Mi hermana, la heroína – Capítulo 6

Traducido por Sharon

Editado por Nelea

Corregido por Maru


Yacía atrincherada dentro de la oscuridad, donde ni una mota de luz existía.

Una niña normal de siete años estallaría en lágrimas ante tal oscuridad, sin embargo, como una genia, yo no le temo. A pesar de que la visibilidad era poca y no podía moverme muy bien, sin saberlo me sentía calmada mientras acunaba mis rodillas.

Era algo que puedo hacer para siempre.

Mi actual ánimo melancólico y la habitación se sentían en armonía. Sólo sujetando mis rodillas, mi corazón fue capaz de calmarse. Mientras estaba aquí considerando mi último aliento o abrir los ojos, gradualmente un sentimiento de debilidad comenzó a expandirse.

Poco a poco, mi conciencia se disolvía, fusionándose con la oscuridad de la habitación.

Ahh, finalmente logré estar en sintonía con el mundo y alcancé la iluminación, pero en ese momento una luz me iluminó desde arriba.

—La encontré, Joven Ama.

—Es Marywa…

Habiéndome acostumbrado a la oscuridad, incluso la más débil luz era cegadora.

Abrazando mis rodillas en una caja vacía en la despensa, entrecerré mis ojos para mirar a Marywa.

—La residencia se ha vuelto algo ruidosa, ¿sabe? Escuché que la Señorita Christina se había desvanecido repentinamente.

—Deberían. Es porque me escondí aquí todo el tiempo. ¿Cómo supo Marywa que yo estaba aquí?

Estaba en la despensa más profunda del edificio. Además, dentro de una caja vacía. Después de que mi demanda fuera rechazada por Padre, me escondí. Para ser capaz de encontrarme en tal lugar, qué milagro.

Sin embargo, Marywa me encontró sin esfuerzo.

—No es difícil entender el lugar en que una niña deprimida se escondería, Joven Ama.

—Hmph.

Bufé ligeramente y me giré.

Comparando a la genio yo con aquellos caprichosos niños, no hay límite ante lo arrogante que tus comentarios pueden ser. No me moví por sentimiento o instinto, sino porque supe que esconderse en una caja en la despensa era el mejor lugar para ocultarse.

Sin piedad, la tapa de la caja en la cual me escondía fue espléndidamente abierta por Marywa. Sería indigno si me quejara aquí.

—¿Y? ¿Has venido a sacarme?

Se supone que tenía lecciones de etiqueta ahora mismo. El Baile del Palacio Real era en tres días. El plan era juntar todo lo aprendido hasta ahora.

Como me salté eso, su estado de ánimo debe ser bastante malo. Probablemente seré castigada con el látigo o forzada a soportar las lecciones más duras hasta ahora. De cualquier forma, mi futuro parecía negro.

Sin embargo, ahora mismo no tengo miedo de ningún castigo.

—Sea el látigo o algo más, solo hazlo Marywa. Sin importar cuánto mi cuerpo sangre o sea maltratado, no me rendiré. No tengo nada que hacer con las lecciones de etiqueta.

Podía haber sido por la desesperación, pero hoy no tenía miedo a ningún daño crítico.

El motivo por el que me escondía en el almacén de comida era debido al desorden sucedido el día en que mostré mi vestido.

Ya que los vestidos fueron hechos juntos, malentendí que Mishuli también iría al Baile. Padre no tenía ninguna mala intención; ya que yo tendría un vestido hecho a mano, él con su ‘desbordante’ amor paternal decidió hacerle uno a Mishuli también.

Sin embargo, ese amor le traicionó.

La genuina buena voluntad de Padre fomentó mi malentendido. No odio su espíritu de intentar contentar a sus hijas. De hecho, cuando Mishuli y yo fuimos a la tienda de vestidos, estábamos gritando llenas de emoción.

El problema yacía en el ‘pequeño’ detalle que revelé frente a la Mishuli vestida ese día. Habiendo pensado que ella también participaría, por error revelé que Padre estaba de hecho manteniendo las noticias del Baile en secreto de Mishuli.

Por mi torpeza, la razón por la que comencé a jugar escondidas era simple.

En lugar de participar sin Mishuli, no iré.

—¿Por qué debería ir a un Baile en el que Mishuli no estará? Es desagradable. Absolutamente desagradable. Absolutamente no iré a ese Baile. Ni continuaré con las lecciones de etiqueta cuyo propósito es el Baile.

Si la razón por la que Mishuli no puede participar es debido a su edad, entonces sería aceptable. Si fuera porque no ha adquirido los modales apropiados, a duras penas consentiría.

Sin embargo, era diferente.

Desde la perspectiva de Mishuli, probablemente me veía como una niña haciendo un berrinche. Aún así, no me importaba. Puse fuerza en el brazo que sostiene mis rodillas y me enrollé. Soy pequeña, pero puse toda mi fuerza en mi grito.

—¿Cómo es justo que yo sea capaz de atender a esos bailes, pero Mishuli sea siempre excluida?

