Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
Al final, los resultados fueron los siguientes: el otro grupo estuvo dispuesto a arreglar la discusión en privado, y no se atrevieron a mencionar la corte de nuevo. Ning Xi se quedó mirando la situación desarrollarse en un silencio estupefacto.
¿Así que el abogado Chen había estado guardando su fuerza para atacar con un golpe definitivo?
La única persona más atónita que ella era Chang Li. Los tres abogados a su lado estaban en un estado similar.
En el momento en que Ning Xi y su abogado estaban por retirarse, el empleado de la familia Ning, Cai Yingyong, se puso de pie con emoción.
—Por favor, espere un momento —dijo con una expresión que era a partes iguales llena de sorpresa y sospecha, dirigiéndose a su oponente—. Si puedo ser franco, me gustaría hacerle una pregunta. ¿Es usted…? ¿Es usted, por alguna casualidad, el gran abogado Chen Jing?
Los otros dos abogados de pie a su lado mostraron expresiones sorprendidas al escucharlo.
—¿Qué…? ¿Chen Jing? ¿“Ese” Chen Jing? ¡Es… Es imposible, ¿verdad?!
Habían subestimado por completo al misterioso abogado que Ning Xi había traído hasta ahora, por eso no habían pedido su identidad. Sin embargo, mientras más lo pensaban, más sentían que algo no estaba bien. A pesar de que nunca habían visto a Chen Jing con sus propios ojos antes, sabían muy bien la manera en que trabajaba. Era un hombre de pocas palabras, al punto en que las personas pensaban que era mudo, pero una vez que comenzaba a trabajar, era como si se encendiera un loco interruptor: su discurso rápido, lógica irrefutable, palabras directas y al punto, con un poder explosivo de pelea…
El abogado Chen ignoró por completo a Cai Yingyong, y caminó fuera de la sala de reuniones sin pausar sus pasos.
Ahora, sola en la sala, Chang Li colapsó en una silla. Toda la sangre se había drenado de su rostro.
¡Es el fin!
Ning Xueluo le había repetido sin cesar que no podía permitir que rompieran el contrato de Ning Xi, pero ahora todos sus planes estaban arruinados. El abogado que Ning Xi había traído resultó ser el número uno de la capital, el Gran Abogado Chen.
¿Por qué esa persona haría todo su camino hasta aquí para ayudarla a negociar un asunto tan pequeño como un contrato? ¡Ese abogado cobra por minuto, y el precio no es nada bajo! ¿Podría ser… que el apoyo de Ning Xi es este abogado?
♦ ♦ ♦
Todo el camino que hizo hasta salir del edificio de la empresa, Ning Xi se mantuvo en un trance. No había esperado que este abogado de apariencia seria y aburrida fuera alguien tan fiero. ¿Todos los abogados del departamento legal de Glory World eran tan épicos?
Mientras estaba perdida en sus pensamientos, un gran grupo de reporteros la rodeó de repente, cubriendo por completo la entrada del edificio.
—¡Ning Xi! ¡Ning Xi! ¿Has venido a rendirte?
—¿Tienes algo que decir sobre tu intento de asesinato a Ning Xueluo?
—Ning Xueluo ha anunciado generosamente que te dará la oportunidad de dar vuelta a la página siempre y cuando te disculpes. ¿Te sientes avergonzada por tus acciones?
—¿Puedo preguntar si también estabas detrás del asunto con Jia Qingqing?
—Escuché que Starlight anulará el contrato contigo y te colocarán en la lista negra. ¿Eso es cierto?
Los reporteros estaban presionando hacia adelante enloquecidos, apretando a Ning Xi. Ella solo tenía sus dos brazos para defenderse contra la multitud, y no le haría nada bien a su imagen si comenzaba a golpear periodistas, así que no podía hacer nada.
En el momento en que estaba pensando en usar medidas drásticas para salir del grupo, cinco bien entrenados guardaespaldas en trajes negros salieron de alguna parte y controlaron a la multitud en diez segundos. Protegieron a Ning Xi, colocándola en el centro, sin dejar que nadie los atravesara.
Los periodistas intercambiaron miradas. ¿Qué estaba sucediendo? ¿De dónde habían salido estas personas? ¿Cómo podía una pequeña actriz como Ning Xi, que no tenía ningún poder, dinero o apoyo, y en una situación peligrosa, contratar guardaespaldas como estos hombres? ¡Y encima eran cinco!
Para evitar causar un escándalo y rumores maliciosos para Ning Xi, estos guardias no tenían emblemas que los identificaran como trabajadores de la familia Lu. Sin embargo, sus cuerpos eran suficientes para asustar a los reporteros.
Ning Xi se quedó de pie en el centro del círculo protector, y pudo enfrentarse a las hienas con una expresión tranquila y compuesta.
—Para empezar, soy inocente, por lo que no he venido a entregarme. Tampoco tengo razones para sentirme avergonzada —comenzó con un tono elevado para que todos pudieran escucharla—. Segundo, la verdad del incidente con Jia Qingqing ya se ha revelado, por favor no intente oscurecer los hechos y engañar al público. ¡De otra manera, se les acusará de calumnia! Tercero, ya he terminado mi contrato con Starlight hace unos minutos. Sin embargo, fui yo quien comenzó la conversación, ellos no me han despedido. Por último, ¡si quieren colocarme en la lista negra, me gustaría verlos intentarlo!