La consorte favorita del príncipe demonio – Capítulo 135: Noche de amantes (1)

Traducido por Lucy

Editado por Meli


La noche era tranquila y apacible. El invierno no había pasado y la primavera aún no llegaba. La noche en la montaña era un poco fría, pero dentro de la caldera de la buhardilla ardía un fuego voraz.

Solo dos velas, una de dragón y otra de fénix, iluminaban el lugar. Las figuras de dos personas se proyectaban en la pared.

Los gemidos, unos graves y otros agudos, se mezclaban; componiendo una conmovedora canción de amor.

Los cuerpos sudorosos se entrelazaban como uno solo.

El dolor en su hombro lo hizo apretar los dientes, aunque lo que en realidad deseó fue ser más duro con ella, pero no quería volver a verla llorar. Jamás imaginó que el amor entre un hombre y una mujer, fuera una dulce tortura.

—Qing Qing…

—Cang… —sollozó.

Aunque había hecho todo lo posible para relajarse, el dolor era palpable y dejó una marca profunda en el hombro de él.

Ambos iban del cielo al infierno, entre el éxtasis y la incomodidad que les causaba la contención de sus impulsos.

Ella gritaba su nombre, con la voz cada vez más ronca, mientras se aferraba a sus hombros con las manos.

El pelo largo y negro de Feng Cang cubría sus cuerpos. Por encima de su fuerte trasero, unas piernas blancas y delgadas se aferraban a su cintura como una enredadera.

Al compás de él, ella se balanceaba sobre las mantas rojas.

Feng Cang no dejaba de contemplar su cuerpo, de fijar sus ojos en los suyos para ver su propio reflejo.

—¡Qing Qing, te amo!

Le mordió los labios, con su mano derecha agarró un par de suaves manos y las atrapó por encima de su cabeza. Su mano fue más abajo, para excitarla aún más.

—Yo también te amo, Cang…

Su declaración de amor fue como combustible para él, haciéndolo arder y redoblando sus esfuerzos.

—¡Qing Qing, fuiste tú quien me encontró, enganchó mi corazón y robó mi amor! A partir de hoy, no pienses en deshacerte de mí. Vida tras vida, ¡serás mía!

—¡Cang, tengamos un hijo!

—¿Cómo podría uno ser suficiente? —Los largos y estrechos ojos de fénix destellaron un rastro de gloria diabólica y hermosa—. Al menos tres…

Sería una noche bastante larga. Luego de sus últimas palabras, él olvidó toda la ternura y cautela, dejándose llevar por la pasión. Mostrando todo su vigor.

Al amanecer, exhausta, cerró los ojos. Tumbada sobre el pecho de Feng Cang.

—Pequeña…

Sonrió con enorme satisfacción, deseaba aún más, pero la dejó dormir. Sus delgados dedos blancos se entrelazaron en el cabello de Murong Qi Qi. Le secó el cuerpo húmedo y sudoroso.

Al final, ató el pelo de ella con el suyo.

—Atar nuestros cabellos significa convertirse en una pareja casada. Qing Qing, a partir de hoy, eres mi esposa, mi única amante.

Ella solo bostezó.

♦ ♦ ♦

—¿Quiénes son ustedes? —cuestionó Hu Min, líder Wu Ji Gong, al ver a las personas detrás de sus mal heridos subordinados.

—¡Gente que ha venido por tu vida!

Nalan Xin levantó la mano. Su gente se acercó en tropel.

Aunque Wu Ji Gong era bueno usando venenos, no era nada delante de Moyu.

—¡Moyu, ustedes son la gente de Moyu! —La mano en la que sostenía la daga tembló; Su Yue, había esparcido un polvo rojo—. ¿Eres Du Xian Er?

La mujer frente a él coincidía con la descripción que se decía tenía Du Xian Er.

—¡No eres digno de que nuestra señorita use sus manos contra ti! —De un movimiento, le cortó la garganta.

Nalan Xin se sorprendió, sabía que ella y Su Mei no eran ordinarias, pero nunca lo había visto en persona.

Su Yue se giró hacía él, que la miraba, y frunció el ceño. Sin dar mayor importancia, atacó a otra persona de Wu Ji Gong. Quienes la rodearon, esperando atacar a una débil mujer, retrocedieron unos pasos.

