La hija del Emperador – Capítulo 09

Traducido por Lily

Editado por Sakuya y Herijo


—¿Por qué diablos estamos aquí?

—Shh, silencio.

Después de que Serira hiciera callar a Elene, se giró para mirarme. Me sonrió dulcemente cuando nuestras miradas se encontraron. Recordaba haber aprendido que el contacto visual entre una madre y su bebé durante la alimentación era importante. Y, en ese sentido, Serira era verdaderamente la madre ideal. Practicaba conmigo técnicas de crianza perfectas.

Fue en este punto que comencé a preguntarme: ¿Acaso no he completado ya mi desarrollo emocional? ¿Voy a desarrollarme más?

Eran pequeños gestos como estos los que jugaban un papel crucial en el desarrollo emocional de un niño. Pero, dado que he reencarnado y mi mente ya se había desarrollado hasta los veinticinco años en mi vida pasada, ¿iban estas acciones a tener todavía un impacto significativo en mis emociones? Mentiría si dijera que no sentía curiosidad.

Y bueno, tampoco es que me oponga.

—¿Has terminado de alimentarla? — Irrumpió Kaitel de repente entrando en la habitación provocando un leve jadeo y haciendo que el cuerpo de Serira se tensara. Por supuesto yo también me sorprendí.

¡Oh, Dios mío, me asustaste! Le debe encantar aparecer así de la nada, ¿verdad?

—¿Por qué no respondes?

En realidad, no estábamos en mi habitación, lo que al principio desconcertó mucho a Elene. Era otra habitación en el palacio del emperador; concretamente, el despacho imperial.

—Sí, Su Majestad Imperial.

Serira dejó mi biberón vacío e inclinó la cabeza. Yo estaba acostada, así que no podía inclinar la mía. No es que tuviera que hacerlo, siendo una bebé.

Cuando empiece a hablar, gatear, caminar y aprender la etiqueta adecuada, tendré que inclinarme como Serira. Ya me siento un poco rara respecto a crecer. Siento que en realidad no quiero. Normalmente, los niños están ansiosos por crecer rápido. Ah, maldición.

—Entrégamela.

¡No! No quiero ir. Me aferré desesperadamente a la ropa de Serira.

¡No me sueltes, niñera! ¡No lo hagas! ¿Por qué ibas a hacerlo? ¡No debes soltarme! ¡No quiero separarme de ti!

Pero Serira acabó entregándome a Kaitel de todas formas, y ahora estaba en brazos del emperador.

¡Este mundo es una mierda absoluta!

—Su Majestad.

Ahora que me había raptado, Kaitel parecía darse la vuelta para dirigirse a algún sitio, como si su asunto aquí hubiera terminado. Pero Serira lo llamó para detenerlo antes de que pudiera irse. Gracias a su valentía, me aferré a un hilo de esperanza.

Kaitel se dio la vuelta ante la delicada voz de Serira, pero ni siquiera preguntó por qué lo había llamado. Ese bastardo arrogante simplemente la miró con una expresión fría. Serira sonrió incómodamente.

—En lugar de sostener así a la niña, sería mejor si…

Oh… ¿No ibas a pedir que me devolviera?

Niñera, ¿cómo pudiste hacerme esto? ¡¿Cómo?! Me sentí como un niño traicionado por su primer amor. ¡¿Cómo pudiste?! Mi niñera despiadada ahora le estaba enseñando a mi  rufián padre cómo sostenerme adecuadamente. ¡Este mundo podrido!

—D-debe asegurarse de que su cabeza no se le vaya hacia atrás, así.

Bueno, de acuerdo. Eso sí que hace que mi cuello esté más cómodo. Mi cuello era más manejable después de tres meses, pero cuando algo era incómodo, era incómodo.

Desearía no tener que ser sostenida por él en absoluto, pero parecía que mi maldito padre le había encontrado cierto gusto a sostenerme desde el incidente de la princesa. No es que viniera y exigiera sostenerme todo el tiempo ni nada parecido.

—¿Y qué más? —preguntó Kaitel desde su postura recién corregida.

Serira vaciló un momento y luego le tocó el brazo izquierdo a Kaitel.

—Solo asegúrese de sujetarle el cuello así…

El toque de una profesional era diferente, sin duda. Por supuesto, que me sostuvieran diferentes personas siempre se sentía distinto, pero no era tan incómodo ni nada que me hiciera querer llorar. En realidad, era bastante cómodo.

Me invadió el escepticismo al darme cuenta de que esto me resultaba cómodo. De hecho, me puso un poco melancólica.

En ese momento, crucé la mirada con Serira. Ella sonrió. Instintivamente le devolví la sonrisa, pero me arrepentí al instante.

—¿Está bien así?

—Sí, Su Majestad.

Tan pronto como terminó con lo que estaba haciendo, Kaitel se giró y me miró a mí, que estaba en sus brazos.

¿Qué miras? ¿Acaso te debo dinero o algo?

Lily
jajajaj esta Ari xD

Mientras lo miraba fijamente, nuestros ojos se encontraron. Sus vívidos ojos carmesí se clavaron en los míos.

Por favor, no me llames patética…

Intenté mantener una mirada vacía, pero estaba tan abrumada por su carisma que tuve que apartar la vista. En un esfuerzo por cambiar el ambiente, pataleé y agité los brazos mientras chillaba y reía alegremente.