Mishuli no podía aparecer en el brillante escenario de la Alta Sociedad. Si era una fiesta familiar pequeña, entonces tendría la oportunidad de atender. Sin embargo, cualquier cosa más allá fue despojada de sus elecciones.

Si pensabas en ello, era razonable. Ahora mismo, su existencia, la hija de la última Princesa, no puede ser conocida por el público. Actualmente, es reconocida como la hija adoptada del Duque Noir, por lo tanto Mishuli no puede mostrarse. Es por eso que la situación no se limita al Baile. A partir de ahora, sólo puedo dejarla atrás mientras debutaba en la Alta Sociedad.

Es algo que no puedo aceptar.

—Si quieres que participe en el baile, tendrá que ser con Mishuli. Si no, no me moveré de este lugar. ¡Absolutamente no lo haré!

Sharon
Juro que este capítulo está sacándome lágrimas. Amo a esta chica y su amor fraternal.

Después de decir lo que contenía en mi corazón, metí mi rostro entre mis rodillas y quedé en silencio. Estábamos en el almacén. Sobrevivir tres días hasta el baile era una batalla fácil de ganar. Para ser honesta, mientras perseveraba a través del aburrimiento, estuve comiendo la comida de aquí.

Marywa no aceptará mi egoísmo. Es natural. Fue empleada como mi profesora particular, es su trabajo forzarme a ser una señorita. Pronto, seré arrastrada fuera de la caja con fuerza bruta y severamente golpeada.

Sin embargo, definitivamente no haré lo que dice. Me resistiré con terquedad hasta el final.

Ante mí, que se encerró en una caja, Marywa actuó inesperadamente.

—Haa… 

No me golpeó ni me regañó.

Sólo suspiró una vez. Sin esperar, se sentó a mi lado.

—¿Qué sucede, Marywa?

—Las lecciones de etiqueta de hoy se posponen.

—¿Eh?

Levanté la mirada ante las inesperadas palabras. Se posponían, en otras palabras, eran canceladas. Era inesperado para Marywa, quien hasta ahora sin importar cuánto corrí, pronto aparecía y me llevaba.

A pesar de que me preguntaba qué estaba mal, para mi pesar, no pude ver el rostro de Marywa sentado a mi lado.

—Señorita Christina, es una niña sabia.

—¿Qué estás diciendo de repente?

Obviamente soy una genia, pero decir que soy ‘sabia’ en lugar de ‘lista’ o ‘inteligente’ me dio un sentimiento ligeramente malicioso.

—Siempre huye de clases o se comporta de forma ridícula, pero como la instructora, también entiendo que tu memoria es muy buena. Recuerdas todo lo que te enseñé antes, ¿no? Aunque siempre usas lenguaje vulgar diferente a una dama, es perfectamente capaz de repetir lo que se le enseñó sin lugar a críticas.

—En esa medida, es sólo natural.

—Es cierto. Por ello, aunque una lección fuera a desaparecer, no haría una diferencia visible. Y además… —Dejando escapar un suspiro profundo, Marywa continuó con un tono de alguna manera exhausto—. Una niña deprimida es molesta, Señorita Chris.

En lugar de su usual tono estricto, era muy tranquilo.

Sin lugar a dudas, eran sus verdaderos sentimientos. Entendí que yo estaba simplemente siendo egoísta, pero aún así giré mi cabeza y bufé.

—Fuu. Di lo que quieras.

Marywa hablando mal de mí, o tratándome como una niña, no molestaba mi orgullo como una genia, no realmente.

—Hey, Señorita Christina.

—¿Qué sucede, Marywa?

—Eres una niña sabia.

Con el mismo rostro y tono que antes, Marywa trajo el anterior tema a colación.

—Eres una niña que entiende todo. También eres una niña que puede suponer lo que no se le enseña. Puede entender la situación a su alrededor también. Es por eso que entiendes, ¿no…? Tú y la Señorita Mishuli no son verdaderas hermanas.

Esas palabras como flechas me atravesaron profundamente en el pecho.

Lo entendía, sin embargo la inevitable verdad dolía más de lo que había esperado. No queriendo admitir la herida en mi corazón, grité excesivamente sin reservas para negar las palabras de Marywa.

—Mishuli es mi hermana menor.

—No. Sin importar cuánto grites por eso; sin importar cuánto atesores a la Señorita Mishuli, el hecho de que no comparten sangre es una verdad innegable. El hecho de que ella no puede participar en el Baile es la evidencia, ¿no?

Marywa clavó más profundo el proyectil de palabras sin consideración.

—Cállate.

—Admítalo. Es la verdad. Sin importar cuánto grite y se rebele, es la realidad. No tiene el poder ahora mismo de negar ese hecho.

—Cállate.

Aunque actuaba fuerte mientras respondía, cada palabra que recibí causaba que mi cuerpo tiemble. Gradualmente, lágrimas comenzaron a llenar mi visión. La verdad que no quería escuchar, que no quería reconocer me golpeó, y me estaba desmoronando. Mis glándulas lagrimales quemaban después de contenerse por tanto tiempo. Apreté mis ojos con fuerza contra mis rodillas.

—¡Cállate, cállate, cállate, cállate…!

