Felicidades Emperatriz – Capítulo 24: Oculto


Jiao Yue y Chu Yun finalmente encontraron a Hua Jin en una tienda de fideos. Ella sí que es buena, después de ofender a dos de las cuatro familias principales y escapar, todavía estaba de humor como para comer tranquilamente un tazón de fideos.

—¡Jiao Yue, Chu Yun, llegan en buen momento! —Hua Jin les hizo señas, para que se acercaran— Vengan, ya había ordenado su parte.

Jiao Yue tenía la intención de darle una reprimida pero, de la nada, apareció un anciano junto a Hua Jin y entre risas le dijo: —Jovencita, ¿espero que no le importe invitarle a un anciano un plato de fideos?

Hua Jin reconoció al anciano de la casa de apuestas. Él era la oveja gorda, a quien las personas le habían tratado de hacer trampa.

Sorbió su plato fideos y le comentó.

—Sus bolsillos tienen al menos varios miles de taels de plata en ellos y ¿todavía me quiere pedir fideos?

El viejo se acarició la barba.

—¡Joven, no seas tan calculadora! Vamos, soy un amigo —Después de decir esto, le quitó los fideos a Chu Yun y comenzó a disfrutar.

—Señor, ¿qué me puede enseñar hoy? —Hua Jin estaba tratando de evaluar a este viejo.

Tenía un cuerpo robusto y una mirada fuerte que emanaba un aura de élite, sin embargo, la escondía debajo de esa actitud juguetona. Solo se puede describir como alguien que no era nada común y que ocultaba algo.

El anciano respondió: —Joven, sería muy aburrido si tuviera que contar todo.

—Bueno, en ese caso, ¡me pagara por los fideos entonces! —La boca de Hua Jin se estiró y formó una sonrisa engreída.

El viejo sonrió y se disculpó rápidamente, comenzando a tartamudear

—Jaja… Este anciano acaba de perder todo su dinero… ¡La próxima vez! ¡La próxima vez que nos encontremos te pagaré!

—Qué tal esto —Hua Jin lo consideró durante un tiempo— Usted me dice más acerca de las cuatro familias principales y lo tomaré como su pago por los fideos.

El viejo frunció el ceño, preguntando: —¿¡Qué es tan interesante acerca de ese grupo de personas pedantes e inflexibles!?

Busco algo es sus bolsillos y sacó una botella de porcelana.

—Hay tres píldoras médicas aquí, úselo como compensación por los fideos.

Hua Jin abrió la tapa y un olor dulce se precipitó a su nariz. Cuando levantó la cabeza el viejo ya no estaba.

Jiao Yue miró con angustia, diciendo: —Usted no se va a comer en serio esas píldoras, ¿verdad?

Hua Jin sonrió antes de hacer estallar una en su boca. Poco después, sintió un vapor caliente en su abdomen, aumentando, como si estuviera tratando de escapar de su cuerpo. Utilizo rápidamente su habilidad para armonizar y fusionar la energía vital a través de todo su cuerpo.

Preocupados, Jiao Yue y Chu Yuen le preguntaron.

—¿Joven ama, qué le paso en su cara?

Hua Jin tocó su cara para preguntar con desconcierto.

—¿Qué está mal?

—¡Su cara está muy roja! Le dije que no comiera la píldora. ¡Debe ser veneno! —Jiao Yue respondió preocupadamente.

Hua Jin se siente llena de energía y pensaba que esa píldora de verdad era muy buena. Parece que el viejo era realmente una oveja gorda.

¡Para la próxima vez que nos encontremos, voy a sacarle más cosas! ¡Debo hacerlo!

Levantó su mano para detener la expresión preocupada de ambos y les respondió

—Díganme más sobre las cuatro familias.

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