Nalan Xin pensó que ella aún estaba molesta porque la había seguido. No solo había ofendido a wangfei, sino también a su gente.

Moyu y Fo Sheng Men cooperaron codo con codo, proto, eliminaron a todos los de Wu Ji Gong.

Nalan Xin llevó a la gente a limpiar la escena, pero Su Yue fue directo a la casa del tesoro de Wu Ji Gong.

En el lugar había valiosas piezas de oro y plata, pago de sus ilegales actividades. Wangye había ordenado que todo fuera para wangfei. Por eso Su Yue tomó el cargo:

—Wu Qing, la señorita dijo que estas cosas necesitan ser registradas. —Le sonrió al hombre delgado y guapo que estaba a su lado—. ¡Hazlo!

A Nalan Xin no le gustó el gesto, ¿por qué a ese hombre le sonreía y a él le ponía mala cara? Estudió a Wu Qing: tenía un nombre extraño, como el de una persona despiadada y no era tan apuesto como él. Se acercó a echar un vistazo, tenía letra bonita, pero no superaba su caligrafía.

¿Por qué le sonreiría Su Yue? ¿Son amantes? ¿Son pareja?, pensó con recelo.

Wu Qing estaba a cargo de las finanzas de Moyu. Usando el método de contabilidad que Murong Qi Qi les había enseñado, en un solo rato, los dos habían registrado el inventario en su totalidad.

—Apenas logra compensar la pérdida de las dos tiendas —informó Wu Qing a Su Yue.

—¡No puede ser! ¡Hay muchas cosas de valor! ¡¿No calculaste mal?! —lo cuestionó Nalan Xin.

Su Yue lo miró, sin embargo, continuó discutiendo con Wu Qing:

—Entonces, dirige a la gente para que se lleven las cosas. Copia una hoja de registro para mí. Tengo que dársela a la señorita.

Tras ser ignorado, Nalan Xin, se puso en cuclillas a un lado y los miró. Cuando terminaron, se acercó a ella con una sonrisa.

—Señorita Su Yue, ¿adónde va? ¿Vuelve al wangfu o a Cresta del León?

—Wu Qing y yo iremos a Moyu —contestó con indiferencia.

En cuanto al otro hombre, actuó como si no fuera consciente de la hostilidad. De verdad era como su nombre; solo tenía una expresión, no tenía alegría. Estaba tan callado como el agua estancada.

—Su Yue, ¡vamos! —dijo Wu Qing, inconsciente de la hostilidad del otro hombre.

Vaya, sí son pareja. Creí que era soltera y que… —Negó con la cabeza—. No tiene caso pensar en ello. Ya tiene un amante. 

Ahora comprendía a Feng Cang cuando descubrió que Murong Qi Qi era Du Xian Er y pensó que ella y Guanghua gonzi eran pareja.

El amor era un triste veneno. Se le hizo un nudo en la garganta al recordar que ella ni siquiera lo miró antes de irse.

♦ ♦ ♦

Dentro del palacio en la capital. Los funcionarios estaban sorprendidos, Feng Cang no había asistido a la corte, nunca faltaba a la corte a menos que estuviera enfermo.

El día anterior, se había marchado con la princesa y hoy no aparecía. Era sospechoso.

—Jing De, envía a alguien a investigar qué ha pasado —ordenó Wanyan Lie.

Cuando el sirviente regresó y le informó que ni Feng Cang ni Murong Qi Qi, pasaron la noche en wangfu, sonrió; sin embargo, sintió un poco de soledad, se dirigió al palacio que antes habitaba Yue Lan Zhi.

Desde la muerte de esta, nadie se había acercado.

Wanyan Lie entró en la habitación donde ella murió, aún conservaba el mobiliario original. Yue Lan Zhi fue para él, como cualquier otra que que vivió en ese lugar…

Jing De se quedó vigilando mientras Wanyan Lie se metió bajo tierra.

Se acercó a la cálida cama de jade y miró a Wanyan Ming Yue; sin una consorte a la cual visitar, no había tenido oportunidad de ir allí. Tomó su mano y se sentó a su lado.

