La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 113.1: Una elección difícil (1)

Traducido por Selena

Editado por Meli

Sin saber cómo, Murong Qi Qi volvió a su habitación cuando el horizonte ya se había vuelto blanco.

Su Mei y Su Yue hacía tiempo que se habían despertado y la buscaban por todas partes, corrieron a ella que estaba pálida y se veía algo aturdida.

—Señorita, ¿qué le pasa? —preguntó Su Yue y le puso la mano en la frente—. ¡Por fortuna, no tienes fiebre!

—Señorita, ¿a dónde ha ido? Hoy es la boda, ¿por qué ha salido?

La acompañaron al interior. Su Mei dispuso que la gente le preparara un baño de burbujas y flores.

El agua caliente la hizo recuperar el sentido. Observó a su alrededor, recordó que estaba en el palacio de Jinxuan y que era el día de su boda.

¿Qué debería hacer?

¿Debía irse? ¿Debía escapar lejos de los problemas, de su identidad, del amor de Feng Cang? ¿Debía abandonarlo y dejarlo ser la burla de todos? ¿Debía hacer que la buscara hasta la locura?

Sus lágrimas cayeron ante el recuerdo de los ojos melancólicos y cariñosos de Feng Cang.

No podía ser tan despiadada. ¡No podía hacerlo! Él era el hombre al que amaba, sin importar lo que pasara ella no podía dejarlo. No podía ser tan egoísta y pensar solo en sus sentimientos. No podía ser tan cruel.

Pero ¿podía casarse con él sabiendo que su hermana menor?, ¿Cómo superarían la noticia? Dos hermanos no podían estar casados.

Murong Qi Qi se sumergió en el agua para aislarse del mundo; volvió a ser aquella niña que se escondía en la piscina

«Yi Lian, tienes que seguir tu corazón, respeta tu corazón…», la voz de su padre adoptivo sonó en sus oídos y la despertó.

«Yi Lian», un nombre que no había desde que viajó en el tiempo.

Salió del agua, las gotas de agua se fijaron en su rostro, eran translúcidas como cristales.

¿Por qué me hundí con este problema toda la noche? ¡Yo soy Yi Lian! ¡No soy Murong Qi Qi!

Incluso si Wanyan Ming Yue, era la madre de ese cuerpo, no era su madre. Además, su identidad aún no ha sido confirmada. ¡¿Cómo podría condenar a muerte su amor por una persona vestida de negro y una pintura?! ¡Esa no era su personalidad y tampoco su estilo!

Incluso si era la hija de Wanyan Ming Yue y Feng Xie, si realmente era la hermana de Feng Cang; desde el punto de vista fisiológico, ¿por qué no conseguir un amor filial?

Si no podía ser su esposa, se convertiría en la única que tiene la misma sangre que él, también era algo para sentirse orgullosa y feliz, ¿por qué debería irse?

Feng Cang aún no estaba curado. Su enemigo seguía vivo y viviendo bien. La venganza aún no había comenzado. Si evitaba el problema, ¿en qué terreno se quedaría Feng Cang? ¿Qué haría él?

Si no podían permanecer juntos, ella lo protegería y lo vería ser feliz. ¡Una persona feliz es mejor que dos tristes! Al menos, él estaría a salvo y ella sería feliz ¡¿Amar a una persona, no es también desearle felicidad?! ¡Ella amaba a Feng Cang; así que debía proteger su felicidad!

Salió del baño con el espíritu renovado, se sentó frente al espejo. La vieja doncella del palacio designada por la corte, ya había llegado para maquillarla.

—¡El pelo de la princesa es tan bonito! —La doncella tenía manos ágiles, su cabello quedó bellamente peinado.

—Princesa, este es el vestido y las joyas que usó la princesa Ming Yue. —dijo Qing Gu—. ¡La emperatriz viuda dijo que se las diera como regalo de bodas!

—¡Gracias tía Qing! —Murong Qi Qi tocó el vestido y se sintió cerca de Wanyan Ming Yue—. ¡Qué bonito!

—Usted y la princesa Ming Yue tienen unas medidas similares. Debería quedarle muy bien.

Su Mei y Su Yue ayudaron a Murong Qi Qi a ponerse el vestido de novia.

—¡Se ajusta tan bien! ¡Tan hermoso! Cuando la princesa Ming Yue se casó, también tenía su edad. Cuanto más la mira esta esclava, no puedo evitar pensar en la princesa Ming Yue… —Qing Gu se giró para limpiarse las lágrimas—. Esta esclava no debería hablar de cosas tristes… El señor [1] ya entró en el palacio, fue a saludar al emperador y a la emperatriz. ¡Él vendrá en un rato! ¡Princesa[2], prepárate!

