Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
En el siguiente instante, sus ojos se abrieron por completo, y la figura del hombre se reflejó en sus ojos desesperados, pero claro. La chica lo miró abrumada, con una expresión perpleja, hasta que pudo enfocar con claridad. Grandes gotas de lágrimas se reunieron en sus ojos, fluyendo por el borde hasta caer una tras otra, luciendo interminables.
—Ning Xi… —Lu Tingxiao entró en pánico por completo al verla llorar—. ¿Qué sucede? ¿Te duele en alguna parte? Lamento haber llegado tan tarde… No llores más… Te llevaré al hospital… Tú… No llores más, ¿de acuerdo?
Su corazón estaba a punto de dejar de latir.
Los ojos de Ning Xi estaban rojos, mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Con un gran esfuerzo, intentó levantar su mano, pero ésta cayó a medio camino.
—¿Quieres levantarte? —Le preguntó Lu Tingxiao, y se inclinó de inmediato para ayudarla.
Cuando estaba a punto de ponerla fuera de la cama, sus brazos rodearon su cuello. Su cabeza se enterró en su hombro y su cuerpo comenzó a temblar debido a su llanto. Sus lágrimas mojaron sus ropas rápidamente.
Lu Tingxiao sintió que un cuchillo se enterraba en su corazón, extendió sus largas manos para acariciarla gentilmente, como si fuera una frágil pieza de vidrio.
—No tengas miedo… Todo está bien… Todo está bien… Lo lamento, lo lamento…
Lu Tingxiao la sostuvo gentilmente hasta que pudiera recuperar el aliento, y como no quería asustarla más, congeló su cuerpo hasta parecer una piedra.
Después de un largo tiempo, Ning Xi, finalmente, se calmó lo suficiente para susurrarle algo al oído con su voz ronca y en un tono extremadamente débil y desesperado que nunca le había escuchado antes.
—Qué suerte que eres tú…
Acababa de decir que era afortunada…
Esas palabras golpearon con fuerza en su corazón.
En algún momento, quizás, ella misma todavía no había notado desde cuándo, había comenzado a confiar en él hasta este punto.
—Lu Tingxiao, no tienes idea del horrible día que tuve… Antes de verte… Ya estaba comenzando a dudar de esta vida, y casi me había rendido con el mundo… —murmuró ella, forzando una sonrisa.
Había pensado que era infalible y que no había nada que pudiera desbalancearla. Sin embargo, cuando lo que le sucedió esa noche de hace cinco años estuvo por sucederle de nuevo, no pudo evitar caerse a pedazos.
Lo había pensado antes. Aunque Zhu Xiangcheng no estuviera intentando tomarla para sí, lo más probable es que quisiera entregarla a alguien más. Aves del mismo plumaje vuelan juntas, por lo que alguien que fuera su amigo definitivamente sería un nombre nauseabundo.
Ahora mismo, estaba feliz de haberse equivocado, pero no había esperado que la persona a la que Zhu Xiangcheng quería favorecer fuera Lu Tingxiao.
Los ojos de Lu Tingxiao se llenaron de intención asesina, pero su tono era extremadamente gentil cuando le habló:
—Lo lamento, fue mi culpa que fueras arrastrada a esto. Esa noche quería ayudarte, pero causó un malentendido con Zhu Xiangcheng. No pensé que fuera a hacer algo como esto.
—¿Cómo podría culparte? Estabas intentando ayudarme —dijo y, en ese momento se dio cuenta de que seguía tirada sobre su cuerpo, por lo que intentó enderezarse de inmediato, algo incómoda—. Lo lamento, ensucié tu ropa.
Ella se arrodilló frente a él con su rostro lleno de lágrimas. Habiendo perdido los pétalos de rosa que la cubrían, sus delgadas ropas no hacían nada para proteger su modestia.
—Está bien —tosió Lu Tingxiao, desviando la mirada. Ning Xi intentó enderezarse, pero comenzó a tambalearse, y él se apresuró a ayudarla—. ¿Te encuentras bien? Te llevaré al hospital…
Ning Xi se sonrojó y sacudió la cabeza.
—Con este tipo de droga, aunque vaya al hospital no podrán hacer nada. Oh, um… Lu Tingxiao, ¿puedo pedirte un favor?