¿Hay posibilidad de un final feliz? – Capítulo 12: Un misterioso regalo

Traducido por Kiara

Editado por Michi


La noche anterior fue una pesadilla. Todo lo que tenía que hacer era sentarme allí, y guiar a Kirion mientras practicaba y sin embargo, termine completamente exhausta.

—¡Señorita Maya! ¡Cada vez que toco tu cabello, sir Raye comienza a mirarme! ¡Ayuda!

—Kirion, concéntrate. Raye siempre mira de esa manera.

Durante toda la noche, hubo docenas de pequeños intercambios con esas líneas. Mientras tanto, Sari me estaba mirando tan fuerte que pensarías que estaba tratando de hacer un agujero en mi cabeza. Luego, ni siquiera treinta minutos después, Raye exigió que finalizáramos la sesión porque la habitación estaba demasiado caliente. Además de eso, por alguna razón me hizo prometer que no me reuniría con Kirion sola por la noche por ninguna razón, ni siquiera por trabajo, nunca más.

En general, fue una noche bastante agotadora… pero a la mañana siguiente, mi fatiga se fue por la ventana.

Justo cuando estaba a punto de salir de mi habitación, abrí la puerta y encontré una pequeña caja cuidadosamente envuelta en el piso del pasillo justo afuera. El pasillo en sí estaba desierto, así que no tenía forma de saber quién lo había dejado, pero la tarjeta escondida debajo de la cinta decía: Para Maya, así que la recogí y volví a entrar en mi habitación.

—¿Qué es esto? —Le pregunté en voz alta mientras desataba la cinta. Luego levanté la tapa.—¡Oh, Dios mío!

Es el accesorio de concha blanca iridiana que me hubiera gustado comprar ayer.

—¡Es tan hermoso como lo recuerdo…!

Corrí hacia el espejo, me quité el accesorio que llevaba puesto y me puse la concha blanca. Afortunadamente, combinaba muy bien con mi peinado de hoy.

Y aunque no es muy llamativo, resaltaba la belleza del peinado, lo que le da a quien lo use un toque de elegancia impecable.

Me tomé un momento para admirar mi cabello desde todos los ángulos, luego salí corriendo de la habitación. Tenía a alguien a quien debía agradecer, después de todo.

Mientras me dirigía a la habitación de Patricia, me encontré con Raye que iba en la misma dirección para tomar su turno de guardia por el día. Como una niña alegre, corrí tras él y le toqué el brazo.

—¡Raye!

Miró hacia atrás, me miró y luego el accesorio en mi cabello, y sonrió.

—Buenos días, Maya. Veo que estás de buen humor —saludó.

¿Se estaba haciendo el tonto intencionalmente o qué?

—Fuiste y me compraste esto, ¿no? ¡Muchas gracias! —exclamé.

Tal vez alguien con un poco más de decoro habría rechazado un regalo tan caro, pero ahora que me lo había puesto, no podía devolverlo. Aún así, esto es más de lo que puedo aceptar de un amigo, suponiendo que podemos considerarnos amigos, así que decidí encontrar una forma de devolverle el dinero de alguna manera. Pero me preocupare por eso más tarde. Por ahora, solo quiero expresar mi alegría y gratitud.

—¿Ves? ¡Me lo puse enseguida!

—Se ve bien en ti. Muy bonito.

Es posible que se esté refiriendo al accesorio y no a mí específicamente, pero de cualquier manera está siendo sincero, por lo que estoy dispuesta a aceptar el cumplido. No ganó nada dándome este regalo y, sin embargo, sonrió junto a mí, casi como si mi alegría fuera contagiosa.

—Ese adorno fue hecho prácticamente para ti.

—Sé honesto, fuiste tú, ¿no?

—¿Quién sabe? Es un misterio —sonrió, como si no fuera completamente obvio.

Este regalo no podría ser de alguien más.

—De verdad aprecio esto. Lo voy a atesorar —le dije.

—¡Oh! ¡Señorita Maya!

