Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
Tarde en la noche, en el Palacio Platino No. 6.
—Maldición, maldición, maldición, maldición… —murmuraba un rubio mientras rodaba por la cama.
Lei Ming, sentado en el sofá frente a él, bostezó con una expresión despreocupada.
—Llevas maldiciendo toda la noche. ¿Qué sucedió?
Jiang Muye reveló de inmediato el brillo duro en sus ojos, e incluso sus caninos lucían fieros en la luz.
—¡No hables de toda la noche! ¡Esa Xiao Xi tenía razón, diciéndome que me quitó un 0.1 puntos por mi falta de IQ! ¡Maldición, maldición, maldición…! ¡Soy tan estúpido que no tengo cura! ¡¿De qué sirvió usar la grabadora?! ¡¿Por qué no filmé en secreto?! ¡¿Por qué, por qué, por qué…?!
Las esquinas de la boca de Lei Ming temblaron mientras sudaba, sin entender por qué Muye estaba en tal estado. Sin embargo, no tenía ningún punto para entenderlo. Cada vez que Muye enloquecía de esta manera, Ning Xi estaba involucrada.
—Muye, ¿estás intentando volver a salir con Ning Xi?
Jiang Muye se congeló como si lo hubieran transformado en piedra, y bufó con fuerza.
—¡Tendría que estar loco para volver con esa bastarda! ¡Todavía tengo pesadillas en la noche por lo que me hizo!
Lei Ming lo observó sin palabras; lucía como una ama de casa rechazada. Era claro que le gustaba, pero seguía en negación.
En realidad, siempre había sospechado que, aunque los dos habían salido, el único enamorado había sido Jiang Muye. De otra forma, ¿por qué se enojaría tanto cuando descubrió la verdad? En cuanto a sus sentimientos por Ning Xi ahora, ¿quizás sean porque la línea entre el amor y el odio era muy delgada?
No obstante, era probable que tuviera sentimientos por ella sólo porque no podía tenerla.
Jiang Muye estaba en medio de su berrinche, rodando y girando en el suelo, cuando el teléfono sonó. No estaba de humor para responder, por lo que al final, Lei Ming lo tomó y lo observó.
—Es una llamada de tu padre.
—¿Mi padre? —Preguntó Jiang Muye, levantándose de inmediato.
Como había entrado a la industria del entretenimiento, su padre había peleado con él hasta que se volvieron enemigos. ¿Por qué tomaría la iniciativa para llamarlo ahora?
La aprehensión inundó su corazón al tomar la llamada.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que hablaron, y todavía sentía resentimiento en su corazón, por lo que ni siquiera lo saludó.
—Jefe Jiang, ¿qué negocios tiene para llamarme a esta hora de la noche? —Preguntó en un tono frío.
Un suspiro fastidiado sonó a través del auricular.
—Muye, sólo ven a casa —dijo un hombre en tono extremadamente cansado—. La compañía está por colapsar.
—¿A qué te refieres con eso? ¿Qué sucedió? —Preguntó Jiang Muye, cambiando su expresión de inmediato.
—Había un espía en la compañía, y algo salió mal con la colaboración que teníamos con HN. Ahora mismo no puedo confiar en nadie. El único en quien puedo confiar eres tú. ¿Realmente tienes el corazón para observar a la compañía que tu padre ha construido la mayor parte de su vida ser destruida en un día? —Jiang Tingguang prácticamente estaba rogando.
—No me retiraré de la industria del entretenimiento —dijo su hijo, apretando el teléfono con fuerza—. ¡También te dije que no regresaré para tomar el cargo del negocio!
—Muye, no te estoy pidiendo que te retires. Haz lo que quieras sobre el liderazgo de la compañía. Sólo espero que puedas tomar algo de tiempo para venir a ayudarme.
Jiang Muye era del tipo de persona que cedía sólo cuando lo persuadían, y no cuando lo obligaban. Esta era la primera vez que su viejo le hablaba de esta forma, ya que siempre actuó como un tirano en su casa. No podía soportar escucharlo actuar de esta manera, por lo que, en lugar de rechazarlo de inmediato, se sentó y dijo:
—He estado muy ocupado últimamente… ¡Déjame pensarlo!
—¿Sucedió algo en la compañía de tu padre? —Lei Ming le preguntó, preocupado, una vez que lo escuchó colgar—. Los asuntos familiares son más importantes, así que te ayudaré a arreglar el horario de trabajo.