La poseída hija del Duque – Capítulo 55

Traducido por Ichigo

Editado por Tanuki


Escuchando a un lado, Tina que no entendía la situación actual ladeó la cabeza, desconcertada. Al principio, Lilia tampoco sabía lo que Kris estaba pasando, pero de inmediato se dio cuenta de algo. Los resultados del examen acababan de publicarse, así que de seguro se trataba de algo relacionado con eso. Pensando desde la perspectiva de Kris, Lilia pudo adivinar lo que Kris iba a preguntar.

De seguro sobre qué “medidas” había tomado Lilia para conseguir esa puntuación.

Kris seguro no creía que fuera por la propia habilidad de Lilia y ella también lo entendía. No era posible que alguien pudiera subir sus notas así de repente.

No era necesario que Kris creyera nada pero aun así, decidiendo no engañarlo, Lilia lo miró con atención.

—Fue mi propia y genuina habilidad.

Kris entrecerró los ojos y observó a Lilia con atención. Era como si Kris estuviera tratando de averiguar la verdad real de ella, pero Lilia no se sintió insultada por ello. Por el rabillo de su ojo, Tina se agitaba, así que Lilia le hizo un gesto con la mano para indicarle que todo estaba bien.

—Ya veo, muy bien entonces.

Por fin, Kris apartó la mirada de Lilia y esbozó una sonrisa.

—Es usted increíble, Señorita Lilia. A decir verdad, dudaba de usted. Mis disculpas —dijo Kris, inclinando la cabeza.

Lilia resopló, y agitó la mano para mostrar que no le importaba.

—Si yo estuviera en tu lugar, sin duda también dudaría.

Lilia tomó asiento y bebió un sorbo del té negro que Alisa le había preparado. Después de saborearlo despacio, dejó escapar un suspiro.

—Aun así, ¿cómo sabías mis notas? Bueno, aunque no me respondas tengo una idea de cómo.

—Eh, bueno… Es como has adivinado. Lo diré por el honor de su Alteza pero el que preguntó fui yo.

—Ya veo. Bueno, si es así no hay ningún problema. Es algo de lo que tú, Kris, te habrías enterado de todos modos.

Para el príncipe es evidente, pero los padres de Kris también están en condiciones de inspeccionar las notas de los alumnos. Si era cuestión de enterarse antes o después, enterarse antes no era para tanto.

—¿Significa eso que el Príncipe buscó de manera egoísta la nota de Lilia?

—Señorita Tina. Es la señorita Lilia. Lo dejé pasar la última vez pero ya que yo, una forastera, estoy aquí mantengamos algunas normas.

—Ah… me disculpo. Señorita Kris. Señorita Lilia.

Tina inclinó la cabeza con respeto. Hablando de normas, en primer lugar, entrar en una habitación sin informar a su propietario es también un problema, pero Lilia decidió fingir que no se dio cuenta de eso.

—Tina. No te preocupes, creo que el Príncipe estaba, sin mala intención, investigando solo por esta vez. Además, en lugar de comparar mis notas en específico, de seguro estaba investigando quién era quien sacaba mejores notas que él. Si era un individuo prometedor, de seguro quería ponerlo bajo su ala mientras pudiera.

—Es como usted lo ha dicho. Sin embargo, resultó que puso una expresión compleja debido a la señorita Lilianne. Sí, hasta a mí me costó reprimir una sonrisa ante eso.

Kris, divertida, se rió de forma sarcástica pero también un poco a modo de disculpa.

—¿Y? ¿Qué dijo entonces el Príncipe?

—Nada en particular. Pero, se preguntó si Lilia de verdad no hizo nada y solo me ordenó confirmarlo.

—Bueno, eso era de esperar. Gracias por tu duro trabajo, Kris.

Mientras Lilia le decía esto a Kris con una sonrisa, ella abrió los ojos por un segundo y luego dejó escapar un pequeño suspiro. Lilia ladeó la cabeza, preguntándose qué le pasaba, y Kris negó con la cabeza.

—Santo cielo. Señorita Lilia, usted también, la señorita Tina está aquí, ¿sabe? ¿No cree que está siendo demasiado informal?

—Oh Dios, no hay nadie aquí a quien le importe. Como no hay nadie más que yo, lo permitiré.

—Eres la misma de siempre, eh… Entiendo que intentes cambiarte pero es mejor que prestes más atención a tu forma de hablar y de comportarte ya sabes.

—Eso puede ser cierto. Lo tendré en cuenta a partir de ahora.

Lilia aceptó las palabras de Kris con sinceridad. Kris pareció sorprendida por eso, pero esta vez, solo entrecerró un poco los ojos y no mostró ninguna otra reacción aparte de esa. Ahora que su asunto había terminado, Kris se levantó de su asiento.

—Bien, entonces, ahora volveré.

Diciendo esto, Kris se dirigió hacia la puerta. Lilia pensó en llamar a Kris, pero al final, no dijo nada y se limitó a observar su figura en retirada.

—¿Y bien? Tina, ¿cómo te fue?

Tina, que tenía la mirada perdida, volvió en sí cuando Lilia la llamó, intentó responder con alegría, pero, por alguna razón, su energía decayó rápido y se desanimó. Mientras Lilia fruncía las cejas en señal de confusión, Tina habló en voz baja.

—Al enterarme de las calificaciones de Lilia… me siento avergonzada por ser tan alegre… Creo que sería bueno que me fuera.

—Antes de irte, primero debes responder de manera adecuada. No permitiré que guardes silencio sobre esto cuando fui yo quien te tuteló.

—Ah —dijo Tina, sin palabras, y por fin dejó escapar una señal de resignación. Dejó en silencio el boletín de notas y el examen sobre la mesa. Mirando los papeles, Lilia ladeó la cabeza.

—Octavo puesto. Creo que es suficiente, ¿no?

—Sin embargo, recibí clases particulares de Lilia. Lo siento porque mis notas no son más altas…

[S] ¿Qué tan alta es su meta para que no se sienta satisfecha con esto…?

[L] Para un noble de clase baja, con este grado es más que suficiente.

Sin embargo, tener ambición es algo bueno. Si Tina estuviera satisfecha con esos resultados, Tina dejaría de esforzarse más. Lilia sintió lástima por Tina pero decidió dejar que ella continuara con sus pensamientos decepcionados.

—Por cierto, ¿qué pasa con Lilia? Creo que tengo una idea de la conversación, pero…

—Conseguí el primer puesto.

—Uwah… Como era de esperar de Lilia. Como amiga, estoy muy orgullosa. Sin embargo, en comparación, estoy…

—Si no estás satisfecha con tus resultados, puedes volver a estudiar la próxima vez. Te daré clases particulares cuando quieras.

Después de que Lilia había dicho eso, Tina levantó la cabeza vigorosa y comenzó a mirar fervientemente a Lilia.

—¿De verdad está bien?

—Por supuesto. Porque… porque eres mi amiga.

Lilia terminó diciendo la última parte con voz suave. Aun así, Tina lo escuchó con claridad y su rostro se iluminó. Mientras Lilia desviaba la mirada hacia abajo, avergonzada, Tina se rió.

—¡Sí! ¡Estaré a tu cuidado entonces Lilia!

—Ehh… Sí.

Después de dar un poco de respuesta, Lilia se preguntó si eso era suficiente cuando Tina, como era de esperar, se rió de nuevo.

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