Traducido por Lucy
Editado por Meli
El apoyo de Wanyan Kang hizo que Murong Qi Qi le dedicara una sonrisa. Lin Ke Xin, lo notó y un sentimiento de odio surgió en su ser, el príncipe era cercano a Murong Qi Qi y esta, con el permito del emperador, incluso podía elegirlo como esposo. Ahora, el emperador había dado el derecho de matrimonio a Murong Qi Qi..
Longze Jing Tian cayó en el abismo, como si su alma hubiese abandonado su cuerpo. Murong Qi Qi declaró que jamás lo amó, no había nada más que hacer. Fue escoltado de vuelta a su asiento por Li Yun Qing y Shangguan Wu Ji.
—Ja, ja…
Wanyan Lie se acarició la barba y asintió, ahora le agradaba más su sobrina. Habría sacrificado su vida porque Ming Yue fuera como ella.
Wanyan Bao Zhu estaba triste, Longze Jing Tie la rechazó de forma pública, pero en lugar de estar avergonzada o enfadada con él, estaba resentida con Murong Qi Qi. Por su culpa, había sido humillada. Quería arremeter con ella, pero había aprendido a controlar sus emociones y nadie notó lo que había en lo profundo de su corazón. Mantuvo la gentileza que una princesa imperial debería tener.
—¡No sé lo que la prima hermana pequeña Qi Qi ha preparado para dar a la abuela imperial! —exclamó Wanyan Bao Zhu para recobrar la atención de todos en el asunto principal.
Murong Qi Qi hizo una mueca. Ahora se daba cuenta que Murong Xin Lian había aprendido a comportarse como lo haría Wanyan Bao Zhu y no como la chica sin cerebro de antes.
—¡Qi Qi ya le dio a aijia[1] su regalo! —Dongfang Lan sonrió mientras mostraba a todos las joyas de su cuerpo—. Es de verdad una hija filial. Ella pidió a Guanghua gongzi[2] que diseñara este “Fénix Rojo Frente al Sol”.
Los presentes estaban sorprendidos, fijaron sus ojos en las joyas.
Tong Bao Zahi y Jue Se Fang de Guanghua gongzi eran lugares muy conocidos. Ahí solo diseñaban joyas únicas. ¿Cuánto dinero debió necesitar Murong Qi Qi para conseguir tal obsequio? ¿Diez mi teals de oro?
Las mujeres miraban como lobos hambrientos las horquillas para el pelo, los pendientes y las pulseras.
No había edad para codiciar tal rareza. Toda mujer amaba la belleza. Dongfang Lan sonrió, satisfecha por ser el objeto de su envidia.
—Cuando Qi Qi se casó, Guanghua gongzi apostó por ella. Esta vez, accedió a diseñar joyas solo para la abuela imperial; ¡parece que se conocen muy bien, ah!
Wanyan Bao Zhu creía que fue Feng Can quien compró la joya para hacer quedar bien a Murong Qi Qi.
—Guanghua gongzi es un buen amigo mío —dijo Murong Qi Qi y sintió que la mano de Feng Cang que sostenía la suya, se tensaba un poco.
Él ardía de celos por culpa de los cotilleos de ella y Guanghua gongzi.
—Ya que la prima hermana pequeña y Guanghua gongzi son buenos amigos, ¿por qué no le invitas a que nos visite? —propuso Wanyan Bao Zhu.
—No tiene tiempo.
—¿Oh? ¿No tiene tiempo o no son tan cercanos?
Murong Qi Qi optó por ignorarla y Wanyan Bao Zhu fue humillada de nuevo.
—Abuela Imperial, hoy es su cumpleaños. ¡Bao Zhu le presentará una canción para animar las cosas!
Dongfang Lan asintió, y alguien sacó de inmediato una cítara. Wanyan Bao Zhu tocó una canción de felicitación. Fue hermoso.
Wanyan Lie miró a su hija, había algo diferente en sus ojos.
¿Cuándo se había vuelto tan hábil con la cítara? Desde que era pequeña, nunca mostró interés, sin embargo, su acto era algo que solo se lograba con al menos siete u ocho años de práctica.
Murong Qi Qi notó el desconcierto de Wanyan Lie. Parecía que este sospechaba de la princesa. ¿Cómo podría aprovechar la oportunidad para revelar la verdadera identidad de Wanyan Bao Zhu?