Maldición. Soy ridículamente patética incluso para mis propios ojos.

¿Pero qué más puedo hacer? No puedo aguantar más de dos segundos en un duelo de miradas con él. Como alguien que usaba su carisma como arma, realmente parecía que tuviera cuchillas en los ojos. Es un tipo aterrador.

—Te has vuelto más pesada.

¡¿No te dije que eso es grosero decírselo a una chica?! Solo mido 64 centímetros y peso 7 kilogramos. ¡Tú eres tan pesado como un saco de arroz y te quejas de un bebé que pesa 7 kilos! Habría dicho algo si pudiera hablar, pero todavía era demasiado pequeña.

No tengo otra opción. Incluso si no fuera en lenguaje humano, tenía que expresarme.

—¡¡Mmm-ah!!

Guau. Eso no se acerca ni de lejos al lenguaje humano. Lloré por dentro.

Ni siquiera debería haberlo intentado. ¿Cómo se supone que alguien piense que eso era una expresión de mi descontento? Solo parezco una bebé que hace ruidos incomprensibles. Ah, tengo que secarme estas lágrimas. Esto es demasiado triste.

—Eres fea.

¿Debería simplemente morir?

¿Esa cosa es mi padre? No hay esperanza para mi vida. Sin esperanza, sin sueños, sin inspiración. Ni siquiera un futuro. Jaaa, si pudiera, me encantaría agarrar a Dios del cuello y darle una buena sacudida.

¡¿Qué demonios tienes contra mí?!

—No volveré a ordenarte que llores.

¿En serio ibas a ordenarme eso, padre?

Este imbécil es realmente único, ¿no? No hay ni una sola cosa normal en él. Es casi aterrador. ¿Cómo puede una persona estar tan demente? No es fácil para alguien ser así.

—Llorar te hace ver más fea.

¡Ah, maldición! Olvídalo. Renuncio. ¡Renuncio! ¡No voy a seguir con esto! ¡Lo digo en serio!

Ya no quiero vivir. ¿Qué pasa con este tipo?

Buah, que alguien me salve. Si sigo cerca de este tipo, mis valores se irán al demonio. Junto con mi cordura, por supuesto. Junto con esta sociedad y este país. Y así, el mundo será destruido. Fin.

Pensé que Kaitel me llevaba a alguna parte, pero pronto se sentó. No habíamos ido lejos, pero el despacho imperial era enorme. Había un espacio para manejar documentos, otra área de recepción separada, y la zona donde estaba yo quedaba cerca de la sala de descanso, hacia el fondo. Pude sentir lo mullido del sofá a través de Kaitel cuando se sentó.

Debe de ser un sofá lujoso. Maldición, cómo envidio el dinero que puedes gastar.

Kaitel recogió algunos documentos conmigo aún en sus brazos. Supongo que realmente está ocupado.

Eché un vistazo a esos garabatos pero pronto aparté la vista. Solo pensar en aprender a leer me daba dolor de cabeza. ¿Cuándo aprenderé todo eso? Puedo hablar coreano, japonés e inglés, pero el problema es que no soy realmente competente en ninguno de ellos. Maldición.

—¿Estás aburrida?

Me miró cuando oyó los ruidos que estaba haciendo. Quería negar con la cabeza, pero me sentía demasiado agotada para moverme. Demasiado esfuerzo. Ya he gastado toda mi energía desde el momento en que caí en tus brazos.

Viendo que realmente no reaccionaba a él, Kaitel dejó sus documentos. Ya había revisado diez páginas.

Es un lector veloz, ¿eh?

Kaitel me puso la mano en el costado y me puso de pie. Mis piernas se tensaron naturalmente en la posición erguida. Por supuesto, aún no podía pararme sola. Pero si alguien me sostenía, era capaz de poner un poco de fuerza en mis piernas. Mientras agitaba los brazos en el aire y asimilaba la sonrisa de Kaitel, de repente sentí náuseas.

¡Imbécil!

Sabía que no era más que un juguete para él, pero la conversación que había oído esa noche todavía era una sorpresa para mí. No soy su hija, solo le pertenezco. ¿Soy tu posesión material? Qué ideología arcaica, anticuada y de mierda.

Me molestó y me puso tan irritable que extendí la mano para agarrar su cabello rojizo plateado. Su cabello era bastante suave, aunque lo había agarrado con mi mano de bebé.

¿Usas algún tipo de tratamiento?

—Ah-ang.

Tan pronto como agarré su cabello, me lo llevé a la boca. Voy a morderte.

No puedo morderte el brazo ni nada con mis encías sin dientes, así que en su lugar te arrancaré el pelo. A pesar de mi ambiciosa intención de masticar su cabello, la mirada que Kaitel me dirigía se sentía increíblemente inquietante.

¿Me estoy volviendo completamente loca?

Antes de que pudiera darle más vueltas, Kaitel empezó a soltar una risita.

¿Q-qué? Vale. Eso es raro.

Sobresaltada por su risa, dejé de masticar y me quedé allí, congelada. En ese momento, mi Superman vino a mi rescate.

—Princesa, n-no debe hacer eso. Eso no es para comer.

¡¡¡Serira!!!

La niñera corrió hacia mí y sacó el cabello rojizo plateado de mi boca.

—El cabello está sucio. No puede comer eso. ¿Entiende?

No tengo a nadie más que a ti, Serira.

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