En ese momento, apareció Kirion, probablemente por que también se dirige a la habitacion de Patricia, pero las siguientes palabras que salieron de su boca me dejaron sin palabras.

—¡Ya te lo has puesto! ¡Se ve genial!

—¿Qué?

Desconcertada, lo miré fijamente. Si no lo supiera mejor, pensaría que él fuera quien lo compró.

—¿Qué está pasando? ¿Cómo sabes sobre este accesorio?

—¿Qué quieres decir? Obviamente lo compré y lo dejé afuera de tu puerta, ¡tontita! Apuesto a que no esperabas eso, ¿eh?

—Pero entonces… ¿cómo supiste elegir este adorno específicamente? —pregunté perpleja. Estaba bastante segura de que solo Raye podría haber sabido lo mucho que lo quería.

—Veras, ayer estaba caminando por la ciudad, cuando te vi junto a sir Raye. Quería decir hola, pero ustedes dos parecían estar pasando un buen rato, y pensé que lo mejor no era interrumpir… pero una parte de mí se preguntó si tal vez estaban en una cita, así que decidí seguirlos para descubrirlo —se encogió de hombros tímidamente—. Después de que dejaste esa joyería, entré, pensando que tal vez podría conseguirte algo. Así que me acerque al dueño y le pregunté si la mujer que acababa de retirarse estaba interesada en algo en particular. Y luego me indicó ese accesorio.

— ¿De verdad? —pregunté dudosa.

Ante esto, Kirion hizo un puchero.

—¿No me crees?

A nuestro lado, Raye arqueó una ceja, estrechando sus ojos en sospecha.

Pensé que era un regalo de Raye… pero parece que no es así. Y por alguna razón, me decepcionó saber lo contrario. De hecho, no pude evitar esperar que Raye admitiera que el regalo era de él, pero por supuesto que no lo hizo.

—¿Dices que nos viste juntos y que no deseabas interrumpirnos? Eso simplemente no es posible. El Kirion que conozco vendría y nos molestaría sin pensarlo dos veces —dijo Raye.

—¡Vaya, grosero! —Kirion se echó a reír incómodo.

Me quité el accesorio y se lo devolví.

—Aprecio el gesto, pero lo siento, no puedo aceptar algo tan caro.

 Hace unos momentos pensé que no podría devolverlo, y ahora aquí estaba, haciendo exactamente lo contrario. ¿Por qué solo me sentía cómoda si este regalo venía de Raye? ¿Fue porque sabía que un aristócrata como él podía permitírselo fácilmente?

—Vamos, señorita Maya, no seas así. Solo quédatelo —Kirion insistió con una sonrisa maliciosa, envolviendo sus manos alrededor de mi puño cerrado—. No importa lo caro que sea. Cuando se trata de mi alma gemela, con gusto pagaré cualquier precio.

Michi
El macho

—¿T-Tu… alma gemela …? —repetí, como si no lo hubiera escuchado.

—¡Por supuesto! ¿No sientes lo mismo? Desde que nos conocimos, sentí algo entre nosotros, y ahora estoy completamente seguro. Tu eres mi compañera destinada, Maya.

Paralizada, forcé mi cerebro a pensar en los días transcurridos desde que había conocido a  Kirion por primera vez. Ciertamente había cierta chispas entre nosotros. Cada vez que miraba sus ojos oscuros, sentía una profunda inquietud en mi pecho. Incluso ahora, mi corazón latía sin control… y aquí, tan cerca, casi sentía como si estuviera a punto de ser absorbida…

—¡No la toques! —se interpuso Raye.

Tomó a Kirion por el cuello y lo golpeó contra la pared.

—¡Guh…! —Kirion hizo una mueca de dolor.

—¡Raye! —grité en pánico.

—¿Qué estás tratando de hacer? —exigió Raye, mirando al otro hombre. Kirion jadeó por respirar.

—Eso realmente duele, sabes… Vamos, suelta… señorita Maya, ¡ayuda…!

—¡Raye! —llamé de nuevo, pero no hubo respuesta. Ni siquiera aflojó su agarre.

