Matrimonio depredador – Capítulo 68: Recuerda

Traducido por Yonile

Editado por YukiroSaori


Leah se emocionó con su elogio. Cuando ella inclinó la cabeza hacia atrás y levantó los labios, Ishakan la besó como si lo hubiera estado esperando. Se sentía tan bien que casi no pudo soportarlo cuando su lengua se deslizó dentro, lamiéndola profundamente.

—Ah… hmm…

Dejó escapar un gemido, disfrutando del placer cuando Ishakan la besó. Tirando de su mano hacia abajo de su pecho, la movió a sus piernas, rozando sus muslos empapados de sudor y tocando su ropa interior mojada. La vergüenza que surgió entonces empequeñeció lo que había sentido cuando se había tocado el pecho, y Leah trató de retirar la mano. Pero no pudo. Ishakan lo sostuvo firmemente donde estaba.

Agarrando su mano, la hizo explorar a través de su ropa interior y luego tocarse a sí misma por dentro, sintiendo su propia humedad.

—Ah, Ishakan…

Leah estaba nerviosa, le temblaban las piernas. Cada vez que sus dedos tocaban su propia carne, sus caderas se sacudían y podía sentir la hinchazón de su clítoris. Cada vez que lo tocaba con los dedos, le ardía la cara.

Pero no había terminado. Ishakan movió su propia mano para tocar el borde de su abertura húmeda y Leah sollozó en voz alta.

—¿Ahora puedes hacerlo sola, Leah? —Él mordió suavemente el lóbulo de su oreja, incitándola suavemente—. Me voy a encargar de la parte inferior, así que frota la parte superior.

Su grueso dedo empujó dentro de ella y su cara se sonrojó de vergüenza mientras obedecía, frotándose el clítoris. Los dedos de Ishakan se flexionaron hábilmente mientras se movían dentro de ella, acariciando rápida y profundamente, y produciendo un sonido humillantemente húmedo.

La mano de Leah se movió, pero a pesar de sus esfuerzos, le resultaba difícil seguirle el ritmo.

—¿Hasta cuándo…? ¡Ah! ¿Tiene que hacerse?

—Hasta que te vengas una vez. Toca tu pecho también.

Su otra mano estaba colocada sobre su seno, y gracias a la amabilidad de Ishakan, ahora estaba tocando tanto su seno como su clítoris al mismo tiempo.

—Eres una princesa inteligente, así que podrás hacer lo que te he enseñado, ¿verdad?

Si no hubiera tenido los ojos vendados, lo habría mirado. Pero Leah estaba en la oscuridad y no parecía poder orientarse. Su cuerpo se estremeció mientras se frotaba el clítoris y los dedos de Ishakan empujaban dentro de ella una y otra vez al ritmo de sus movimientos. Su mente estaba llena de vergüenza y placer, e Ishakan le lamió la oreja.

—Sí. Lo estás haciendo bien —susurró.

Detrás de su trasero, podía sentir algo calentándose, endureciéndose lentamente. Tan pronto como sintió su excitación, Leah se estremeció y todo dentro de ella se encendió. En la oscuridad total, los sonidos y las sensaciones eran tan intensos. Sin que ella se diera cuenta, otro dedo se había unido al primero entrando y saliendo de su abertura, y se estaba volviendo difícil soportar el movimiento. Cuanto más atormentaba sus oídos el sonido húmedo, más aumentaba su placer.

Un hormigueo en su vientre se apretó, y su interior estaba tan caliente.

—Mmm…

Leah gimió, frotándose el clítoris con más fuerza, perdida en una respuesta instintiva. Ishakan separó las piernas con una mano, observando cada momento atentamente.

—Recuérdalo claramente.

Otro dedo se deslizó dentro de ella. Un estremecedor placer sacudió su cuerpo y volvió a gemir. Los dedos dentro de ella se movieron más rápido, más fuerte, intensificándose.

—Lo que hiciste conmigo en tu cama.

—¡Ahh, hmm, ah, Ishakan…!

—Cada vez que te acuestes en la cama y te cubras con la manta… recordarás lo que te he enseñado en este momento. —Su suave voz llenó sus oídos—. Nunca olvides eso, Leah.

Su espalda se arqueó cuando todas las sensaciones que sintió estallaron al mismo tiempo, y la parte inferior de su cuerpo se tensó.

—¡Ah…!

Leah se estremeció al llegar a su primer clímax.

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