—Yue er, he venido. ¿Me has echado de menos? Sí, así debe ser, porque estos días no he dejado de soñar contigo. ¡He venido a darte buenas noticias! ¡Tu hija ha sido encontrada! Su nombre es Feng Qi Qi. ¿No es bonito? Es casi igual a ti. Cuando vi sus ojos, mi corazón casi se detuvo. —Su mandíbula se tensó por la emoción—. ¡Es una réplica de ti antes de que te casaras!

»Es Murong Qi Qi, vino por una alianza matrimonial. Esa zorra de Li Qiu Shui se la llevó y la crió como su hija. ¡Lo había calculado muy bien! Quería humillarla junto con Feng Cang al convertirlos en amantes. ¿Sabes? No deseo que sufran como yo, cuando te vi convertida en la novia de Feng Xie. —Hizo una mueca de dolor—. No quiero que nuestra tragedia se repita.

»En el palacio, todo es como tú: los ojos de la consorte De; la sonrisa de la emperatriz; el cabello negro de Zhao; el gusto por la ciruela agridulce de Zhou; incluso la expresión ceñida de Sun… En cada una de ellas, está tu sombra. Vives a través de ellas y has estado en mi corazón. Quería que ellas me hicieran olvidarte, pero no lo logré.

»Solo cuando vi a Qi Qi, sentí que había vuelto a vivir. Cada sonrisa, cada ceño fruncido es igual. El amor entre ella y su hermano es como el nuestro, no obstante, ellos son más fuertes. Nada les impide amarse. ¡Son mucho más valientes! Él no se presentó a la corte y anoche, ninguno de los dos volvió a wangfu. ¿Qué crees que fueron a hacer? Tú, los apoyarías ¿verdad? No quiero que mi tragedia se repita. Ellos no hicieron nada malo, como no hubo nada malo en que yo te amara…

Wanyan Lie continuó divagando. Le arregló el cabello de Wanyan Ming Yue y la besó en la frente. Luego, regresó arriba, ya era por la tarde.

Jing De cerró la puerta y fijó el sello.

Cuando salieron, una persona vestida de negro apareció. Había seguido a Wanyan Lie hasta allí y vio que al marcharse, tenía los ojos enrojecidos.

¿Qué clase de misterio esconde aquí dentro?

Feng Xie, vestido de negro, tocó el sello de la puerta. Buscó una ventana sin hebilla y entró.

Estos muebles, se quedó estupefacto.

¡Era el tocador de Wanyan Ming Yue! Fueron novios desde la infancia y él lo había visto en su residencia de aquel entonces. Inspeccionó todo el lugar, todo allí, incluyendo los vestidos blancos en el armario parecían ser de ella.

¿Wanyan Ming Yue no murió y ha estado viviendo en ese palacio? ¿Por qué la escondería?

Feng Xie no podía conectar las pistas. Revisó con cuidado una vez más y no encontró ningún problema. Entonces, ¿por qué Wanyan Lie permaneció tanto tiempo ahí?

Escuchó el murmullo de dos voces femeninas,. Se acercó a la ventana y vio que se trataba de dos pequeñas doncellas de palacio.

—Hermana mayor, ¿dónde crees que se escondió la consorte Yue? Ha pasado tanto tiempo, ¿por qué aún no la han capturado? ¿Podría ser que le crecieran alas y se fuera volando? —preguntó una doncella de rosa, tenía entre trece y catorce años.

—¡Silencio! Baja la voz. ¡¿No tienes miedo de que alguien te oiga?! —la reprendió una doncella de verde.

—¡Nadie lo oiría! Su majestad y el eunuco Jin De acaban de marcharse y son los únicos que vienen aquí. Hermana mayor, he oído que la consorte Yue era muy hermosa. Era la más favorecida de los seis palacios. ¿Por qué cortaría su futuro e intentaría asesinar al emperador?

La fuga y búsqueda de Yue Lan Zhi, causó revuelo en la capital. Investigaron todos los sitios y ella nunca apareció.

—Aquí nada es ordinario. Varias nobles consortes imperiales han muerto en este palacio. Muchos sirvientes también. ¡Se dice que este palacio está embrujado! De vez en cuando, se puede oír la voz llorosa de un fantasma femenino…

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