Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
—No hay prisa —dijo Lu Tingxiao, un destello frío pasó en lo profundo de sus ojos. Lu Jingli se rascó la barbilla.
—Eso es cierto, tenemos nuestra carta del triunfo de todas formas. Vamos a dejarle causar más problemas. ¡De esa manera, será más divertido cuando llegue el momento!
—Prepara un contrato para Ning Xi —le instruyó el CEO. Los ojos de su hermano se iluminaron.
—¿Un contrato? Hermano, ¿por fin vamos a traer a la cuñada a “Glory World Entertainment”?
—Prepara un conjunto de perfiles con los agentes que “Glory World Entertainment” tiene disponibles también.
Sus palabras eran una respuesta indirecta a la pregunta de Lu Jingli.
—¡Lo entiendo, lo entiendo! ¿Vas a elegir a su agente personalmente? Cielos, si me dieras un 0.001% del mismo trato que le das a Xiao Xi, estaría satisfecho —se quejó con un tono amargo. Al escucharlo, Lu Tingxiao lo miró de reojo, y de repente extendió una de sus manos.
Lu Jingli pensó que iba a golpearlo, por lo que, sin pensarlo, se retiró de inmediato para evitarlo.
—¡¿Qué dije, qué hice mal esta vez?!
Al final, Lu Tingxiao solo llegó a su cuello, el cual palmeó levemente. Un gesto demasiado íntimo de su hermano… Lu Jingli estaba tan abrumado por el inesperado afecto que estaba por ascender al cielo, a pesar de que sus orejas ardían un poco.
—Hermano, ¿qué…? ¿Qué estás haciendo?
Lu Tingxiao frunció un poco el ceño al mirarlo, pero su tono era gentil.
—No pienses solo en jugar todo el día, trabaja duro y encuentra a alguien con quien pasar el resto de tus días.
Lu Jingli lo miró estupefacto por un momento, antes de que su cuerpo temblara con fuerza.
—¡Oh, dios mío! ¡Me estás asustando! ¡Hermano, que me trates así de repente es incluso más aterrador que cuando me golpeas!
—El matrimonio es importante. Me encargaré de ello por ti cuando regresemos —continuó.
—¡OH! ¡Por favor, no! ¡Hermano, déjame seguir viajando libre! ¡Por favor! ¡No volveré a molestarte! ¡Regresa a ser tu yo frío de siempre! —Lu Jingli casi se orinó en los pantalones por el miedo.
¿Y si mi hermano elige a una mujer tan aterradora como él? ¿O peor, a una como Xiao Xi? ¡Definitivamente no podría manejarla! ¡Sus gustos son demasiado extremos! ¡A mí me gustan las mujeres gentiles!
—Hermano, no depende de nosotros, los nombres, preocuparnos por cosas como esta. ¿Por qué no esperas hasta que estés casado con la cuñada y dejas que ella me presente a alguien? —Le sugirió, sintiendo una buena idea llegar en medio de una emergencia—. ¡Definitivamente podrá darnos algunas buenas ideas!
Lu Tingxiao lo pensó por unos momentos después de escuchar la sugerencia.
—Bien.
Lu Jingli se palmeó el pecho, dando un suspiro de alivio ante el milagroso escape. Había pasado por varias novias en el pasado, pero ahora casi se cumplía un año desde que no salía con nadie. Por alguna razón, comenzó a sentir que ya no tenía sentido tener citas. Actualmente, no quería volver a intentarlo para nada.
En especial después de ver a su hermano con Ning Xi. Ellos le hacían sentir que el “amor” que tuvo en el pasado no tenía significado.
Muy bien, lo admito. Estoy celoso.
Estaba celoso de su hermano, que por fin se las había arreglado para encontrar a su verdadero amor a pesar de haber estado soltero los últimos 32 años. Había dudado de que pudiera conseguirlo en esta vida… Mientras más lo pensaba más triste se sentía, así que eligió que lo mejor sería irse para no seguir siendo abusado por sus muestras de afecto.
—Hermano, si no hay nada más, me retiraré primero. Me apresuraré a preparar lo que querías y enviártelo. Ciao~.
♦ ♦ ♦
No fue hasta la noche del día siguiente que Ning XI despertó. Cuando abrió sus ojos de nuevo, sintió que su cuerpo estaba flotando. Su mente estaba adormecida, y sentía que el día anterior había pasado hace años.
Cuando Lu Tingxiao abrió la puerta, se encontró con la siguiente escena.
Bajo la luz del sol que llegaba a través de la ventana, la chica vestida en una camisa de hospital ligera tenía la mirada de alguien que acababa de despertar. Estaba sentada, en obvia confusión sobre la cama de hospital blanca, con una expresión adormecida que atraía simpatía y afecto, al igual que el abrumador deseo de tenerla entre sus brazos.