Feng Cang estaba de mal humor, el hecho de que Murong Qi Qi le pidió Guanghua gongzi diseñar el conjunto de joyas, le hacía pensar que se reunieron en privado.
¿Cómo habían esquivado la vigilancia? ¿Tenían su propia forma de contactar?
Imaginar a Murong Qi Qi mostrando su belleza a otro hombre, lo hizo infeliz. Miró hacia el muro que rodeaba el palacio, impaciente porque Nalan Xin terminara con el trabajo que le encargó. Deseaba llegar hasta Guanghua gongzi y matarlo. No había explicación que le valiera, no permitiría que nadie le arrebatara a su mujer.
Los delgados dedos de Wanyan Bao Zhu giraron una vez sobre las cuerdas de la cítara y terminaron de manera satisfactoria la canción.
—¡Bien, bien!
Wanyan Lie mantuvo la actitud de un buen padre y recompensó a Wanyan Bao Zhu con un par de valiosos leones tallados en jade. Eran del tamaño de la palma de una mano y de color blanco transparente.
—¡Esta hija súbdita da las gracias al emperador padre! —agradeció con una sonrisa. Absorta por el regalo, no se percató de las sospechas del emperador.
Murong Qi Qi sintió un poco de pena por ella. Era tan tonta, que no se dio cuenta de que el obsequio había tenido la finalidad que esta se relajara y desenmascarara su verdadera naturaleza.
Mientras Murong Qi Qi pensaba en cómo acabar con ella, Wanyan Bao Zhu volvió a atacarla.
—Abuela Imperial, he que las habilidades con la cítara de Qi Qi son magníficas. No sé si estará dispuesta a tocar la cítara para la abuela.
Murong Qi Qi sacó el dedo corazón a Wanyan Bao Zhu por debajo de la mesa. ¿Por qué la odiaba tanto? Había olvidado que la madre de Wanyan Bao Zhu, Zheng Min, había muerto, de forma indirecta, en sus manos.
—¿Oh? ¿Qi Qi también sabe tocar la cítara? —Wanyan Lie se puso muy contento—. Tu madre tenía talento. Ya que eres la hija de Ming Yue, ¡no deberías ser mala!
Murong Qi Qi no podía rechazar a Wanyan Lie. Justo cuando estaba a punto de levantarse, se oyeron ruidos desde fuera de la sala.
—¿Qué pasa? —Wanyan Lie frunció el ceño.
—Respondiendo al emperador, eran unas doncellas de palacio que hablaban de que Tong Bao Zhai y Jue Se Fang están ardiendo… —dijo entre jadeos Jing De, había corrido en búsqueda de la información.
—¡¿Qué?!
Murong Qi Qi se levantó con cara de sorpresa. ¿Cómo es posible? ¿Cómo es que Tong Bao Zhai y Jue Se Fang estaban ardiendo? ¡¿Cómo puede ser?! ¡¿Con Fang Kui y Fang Tong allí, cómo pudo pasar algo?!
Feng Cang se molestó ¿ella estaba preocupada por Guanghua gongzi? ¿Cuál era la relación entre ellos?
—Es solo una tienda que se incendió. ¡¿Por qué tanto alboroto?! —preguntó Wanyan Bao Zhu, quería saber por qué Murong Qi Qi se veía tan afectada por la noticia.
Wanyan Lie también se sorprendió por el incidente, aunque Guanghua gongzi era alguien del jianghu[3], pero tenía una gran reputación. A las mujeres del harén les gustaban mucho las joyas de su tienda.
Las mujeres se pusieron ansiosas. En el lugar había tantos vestidos y joyas invaluables. ¿Quién hizo tal atrocidad? Esa persona debía estar muy celosa de Guanghua.
La gente de Tong Bao Zhai y Jue Se Fang eran asesinos de Moyu. El lugar era protegido por Fang Kui y Fang Tong, si los vencieron, solo significaba que: ¡la otra parte debía ser muy poderosa!
Murong Qi Qi deseaba poder salir volando del palacio e ir a ver cómo se encontraban. Vivió allí durante cinco años, era como su propio hogar. Si sus hermanos tenían dificultades, ¡¿cómo podía seguir sentada?!
