrizado, se postraron mientras temblaban de miedo.

El Archicardenal fue levantado en alto y la sotana que ocultaba su aspecto cayó despacio. Apareció el rostro de un hombre de mediana edad de aspecto muy ordinario. Su expresión era de completo miedo y era tan miserable como uno podría imaginar.

Shi Xiaobai dio un paso más cerca del Archicardenal.

—Seguro que fuiste travieso. ¿No estaría bien si solo gritarás con obediencia “esposo”?

La voz de Shi Xiaobai aterrizó en los oídos del Archicardenal como si fuera el cacareo maligno de un demonio.

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