—¿Por qué inventarías una mentira como esa?

—¿De qué estás hablando? ¡No estoy mintiendo…!

—¿Eres realmente un dragonante? —gruñó Ray.

—¡¿Qué está pasando aquí?!

La puerta de la habitación de Patricia se abrió y Rebecca salió corriendo al pasillo, seguida por Mona y Sari.

—¡Kirion! —gritó Sari mientras corría hacia el.

Pero Raye rápidamente renunció a su agarre, y con una mirada helada, se giró y se fue.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —preguntó Sari con inquietud.

—Estoy bien. No sé por qué, pero parece que algo molesto a sir Raye —explicó Kirion.

Tuve la tentación de ir tras Raye, pero eso tendrá que esperar. El cabello de Patricia no iba a peinarse solo.

♦️ ♦️ ♦️

—Patricia, ¿qué le pasa hoy a tu estilista? —le preguntó Darius a la princesa una vez que notó la mirada dura en mi rostro.

El dia de hoy, estábamos teniendo una reunión sobre los posibles peinados para la boda, y había presentado más de una docena de nuevos diseños para que pudieran verlos.

Su comentario rápidamente me devolvió a mis sentidos, y elimine la expresión de mi rostro.

—Sinceramente me disculpo, Su Alteza..

 —Algo sucedió con Kirion hoy —le explicó Patricia, aunque no estaba segura de cómo lo sabía, ya que no se lo había contado. Por otra parte, tal vez era demasiado obvio, considerando que nuestras interacciones eran distantes e incómodas, al menos de mi parte; Kirion estaba actuando como siempre.

—¿Oh si? Ahora que lo pienso, Raye parecía bastante tenso cuando lo vi en el pasillo antes —bromeó el príncipe.

—Pido disculpas por la distracción. Vamos a seguir adelante y elegir un peinado para la princesa —señalé los diseños sobre la mesa. Mientras tanto, los novios se reían a mi costa.

—Personalmente, me gusta este. Se adapta al comportamiento amable y alegre de Patricia.

—¡Entonces usaré ese! —declaró ella rápidamente.

—¿Estás segura? ¿No deberías elegir uno que te guste?

—No, está bien. Confiaré en tus gustos —le dijo, sonrojándose ligeramente. Darius se echó a reír con timidez en respuesta.

Que pareja tan feliz.

Una vez se decidió el peinado de la novia, el príncipe se levantó de su silla y se preparó para irse. Era un hombre ocupado, y su agenda estaba llena.

—No sabía que la señorita Maya podía dibujar —reflexionó Kirion mientras miraba mis diseños con Patricia.

—¿Tú no, Kirion? —respondió Patricia incrédula.

En ese momento el príncipe Darius se inclinó hacia mí.

—Diviértete con Raye —susurró juguetonamente.

Me encontraba dividida entre aceptar o negarlo. ¿A que se refiere exactamente? Lo miré resueltamente por un momento, luego le pregunté.

—Su Alteza, um… ¿Es una práctica aceptada entre los hombres dragonantes bromear confesandole a una mujer que ella es su alma gemela?

—¿Se trata de Raye?

—No, no esta vez.

Inconscientemente aparté la mirada.

—Ah, ahora lo entiendo —murmuró Darío, lanzando una rápida mirada en dirección a Kirion—. No, no es una práctica aceptada… Pero de vez en cuando, hay individuos irreflexivos que usan el concepto de un compañero destinado para aprovecharse de los más ingenuos y crédulos.

—Ya veo…

—Por lo tanto, depende de usted ver a través de él. Debes elegir a tu pareja no por las cosas que dice, sino por el amor que te da.

Y con eso, salió de la habitación.

Él es tan maduro que nunca pensarías que solo tiene dieciocho años…

Dicho esto, no se trataba de elegir entre ambos. Hace mucho que Raye había abandonado sus pensamientos románticos hacia mi. Kirion, por otro lado, es un problema activo que no sé cómo manejar.