⧫⧫⧫

Murong Qi Qi, esperaba a Feng Cang en el salón principal palacio Jinxuan, esta vestida completamente de rojo.

—Qing Qing… —Feng Cang se detuvo cuando la vio caminando hacia él.

Habían estado separados por una noche pero él sintió que había pasado mucho tiempo. ¡Esperaba que en el futuro ya no hubiera tal separación! Solo cuando ella estuviera a su lado, su corazón podría tranquilizarse.

La miró con ternura, cuando estuvo frente a él, extendió su mano izquierda.

—Qing Qing, ¡estás muy hermosa hoy!

Al mirar a Feng Cang, todas sus preocupaciones y la ansiedad desaparecieron. No había nada que la conmoviera más que sus ojos llenos de amor. El miedo, la confusión y la idea de querer huir, frente a ese par de ojos sinceros, todo se desvaneció.

—Mi señor, hoy también eres muy… tentador.

Su Mei y Su Yue se rieron. ¿Quién usaría la palabra «tentador» para describir a un hombre? Sin embargo, Feng Cang era realmente muy tentador.

Él siempre vestía de blanco, lo que convertía su belleza diabólica, hechizante y seductora en algo celestial, pero ahora iba vestido de un rojo brillante que le resaltaba el rostro de forma única, sus largos y estrechos ojos de fénix estaban llenos de destellos. La gente no podía evitar embriagarse en ellos cuando sus ojos se encontraran.

—Qing Qing, si sigues mirándome así, me temo que no seré capaz de contenerme más y te besaré aquí. —le susurró al oído.

El aire caliente le provocó picazón en el oído. Se apartó de él, el corazón le latía muy rápido. Su pequeño y blanco rostro se puso rojo.

Su timidez lo reconfortó. Tiró de ella para ir juntos a saludar a la emperatriz viuda.

—¡Bien! ¡Muy bien! —La alabó por la ropa que le ajustaba a la perfección, sus ojos se humedecieron—: ¡Esta novia es tan hermosa! ¡El novio también es muy guapo! ¡Estupendo! ¡Pequeño Cang, ven aquí! Qi Qi, ¿puedo llamarte así? ¡Acércate tú también aquí!

Cang er se convirtió en el Pequeño Cang.

Cuando los dos estuvieron frente a la emperatriz viuda Lan, se tomaron de las manos.

—¡Al verlos a ustedes dos, es como si viera a Ming Yue cuando se casó! Ming Yue y Feng Xie deben estar felices en el inframundo. ¡Ustedes dos deben vivir felices y dejar que esta emperatriz viuda tenga un gran nieto pronto!

—Abuela, haré lo que pueda. —dijo Feng Cang y miró con amor a Murong Qi Qi.

La anciana se sintió aún más feliz. Se sacó un brazalete de fénix de la mano izquierda y se lo puso en la muñeca a Murong Qi Qi.

—Originalmente, era un par. Sin embargo, le di el brazalete del dragón a Ming Yue. ¡Hoy, esta emperatriz viuda te lo da a ti! Esta anciana desea que envejezcan juntos y estén enamorados durante cien años.

—Gracias, abuela…

Ya no había más dureza en los ojos de la anciana, ahora solo tenía afecto y amor. Murong Qi Qi y Feng Cang se arrodillaron frente a ella y se alejaron, solo entonces ella lloró.

—Ming Yue, ¡ah! ¡Bendice y protege a estos niños! ¡Deja que vivan felices!


[1] El príncipe se convirtió en señor (según el contenido) en frases habladas y príncipe de primer rango es el título

[2]La princesa/Consorte del príncipe sería dama (dependiendo del contenido) en las frases habladas y princesa de primer rango es el título.

Selena
¡Son demasiados tiernos! Hasta la emperatriz viuda terminó queriendo a nuestra prota… debe haber algún secreto oculto por aquí… ¿Qué creen ustedes mis queridos lectores? ¡Es hora de opinar! Dejen sus predicciones en mensajes…

2 respuestas a “La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 113.1: Una elección difícil (1)”

  1. para mi los nenes se intercambiaron, ella es de ese reino originalmente y el de donde a ella la trataban mal -soy re mala pa los names- no tengo pruebas pero tampoco dudas, y considerando que es china lo raro sería no tener un giro de esos XD, y concuerdo son ternuritas <3

    mil gracias por el bello trabajo <3

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