Traducido por Lucy
Editado por Sakuya
Cuando Mozzie le dijo a Mu Yuesheng que su nombre era Wen Hezheng, alguien sufrió 10.000 puntos de daño.
Esa persona era, como se esperaba, Kevin.
Kevin había seguido a Mozzie, que salió de la tienda de ropa, con la esperanza de saber dónde vivía y su verdadera identidad. Más tarde se sorprendió que Mozzie se dirigía hacia el campo de entrenamiento colectivo.
A continuación, entró en el salón, lo que asombró y desconcertó a Kevin. Sin embargo, se sintió aliviado cuando especuló que Mozzie estaba aquí solo para encontrar a Mu Yuesheng.
Se escondió junto a la puerta del salón para espiar su conversación y esperar el momento oportuno.
Pero ¿qué acabó oyendo?
¿Esa chica tan linda, Mozzie, dijo que era esa gorda asquerosa, Wen Hezheng?
¡Cielos, esta broma no tiene ni una pizca de gracia!
Pero, muy pronto, a partir de la conversación de Mozzie y Mu Yueshang, Kevin se fue dando cuenta de que, de seguro… no se trataba de una broma.
Mientras empezaba a generar dudas en su mente, muchas pistas críticas que había ignorado le asomaron la cabeza de repente.
Por ejemplo, ¿no era ese pelo rojo anaranjado idéntico al de Wen Hezheng?
Ser capaz de comer tanto en el desayuno sin ninguna restricción, ¿no era ese el estilo del maldito cerdo?
También esa camisa que era muchas tallas más grande, el nombre, Mozzie, que le resultaba familiar así como la resistencia a “Lord Dios”, había notado y analizado. Todo esto apuntaba hacía un hecho cruel: ¡Mozzie era Wen Hezheng!
Esta chica tan linda que le había enamorado a primera vista era la gorda asquerosa que tanto aborrecía.
En ese momento, dos sentimientos diferentes, pero opuestos, comenzaron a luchar en el corazón de Kevin.
Por un lado estaba el ángel del amor diciéndole: “Puedes olvidar su pasado, amándola por lo que es ahora y será en el futuro.”
Del otro lado estaba el odioso diablo diciéndole: “No, no te dejes cautivar por su apariencia. Por mucho que cambie su apariencia externa, su alma es un cerdo repugnante.”
El ángel dijo: “No, para empezar posee un alma hermosa. Antes, su feo exterior la había limitado, así que ahora, lo único que ha ocurrido es su transformación de patito feo en cisne.”
Dijo el diablo: “Piensa en el asco que le tienes. Piensa en su repugnante olor. Piensa en esa cara redonda y fea.”
El ángel dijo: “No, no te atasques en los recuerdos del pasado. Toca tu corazón. Tu corazón se acelera por ella. Piensa en ese aroma fragante que oliste en el momento en que pasaste junto a ella. Fíjate bien, esa cara tan bonita te está trayendo tantos recuerdos bonitos.”
Gritó el diablo: “¡Deberías odiarla!”
El ángel dijo con suavidad: “¡Debería gustarte!”
Estar enredado entre el ángel y el diablo atormentaba a Kevin. Rápido, sacó su teléfono móvil e informó a “Lord Dios” del asunto. Sin saberlo, se volvió muy dependiente de él.
El “Lord Dios” le respondió rápido.
[Señor Dios: Felicidades por entrar en “modo infierno”. La respuesta a tus dudas puede obtenerse con facilidad. Ahora, cálmate y piensa. ¿Sientes remordimientos por las palabras desagradables que dijiste ayer? ¿Te sientes frustrado después de entrar en “modo infierno”? ¿Tienes pensamientos de perseguirla en este momento?]
Kevin se quedó atónito y empezó a reflexionar sobre las tres preguntas de “Lord Dios”. Se dio cuenta de que su respuesta era…
[Kevin: Sí, sí, no.]
Unos segundos después, “Lord Dios” respondió.
[Señor Dios: Felicidades, estás enamorado. Entonces, para ser decisivo, no consideres qué clase de persona era ella. Deberías considerar qué clase de persona eres tú para ella, y cómo deberías cambiar su opinión sobre ti.]