¿Por qué Marywa estaba apilando tales duras observaciones una tras otra? ¿Era venganza por frustrar las clases de etiqueta? Esto era acoso. Era demasiado. Tan mala. Si pudiera ser amable con sus palabras…

—La ruidosa es usted, Señorita Christina.

—¡Tsk!

No quiero más de esto…

Exhausta y habiendo perdido toda mi energía, intentar soportar el llanto se ha vuelto irrelevante. Es cierto. Vamos a llorar. Sin pensar en nada, sólo me concentraré en llorar. Si hacía eso, puede que Marywa se preocupe.

Algo gentil y cálido fue puesto en mi cabeza que pensaba tales cosas.

La duda se expandió por mi mente luego de haber alcanzado mis límites al punto de la sofocación. ¿Qué podía ser esta pequeña, cálida y confortable sensación? Ligeramente ansiosa, revelé mi cara poco a poco y vi algo increíble.

La palma de Marywa estaba gentilmente en mi cabeza.

—Tú y la Señorita Mishuli no son verdaderas hermanas. Después de tomar esta inevitable verdad, se encontrará con más absurdos en este mundo en que debe vivir.

Marywa acarició gentilmente mi cabeza una vez, mientras yo la miraba con los ojos abiertos, demasiado sorprendida para seguir llorando.

—Si es capaz de reconocer la inaceptable verdad y cumplir con la evaluación de la sociedad, estará más cerca, sólo un poco, de convertirse en una espléndida señorita.

Aquellas no eran palabras amables. Tampoco era un tema agradable. Estrictas e irrazonables. Sin embargo, las palabras de Marywa sobre el espíritu de una dama golpearon y se grabaron en mi cuerpo con fuerza.

—¿Aún haciendo todo eso, todavía no seré considerada una espléndida señorita?

—Es verdad. Una verdadera señorita, tan fácil como respirar, repetiría y realizaría lo que acabo de declarar.

—Es así.

Si ese era el caso, una dama es muy fuerte, sabia y noble.

Más de lo que creía, demasiado.

—Ahora, si insiste en no atender al Baile, estas palabras deberían motivar instantáneamente a la Señorita Christina.

A pesar de que ya estaba bastante motivada, ¿me preguntaba qué sería? Estaba interesada.

—Si la Joven Ama se mantiene dentro y se salta el Baile del Palacio Real… A partir de ahora, en las lecciones de etiqueta, endureceré mi corazón y usaré un cetro.

—Marywa.

Escuchando las palabras más increíbles de hoy, la miré con incredulidad.

—Tú, tu cuerpo y alma hace tiempo que se convirtió en un demonio sádico. ¡Ow ow ow ow!

Usando sus dos puños para moler mis sienes, esto confirmó que Marywa definitivamente es un habitante del infierno.

La miré con mis pupilas humedecidas por el dolor. ¡La gentil mano de hace un rato debía haber sido una ilusión!

—Fuu. Es tiempo de que mi carruaje llegue. Deberé retirarme por hoy, así la Señorita puede mantenerse confinada en la caja como quiere. Debería cerrar la tapa por usted.

—¡E-Espera! ¡Deja de intentar confinarme!

Comencé a ponerme de pie para evitar que Marywa cerrara la tapa.

—¿Oh? ¿No quiere recluirse en la caja?

—Terminaré con el escondite. ¡No me queda bien y no seré capaz de ver a Mishuli!

Me pavoneé con confianza y afirmé con una pose desalentadora. En primer lugar, si pensabas en ello, bajo normales circunstancias no encontrarme con Mishuli por un día era inaguantable, no podría soportar no verla por tres días.

Yo, quien fue liberada de la caja, comencé a caminar detrás de Marywa. Sus pasos resonando por la finca eran constantes y el sentimiento de caminar y estirar mi espalda era confortable.

—Marywa.

Ante su figura retirándose, la llamé con una voz pequeña.

—Hoy, te acompañaré fuera.

—Señorita.

Era la primera vez que le doy a Marywa tales palabras desde que fue empleada, pero ella no mostró ningún cambio.

—Es Señorita Toinette.

Dijo la misma frase de siempre sin mirar atrás. Al estar familiarizada con la salida de la finca, Marywa caminó hacia ella sin pausa en sus pasos.

—Muu.

Ante la apariencia de Marywa tiesa como un palo, mi insatisfacción se agitó por un momento.

—Marywa, Marywa.

—Haa. ¿Qué sucede, Señorita Christina?

—El próximo Baile en el Palacio Real, lo haré perfectamente. Elógiame un montón por mi perfecto comportamiento sin un solo error. El nombre de esta señorita, Christina Noir, resonará a través de la Alta Sociedad. Soy una niña que mejora cuando es elogiada.

—Debido a que la Señorita es una niña que se deja llevar cuando es elogiada, no tengo intenciones de cambiar la actual política Espartana.

Marywa, quien ni siquiera susurraría algo de amabilidad, como se esperaba era la más asquerosa, cruel y despiadada profesora privada.

Sharon
Este capítulo me llenó de ternura, traducirlo fue un gusto.

3 respuestas a “Mi hermana, la heroína – Capítulo 6”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido