La energía interna de Fei Ao era fuerte y Hua Jin estaba haciendo los posible para evitar un ataque frontal.
A pesar de que Mei Er trataba de cuidarla, el golpe que le había dado Hua Bai fue bastante grave y no tuvo el tiempo suficiente como para recuperarse completamente. Por otra parte, antes del Encuentro de Artes Marciales sería prudente tratar de ocultar su verdadera fuerza.
Con esos pensamientos en mente, Hua Jin una vez más aumentó su velocidad, las batallas estaban destinados a ser combatidas en lugares cerrados. Especialmente desde que ella estaba usando brillantemente su natural agilidad junto a su flexibilidad de mujer.
Ella fue capaz de esquivar los ataques de Fei Ao muy fácilmente. Era como si ella estuviera jugando con un gato.
Esto enojó a Fei Ao, haciendo que su habilidad con la espada fuera cada vez más agresiva y feroz. Hua Jin notó que Fei Ao estaba formando lentamente una pared formada por las corrientes de aire detrás de él.
Entonces, el aire semitransparente se estaba poco a poco mostrando.
¡Era una bestia!
Hua Jin no pudo evitar sorprenderse. Entonces, así en como uno entraba dentro de los Rangos.
—¡FEI AO!
Fei Xian oportunamente lo llamó.
Fei Ao repentinamente fue despertado por su llamada y miró a Hua Jin con fastidio.
Luchar contra una mujer que ni siquiera estaba usando ningún tipo de energía interna y él utilizando el nivel Qilin, no era para nada varonil.
Hua Jin cerró los ojos. Parece que ella estaba siendo subestimada.
Fei Ao quería ceder, sin embargo, Hua Jin no lo permitió y continuó atacando. Finalmente él fue presionado por unas flores del jardín, haciendo que cayera.
Hua Jin aprovecho esta oportunidad para acercarse desde atrás y presionar la daga en su garganta.
Al ser presionado por Hua Jin, Fei Ao por reflejo, se movió hacia atrás para alejarse de la daga, pero su cuerpo se acercó al de ella. El elegante y hermoso rostro estaba muy cerca de él. Inseguro de lo que había sucedido su rostro de repente se puso muy rojo.
—Bastante inocente, ¿no?
Hua Jin se burló de él.
—¡Apártate!
Fei Ao no estaba en un estado como para continuar luchando, arrojó su espada y estaba a punto de empujar a Hua Jin con su codo. Sin embargo, antes de que lo pudiera hacer. Hua Jin lo interrumpió.
—¡Si te atreves a tocarme voy a gritar!
Las manos de Fei Ao se congelaron en medio del aire, su rostro se iluminó por unos segundos, no estaba seguro de si era de rabia o timidez.
Con una voz ronca, rugió.
—¡En esta posición, no estoy seguro si soy yo quien te está molestando o eres tú quien me está molestando!
Hua Jin deslizó su dedo por la cara de Fei Ao y sonrió.
—¿Oh? Fuiste tú quien vino a mí.
Fei Ao se estremeció, e inconscientemente usó su energía interna para alejarla de su cuerpo.
Hua Jin no se movió y recibió el ataque.
Fei Ao se dio la vuelta y vio que desde la comisura de los labios de ella, salía un débil hilo de sangre que se filtraba. Se sorprendió.
—Tú… ¿Por mi culpa? ¿Ha sufrido una lesión interna?
Hua Jin lo hizo callar y frunció sus labios.
—¿Estás seguro de que quieres que me salga de tu camino?
—Por… ¡Por supuesto…!
Fei Ao bajo lentamente su tono de voz.
Hua Jin se hecho a reír antes de alejarse y tomando a Jiao Yue y a Chu Yun se fue.
Fei Ao miró directamente a su espalda y se puso de pie.
De repente, sintió que la parte inferior de su cuerpo estaba bastante refrescante y luego escuchó los gritos de Yue Zhang y Hua Wan.