Al leer el mensaje de Lord Dios, Kevin se dio cuenta de un problema muy serio. Sí, no importaba si podía convencerse a sí mismo de haber olvidado su pasada impresión de Mozzie. El quid de la cuestión era cómo convencería a Mozzie de que olvidara su imagen pasada.
Si se daba por vencido, todo se simplificaría. Pero si decidía continuar, tendría que subir despacio desde el fondo de un valle.
[Kevin: Gracias, ahora lo entiendo.]
“Señor Dios” respondió con un emoji sonriente y le dio una palabra de aliento.
Kevin respiró hondo y empezó a considerar cómo debía dar el primer y arduo paso en la batalla de cortejarla.
Y al mismo tiempo, Mu Yueshang había aceptado por fin el hecho de que el “producto” Mozzie que tenía delante era Wen Hezheng, que había adelgazado de la noche a la mañana.
Mu Yueshang se quedó perpleja y no pudo evitar preguntar:
—¿Cómo lo has hecho? En solo una noche…
Kevin, que estaba escuchando junto a la puerta, aguzó el oído de inmediato.
Resulta que Mozzie estaba esperando a Mu Yueshang para hacerle esta pregunta. Con una sonrisa juguetona, parpadeó y dijo con orgullo:
—¡Todo esto puede atribuirse al señor Shi Xiaobai!
Al oír esto, la respiración de Mu Yuesheng se entrecortó. Recordó la experiencia de la noche anterior, pensando en las fechorías que el maldito delincuente, Shi Xiaobai, había hecho, así como en los abrumadores gemidos que provenían de la habitación de Wen Hezheng.
Su expresión cambió de forma drástica y preguntó rápido:
—Anoche, tú y Shi Xiaobai, ¿hiciste los dos… algo que no se debía hacer?
Mozzie se quedó atónita.
¿No se debe hacer?
¿Se refería al masaje?
¿Cómo lo sabía la Hermana Yuesheng? Ah, cierto. Vivía a su lado.
—Hermana Yuesheng… ¿No me digas que lo has oído?
Se sonrojó de inmediato. Aunque no pensaba que los masajes de Lord Shi Xiaobai a su gordo cuerpo fueran algo turbio, todavía sabía lo ambiguo que era cuando sonaba esos gemidos involuntarios.
Su compañera habló con una expresión inexpresiva.
—Lo he oído. Nunca esperé que ustedes dos…
Mozzie se apresuró a explicar.
—¡Hermana Yuesheng, tus pensamientos se han extraviado! Anoche, Lord Shi Xiaobai solo me masajeó para adelgazar. Mírame ahora, son los efectos del masaje.
Mu Yuesheng estaba asombrada.
¿Gemías de forma tan lasciva por haberte masajeado? ¿Y hasta adelgazaste por experimentar un masaje? ¿Puede ser más ridículo?
Al ver su expresión de incredulidad, Mozzie se puso nerviosa. Estaba bien si era malinterpretada, pero se culparía a sí misma si la reputación de Lord Shi Xiaobai era arruinada por ella.
Cuando Mu Yuesheng vio la mirada ansiosa de su compañera, supo que este asunto no podía quedar en un lío más. Además, Mozzie también era una chica. Sin duda se pondría avergonzada o nerviosa si se lo mencionaban a la cara.
Suspiró. Aunque no era muy amiga de ella, y casi acababa de conocerla, no deseaba que le hicieran daño a una chica tan alegre. Preguntó con suavidad:
—¿Te… gusta Shi Xiaobai?
Mozzie asintió sin dudarlo.
—Por supuesto.
Sin duda, a ella le gustaba más Lord Shi Xiaobai, que era un tipo tan agradable.
—¡Shi Xiaobai… ya tiene novia!
Lo dijo con expresión seria. Para evitar que Mozzie acabara herida, tuvo que revelar sus verdaderos colores.
Este delincuente era un jugador a dos puntas. No, ¡podría ser más que eso!
Mozzie se quedó boquiabierta mientras fruncía los labios y decía:
—¿Ah? Señor Shi Xiaoabai… ¿Cómo puede ser esto?