Suspiré y miré para encontrarlo sonriéndome.

—Kirion, ¿me permites un momento?

Con mi aprendiz a cuestas, salí al pasillo. Quería resolver esto lo antes posible, y afortunadamente, Sari no estaba para acompañarnos. Pero cuando me volví, inmediatamente hice contacto visual con Raye. Por supuesto. Había olvidado que estaba de servicio aquí afuera.

—¿A dónde vas? —demandó en cuanto nos vio, pero no puedo asegurar si me está hablando a mí o a Kirion. De cualquier manera, miré por encima de mi hombro.

—No es asunto tuyo —respondí de inmediato. Raye dio un paso en mi dirección, así que caminé rápidamente—. Y no nos sigas. Estás de servicio, ¿recuerdas? Además esto no te concierne.

Ante esto, se detuvo, me dio una mirada como si fuera un cachorro que acaba de recibir la orden de quedarse en casa mientras su amo sale.

De acuerdo, tal vez fui un poco dura en este momento, pero después de todo lo que me hizo pasar ¿Por que se preocupa por mi estado? ¿Es por que creí que el regalo que me dio provenía de él? ¿Por qué haría esas cosas por mí si ni siquiera soy su compañera destinada? En este punto, estoy cansada solo con él, sino también con Kirion. No podía entender qué pensaban ninguno de los dos.

Llevé a Kirion al patio, luego me volví para mirarlo.

—Kirion, ¿de verdad crees que soy tu alma gemela?

—Sí, por supuesto —afirmó, sonriendo amigable—. Nunca dije nada hasta hoy, pero lo sospeché desde que nos conocimos.

—Entonces, ¿qué pasa con Sari? Ustedes dos son muy cercanos.

—Ella es solo una amiga. Pero si te hace sentir insegura, dejaré de hablar con ella.

—No, no hay necesidad de eso…

Esto es muy incómodo. Todos somos compañeros de trabajo, y necesitamos mantener una relación formal como mínimo para poder realizar nuestro trabajo de forma eficaz. Aún así, quería dejar mis sentimientos sobre el asunto perfectamente claros.

—Kirion, no puedo corresponder a tus sentimientos. Entiendo que me veas como tu alma gemela, pero no te quiero de esa manera.

—Eso es porque no eres una dragonante… Si lo fueras, también lo sentirías —alegó con tristeza en su voz y su rostro. Me dolió lastimarlo, pero al mismo tiempo, no puedo confiar en que realmente quisiera decir lo que dijo.

Ya ves, Kirion es una contradicción andante. Si bien, por un lado, parecía un joven amable, extrovertido y honesto… también es el tipo de persona que provocaba voluntariamente a otros y coquetea con dos mujeres a la vez. Claramente había más en él de lo que parecía.

Tampoco creía su declaración sobre el adorno para el cabello. Si realmente fue un regalo suyo, entonces ¿por qué no me lo dio directamente? Eso parecía mucho más acorde con su personalidad. Además, la tarjeta adjunta decía Para Maya. Si Kirion lo hubiera escrito, seguramente habría escrito Para la señorita Maya.

—Solo quiero que seamos amigos, Kirion —le rogué.

Desafortunadamente, parece que todavía no está listo para renunciar a mí. Él hinchó el pecho, su larga y oscura cola de caballo se balanceo con el movimiento, y declaró.

—Eso no es suficiente para mí. ¡No puedo ser amigo de mi alma gemela! Entonces, te guste o no, te voy a demostrar que mis sentimientos son reales.

—Kirion…

Ya tuve suficiente de esta basura de almas gemelas. Sinceramente, estoy completamente agotada.

2 respuestas a “¿Hay posibilidad de un final feliz? – Capítulo 12: Un misterioso regalo”

  1. Bueno, creo que uno puede bromear hasta un punto, quitarle el crédito a otros está muy mal. Aunque todavía no entiendo porque Raye la dejo y es obvio que Kirion se quiere aprovechar de eso. 😥 Esta gente a veces desespera.

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