Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
Ning Xi bajó el libreto en sus manos y lo miró con calma.
—Bien, hoy en la fiesta de cumpleaños, quiero que dejes a Ning Xueluo. Comparado con la humillación que sufrí en el pasado, solo te estoy pidiendo que la abandones. ¿Eso es lo suficiente comprensible y amable?
—Xiao Xi, eso… —Su Yan palideció.
—¡Ning Xi! ¿Cómo puedes ser así? —Sonó el llanto de Ning Xueluo.
Ning Xi se cruzó de brazos con tranquilidad. —¿Qué es lo que hice?
—Lo más probable es que todavía no puedas dejar ir al hermano Yan —dijo Ning Xueluo, mirándola con ira y lástima—. Por eso me odias tanto. ¡Me odias por habérmelo llevado! ¿Pero cómo puedes ser tan egoísta como para usar un método tan cruel para separarnos? ¡El hermano Yan ni siquiera te ama! ¿Cuál es el punto en hacer eso?
Cuando vio que Ning Xueluo estaba tan molesta que apenas podía respirar, Su Yan se apresuró a palmear su espalda.
—Xueluo, no te pongas tan emocional. Creo que Xiao Xi solo estaba bromeando…
Ning Xi sonrió mientras observaba a las dos personas actuar de manera tan dramática.
—No estoy bromeando. A menos que no hayas hablado en serio antes, cuando dijiste qué harías lo que yo quisiera.
—¡Hermano Yan, mírala! Le pedimos perdón con sinceridad y humildad, ¿pero qué hay de ella? ¡Siempre nos hace las cosas difíciles, una y otra vez! En verdad no planeas acceder a su petición desvergonzada, ¿verdad? —La expresión de Ning Xueluo estaba llena de pánico, mientras miraba desesperada a su novio.
—Chica tonta, ¿cómo podría…? —La tranquilizó Su Yan, palmeando su cabeza. Luego miró con reproche a Ning Xi—. Lo lamento, Xiao Xi, pero no puedo acceder a tu petición.
—Entonces, desaparece de mi vista —dijo, lanzándoles dagas con la mirada. Ya estaba cansada de jugar con ellos, así que los echó en cuanto perdió el interés.
—¡Ning Xi, ¿qué tipo de actitud es esa?! Si debes culpar a alguien, cúlpame a mí. ¡Esto no tiene nada que ver con el hermano Yan! ¡¿Cómo puedes tratarlo así?! —Lo defendió Ning Xueluo.
Ning Xi la aplaudió. —Los sentimientos que tienen hacia el otro pueden conmover a los Cielos y llevar a las personas a las lágrimas. Entonces, Ning Xueluo, seguramente estarás dispuesta a hacer lo que sea para compensarme por tus crímenes, además de que no te contendrás si es para ayudar a Su Yan, ¿verdad?
Ning Xueluo frunció el ceño al escucharla. ¿Quién podía saber qué clase de trama estaba creando esta mujer? Sin embargo, solo tenía una manera en la que podía responder. —¡Por supuesto! ¿Qué es lo que quieres?
Ning Xi murmuró para sí misma por un largo rato bajo la mirada atenta de Ning Xueluo antes de responder.
—Ya que las cosas llegaron a esto, está bien si Su Yan no te deja, siempre y cuando abandones tu posición como la hija mayor de la familia Ning y regreses a la villa de la familia Tang, y vivas como Tang Xueluo. Entonces, todas las deudas entre los tres quedarán en blanco. ¿Qué piensas?
Ning Xueluo abrió los ojos, como si hubiera escuchado algo en verdad aterrador, y sacudió su cabeza con violencia.
—No… ¡No hay manera! ¡Ning Xi, ¿cómo puedes ser tan cruel?! ¡¿Cómo puedes forzarme a dejar a mis padres, a dejar mi casa en donde viví por veinte años…?!
—Suficiente, suficiente —sacudió la mano Ning Xi, impaciente—. Tu actuación es demasiado terrible, deberías detenerte. Realmente me quema la vista verlo. Les pedí a ambos que se alejaran tanto como fuera posible, pero ustedes dos siempre se acercan, pidiéndome que les haga alguna petición. Juraron solemnemente que harían lo que fuera que preguntara, pero cuando les digo lo que quiero, no dejan de escupir que soy una desvergonzada, una desalmada e irrazonable. ¿Cómo es eso hacer las paces? Hablan tanto como quieren, pero solo aplican lo que dicen en condiciones que les convengan. Ninguno encuentra esto hipócrita, pero yo lo encuentro desagradable. Por ello, solo tengo una palabra. Piérdanse.