La ansiedad de Murong Qi Qi hizo que a Feng Cang se le oprimiera el pecho, le costaba respirar.
—¡Tío, quiero ir a echar un vistazo a Jue Se Fang y Tong Bao Zhai!
Murong Qi Qi no podía esperar ni un momento más, debía ir a auxiliar a sus hermanos.
Los hombres estaban perplejos, era el banquete de cumpleaños de la emperatriz viuda. Incluso siendo buena amiga de Guanghua gongzi, ¡no tenía por qué preocuparse así!
Sin embargo, las mujeres querían que ella pudiera ir a preguntar qué había pasado. ¡Esperaban que esos tesoros y hermosos vestidos no estuvieran todos quemados!
—¡Muy bien! —accedió Wanyan Lie, ante la sorpresa de todos y además, agregó—: Emperatriz madre, Guanghua gongzi ayudó a Qi Qi a diseñar un conjunto de joyas para usted. Ahora un amigo está en dificultades, ¿por qué no dejas que Qi Qi vaya a dar un vistazo?
Dongfang Lan vio que su nieta estaba muy ansiosa y no le gustaba. Quizás ella y Guanghua no eran amigos ordinarios. ¡Qué una chica conociera a unos tipos excelentes también era bueno!
—¡Vete! ¡Presta atención a tu seguridad! ¡Deja que tu hermano te siga no sea que te encuentres con algún peligro!
Los dos se fueron rápido. El animado banquete se calmó por unos instantes, luego, la música y el baile comenzaron como si nada hubiese pasado.
Cuando Murong Qi Qi y Feng Cang llegaron a Jue Se Feng, el fuego ya había sido controlado, pero el pequeño y refinado edificio de tres plantas se había convertido en una ruina negra.
—¿Hay alguien? ¿Todavía hay gente aquí? —Murong Qi Qi se dirigió a la tienda.
—Todavía puede haber peligro dentro. —La retuvo Feng Cang—. Quédate aquí, ¡iré a echar un vistazo!
Feng Cang entró, admiró el trabajo de Nalan Xin. Seguro este había atrapado a la gente y así forzría a Guanghua gongzi a aparecer.
—¿Cómo está? —Murong Qi Qi se acercó Feng Cang en cuanto salió— ¿Todavía hay gente viva?
—No había nadie dentro. Quizás habían sido salvados o secuestrados… —contestó y la observó para estudiar su reacción.
Murong Qi Qi se puso pálida por un instante antes de que su mirada se llenara de ira. ¿Quién se atrevía a tocar a los suyos! ¡Debía estar impaciente por morir!
Entraron a inspeccionar, ella constató que no había nadie en el interior. Quizás lograron refugiarse antes de que el enemigo los atacara o tal vez todos fueron capturados.
¿Quién tenía tal habilidad? No eran personas ordinarias. No había adversario que los hiciera temer. Atacarlos de forma directa, sin duda habían usado métodos deshonestos, ¡¿quién sería más turbio que la gente de Moyu?!
¿Wu Ji Gong? Un grupo de pequeños bandidos apoyados por Wanyan Hong, no podían ser ellos. ¿Otras sectas? Imposible, Moyu no tiene enemigos.
Murong Qi Qi incluso pensó en la corte. Sin embargo, su identidad era tan secreta que ni Wayan Lie podía saberlo. Incluso si lo supiera, no arruinaría a Jue Se Fang y a Tong Bao Zhai sin una razón.
La expresión de Murong Qi QI era oscura, Feng Cang se impacientó más. Si no fuera porque debía acompañarla, ¡hubiera ido hace tiempo con Nalan Xin para torturar a todos y exponer a ese maldito Guanghua gongzi!
¡Quemar sus tiendas era demasiado fácil! Ese Guanghua gongzi apareció como un dios y desapareció como un demonio. Todos sus subordinados estaban movilizados y aún no podía averiguar nada sobre él.
No permitiría que otra persona ocupara el corazón de Murong Qi Qi.
En ese momento, Su Yue apareció delante de ellos. Le entregó una nota a Murong Qi Qi: “Esta noche, nos vemos en Cresta del León”.
[1] Aijia: Yo, usado por una emperatriz viuda.
[2] Gongzi: joven maestro.
[3] Jianghu: mundo de las artes marciales.