Traducido por Naremi
Editado por Sakuya
Corregido por YukiroSaori
Mirando fijamente aquellos ojos que eran tan profundos como el mar, una pequeña sonrisa apareció en los labios de Baili Hongzhuang.
—Cuando me ayudaste, ¿tenías una razón?
—¡Eso es diferente! —Dibei Chen alzó la voz un poco—. ¿No te preocupa que te traicione después de que hayas curado mis piernas?
Las cosas que hizo fueron solo pequeñas acciones que cualquiera haría, pero lo que Baili Hongzhuang estaba haciendo era mucho más que eso.
—¿Es eso importante? —preguntó Baili Hongzhuang.
Dibei Chen estaba asombrado, no esperando que ella diera tal respuesta… ¿Cómo que no era importante?
—Cuando me preguntaste eso, supe que me ayudaste solo por ayudarme.
La sonrisa en su cara se hizo aún más suave.
—Además, incluso si fueras a actuar en mi contra por esto, no me importaría.
¡Ella nunca se había arrepentido de las decisiones que había elegido!
Aunque no conocía la verdadera identidad de Dibei Chen, aunque no sabía por qué él intentaba acercarse a ella, aún creía que sus acciones eran sinceras.
¿Por qué?
Tal vez fue porque, por una vez, había alguien parado frente a ella.
Tal vez, porque era la primera vez que alguien podía entender su soledad.
Tal vez fue porque su corazón estaba latiendo por él.
Debido a eso, era suficiente.
Dibei Chen de repente descubrió que no había forma de ver a través de Baili Hongzhaung.
A pesar de que aún no entendía cómo se desarrollaron sus habilidades medicinales, todo el tiempo que habían compartido le había hecho pensar que ella no tenía dobles intenciones.
Pero en ese momento, fue como si de repente no la conociera más. ¿Cómo podrían los problemas que a otros les importaban tanto, a sus ojos, ser vistos con tanta poca importancia?
—¿Por qué… no te importa?
—Porque me ayudaste, ¿verdad?
Baili Hongzhuang sonrió. Aún si antes sospechaba de Dibei Chen, ahora sentía que realmente era una buena persona.
Aunque por lo general era complicado y sabio, sus pensamientos eran claros y simples, y en realidad, fue muy amable.
Mirando la cara dulce y sonriente frente a él, por primera vez, Dibei Chen pensó que este mundo era realmente complicado.
—Si no hay ningún problema, ¿puedo comenzar? —Baili Hongzhuang levantó una ceja mientras preguntaba—. Primero, tengo que lidiar con la parálisis en las piernas. Cambiar tu físico necesitará algunos ingredientes raros. Pero puedes estar seguro que después de modificar tu físico, tu velocidad de cultivo y talento aumentarán a pasos agigantados, no te preocupes.
Dibei Chen asintió. Sabía que Baili Hongzhuang lo estaba consolando.
Agujas de plata se insertaron en los puntos de acupuntura en su pierna. Los ubicó con mucho cuidado. Cada vez, las agujas fueron rápidas y precisas.
Tan pronto como comenzó la conversación entre Baili Hongzhuang y Dibei Chen, Hei Mu ya se había retirado a un segundo plano.
Si él se quedara ahí, no sería más que una monstruosidad. Era mejor dejarlos solos para que pudieran llevarse mejor.
El bosque de melocotoneros era tranquilo y silencioso, dejando solo las siluetas de una esbelta figura vestida de blanco y una figura alta, pálida y dorada.
Las flores de melocotón soplaban, fragantes. Sus siluetas eran brumosas, creando una escena de ensueño.
Una vez que todas las agujas se insertaron con precisión en los puntos de acupuntura, habló:
—La siguiente parte va a ser dolorosa. Si no puedes aguantar, no temas gritar.
Dibei Chen asintió levemente
—Estaré bien. Empecemos.
Al escuchar sus palabras, el qi interno de Baili Hongzhaung estalló. Su mano derecha agitó una aguja plateada, causando que todas las agujas de acupuntura comenzaran a temblar.